Capítulo XVII

--Isabella Jones--

-Tenemos que hablar-- dice Ambrose y yo solo lo miro.

-Está bien-- digo y trato de acomodarme en la cama, él se sienta a mi lado.

Mis manos tiemblan y trato de calmarme, en realidad me asusté mucho al saber que mi padre llamó a Ambrose, creo que mi plan no funcionará, no a menos que alguien salga herido por mi culpa, temo por lo que mi padre sea capaz de hacer.

Esa es la razón por la que me asusté tanto, pero solo hice que Ambrose se preocupara más.

-Ey, cálmate, dime lo que te aflige ¿sí?-- dice él mientras sujeta mis manos y su tacto me relaja un poco.

-Yo... no quiero volver con mis padres, Ambrose, la vida que ellos llevan no me gusta, no quiero ser parte de eso-- digo, mis ojos se llenan de lágrimas.

-Pero, ¿por qué dices eso? ¿qué es lo que quieres?-- pregunta Ambrose.

-Una vida normal, una vida tranquila en la que pueda hacer lo que me gusta sin correr riesgos-- digo y tomo sus manos -Tú debes comprenderme, Ambrose. Antes quería recibir tu ayuda, pero ahora, con lo que acaba de pasar...no lo sé, no puedo evitar pensar que mi padre podría lastimarte de algún modo y eso no quiero-- agrego, mi corazón se siente caliente.

-¿Es solo por eso?-- pregunta él -¿O ha pasado algo con tus padres?

-No, solo quiero alejarme de esa vida-- digo un poco más calmada.

Ambrose se queda mirando un punto fijo, como pensando y analizando la situación.

-Bella, ¿te gusta estar aquí?...¿conmigo?-- pregunta Ambrose.

-Sí-- respondo sincera -Sí me gusta.

-Entonces quédate, quédate aquí conmigo-- dice él -Si el único problema son tus padres, eso podemos resolverlo-- agrega y se mira pensativo -Mira, creo que tu padre tiene la posibilidad de entrar al país si utiliza mis influencias, pero para cuando eso pase, ya tendremos un plan para evadirlos.

-Ambrose, no lo sé, yo...-- empiezo a hablar pero él me interrumpe.

-Confía en mí, Bella, por favor-- dice él suplicante.

-Está bien, confío en ti, Ambrose-- digo mientras sonrío.

No sé qué vaya a suceder, puede que esto funcione o puede que no, lo único que sé ahora es que quiero aferrarme a esta esperanza que me está dando Ambrose.

Aunque también tengo mis dudas y miedos sobre esto que estoy sintiendo por él, no quiero salir lastimada por esta falsa relación.

Lo último que siento antes de quedarme completamente dormida, son los brazos de Ambrose a mi alrededor.

......................

-Buenos días, Bernice-- digo mientras llego a la cocina.

-Buenos días, señorita Isabella-- responde Bernice con una sonrisa y luego me sirve el desayuno.

Empiezo a comer y noto que Ambrose no baja, ¿será que aún duerme? anoche después de quedarme dormida me sentí cálida entre sus brazos, pero al despertar me encontraba sola en mi habitación. No puedo negar que sentí una sensación extraña y no agradable, pero no puedo culparlo de irse a mitad de la noche, yo misma lo eché la primera vez que se quedó dormido en mi habitación.

Después de desayunar, ya es extraño que Ambrose no se haya despertado.

-Ambrose está de bello durmiente hoy-- digo en forma de chiste con una sonrisa en mi cara.

-El joven Brown salió temprano hoy-- dice Bernice mientras limpia la vajilla. Mi sonrisa se borra instantáneamente.

-¿Dijo a dónde fue?-- pregunto un tanto intrigada y triste.

-Asuntos de la compañía-- dice Bernice mientras me mira y se da cuenta de mi estado de ánimo -No se preocupe tanto, el joven Brown vendrá más rápido de lo que piensa-- agrega y me sonríe.

-Eh, sí... sí, ya llegará-- digo y me levanto -Estaré en mi habitación haciendo tareas-- agrego y me voy.

No voy a negar que estoy triste, siento algo extraño en mi pecho, hoy es sábado y me resulta difícil de creer que esté trabajando, pero solo me queda esperar.

Al finalizar Bernice sus labores, Ambrose llega con su habitual traje hecho a la medida, su cabello peinado hacia atrás y esa expresión característica suya.

-¿Estabas esperándome?-- pregunta en cuánto me ve.

-Sí-- respondo con una sonrisa.

-Bueno, ya estoy aquí-- dice mientras se sienta a mi lado en el sofá -¿Qué necesitas de mí?-- pregunta mirándome.

-Solo quería pasar tiempo contigo-- digo un poco tímida.

-¿De verdad?-- pregunta incrédulo y yo, aunque me parece extraña su reacción, asiento -Veamos una película o conversemos, ¿qué quieres hacer?-- pregunta él mientras toma su teléfono y empieza a escribir algo.

-Una película está bien-- digo con una sonrisa y me acomodo mejor en el sofá.

-Bien-- dice mientras teclea una última palabra en su teléfono -Ya ordené una pizza y helado-- dice mientras se quita el saco de su traje, la corbata y se desabrocha un par de botones de la camisa.

-¿Te fue bien en el trabajo hoy?-- pregunto intrigada, necesito saber qué me dirá para saber si es verdad.

-Estuve resolviendo unos asuntos más bien personales, pero sí, estaba en el edificio Brown-- responde tranquilo, sin ningún atisbo de duda.

-Está bien, espero que hayas podido resolverlo-- digo y me relajo en el asiento.

Unos treinta minutos después, ya nos encontramos viendo una película que Ambrose puso, se llama "El pianista" pero no trata de alguien que toca el piano siempre, por lo que voy entendiendo, es un pianista que pierde su trabajo en medio de una guerra y luego también es expulsado de la ciudad donde vive (junto con muchas personas) por ser judío, eso es lo que he entendido hasta ahora.

¡Ring! ¡Ring!

-Deben ser las pizzas-- dice Ambrose.

-Yo voy por ellas-- digo mientras me levanto y voy a la puerta.

-Hola, buenas tardes-- saluda el repartidor cuando abro la puerta -Aqui traigo su orden de pizza y helado-- dice mientras me entrega la caja de pizza y luego un bote de helado.

-Bien, gracias-- digo tratando de balancear lo que tengo en mis mano, pero no lo logro, la caja de pizza se va de lado y casi se me cae, pero justo llega Ambrose y la sujeta.

-Déjame te ayudo-- dice mientras sujeta la caja y luego se mete la mano en el bolsillo -Ten-- dice mientras le entrega un billete al chico.

-¡Gracias! Es muy generoso-- dice el chico emocionado mientras mira el billete, Ambrose no dice nada y cierra la puerta.

-Espera en el sofá, yo iré por unos platos-- dice él y se va a la cocina, yo llevo el bote de helado y me siento en el sofá.

La película sigue rodando y yo no puedo creer que haya gente que mate a otras personas como si fueran nada, pero no debo ser tan hipócrita, imagino que mi padre ha hecho eso muchas veces.

-Aquí tienes, Bella-- dice Ambrose mientras me entrega un plato con una rebanada de pizza.

-Gracias-- digo mientras lo tomo y empiezo a comer.

Después de un rato, mi rebanada de pizza está por la mitad, el bote de helado lo tengo en mis piernas y Ambrose se terminó el resto de la pizza.

Me encuentro llorando mientras vemos el final de la película, Szpilman (el protagonista) toca una pieza de Chopin frente a una gran audiencia, es un final feliz para él, pero pasó por muchas cosas para llegar hasta allí, incluso perdió a su familia, tiene una voluntad fuerte y una gran valentía.

-¿Por qué lloras?-- pregunta Ambrose un poco preocupado y un poco divertido.

-Es triste-- digo mientras me limpio los ojos -Wladyslaw perdió todo pero decidió seguir con su vida-- agrego y miro a Ambrose.

-Que tierna eres-- dice y planta un beso en mi frente. Yo lo miro unos segundos de más y me voy acercando como imantada hacia su boca.

-¿Puedes... puedes besarme?-- pregunto y él me mira con una pisca de sorpresa en su rostro, que luego es reemplazada por otra cosa, su mirada se vuelve profunda y oscura.

Yo termino de llegar a sus labios y, aunque vacilamos un segundo, él me besa y yo le cedo el control, sus labios se mueven alrededor de los míos y su lengua invade mi boca, sus manos se posan en mis caderas y luego me levanta, el bote de helado cae al suelo y quedo sentada sobre sus piernas.

-¡Ahh!-- gimo cuando siento las manos de Ambrose acariciar y luego apretar mi trasero.

Mientras más me aprieta, más puedo sentir fricción contra su pene duro, mi zona se empieza a sentir sensible y cosquillosa.

Pero cuando el beso más se intensifica y sus manos más salvajes se vuelven, él para.

-Es tarde, deberíamos ir a dormir-- dice él casi sin aliento, yo lo miro un poco confundida y trato de recuperar el aliento, él también recupera el suyo.

-¿Tienes sueño?-- pregunto, porque yo ahora mismo lo último que quiero, después de lo que acabamos de hacer, es dormir.

-Es... Estoy algo cansado, sí-- responde él, yo asiento y me bajo de sus piernas, un sentimiento de rechazo se empieza a apoderar de mí, pero cuando siento su mano tomar la mía, parece desvanecerse.

-Durmamos en tu habitación-- dice y yo sonrío.

-Está bien-- digo sonriente y nos dirigimos a mi habitación.

......................

Despierto por la luz del sol y me volteo solo para encontrar vacío el lugar que había ocupado Ambrose anoche, otra vez se fue a mitad de la noche y me dejó sola.

¡Toc! ¡Toc! ¡Toc!

-Señorita Isabella, ya el desayuno está servido-- dice Bernice del otro lado de la puerta.

-Ya voy, Bernice, gracias-- digo y miro la hora, son las 9:15, me levanté algo tarde, pero hoy es domingo.

Después de asearme y bajar a comer, me encuentro en mi balcón, tomando un poco de sol y disfrutando de mis plantas.

Bernice me dijo que "el joven Brown salió temprano para la compañía, pero no sé preocupe que él vuelve pronto" lo mismo me dijo ayer y Ambrose llegó hasta la tarde noche, hoy espero verlo también a esa hora.

20:45, Ambrose no ha llegado, me siento algo preocupada por no saber de él, decido llamarlo, pero no contesta y ya le he dejado varios mensajes.

-Ay, por favor, ¿dónde te metiste?-- digo al contacto en el teléfono como si él me fuese a escuchar. Las horas pasan y finalmente me quedo dormida.

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