Capítulo VIII

Vamos camino a la playa, básicamente solo bajamos del penthouse y salimos por las puertas traseras del edificio. Yo llevo un traje de baño rojo y por encima me coloqué una bata de tela transparente de color negro, llevo un sombrero y mi bolsa de playa en la que también llevo una manta y otras cositas para sentarme a tomar el sol.

Ambrose va caminando delante de mí, lleva unos shorts y una camisa de mangas cortas, no trae nada a parte de eso, ni siquiera protector solar.

-¿Te ayudo?-- pregunta mientras llegamos a la arena y el viento sopla fuerte, tanto que casi hace que mi sombrero caiga, pero yo lo sujeté a tiempo.

-Quiero colocar mi manta en la arena para sentarme-- digo mientras llego hasta donde él.

-Ven, pongamosla aquí-- dice mientras la toma de mi bolso y la extiende de un movimiento en la arena -Listo, Bella-- otra vez con la abreviatura. Pero está haciendo un día muy bonito para pelear.

-Este lugar es muy bonito, Ambrose-- digo mientras me siento y veo a mi alrededor -¿Siempre suele estar sola la playa?-- pregunto viendo que no hay nadie más aquí.

-No, el dueño del edificio deja que los huéspedes la visiten-- dice mientras acomoda las esquinas de mi manta que no dejen de moverse con el viento.

-¿Toda la playa es del dueño del edificio?-- pregunto algo asombrada, no sabía que alguien pudiese ser dueño de una playa, lo digo por mis padres que son dueños de muchas cosas, mansiones,  haciendas y terrenos, pero no tienen ninguna playa.

-¿Te sorprende?-- pregunta él mientras coloca unas rocas en las esquinas de las mantas para evitar que el viento las mueva.

-Un poco, creo-- respondo encogiendome de hombros -Solo no sabía que alguien pudiese adquirir una playa-- agrego y me quito la bata para empezar a aplicar un poco de protector solar.

-¿Qué haces?-- pregunta Ambrose con la mirada fija en mí.

-Solo aplico un poco de protector solar-- respondo sin tomarle importancia -¿Quieres un poco?-- pregunto y levanto la mirada para encontrar la suya, parece algo perturbada.

-No, yo iré a nadar-- dice mientras se va alejando.

-Está bien, te esperaré aquí-- digo mientras termino de untar la crema en mi cuerpo. Levanto mi vista para ver que Ambrose se quitó la camisa que traía puesta y veo su espalda tonificada antes de que el agua la cubra.

Lo veo ir bastante lejos de la orilla y nada a través de las olas, se ve divertido hacer eso, pero yo no sé nadar. Sé que esto es egoísta pero me siento muy aburrida aquí solo, me gustaría que Ambrose se siente conmigo, pero tal vez eso sea aburrido para él. De todas formas me levanto y camino hacia la orilla, el agua moja mis pies, Ambrose me mira y empieza a salir del agua.

A medida que va saliendo puedo ver sus pectorales y luego su abdomen, santo Dios, este hombre es estereotípico.

-¿Qué pasó?-- pregunta mientras llega a dónde estoy yo.

-Nada, solo quería ver el mar-- respondo algo avergonzada por lo que acabo de pensar, él se sienta en la orilla y me invita a sentarme a su lado.

-¿Y? ¿qué piensas estudiar?-- pregunta y me mira.

-Me gustan mucho los animales, así que estudiaré veterinaria-- respondo -¿Qué opinas?-- pregunto algo tímida. En casa mi padre decía que qué importaban los animales, yo opino diferente.

-Si es lo que tú quieres, está bien. Los animales son especiales en mi opinión-- dice con una sonrisa. Yo lo miro un poco sorprendida por su respuesta.

-¿Entonces puede tener una mascota?-- insisto, tal vez ahora sí acepte.

-No, no puedes, Bella-- responde seco. Como dije antes, sé que tiene razón pero me enoja que me diga que no puedo.

-Es Isabella-- corrijo y me levanto de la arena -Deja de abreviar mi nombre, tonto-- agrego y luego tapo mi boca con mis manos, mis ojos se fijan rápidamente en él y veo su expresión de sorpresa.

-¿Cómo me dijiste?-- pregunta trampa, obviamente me escuchó bien. ¡Dios!, no puedo creer que le dije tonto.

-¡Lo siento!-- digo rápido y me alejo un poco de él. Él lo nota y se levanta para seguirme.

-¿Lo sientes?-- se acerca amenazante y yo solo retrocedo. ¿Qué piensa hacer? ¡Dios!, no tenía idea de que se molestaría tanto.

Pero el atisbo de miedo desaparece cuando Ambrose me levanta.

_¡Ay! ¿qué haces?-- pregunto mientras grito.

-Me vengaré por lo que acabas de decir-- dice mientras corre al agua y nos mojamos.

-¡Ambrose! ¡para ya!-- digo mientras mis gritos se convierten en risas.

-Si me vuelves a llamar así o de otra forma que no sea por mi nombre te haré algo malo-- dice mientras se deja caer el agua, su peso está sobre mí y me hunde, algo para lo que no estaba preparada y me asusto.

El agua entra por mi nariz y mis ojos empiezan a arder, empiezo a moverme de manera desesperada por aire, empujo a Ambrose pero él no me suelta, solo me levanta y por fin puedo respirar.

¡Cof! ¡Cof! ¡Cof!

Toso mientras trato de respirar más aire, mis ojos me arden por lo que paso mis manos por ellos, también puedo sentir el sabor del agua salada en mi boca.

-¿Estás bien?-- pregunta Ambrose preocupado, yo niego con la cabeza. Aún sigo en sus brazos, él carga todo mi peso mientras me lleva a la orilla -No pensé que te pondrías así, solo estaba jugando-- agrega mientras me deja en la arena.

¿Jugando dice? santo Dios, casi me muero por el susto.

-¡Ambrose!-- digo intentando abrir mis ojos pero me arden y se me escapan algunas lágrimas -¿Por qué hiciste eso?-- digo y abro mis ojos, Ambrose se ve bastante preocupado, pero yo estoy enojada.

-Lo siento, Bella-- dice con total sinceridad, lo puedo notar, pero ahora mismo no quiero aceptar sus disculpas.

-Quiero regresar-- digo mientras camino hacia el penthouse y no me molesto siquiera en recoger mis cosas.

Al estar dentro del penthouse, me encierro en mi habitación y luego me meto a la ducha. Aún me siento asustada, cuando estaba hundida yo...es que nunca había visto tanta agua, no me malentiendan, claro que he visto playas antes, pero nunca me había metido en la profundidad y cuando sientes miedo a algo siempre lo ves enorme. Era como un sinfín de agua sobre mí y no me podía librar de ella, así se sintió.

Suspiro mientras el agua de la ducha cae sobre mi cuerpo, mis manos aun tiemblan, no sé por qué estoy así, es primera vez que experimento esto.

Salgo de la ducha, envuelta en una toalla y me acurruco en la cama, mis ojos aún están irritados y rojos, tomo mi teléfono y veo que tengo mensajes de mis padres, suspiro y me dispongo a responder.

¡Toc! ¡Toc! ¡Toc!

Escucho la puerta y dejo el teléfono de lado.

-Señorita Isabella, ¿puedo pasar?-- pregunta Bernice al otro lado de la puerta.

-Sí, Bernice, pasa-- digo mientras me siento en la cama. Ella entra y rápidamente se acerca a mí.

-¿Está bien? vi que llegó algo apresurada y el joven Brown llegó después con sus cosas-- dice Bernice, ahora tengo que agradecerle por traer mis cosas.

-Sí, creo...no lo sé-- digo y me acurruco de nuevo -Es que me sentí asustada y desesperada, creo que estoy exagerando, pero-- digo pero Bernice me interrumpe.

-No diga nunca que está exagerando cuando algo la afecta. El joven Brown está preocupado y me envió para asegurarme de que esté bien-- dice Bernice y me acaricia el hombro y espalda.

-Dile que estoy bien, mañana hablamos de lo que pasó hoy-- digo susurrando.

-Como quiera, se lo haré saber al joven Brown-- dice Bernice mientras me arropa -¿Necesita algo antes de que me vaya?-- pregunta con una sonrisa.

-No, puedes irte tranquila-- digo y ella asiente y se va. De alguna manera logró calmarme un poco, ella me recuerda a Bibi.

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