Capitulo VII

--Ambrose Brown--

Este día ha sido pesado, solo quiero llegar a casa, me gustaría decir que a descansar, pero tengo trabajo que hacer y tengo que llamar a Jim.

Pero me siento tan estresado y por alguna maldita razón, la cercanía con Isabella me hace sentir cosas extrañas, no puedo creer que le dí de comer como una bebé y luego limpié su suciedad como la misma bebé.

Yo no suelo hacer esas cosas, pero con ella es diferente, nunca había conocido a una mujer así. La verdad cuando mi padre me obligó a hacer esto, acepté porque sería lo último que haría para él, así podré cortar lazos de una vez por todas. Pensé que sería un trato fácil, pensé que la mujer con la que tendría que casarme sería una de esas pesadas y caprichosas y que todo pasaría rápido.

Pero Isabella es diferente al resto, es diferente a su familia y más allá de eso, me está empezando a gustar como mujer, quizá ya me gusta del todo y creo que eso es un problema. He actuado un poco frío después de lo del restaurante, y después de mostrarle la habitación me alejé con la excusa de buscar sus cosas pero la verdad es que no aguantaba más estar cerca de ella. Es tan sencilla, se emociona por cosas tan pequeñas y no puedo omitir el hecho de que ese vestido que lleva puesto es sensual, el vestido es bastante sencillo en realidad tal vez solo yo lo veo sensual en ella...por Dios, ¿qué estoy pensando? no puedo creer lo que me está pasando.

Mi teléfono suena sacándome de mis pensamientos y veo la pantalla, es Jim.

#¿Cómo van las cosas? lo que te encargué-- digo directo al grano.

#Se me han complicado las cosas. Tuve problemas maritales y me retrasé-- responde este tan calmado.

#¿Qué carajo significa eso?-- digo alterandome un poco.

#Lo siento, Ambrose, pero no podré entregar a tiempo el reporte-- responde este de la misma forma. Carajo, Jim es mi amigo y muy bueno en su trabajo pero a veces hace unas cagadas.

#Mierda, Jim-- me encuentro gritándole al teléfono -Te dije que lo necesitaba para mañana, maldita sea.

#Lo siento, ya debo colgar. Amy me espera-- dice tratando de evitar el regaño.

#Sí, por lo menos haz una maldita cosa bien-- cuelgo el teléfono y me doy la vuelta solo para ver a Isabella parada al pie de la escalera.

-Ya iba con tus cosas-- digo tomando su maleta, mierda, seguramente escuchó mi discusión con Jim -Vamos, hay que acomodarte para dormir-- agrego al pasar a su lado y ella me sigue en silencio.

Al llegar de nuevo a la habitación dejo sus cosas y volteo a verla, ella está simplemente allí parada, el entusiasmo que tenía se apagó.

-Estás muy callada-- digo mientras meto mis manos en mis bolsillos -¿Es porque me escuchaste al teléfono? ¿te asusté?-- pregunto y espero que me diga que no. Sé que cuando me enojo puedo ser algo caótico pero no quiero hacerla sentir incómoda.

-No, estoy bien, solo que...¿tú estás bien?-- pregunta de vuelta y ladea su cabeza.

-Sí, solo fue un inconveniente en el trabajo, no te preocupes por eso-- digo y nos quedamos mirándonos por un rato incómodo -Bien, que pases buenas noches, Bella. Y por cierto, Bernice es mi empleada doméstica, ella trabaja de 6:00 a 16:00, si necesitas algo pídeselo a ella-- digo y pretendo irme, pero creo que estoy siendo frío de nuevo, suspiro y me doy la vuelta para verla otra vez -Podemos hacer algo mañana si quieres-- ella asiente y no habla más. Yo salgo de su habitación y cierro la puerta, quiero descansar, pero por alguna razón siento que debería ir con ella y disculparme o tratar de hacer algo para que no se sienta incómoda.

¿Qué carajo? ¿por qué siento la necesidad de hacer eso? no hice nada malo ni mucho menos a ella. Mierda, esto se me está saliendo de control.

--Isabella Jones--

Despierto por la luz del sol que entra por las puertas paralelas del balcón, anoche me dormí tarde por estar arreglando las cosas que traje, también hice una lista de lo que tengo que comprar, pero no estoy segura de decirle a Ambrose.

Suspiro y me levanto de la cama para ir al baño a asearme. Ayer después de aterrizar la pasé muy bien con él, por un momento se me había olvidado lo que es, pero anoche cuando lo ví gritando y enojado me recordó exactamente que es un mafioso que puede llegar a matar a alguien por el simple hecho de que no hagan lo que él dice.

No puedo dejarme llevar por su bonita apariencia, no. Salgo de la ducha y me pongo un conjunto sencillo, hoy es sábado y estaré todo el día aquí, bueno, Ambrose me dijo que podíamos hacer algo hoy, pero no sé. Tal vez no lo dijo en serio.

En fin, voy a ver qué hay de comer, ya Bernice debe estar aquí. Salgo de mi habitación y bajo las escaleras con cuidado, Ambrose debe estar dormido aún. Me escabullo a la cocina pero al llegar lo veo sentado tomando el desayuno.

-Oh, usted debe ser la esposa del joven Brown-- dice Bernice mientras se apresura hacia mí -Es muy bonita-- me aprieta las mejillas. Ambrose voltea a verme y sonríe.

-Sí, es muy bonita-- dice sonriendo.

-Ven, ven, sientate para servirte el desayuno-- dice Bernice mientras me empuja a un taburete frente a Ambrose.

-Gracias-- es lo único que se me ocurre decir ahora.

-Oh, tiene un acento muy tierno-- dice Bernice mientras pone un plato frente a mí.

-Sí, es adorable-- dice Ambrose con una sonrisa mientras me mira. Creo que mi cara se puso roja por la vergüenza, así que miro hacia mi plato y empiezo a comer.

No sé por qué de repente está tan sonriente y diciendo esas cosas, tal vez ya no está enojado como estuvo anoche.

-¿Quieres jugo?-- pregunta Bernice mientras busca un vaso para mí.

-Sí-- respondo después de tragar y ella me sirve un vaso de jugo de fresas.

Luego se retira de la cocina y Ambrose y yo quedamos solos, él está leyendo el diario mientras sigue comiendo y bebe su café.

-Estás muy callada, ¿estás bien?-- pregunta sin mirarme, su vista aún sigue en el diario.

-Sí, solo no tengo nada que decir-- miento. Sí tengo cosas que decir pero no sé si pueda decirle.

-Algo me dice que estás mintiendo-- dice y le bebe a su café -Te dije que podías decirme lo que quieras, ¿lo recuerdas?-- pregunta mirandome a los ojos.

-Sí, lo recuerdo, pero no quiero molestarte-- digo algo apenada, no lo sé pero desde anoche siento que puedo ser una molestia para él.

-Tú no me molestas y yo estoy comprometido a cuidarte, Bella-- dice y le bebe a su café de nuevo.

-Isabella, por favor dime Isabella-- corrijo, ya me estoy cansando de que abrevie mi nombre -Bueno, yo... quería preguntarte sobre la universidad, debo ir a hacer mi solicitud-- digo algo preocupada.

-Ya me encargué de eso. Tendrás que ir el lunes, no te preocupes por eso ahora-- dice haciendo un gesto con la mano.

-¿De verdad? gracias-- digo emocionada -Necesitaré algunas cosas para mi habitación y para la universidad también-- digo mientras me levanto.

-¿A dónde vas?-- pregunta él confundido.

-Vamos a comprar las cosas-- digo entusiasmada. Él sonríe y se levanta del taburete, no me había fijado bien, pero lleva unos pantalones cómodos y una camiseta ajustada.

-Es sábado, Bella, podemos hacer otra cosa y el lunes después de la universidad podemos comprar lo que necesites-- dice mientras camina y se para frente a mí.

-¿Entonces qué es lo que haremos hoy?-- pregunto confundida y con menos entusiasmo.

-Daremos un paseo por la playa-- dice con esa sonrisa que no se ha borrado.

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