Capítulo 19

Luego de varios días internada, Maritza logró estabilizarse y volvió a ser ella misma, le recetaron pastillas que debía tomar un tiempo más en casa, luego según su evolución serían suspendida, aumentadas o disminuidas, para controlar su ansiedad y paranoia. Aunque fueran dada de alta, no significaba que estuviese curada, aún debía ir a varias citas al hospital para seguir con el psicólogo y ver si desarrollo, pero ya estaba de alta que era l que le interesaba a Matheus, para ver si lograban escapar, ya que no podía fijarse de ella, temía que en otra crisis lo entregara a la policía y ella también confesara lo que hizo. De vez en cuando yo iba al hospital a jugarle malas pasadas mientras estuvo allí, le hacía cosas como perder sus zapatos, rodar su sábanas al dormir, para agudizar su estado.

Yo quería que confesara el crimen, no podían salir impunes así cómo si nada hubiese pasado y vivir una vida, luego de lo que me hicieron y lo más probable era que lo volverían hacer en cuanto se quedarán sin dinero, ya más Matheus había transferido gran cantidad a una cuenta oculta, tenía incluso boletos de avión destino a Brasil para el próximo mes, solo estaba esperando a que Maritza lograra estabilizarse un poco más.

Los días que ella estuvo hospitalizada él los paso con su secretaria, más bien la mía, debo admitir que la elegí por su buena apariencia, yo también disfruté de esos beneficios más de una vez, claro luego de comprometerme paré y jamás repetí, pero puedo entender a Matheus, era toda una tentación tenerla a la vista. Yo no sé que fue lo que Maritza me hizo, por qué dejé de ser un picaflor luego de tenerla, ella me llenaba en todos los sentidos, no sentía la necesidad de nada más, lástima que el sentimiento no era mutuo, nunca me había enamorado así antes.

Maritza y Matheus tenían una relación rara, dónde él la cedía a su antojo a otros hombres sin resentimiento, claro ella si se afectaba si lo veía con otra, por eso él le ocultaba sus aventuras, para que no sufriera en vano, él la amaba, pero de vez en cuando tenía sus deslices con otras cada vez que tenía la oportunidad, con su buen físico no le costaba mucho la verdad.

Ellos se conocieron cuando ambos tenían doce años, ella se mudó justo a su lado con su madre y padrastro, este la abusaba de vez en cuando y su madre fingía que no sabía, una vez la encontró llorando frente a su casa, no quería entrar, Matheus al verla en ese estado la invitó a su casa a vivir y jamás volvió a salir de allí, su madre hasta se alegró, sintió alivio, ahora tendría a su marido sólo para ello, a los padres de Matheus no le molestaba alimentar una boca más, luego de un tiempo se hicieron novios y hasta hoy estuvieron juntos.

La familia de Matheus no tenía mucho dinero y él soñaba con ser arquitecto y vivir bien, fue así como un día a los dieciséis años marcharon juntos en busca de un futuro mejor, ella consiguió un trabajo fregando platos y él en una gasolinera, con eso no les daba ni para llegar a fin de mes y mucho menos para la vida que Matheus quería llevar. Maritza cada vez se veía más linda, Matheus notaba como todos la miraban, fue así cómo le propuso buscar a un señor mayor, presentársela para que los mantuviera.

El plan les salió perfecto, el hombre quedó completamente cegado por ella, como me ocurrió a mí, incluso él se hizo pasar por su hermano, viviendo en la misma casa y él le pagó sus estudios. El señor viajaba por negocios con mucha frecuencia, ella a veces se quedaba en casa así que disfrutaban de ambos bajo las narices del señor sin problemas. Ya luego fue que llegué yo el juego y todos sabemos cómo acabé.

Luego de conocer la historia de Maritza debo admitir que me da un poco de lástima con ella, no tuvo una vida fácil y tiene bajo autoestima por seguir dependiendo de Matheus, pudo tenerlo todo, pero lo eligió a él y su maldad, así que no había más remedio que torturarla para que confesara, ella era el eslabón más débil, con un poco de presión estarían tras las rejas más pronto que tarde.

Llegó el día de su salida del hospital, Matheus fue por ella, llevaba un tiempo sin verlo, así que en cuanto lo vió lloró a mares, cómo niña pequeña, luego su cara Reflejó una felicidad absoluta, llegaron a casa de Matheus, él le tenía una linda recepción montada, con flores, vino aunque no podía beber mucho por su medicación, un kake rojo con una pequeña caja, al abrirla unos anillos la esperaban, era una declaración de amor, Matheus le ofrecía matrimonio.

Ella no podía creerlo,al fin podía estar junto a él, lloró de mucha felicidad, jamás la ví tan feliz, ni cuando yo le ofrecí matrimonio mostró ese rostro de felicidad plena, claro ahora comprendo que no me quería. Debo admitir que aún la amo, luego de todo lo que me hizo la amo, debo ser masoquista de seguro.

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