Capítulo 12

Mi madre mientras esperaba los resultados del ADN, centró todo sus esfuerzos en hacer un acercamiento con Laura y el pequeño, demostrando sus buenas intenciones y que sólo buscaba el bienestar del niño, poco a poco Laura fue dándose cuenta de sus buenas intenciones y mi madre fue ganando su confianza y ella fue cediendo hasta que le presentó al pequeño Lukas, ya los dejaba pasar tiempo con ella y todo, los días pasaban y Laura comprendió que mi madre solo quería ayudar, no buscaba nada más allá de eso, solo dar amor y afecto al pequeño y eso era bueno para él así que para ella estaba bien.

Al fin estuvieron los resultados de la prueba de paternidad y cómo Laura esperaba dió positivo, Luka era su nieto, era mi hijo con un noventa y nueve por cierto de compatibilidad, nada más había que ver al pequeño para saberlo, era idéntico a mí. Mi madre se puso súper contenta, se ofreció a que fueran a vivir con ella a su casa, allí estarían más confortables, la casa era muy grande para ella sola, incluso podía venir la madre de Laura si así lo deseaba.

Laura se negó, aunque le vendría muy bien la oferta de mi madre, ya que casi no le alcanzaba el dinero para pagar el alquiler de la casa y en casa de su madre no podía quedarse al no ser la última opción, porque solo tenía un cuarto, un baño y una cocina nada más, era muy pequeño para tres personas, incluso no podía ni pagar para cuidar al niño, su presupuesto era muy apretado, pero negó la oferta, hasta ahora había sobrevivido muy bien sola y pretendía seguir así de momento. Mi madre no la forzó, se ofreció entonces ayudarla en lo que necesitará.

Debo admitir que ver las condiciones en que vivía mi hijo me dio mucha tristeza, yo con tanto lujo y dinero, ellos con tan poco, me daban ganas de abofetearme por tonto, solo por seguir mi vida plácida ignoré su existe y los dejé así, aunque a Laura no la quería, pero mi hijo, sangre de mi sangre no se merecía eso, pero estaba a tiempo de remediar su vida y su futuro, no volvería a pasar trabajo jamás.

Yara y yo fuimos a casa de Alfred, el abogado amigo de ella, llegamos a su casa y para informar nuestra presencia, Yara apagó la vela que él tenía prendida en el altar, esa era la manera en que ellos se comunicaban para notar la presencia de un ente en el lugar, rápidamente él lo notó, colocó un vaso de agua y prendió una vela frente al vaso para tener más visión.

Notó enseguida que era Yara y que no venía sola, Yara me presentó, luego le explicó mi situación, él aceptó ayudar rápidamente, faltaba poco para que mis cuentas fueran autorizadas a usar, ya que la investigación no avanzaba y no tenían pruebas consistentes contra mi esposa.

Alfred comenzó con mi testamento, lo redacto dejando como único beneficiario a mi hijo, le dejó todos mis bienes, incluido la empresa, mi apartamento y los otras viviendas que tenía arrendadas, o sea todo. Cómo tutor de sus bienes hasta que fuera mayor de edad a mi madre, ella podría hacer y deshacer a su antojo sobre todo, yo sabía que no gastaría ni un centavo en vano. También agregué que mi seguro de vida fuera para él, dejando un documento legal que invalidara lo anterior pactado. A Maritza cómo era mi esposa debía darle una mensualidad hasta que se le comprobara que tenía compañía masculina, en caso de que se le comprobara o se casará sería anulada.

Cuando todo estuvo dispuesto, lo más difícil era obtener de mi puño y letra la firma y mi nombre en el papel, para que no hubiese malentendidos, claro todo con fecha de antes de mi fallecimiento, con la ayuda de Yara logré tomar el cuerpo del abogado y firmar el documento, luego pude salir de él con éxito, todo estaba acordé a la ley, solo había que aplicarlo. Esa misma tarde Alfred iría a casa de mi madre para informarle de mi última voluntad.

Así lo hizo, llegó a casa de mi madre y se presentó, está quedó un poco sorprendida ante tal visita, ya que nuestro abogado era otra persona. Para leer el testamento debían estar todos presentes, incluso el abogado nuestro, puesto que debía dar fe y comprobar que no fuese una estafa, mi madre llamó a Maritza y a Laura, puesto que el abogado insistió en que ella estuviese presente representando al menor, esto le dió un poco de coraje a mi madre, ya que pensó que yo sabía de la existencia del pequeño y lo había ocultado y desatendido todo este tiempo.

Así lo hizo mi madre llamó a todos, a pesar del disgusto que sentía por el pequeño, para informarles de lo que iba a ocurrir, todos aceptaron estar presentes ese día, la cita sería en casa de mi madre mañana. A Laura la tomó por sorpresa también, nunca creyó que yo estuviese al tanto del pequeño, y así era no lo sabía, tuve que morir para conocerlo, pero desde ese día juré jamás desampararlo, estaba tan cegado por mi amor a Maritza que sino llegó a morir, quien sabe cuanto pensar hubiera pasado mi hijo por mi culpa.

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