Capítulo 10

Dispuesto a saber más sobre esa historia del hijo fui a casa de Laura, con tan buena suerte que al trasladarme allí se encontraba en ella. Su hogar no tenía mucho lujo como la mía, no tenía muy buenas condiciones, todo lucía de uso, barato o muy gastado, había solo un dormitorio, al entrar en él pude apreciar que allí vivía un niño pequeño cosa que me ilusionó, había una camita pequeña, varios juguetes por el piso, al acercarme a la cama había un niño durmiendo en ella, lo miré de cerca estaba rendido en su sueño, cuando llegó Laura y lo despertó con un pomo de leche, lo llamó por Lukas, el niño coincidía con el tiempo de las llamadas que ella me hacía y yo ignoré, también llevaba mi nombre, no podía ser casualidad.

Estuve más tiempo en el lugar, pude apreciar cómo ella lo trataba con mucho amor y paciencia, lo vistió y dispuso todo para salir con él, se notaba que a pesar de no tener tanto dinero el pequeño era feliz con su vida y ella se esforzaba por darle lo mejor hasta dónde pudiera. Luego lo llevó a cuidar con una señora muy parecida a ella, el pequeño corrió a los brazos de la mujer y la llamó abuela, vivía cerca de su hogar, fueron andando hasta ahí, ella no tenía auto.

Laura entró en la casa de su madre, por qué al saludarla le llamó mamá, dentro de la misma dejó todo listo para el pequeño, ropa de cambio, pañal, comida entre otras cosas, una vez terminado todo y colocado en orden le dió un beso al pequeño y emprendió la marcha hacia su trabajo, tanto su madre como el pequeño le decían adiós con la mano hasta que ella desapareció en el horizonte, tomó un bus y la seguí, iba rumbo aquel restaurante donde la conocí, llegó al lugar, cambio sus ropas y comenzó a trabajar, yo recuerdo que no regresé jamás a ese restaurante, así que no tenía idea que aún trabajaba allí.

Con toda esta información regresé por Yara al hospital, ella aún estaba con la nueva persona que necesitaba ayuda en su proceso de aceptación, al verme llegar la dejó con otra persona a cargo para qué lo acompañará y fue conmigo a ponerse al tanto de todo, al contarle mi hallazgo se puso muy feliz, entonces decidimos ir a casa de mi madre para que ella investigara si de verdad era mi hijo. Para dejarle un mensaje Yara tomó el cuerpo de un residente que dormía en un laboratorio con papeles y bolígrafo en mano y escribió la nota con la dirección del lugar y explicando que podría tener un nieto que investigara.

Llegamos a casa de mi madre, pero no estaba por ningún lado, pusimos la nota en la entrada, para que pensara que lo habían dejado por debajo de la puerta, cuando la dejamos ahí fue que recordé que hoy era mi entierro, mentalice a mi madre y la ví ahí llorando sin consuelo frente a mi cuerpo sin vida, Maritza lloraba igual de fuerte pero en brazos de Matheus, nadie sospechaba que estaban juntos así que ella estaba a gusto en sus brazos.

Sin mucho más que hacer, solo me quedaba esperar por mi entierro, fui a un rincón y desde allí veía a todos, me mantuve ahí mirando como se deshacían de mi cuerpo, muchos lloraban por mí, algunos en serio otros no tanto, fue allí que comprendí que la vida puede pasar tan rápido y la muerte está al asecho, mientras solo nos preocupa el trabajo, el dinero, complacer a otros y perdemos la esencia vivir, vivir para uno.

Luego del entierro mi madre al llegar a casa vió el anónimo, no espero ni un segundo en comprobarlo, fue al lugar y ahí estaba el pequeño junto con Laura que recién llegaba del trabajo, el niño tenía gran parecido a mí, mi madre se presentó y Laura palideció, mi madre insistía en saber la verdad, le explicó lo del anónimo y cuenta ilusión le haría que fuera verdad, Laura le confesó que sí, que era su nieto, pero le explicó que yo jamás me interese por eso así que ella decidió tenerlo sola.

Mi madre le explicó que yo había muerto, está noticia causó que Laura se tambalease de la emoción, tuvo que tomar asiento para seguir preguntando, invitó a mi madre a pasar por qué hasta ahora estaban conversando en la puerta de la entrada, Laura estaba cómo a la defensiva con ella. Se puso al tanto de todo y quedaron en hacer una prueba de ADN, Laura le ofreció una muestra de cabello del pequeño.

Mi madre se fue feliz, haría la prueba, pero en sus adentros sabía que ese niño era mi hijo, estaba agradecida con Dios, ya que de cierta forma colocó en su vida otro motivo por lo cual vivir, fue al laboratorio a entregar las pruebas, luego de pasar por donde estaban mis muestras para cotejar. Regresó a casa a descansar, el resultado tardaría unos días.

Yo regresé esa noche a casa de Maritza con Yara, esperamos a que Matheus se fuera, ella fue a tomar un baño y comenzó la acción, abrimos el gas, las ventanas del apartamento, ellos salió corriendo envuelta en una toalla para cerrar todo, miro cada rincón en busca de alguien, pero estaba aparentemente sola, volvió para vestirse y prendimos el televisor, la mantuvimos así por un tiempo ya si cara reflejaba miedo,cuando durmió volvimos a subir aire acondicionado, una tortura paso, incluso se tranco en el baño asustada y allí amaneció.

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