Capítulo 14

Llegó el día de la lectura del testamento y conocer al fin lo que dispuse, ya eran las nueve de la mañana todo estaba dispuesto, Laura se encontraba allí con el pequeño, pero las sirvientas se lo llevaron para qué jugará en un cuarto que su abuela le había preparado, en él había de todo. Desde carritos hasta videos juegos, también había una pequeña camita por si quería dormir un rato. Allí se quedó jugando y su mamá regreso al despacho, también estaba Alfred, ya el abogado anterior sabía el resultado y había dado la validez del mismo, claro nadie de los presentes sabía lo que allí se revelaría.

Eran las nueve y media cuando Maritza hizo su entrada. Se notaba que venía del estilista, estaba perfectamente peinada, vestida y maquillada. Parecía una Barbie. Llegó con aire de superioridad, no notó a Laura, paso por si lado creyendo que era otra empleada, saludo por encima del hombro a todos y se sentó. Ya estando todos los involucrados, el abogado procedió a explicar lo que acontecería a continuación, explicó lo del segundo testamento y acta de última voluntad, nueva, esto tomó por sorpresa a todos y más a Maritza que lo miró con mucho interés, no sabía de ese testamento y ya quería saber de qué se trataba.

El abogado comenzó a leer en voz alta todo lo pactado, mientras más leía más Maritza se incomodaba, espero hasta el final para preguntar qué hijo era ese que aparecía en ese instante precisamente y jamás se había hablado. La abuela salió en su defensa, le presentó a Laura y Maritza la miró de arriba abajo, aseguraba que era una caza fortunas que al saber de mi muerte apareció para ver que podía lograr, dejo entrever que estaba en complots con el nuevo abogado, el cual había falsificado todo a su favor.

Mi madre defendió a Laura, le hizo toda la historia del anónimo y que fue ella quién se presentó en su búsqueda, y le enseñó la prueba de paternidad, el abogado allí presente le enseñó la evidencia de que esa firma era la de su esposo, todo estaba legalmente pactado de mi puño y letra. Maritza no pudo hacer mucho al respecto, ante tanta evidencia no tuvo más opción que obedecer, tendría que abandonar el apartamento en el plazo de un mes, debería buscar algo acordé a su nueva entrada económica o vivir con Matheus. Se fue del lugar maldiciendo, ni quiso ver al muchacho, fue directo a la empresa para informarle a Matheus.

Llegó sin avisar y al entrar a la oficina de Matheus notó un comportamiento extraño de la secretaria hacia él, llevaba la blusa con un gran escote que se le veían los pechos, también la falda estaba muy corta para su gusto, al verla le pidió que saliera y los dejara solos, también le pidió abotonar su blusa correctamente al salir, la secretaria obedeció y salió sin entender nada de su reacción, se suponía que era la viuda del patrón, no la esposa de Matheus para fijarse en esas cosas.

Cuando quedaron solos le pidió que la despidiera, no la quería volver a ver allí nuevamente, era obvio que quería seducirlo.Maritza estuvo largo rato hablando de la secretaria, con su ataque de celos hasta había olvidado lo ocurrido en la herencia, la verdad es que ella adoraba a Matheus haría lo que fuera por él y eso estaba más que probado, menos mal que no vio nada más, por qué minutos antes la escena era mucho peor, Matheus le prometió que en cuanto encontrará sustituta le cerraría el contrato, ella se ofreció a sustituirla y él aceptó para evitar una pelea mayor, así que Maritza se relajó y le contó todo lo ocurrido.

Automáticamente, él llamó a su abogado para comentar lo ocurrido y ver si se podía resolver algo, apelar a favor de Maritza, pero el abogado le explicó que nada se podía hacer y más que cuando preguntó si el matrimonio había sido con bienes compartidos o habían quedado separados, ella recordó que los bienes estaban independientes así él no sospecharía sus intenciones, incluso ella fue la de la idea, estaba segura de que de igual forma serían para ella, ya que no había nadie más. Pero dado el caso ahora estaba arrepentida, esto la dejaba fuera y sin derecho a más nada.

Sin mucho más que hacer y sin dinero solo quedaba robar a la empresa, hacer una cuenta en un paraíso fiscal y huir juntos lo antes posible para evitar ir presos en caso que la policía lograra describirlos ya estar bien lejos de todo.

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