Salí de la librería muy enojado con Melina, porque me sentía muy avergonzado y me lamentaba mucho de no poder conversar durante más tiempo con mi vecina debido a que me parecía una persona muy interesante, el problema es que para bien o para mal sigo siendo un hombre casado y Melina siempre se comportaba de esa
forma cuando hablaba con otra mujer, lo cual era muy difícil porque siempre fui muy popular debido a mi carácter y disposición a brindarle mi ayuda, antes de conocer a Melina tenía muchas amigas, no obstante, tuve que poner distancia con ellas para evitar sus celos.
-No sabía que eras cercana a nuestros vecinos – Le dije a Melina
-No soy cercana a ella y no quiero que le hables porque me cae muy mal esa mujer
Melina me observó con recelo dándome a entender que no le agradaba mucho nuestra vecina y que no debía continuar preguntando al respecto
-Melina dime de donde la conoces y porque ella no te agrada
Melina resopló con ira y era evidente cuanto le desagradaba Magali, sin embargo, estaba negada a proporcionarme una explicación de su absurdo comportamiento.
-La conozco porque suelo coincidir con su esposo cuando salgo a entrenar y me molesta esa forma de ser tan extraña
Fue un balde de agua fría cuando Melina me dijo que Magali era una mujer casada, aunque lo importante es que caí en cuenta que mi esposa nunca me había comentado nada sobre ese vecino con el cual salía a entrenar.
-No me habías dicho nada sobre ese vecino
-¿Daniel estás celoso? – Preguntó Melina
Negué con la cabeza porque sabía que esta era una estrategia para manipularme
-No se trata de celos sino de que me ocultas cosas – Le dije con molestia
Melina detuvo su paso, lo cual me pareció muy extraño y cuando me volví para preguntarle por qué se detenía, me abrazó y me dio un beso en los labios, luego me observó con tanta dulzura que si no me hubiera enviado ese correo por error me creería por completo su actuación
-David solo es un vecino el cual me ayuda con mi entrenamiento y si no te he dicho nada es porque es alguien sin importancia.
-¿David? – Le pregunté a Melina
-Ese es el nombre de nuestro vecino y como puedes notar es un hombre casado
Comienzo a pensar que Melina cree que soy un tonto, que David esté casado no le impide ser infiel, así como no le impide a ella tener una aventura con otro hombre que no sea yo, sentí que éramos observados, sin embargo, asumí que se debía a lo llamativa que es Melina, por suerte llegamos al restaurante y pude ocupar mi
atención en ordenar la comida, sultán es un excelente restaurante de comida estilo árabe y mientras esperábamos noté que mi esposa estaba un poco ansiosa mientras leía los mensajes de su teléfono
-¿Todo está bien? – Pregunté con curiosidad
-Sí – Respondió Melina con distracción
Melina se excusó para ir al baño y se llevó su teléfono con ella, aunque eso carecía de importancia porque sus comunicaciones eran monitoreadas y esperaba por el informe que en los próximos días me entregaría el detective privado
-¿David, para qué quieres que nos encontremos en el baño de mujeres? – Preguntó Melina
David, a pesar de que esperaba por Magali cuando observó la escena del beso entre Melina y Daniel y se enojó mucho y decidió seguirlos hasta el restaurante con algo de persuasión, pudo entrar y le envió un mensaje pidiéndole encontrarse en el baño de mujeres.
-Para esto – Respondió David
David la sujetó con fuerza por su cintura y le dio un beso muy apasionado en los labios y con su lengua exploró el interior de su boca y cuando comenzó a excitarse se dio cuenta de que debían detenerse porque alguien tocaba a la puerta con insistencia
-Necesitaba borrar su rastro – Dijo David
Melina corregía su maquillaje mientras David abría la puerta y salía, luego se escuchó el murmullo apagado de la mujer que esperaba por el baño, la cual la miraba con reprobación
-Busca un hotel – Dijo la mujer cuando pasó a su lado
-Envidiosa – Respondió Melina con prepotencia
-Zorra – Susurró la mujer
Esperaba por Melina y me preguntaba sobre qué quería hablar esta noche, tracé un plan porque no deseaba dormir con ella, no quería ser tan obvio, pensó en que ella no tenía mucha tolerancia al alcohol, así que a pesar
de que era un día de semana pedí una botella de vino y cuando mi esposa regresó le entregué una copa
-Daniel, mañana tengo que trabajar – Respondió Melina
-Es solo una copa Melina – Dije para convencerla
Estreché su mano y le sonreí de forma amable y notaba que ella estaba un poco incómoda en ese momento debido a mi insistencia por saber de qué quería hablarme, bebió un sorbo de su copa, y su expresión cambió de inmediato porque le encantó la dulzura del Malbec, y esa era la razón para escoger ese vino
-Me invitaste para hablarme sobre una propuesta – Dije para romper el silencio
Antes del correo habría tenido expectativas sobre esta conversación, pero ahora sospechaba que no me gustaría lo que ella quisiera proponerme.
-Vamos a comer primero – Dijo Melina evitando mi mirada
La comida estuvo deliciosa y la conversación aceptable, porque esta noche simplemente me convertí en una persona que escuchaba el monólogo de mi esposa y al parecer eso era lo que le gustaba a Melina, un detalle que mi esposa no notó es que su copa nunca estuvo vacía y cuando terminamos de comer ella estaba ebria y tuve que ayudarla a subir al auto para regresar a la casa.
-Tú estás muy extraño – Dijo Melina despeinando mi cabello
Por lo general me gusta ese gesto de cariño cuando lo hacen las mujeres que son importantes en mi vida, sin embargo, ya no deseaba que Melina lo hiciera, pero como me lo advirtió el detective privado no podía hacer que se diera cuenta de que sospechaba de ella.
-Melina, sigo siendo el mismo de siempre, la que parece que ha cambiado eres tú – Respondí con desolación
Melina no me escuchó porque se encontraba dormida y cuando llegamos a la casa, ayudé a Melina a acostarse y era curioso que ella insistiera en hacer el amor, no obstante, sabía que al día siguiente ella hablaría de que se sentía ultrajada y toda su perorata progre en la cual por ser hombre te conviertes automáticamente en un abusador, ya una vez lo hizo y fue muy aterrador para mí
-Daniel, quiero que me hagas el amor – Protestó Melina
Alcé a Melina en brazos y no era nada extraordinario a pesar de que no estaba en buena forma, mi trabajo era físicamente muy exigente y a pesar de mi constitución delgada soy muy fuerte, con mucho cuidado la puse sobre la cama, le quité sus zapatos y la cubrí con una sábana
-Estás ebria y luego dices que no me diste tu consentimiento – Le dije con molestia
Acabo de reflexionar que si existe una palabra que me definió bien durante estos últimos seis años es felpudo, sé que es patético ser considerado por tu pareja de esa manera, aunque lo importante es que me di cuenta y que esa situación no puede continuar, debo hacerme respetar y recoger mis perdidas ahora que aún estoy a tiempo, a pesar de mi decepción no podía dejarla a su suerte y luego de traerle un vaso con agua me fui a dormir a la habitación de invitados además de que debido a mis dos días de permiso debía estar en la empresa a las 6 de la mañana del día siguiente.
-Sé que no te gusta hacer mantenimientos en tierra firme, pero esta vez es necesario que acompañes a la cuadrilla – Dijo mi jefe
Llegué a la empresa y ya me estaba esperando mi jefe para una reunión urgente con mi departamento, el sistema eléctrico de la isla era un poco obsoleto y nos encontrábamos en una fase de poner en marcha un sistema de automatización, el único problema es que la energía eléctrica era generada en tierra firme y esos
equipos presentaban fallas, lo cual hacía que con regularidad se suspendiera el suministro del servicio en la isla.
-¿Cuántos días voy a estar de viaje? – Pregunté con curiosidad
-Probablemente, una semana - Dijo mi jefe muy dudoso
Observé la expresión de mi jefe y sospechaba que se trataría de más tiempo, pero era mi responsabilidad verificar el correcto funcionamiento de esos equipos
-Está bien jefe cuenta conmigo- Respondí
Por lo general no me gusta viajar a tierra firme, aunque esta vez me pareció muy apropiado, además que estaría una semana alejado de mi esposa y si Melina tenía un amante le daría una oportunidad para el investigador encontrara pruebas.
-Tu vuelo es a las cinco de la tarde – Dijo mi jefe entregándome los boletos
-Supongo que tengo que sacrificar mi hora del almuerzo – Dije con resignación
Regresé a mi casa a la hora del almuerzo para hacer mi equipaje y finalmente pude ver como lucía el vecino que posiblemente era el amante de mi esposa y no lo podía creer porque a este imbécil ya lo conocía de la secundaria y realmente lo detestaba porque era uno de los que más me acosaban durante ese tiempo.
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Comments
mariela
Esos dos van a caer redonditos porque no vas a estar en casa durante días y se van a aprovechar de tu ausencia para hacer de las suyas es evidente que el detective no se va a perder de esos encuentros extramatrimoniales y te vas a llevar una buena decepción Daniel
2024-01-03
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