* Máx, te quedarías conmigo si estuviera esperando un hijo tuyo? - preguntó Viviana mirando sus ojos, y detectando sorpresa en ellos.
Él la miró intensamente. Se apartó a un lado y pregunto,
* ¿Por qué preguntas eso? ¿Te estás cuidando verdad? - pregunto Máx serio. "¿Sería capaz de embarazarse para que yo no me fuera de su lado?" pensó.
* Si, me estoy cuidando. Pero a veces los anticonceptivos fallan. - le dijo ella, mordiéndose el labio ligeramente.
Máximo la miró, luego se incorporó en la cama, la tomo suavemente de la barbilla. Y mirando a sus ojos, respondió,
* Te amo, Viviana. No te dejaría sola con un hijo mío. Aún si no pudiéramos estar juntos,
te apoyaría en todo lo relacionado a nuestro hijo. No lo abandonaría. - le explicó él sin soltarla pero sin lastimarla. - ¿Responde eso a tu pregunta? – le respondió, seguía serio, y la sorpresa inicial había desaparecido de su mirada.
Viviana no sabía o no quería saber cómo interpretar esa respuesta.
Pero por lo menos sabía que si estaba embarazada, su hijo siempre tendría el apoyo de su padre.
* No es la respuesta que hubiera querido escuchar – dijo en voz baja, mirandolo a los ojos - pero basta por ahora. - respondió ella con una sonrisa triste. Él volvió a abrazarla y volvió a hacerla suya más intensamente que antes.
**********
Julián volvió al apartamento de Natasha. Al entrar y cerrar la puerta detrás de él, noto que todo estaba oscuro y silencioso. Solo la luz de la cocina se distinguía. Se fue desanudando la corbata a medida que se acercaba al cuarto que compartía con Natasha. Cuando intento abrir estaba cerrado por dentro.
* Maldic**n. - dijo en un murmullo irritado. Natasha se había encerrado en el cuarto. Era más que obvio que no quería hablar con él.
Así que no trato de abrir la puerta, mañana intentaría hablar con ella. Eso significaba que aún había cosas que resolver entre ellos. Suspiro pesadamente y se dirigió al cuarto desocupado, al lado del cuarto de Natasha.
Entro y siguió desvistiéndose. El cuarto estaba limpio y acomodado, ya que era como un cuarto de invitados. Termino de desvestirse, tendría que dormir en ropa
interior, todas sus cosas estaban en el cuarto de Natasha. Se dio una ducha, y luego de secarse se metió entre las suaves sabanas.
A pesar de que tenía sueño, y estaba muy cansado no lograba conciliar el sueño. Estaba casi seguro que a Natasha le pasaba lo mismo. Probablemente, estaba despierta
mirando por la ventana. Sin embargo, comenzó a dormirse, pero se despertaba de
golpe como si alguien lo llamara, no lograba dormir profundamente. Hasta que se
durmió pero comenzó a tener una pesadilla.
De repente, unos gritos lo despertaron, y se levantó sobresaltado, tratando de ver
donde estaba, hasta que cayó en cuenta que los gritos venían del cuarto de Natasha y que él había tenido que quedarse en el cuarto contiguo. Se levantó asustado y salió del cuarto, tratando de abrir la puerta del cuarto de Naty, llamándola para que abriera la puerta. Entonces, comenzó a golpear la puerta con el hombro hasta que logro abrirla rompiendo la cerradura. Claro sabía que
le dolería mucho el hombro luego, pero por ahora quería salvar a Naty de lo que fuera que la estaba atacando.
Cuando logro entrar, vio a Naty muy inquieta, moviéndose de un lado a otro en la cama,
mientras gritaba "no, mí bebe". Lo que hizo que viniera a su mente los recuerdos del día de la pérdida de su bebe. Julián se apresuró a llegar al lado de Naty, se sentó en la cama. Le levanto su cuerpo parcialmente, tratando
de abrazar su torso, como una niña pequeña, mientras le hablaba suavemente.
* Ya… todo está bien… ya paso… estoy contigo, Naty. – le decía mientras la arrullaba como recordaba que hacia su mama cuando ellos lloraban. Tratando de consolarla, y sacarla de la pesadilla.
Poco a poco ella se fue calmando en sus brazos, al sentir su calor, a través de la
delgada tela de la bata que llevaba puesta. Naty se fue calmando hasta quedar dormida, nuevamente. Él se quedó un rato más, y cuando sintió que ya ella estaba tranquila, intento levantarse de la cama. Pero ella abrazó fuertemente su torso.
* No te vayas, por favor. – susurro entre sueños Naty, con voz ahogada contra su pecho, casi llorando. – No me dejes. Perdóname. – le dijo ella. Él la miro, y abrazándola se acomodó, acostándose a su lado. Mientras acariciaba su espalda.
* No hay nada que perdonar. Tranquila. – le dijo él besando su frente mientras seguía
abrazándola.
* Es que no te conté todo lo que dijo el médico. No lo hice porque tengo miedo. – aclaro ella.
* Ssshhh… tranquila. Luego hablamos de eso. Solo duerme. Me quedare contigo solo si tú
quieres. – le explico él, mientras cerraba los ojos. Comenzando a sentir que tenía mucho sueño.
* Si quiero que estés junto a mí. No me dejes. – dijo ella. Y se durmieron rápidamente mientras se abrazaban.
**********
A la mañana siguiente, era día libre. Natasha se estiro sintiendo a Julián abrazado a su cuerpo. De repente sintió como su cuerpo respondió a ese abrazo, aun cuando él seguía dormido. Eso no le había pasado en mucho tiempo. Se quedó mirando el rostro de su amado con una sonrisa. Y le dio un pequeño beso en sus labios. El apretó el abrazo, mientras sonreía.
* No hagas eso, Naty. – dijo bostezando. Ella sonrió, mientras se frotaba contra el cuerpo
ajeno. Él gimió- - no hagas eso, sino quieres estar conmigo, Naty. – dijo él abriendo los ojos para mirarla. Y lo que vio en su mirada le encanto.
* Si quiero estar contigo, mi príncipe. Le respondió ella con una mirada cargada de
deseo. Julián la miro por un momento, y luego comenzó a devorar su boca, y
acariciarla, con necesidad y deseo. Ella le correspondía de igual manera con frenesí.
Ahora estaban juntos en cuerpo y alma.
**********
Pasaron varios días. Natasha y Julián, fijaron la fecha para su matrimonio. Seria en
seis meses. Tiempo más que suficiente para organizar todo, y que ambas familias, muy numerosas, se pusieron de acuerdo para asistir al gran evento. Ambos estaban muy felices. Se acercaban a encontrar el tesoro al final del arcoíris. Es más ya habían encontrado ese tesoro, el amor, la felicidad y la seguridad que sentían uno con el otro.
Aunque a veces, Natasha se quedaba pensativa, ya fuera en el trabajo, o en su casa. Y se ponía algo triste. La última vez, que Julián la encontró así, se sentó a su lado, y abrazándola le pregunto,
* ¿Qué sucede? ¿Por qué estás tan pensativa? – le pregunto mientras le besaba la frente. – ¿agobiada con los preparativos de nuestra boda? – le pregunto sonriendo.
Ella sonrió, pero negó con la cabeza.
* Solo pensaba que nuestra felicidad seria completa si tuviéramos un hijo. – dijo ella
en un susurro.
Julián se entristeció por un momento. Luego se recuperó y abrazándola fuerte le dijo,
* Más adelante, Naty. Veras que sí. Cuando estemos preparados tendremos a nuestro hijo. – la consoló.
En verdad, Natasha pensaba que no se había cuidado en las últimas semanas y no había salido embarazada. Y esta vez estaba segura, porque había ido con Julián a su control y todo estaba bien, y sin embarazo. Eso la había puesto algo triste ese día. No era que estaba con él para ese fin, lo amaba y lo deseaba. Pero tenía la esperanza de concebir de nuevo y que esta vez, su embarazo tuviera éxito.
Se preguntaba si, después de todo, algo había quedado mal dentro de ella, y por eso no concebía. Sacudió la cabeza, y se concentró en el presente. En Julián y en su felicidad junto a él.
**********
Viviana venía caminando pensativa mientras de vez en cuando leía un papel que llevaba
en la mano. Apuró el paso pensando qué haría ahora.
"Tengo que decírselo a Máximo" pensó, "él me aseguró que no me dejaría sola con nuestro hijo", volvió a pensar.
Luego de su conversación con Máximo sobre la posibilidad de tener hijos, y de darse
cuenta de que tenía un retraso de varias semanas o mejor dicho, dos meses y medio sin ver su menstruación, decidió hacerse un examen de sangre para confirmar un embarazo.
Al día siguiente había ido a buscar los resultados y se consiguió que era positivo.
Pensó hasta último momento que podía ser negativo, y que era otra cosa lo que tenía, pero no, era positivo.
Decidió decirle cuanto antes a Máximo que estaba embarazada, no quería esperar un
minuto más. Así que se dirigió a la empresa donde trabajaba que era la misma donde trabajaba Natasha.
Por supuesto, ella no se encontraría con Natasha, ya que ella trabajaba directamente con el presidente de la empresa, y Máximo estaba en otro departamento.
Al llegar al lobby, solicitó hablar con Máximo, y dijo una pequeña mentirita, diciendo que era su esposa. La hicieron pasar a una sala de espera y a los pocos minutos, la pasaron a donde estaba la oficina de Máximo.
* Hola, Viviana. Qué sucede? Por qué viniste hasta la empresa? - le preguntó Máximo mientras tomaba sus manos, y la besaba en la mejilla. Le indicó que se sentara y él se apoyó en el escritorio para mirarla.
* Es que no podía esperar, amor. Te tengo una noticia y quería decírtela cuanto antes. - le dijo ella emocionada, con los ojos brillantes reflejando esperanza en su voz. Máximo
la observó con recelo.
* Dime, ¿qué sucede? Me hubieras esperado en casa, Viviana. - replicó mientras la miraba con seriedad - Además le dijiste a la secretaria que eras mi esposa - menciono él, levantando una ceja. Ella lo miró sonriendo como si pidiera disculpas por eso.
Entonces, Viviana le entregó el papel que llevaba en la mano junto con un sobre. Lo primero que él hizo fue leer el sobre que tenía el membrete de un laboratorio, posteriormente abrió el papel que estaba un poco arrugado, ya que ella lo traía en la mano, por leerlo varias veces, y lo que pudo leer fue HCG positivo. En realidad, él no entendió que quería decir eso y le preguntó,
* Esto es un examen de laboratorio pero de qué? No entiendo. - le preguntó serio.
Ella se levantó y mirándolo le dijo,
* Significa que estoy embarazada. Me hice la prueba esta mañana. Y acabo de recoger el
resultado. Solo quería que lo supieras. - le explicó ella esperando su respuesta, mientras lo observaba. Pero lo único que podía ver, era como Máximo apretaba la boca en una línea fina y como sus ojos se llenaban de molestia ante la noticia.
Él la miró,
* Te pregunté si te estabas cuidando y me dijiste que sí. Me mentiste - le replicó él con molestia. Ella no supo qué decir. Se quedó con la boca abierta, mientras lo miraba. Era la primera vez que Viviana se quedaba sin palabras delante de Máximo.
* Viviana, ¿escuchaste lo que te dije? - preguntó Máximo. - me dijiste que te estabas cuidando, ¿por qué ahora me sales con esto? - dijo muy molesto.
* Amor, ¿pero qué pasa? Me dijiste que si teníamos un hijo, me ibas a apoyar. ¿Por qué ahora me dices eso? - replicó Viviana, ahora sí estaba casi segura de que Máximo ya tenía sus recuerdos.
* Si, te dije que te iba a apoyar con nuestro hijo. No, que estaríamos juntos. - le recordó, él. - Tú crees que me voy a quedar contigo sabiendo lo que me hiciste y lo que le hiciste a Natasha? - le preguntó Máximo. A lo que Viviana se quedó sorprendida. Por un momento volvió a quedarse sin palabras.
* ¿Qué quieres decir, Máximo? ¿Qué les hice yo? ¿Qué te hice? S- solo quiero quererte, amarte, formar una familia contigo. - le aclaró Viviana en un susurro, pidiéndole una explicación.
Tal vez, hubiera una esperanza para ella si intentaba explicarle.
**********
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