Capítulo XIII. MÁXIMO ES DADO DE ALTA. (1/3)

Llego el día tan esperado por Máximo. Los

médicos lo darían de alta. Ya había hablado con Viviana, y también con Natasha, y habían quedado de acuerdo que iría por unos días a vivir al departamento de Viviana. Luego vería si se iba a un departamento solo, o si seguiría con Viviana.

Se dio cuenta en su conversación con Natasha, que ella tenía sus reservas en cuanto a Viviana. Pero pensó que era por lo sucedido previamente con ella hace años, cuando ella era novia de Julián, y Natasha solo era una amiga de él.

Ese día, Viviana había pasado la noche con él, y luego se había ido a su departamento. A asearse, desayunar y cambiarse. Como sabía que lo iban a dar de alta, volvió a media

mañana al hospital. Al entrar ya Máximo estaba vestido, y listo. Sentado en la cama del hospital.

Al verla entrar el sonrió.

*  Hola, Vivi. Que bella te ves. – dijo Máximo

mirándola de arriba abajo. En su mirada se podía ver el amor que se sentía hacia Viviana.

*   Hola, amor. Pensé que me esperarías para

ayudarte a preparar para salir. – le dijo ella un poco sorprendía por verlo, listo y vestido, sentado a la orilla de la cama. Se acercó a él, le dio un suave beso en la mejilla y se sentó a su lado en la cama.

*   Quise estar listo por si venia el medico

antes, no tuvieras que esperarme. Ya quiero salir de este hospital. Quisiera retomar mis actividades de una vez. – le respondió Máximo siempre sonriendo. Viviana lo miro, mientras acariciaba su cabello.

*    Está bien, amor. Pero aun debes descansar unos días, y adaptarte de nuevo a tu rutina. Recuerda lo que el medico dijo. –

le recordó ella.

En ese momento llego una enfermera con el médico. La enfermera procedió a quitarle la vía intravenosa que Máximo aun tenía en su brazo, con mucho cuidado y a colocarle gasa y un adhesivo, haciendo un poco de presión. Ya que había pasado varios días con esta vía.

El medico les explico lo que Máximo debía hacer a partir de ahora. Debía asistir mensualmente a sus controles para ir evaluando su evolución. Y si presentaba cualquier situación anormal, debía regresar rápidamente al hospital. Le indico que debía tener paciencia, e irse acostumbrado nuevamente a su rutina anterior. Pero los próximos días, tal vez una semana o dos debía descansar en casa.

Al entregar los papeles del alta, ya cuando el medico se retiraba. Viviana se levantó y siguió al médico hasta el pasillo. Verificando que la puerta estuviera cerrada, le pregunto al médico,

*    Doctor, disculpe. – llamo Viviana.

*    Dígame señorita. – respondió el medico

amablemente.

*   ¿Que paso con la memoria de mi novio? ¿El recordara los últimos eventos que vivió? Es decir ese día que se le olvido, ¿volverá a recordarlo? – pregunto Viviana con preocupación.

*  Señorita, es muy difícil decir si alguna

vez recordara ese día. Pudiera ser que si o que no. Pero eso no impedirá que pueda hacer su vida normal. Fue un solo día que desapareció de su memoria, tal vez algún evento sucedió ese día que él no quiere recordar y por eso su mente se encargó de borrarlo, bloquearlo sería una mejor expresión. No se preocupe. Aun así cualquier síntoma extraño que usted observe lo trae de vuelta al hospital, ¿de acuerdo? Estamos para

servirles. – concluyo el medico con una sonrisa, retirándose rápidamente, ya que lo llamaban por los altavoces, que era requerido en emergencias.

Viviana se quedó allí asimilando la información. No tendría seguridad de saber si él en algún momento recordaría. Precisamente ese día. Ella hubiera preferido que lo recordara y así poder enfrentar la situación con Máximo. Se había dado cuenta que esta vez, se había enamorado de él. No entendía como, si la primera vez no sintió nunca nada por él. Solo había sido un medio para un fin.

Por un momento, sus ojos se cristalizaron debido a las lágrimas contenidas. “¿Cómo es posible que me haya enamorado como una tonta?”, pensó Viviana.

Esto le impedía pensar claramente lo que quería hacer. Ahora sus deseos de quitarle la paz y tranquilidad a Natasha y a Julián no eran los mismos de hace dos meses. Seguía sintiendo rencor hacia Julián por haberla rechazado y haberla traicionado con Natasha,

cuando eran novios.

Pero también sabía que ella igual lo había traicionado. Le había sido infiel un montón de veces durante su relación. Pero era culpa de él, ¿verdad? Porque ella le pedía estar con ella en la intimidad y él nunca acepto, poniendo de primero unos estúpidos deseos de proteger su virtud, cuando ella no quería eso. No estamos en esa época. Ahora las mujeres tienen más libertad. No es necesario que las mujeres lleguen puras y castas al matrimonio. Eso paso de moda, pensó.

Sin embargo, eso no le importó a Julián cuando estuvo con Natasha. Con ella si tuvo intimidad sin importarle nada. Eso era lo que hacía enfurecer a Viviana.

En realidad, gran parte de lo que pensaba Viviana sobre la infidelidad y el llegar virgen al matrimonio, no se lo creía ni ella misma. Si ella hubiera tenido a su madre junto a ella durante sus años de infancia, tal vez su modo de ser, fuera otro. Tal vez habría actuado de otra manera. Siempre busco el amor y el cariño en brazos de cualquiera que se lo ofreciera físicamente.

Su padre le dio el cariño que pudo, y la falta de cariño y tiempo de calidad, lo enmendó con cosas materiales. Convirtiendo a Viviana en un niña malcriada, que había que cumplirle todos sus gustos, y caprichos. Pero eso ya era pasado, Viviana había vivido muchas situaciones que la habían hecho madurar. Entonces debía tomar una decisión. ¿O quedarse en el rencor que tenía hacia Julián y Natasha y hundirse más, o por el contrario, olvidarse de ellos para siempre, e intentar vivir una vida feliz con Máximo?

¿Qué haría?

**********

Máximo y Viviana salieron juntos del hospital, luego que lo dieran de alta, y se dirigieron al apartamento de Viviana. Ella se encargaría de cuidarla durante estas dos semanas.

Mientras tanto, Natasha y Julián, ambos estaban en sus respectivos trabajos. El primero en enterarse que a Máximo lo habían dado de alta y Viviana se lo había llevado a su apartamento fue Julián. Así que le indico a su gente que los mantuvieran vigilados, a una distancia prudente. Había que estar al pendiente de lo que sucedía.

Y Julián llamo a Natasha para salir esa tarde. Allí le contaría que ya a Máximo le habían dado de alta.

**********

Natasha salía de su trabajo. Al ir caminando por el estacionamiento hacia su auto, vio a Julián parado a un lado del mismo. “Se ve muy guapo”, pensó Natasha. Sintió que se

sonrojaba. Y vio como Julián cambiaba su expresión seria a una alegre, cuando lo vio acercarse a él. Se detuvo a su lado sonriendo.

*   Hola, Naty. ¿Cómo pasaste el día? –

pregunto Julián, mientras pasaba una mano por su cintura y se acercaba para darle un beso en la mejilla. Aunque en realidad lo que quería hacer era besar sus labios.

*    Hola, Julián. Bien, fue un día tranquilo. ¿Y tú? ¿Cómo pasaste el día? – le pregunto a su vez Natasha, mientras igual pasaba un brazo por la cintura ajena, terminando por abrazarlo y apoyando su cabeza en el pecho de Julián. Sentir los latidos de su corazón la hacía sentir tan bien.

El termino correspondiendo a su abrazo, y dándole otro beso pero en la frente, le dijo,

*   Bien. También fue un día tranquilo. Vamos a cenar. Tenemos que conversar. – le dijo Julián, sonriendo. Él le abrió la puerta de su auto, y Natasha dudo mirando el propio.

*    Mi auto, Julián. - Dijo haciendo un

puchero. Él se rio por lo bajo.

*   Tranquila, no lo dejaremos aquí. – y el

extendió su mano para que le entregara su llave. Y ella suspiro dándole las llaves.

*    Creo que no me acostumbro a esto. – dijo

ella subiendo al auto de Julián con expresión resignada. Le gustaba tener independencia debido a su auto, pero se había ido acostumbrándose que a veces los hombres de Julián la llevaban en su auto. No siempre. Ya que generalmente la buscaba en su departamento.

*  Listo, tendrás tu auto a disposición mañana en el estacionamiento de tu apartamento. Tranquila. - Dijo el subiendo a su auto, se acomodó el cinturón de seguridad y puso el auto en movimiento.

Dirigiéndose al mismo lugar donde habían ido hace un mes cuando retomaron su relación. El pequeño restaurante a orillas de la costa. Donde podían observar la playa al atardecer.

Como el sol iba escondiéndose en el horizonte, y ponerse rojo, haciendo que su

luz se degradara en el cielo, de forma de ver la poca luz solar degradarse en todos los colores, como si pasara a través de un prisma y se convirtiera en un hermoso arcoriris.

Ese lugar les recordaba a ambos un poema sobre los arcoíris de Brayan Cortes, que habían leído juntos en la universidad, en sus ratos libres. Esta vez lo recordó, Julian.

“Es una señal de esperanza

Y me recuerda que la vida es bella

A pesar de los problemas

Que a veces parecen insuperables.”

**********

Nota: El poema sobre los arcoiris de Brayan Cortes, pueden leerlo completo en internet.

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