Capitulo VII. REENCUENTRO.

Ya habían pasado las 48 horas que habían indicado los médicos para observar una mejoría en Máximo. El iba mejorando poco a poco con el transcurso de las horas y los días.

Sin embargo, no despertaba. Este hecho hizo que los médicos comenzarán a realizar otro tipo de estudios médicos para saber que sucedía en su cabeza. Tal vez al caerse por el desmayo se dió un fuerte golpe en la cabeza, pensaron los médicos. Sin embargo, todos los estudios salieron bien. Por lo que había que esperar que su cuerpo descansará y despertara por su cuenta. Mientrasvseguían conectado a varias máquinas, las cuales poco a poco fueron desconectando, hasta solo quedar las necesarias para su condición.

Natasha, que en un comienzo no se apartó de su lado, y que se alegró mucho que todo estuviera bien, estaba muy triste porque él no despertaba. Así que ahora lo visitaba todos los días, un rato, para saber cómo estaba y hablar con losbmédicos. Era injusto que algo que debió haber sido en su contra, le hubiera sucedido a alguien tan dulce como Máximo. Se sentía muy culpable por eso.

Viviana salió del país, ayudada por su padre. La policía nunca pudo hablar con ellabsobre lo sucedido en su apartamento con Máximo. Al final, el padre de Viviana movió sus influencias para que el caso fuera cerrado y todo quedará en elbolvido. Aún así, Viviana debía pasar una temporada fuera del lente público. Por lo menos hasta que lo sucedido se olvidará y las aguas se calmarán.

**********

Natasha estaba saliendo de su trabajo. Había sido un día largo, con mucho trabajo. Y como su jefe salió temprano, ella también pudo retirarse temprano a su apartamento y descansar un poco más.

Ya había caminado por el estacionamiento y estaba por subirse a su auto cuando sonó su teléfono.

* Aló. Buenos tardes. Diga. - respondió dándose cuenta que no conocía el número telefónico. Se sorprendió mucho al escuchar la voz de la persona al otro lado de la línea telefónica.

* Hola, Julián. Cómo estás? - le preguntó con un hilo de voz, tratando de controlar su nerviosismo.

* Estoy bien. Y tú, cómo estás? - respondió Julián.

* Bien gracias a Dios. - dijo ella pasando de la sorpresa al desconcierto. - Pasó algo con mis padrinos? O con los gemelos? - preguntó ella poniéndose nerviosa de repente. Si no era que había pasado algo con la familia, entonces no entendía porque Julián la llamaría.

* No, no. Todos están bien. Mi madre te manda saludos. - le respondió él con voz neutra. -

* Y qué sucede? Por qué me llamas? - le preguntó Natasha, sonaba feo que lo preguntará así, pero no quería alargar la conversación más de lo debido.

* Necesito hablar contigo sobre una llamada que me hicieron. Podemos reunirnos en una hora? Tú dices el lugar. - le propuso Julián, ignorando el tono de voz que uso para realizar su pregunta anterior, de ese modo ella se sintiera en libertad de elegir un lugar apropiado para que ambos conversaran con tranquilidad. Natasha pensó que primero debía ir al hospital a ver a Máximo y preguntarle a los médicos cómo seguia. Aún cuando sabía que el día anterior no había habido cambios era posible que hoy estuviera mejor. Así que subió a su auto, aún con la llamada de Julián abierta y respondió,

* Nos vemos en dos horas, es decir, - viendo el reloj del teléfono - a las 7 de la noche en la cafetería que está en el paseo de las flores. La recuerdas? - le preguntó Natasha. Julián pensativo recordó el sitio y le dijo,

* Sí, lo recuerdo. Allí estaré. - le respondió Julián al otro lado de la línea telefónica.

* Muy bien. Nos vemos en 2 horas. - le dijo Natasha, y colgó el teléfono, lo metió de nuevo en su cartera, que había colocado en el asiento del copiloto de su auto. Se puso el cinturón de seguridad y, respirando profundo, encendió el auto y se puso en marcha hacia el hospital.

Al llegar al hospital, hizo su rutina de todos los días, hablo con los médicos sobre la evolución de Máximo. Y luego, fue a la habitación de Máximo, y se sentó a su lado, observando como el chico aún estaba conectado a dos de los equipos médicos de alta tecnología, una que era para verificar los signos vitales y las funciones de su sistema y, la otra era las intravenosas y el sistema de alimentación para nutrir su cuerpo. Una lágrima escurridiza rodó por su mejilla, y ella la limpió con el dorso de su mano como diciéndose que sería fuerte por los dos.

Le tomó la mano a Máximo y apretándole la mano, le dijo,

* Sé fuerte amigo, recupérate pronto. Extraño mucho nuestras conversaciones. Me haces mucha falta amigo. - le dijo con una lágrima cayendo por su mejilla. En un impulso beso él dorso de la mano de su amigo. Luego, se levantó de la silla, mientras vio una vez más su rostro, y tomando su bolso salió de labhabitación del hospital. Camino hasta que llegó al estacionamiento y subiendo a su auto, luego de ponerse el cinturón de seguridad, observó la hora en su teléfono. Faltaban 30 minutos para su cita con Julián. El pensar en eso la hizo poner nerviosa. "Qué sería lo que quería hablar Julián con ella?" pensó. Encendió el auto y se puso en marcha hacia el lugar de encuentro.

Era como una cafetería en un paseo que quedaba cercano a la playa en donde a veces ella iba sola o con alguna de sus compañeras de trabajo a disfrutar de una bebida y tratar de desestresarse de todas las cosas y situaciones tan duras que le había tocado vivir en las últimas semanas. Para este momento, habían pasado cinco semanas de que habían rescatado a Máximo del apartamento de Viviana.

**********

Julián acababa de hablar con Natasha por teléfono. Habían quedado en encontrarse en un sitio cerca de la playa, al cual no había ido desde la universidad. Saldría en una hora de la oficina lo que le daba una hora para llegar al lugar de encuentro. Así que se encargó de algunos documentos que tenía pendientes para dejárselos listos a su secretaria, y antes de salir de su oficina revisó su celular, encontrándose con unos mensajes y una llamada perdida de Emily, su novia.

Los mensajes decían "te espero en casa, mi amor", "te pienso", "te extraño, amor ", "Te amo". Él se quedó observando los mensajes sin saber que responder. La llamada seguramente era para decirle lo mismo de los mensajes. Se había dado cuenta que Emily era una romántica empedernida. Y ella no sabía que no todo en la vida era color de rosa. Optó por escribir un mensaje diciendo que se verían más tarde ya que tenía una cena de trabajo, en la que tardaría un poco.

No le escribió más nada a Emily. Sencillamente, dejó todo en su oficina listo para el día siguiente, tomó su teléfono, su cartera y salió de la oficina dándole a su asistente el resto de la tarde libre. La asistente quedó encantada, ya que normalmente salían entre 8 y 9 de la noche por que Julián era una de los empleados de la parte administrativa que más trabajo tenían en la empresa, aún siendo arquitecto. Sin embargo, ese día, Julián necesitaba salir más temprano para poder conversar con Natasha.

Llegó al estacionamiento, se subió a su auto, se colocó el cinturón de seguridad, colocando el teléfono en el asiento de copiloto se dispuso encender el auto para llegar a su destino. Esperaba que la conversación saliera bien con Natasha. Ya que tenía mucho tiempo sin siquiera verla o conversar con ella, desde la universidad. Tal vez, unos 6 años. Y tampoco se habían encontrado en las reuniones familiares que hacían los padres de ella y los padres de él, ya que él siempre había evitado encontrarse con ella en esas reuniones.

Así que mientras conducía por la ciudad, que iba quedando iluminada por las luces artificiales de las calles y avenidas de la misma, a medida que iba avanzando el anochecer, haciendo que la degradación de las luces contra el fondo semioscuro diera la impresión de ver un arcoiris, pensaba que esperaba que todo saliera bien con Natasha y poder recuperar su amistad.

**********

Natasha había llegado primero que Julián a la pequeña y acogedora cafetería al aire libre. Escogió una de las mesas cerca del barandal, y se sentó a disfrutar de la vista del horizonte marino y el hermoso atardecer. Rápidamente iba cayendo la noche y las luces artificiales iluminaban el lugar. Así como la luna y las estrellas iluminaban el cielo y el mar.

Había pedido una bebida, un daikiri de fresa, y lo bebía de a pequeños sorbos.

Necesitaba algo con alcohol para poder relajarse. En ese momento, sintió a alguien de pie a su lado. Natasha volteo a mirar a la persona y se encontró con un hombre joven muy guapo. Era Julián. Vestía un traje formal gris, con camisa blanca, lo puños de la camisa desabotonada a pesar de tener la chaqueta puesta, la corbata azul marino con el nudo flojo y los botones de la camisa también desabotonados. Tenía un aspecto entre formal y desaliñado, pero muy sexy y guapo.

* Hola, Natasha. - dijo Julián con voz cansada. Se inclino y le dió un beso en la frente como si fuera lo más normal del mundo, y lo hiciera todos los días. Dió la vuelta a la mesa sentandose, y el mesonero se acercó a tomarle su pedido. Y él pidió un vodka en las rocas. Se quitó la chaqueta colocandola en el espaldar de la silla. Y se sentó cómodamente en la silla, recostandose, y la miró en forma neutra.

Mientras él se acomodaba, Natasha solo lo observó. Se sorprendió al recibir el beso en la frente. Lo sintió cálido y dulce. Una sensación que tenía tiempo sin sentir.

Y luego, al él sentarse, ella tomó un sorbo de su bebida y le preguntó,

* De qué querías hablar conmigo, Julián? - y Natasha solo se quedó mirando su rostro con curiosidad.

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