capitulo 16: "celos"

Así, los días fueron pasando e Inés se encontraba cada vez mejor. Cristof estaba muy ocupado, pero se tomaba a diario un momento para pasar tiempo con la chica.

Una hermosa tarde la convenció para que salga al jardín. Constanza los observaba con una sonrisa desde su terraza, con Rosco en brazos, mientras los dos jóvenes estaban sentados en unos bancos.

-Se ve feliz.- comento la Marquesa acercándose y ella apagó su sonrisa.

-Me pone feliz ver a Inés más animada.- respondió.

-Cuanta consideración para una sirvienta.- dijo la mujer.

-Paso por algo terrible.- afirmó la Duquesa mirándola de frente en firma hostil.

-Pero es solamente una sirvienta.- Insistió Judith.

-¡Claro!- exclamó ella ya muy disgustada -Si le hubiese sucedido a una jovencita de sociedad sería una tragedia, pero como le ocurrió a una de servicio no tiene importancia ¡Tenga un poco de empatía! ¿Quiere?-

-Yo no le agrado ¿Verdad?-

-No me agrada su actitud, no.- respondió severa.

-Usted y yo nunca nos entenderemos.-

-No, no lo creo.- reafirmó Constanza.

-Me retiro a descansar, tengo algo de jaqueca.- finalizó la Marquesa y se marchó, mientras la Duquesa la veía con el ceño fruncido.

Era la primera vez que Inés salía al aire libre, y la verdad que no se arrepentía, la tarde estaba muy cálida y se sentía bien que los ratos del sol chocarán contra su piel.

Cristof quiso que aproveche para practicar su lectura, aunque aún le costaba mucho.

-Estoy cansada ¿Puedo descansar?- pregunto bajando su libro.

-Claro, además, has progresado mucho.- afirmó Cristof.

-Quizás tenga, usted, otras cosas que hacer.-

-Estoy ayudando a mí... Al Duque con algunos temas, pero me agrada pasar tiempo contigo.- respondió

-¿Puedo preguntarle algo?- dijo la muchacha y él la miro atento -¿Por qué en ovaciones es tan hostil con el señor?-

A cristof le sorprendió la pregunta, quedó pensativo por un segundo, pero sonrió.

-ES que... No lo sé. En ocasiones siento que soy solo... Un recogido.- respondió con algo de dificultad.

-Yo no lo veo así. Con todo respeto, joven.- intervino ella con timidez -Yo veo todo lo que él hace, solo para conseguir su aprobación. Lo ama como a un hijo, y si la vida le da propios, nunca dejará de amarlo como tal...-

Él no sabía que decir, se quedaron contemplando por un momento.

-Bueno... creo que continuaré.- dijo ella para romper el hielo, abriendo el libro, pero el muchacho seguía viéndola.

-Inés... - La interrumpió y la joven levanto la mirada -Gracias.- y se sonrieron mutuamente con dulzura.

Por la noche Cristof estaba dando vueltas por su habitación, preparándose para descansar. No dejaba de pensar en Inés y en lo que hablaron, cuando sintió golpes en la puerta y entro la Marquesa, sin permiso previo.

-Judith.- pronunció asombrado.

- He venido a verte, me siento algo... abandonada.- dijo la mujer apoyando la mano en su pecho.

-ES que he estado ocupado ayudando a Alberto con algunos asuntos...-

-Pero para la criada si tienes tiempo.- reprochó ella muy bruscamente.

-¿Te refieres a Inés?- pregunto él apartando la mano de la mujer de su pecho con un poco de violencia -Hemos creado una linda amistad y me agrada acompañarla en estos momentos.-

-¿Amistad?- pregunto ella con ironía.

-Mira, Judith, nuestra relación siempre fue muy clara...- dijo él en un duro tono -Realmente estoy muy cansado y no tengo tiempo para esto, asi que con todo respeto...- continuo señalando hacia la puerta.

La mujer lo miro disgustada, aunque no le quedó más remedio que retirarse muy disgustada.

Unos días más tarde, Constanza e Inés bordaban en la sala cuando entro Alberto junto a otro hombre.

-¿Judith no se encuentra aquí?- pregunto.

-No, no la hemos visto, pero ya la mandaré a buscar.- respondió Constanza.

Se paró para ir a por ella, pero la Marquesa justo en ese entraba a la sala.

-¡Oh! Aquí está.- dijo ella.

-¿Qué sucede.- pregunto la mujer al ver qué todos la observaban.

-Judith, ocurrió algo...- comenzó a decir el Duque.

-Lamento informarle que el Marqués de Roth, su esposo, ha fallecido durante su viaje en alta mar.- continuo el otro hombre.

-Oh.- esbozo ella fría -Y... ¿De qué murió?-

-Al parecer un ataque cardíaco, madame. Tendrá que acompañarnos para realizar todos los arreglos funerarios y otros asuntos.-

-Pero si murió en alta mar, su cuerpo no fue arrojado...- tercio Alberto.

-Si, pero deseaba un funeral en su Castillo, excelencia.- explico el hombre.

-Está bien.- dijo la Marquesa y se retiró, tenis que prepararse para partir.

Constanza salió a despedirla junto a Alberto, solo por buenos modales.

-Lamento que su partida sea bajo estás circunstancias.- le dijo muy cordial.

-Imagino que sí.- respondió la Marquesa con ironía -Muchas gracias a ambos.- finalizó con arrogancia y se subió al carruaje.

Al pasar los días, todo estaba muy tranquilo, tal vez desde que la Marquesa se hubo ido.

Cristof e Inés, se encontraban solos en la biblioteca por un instante, ya que su chaperona, Constanza, se había retirado para reponer la jarra con agua, y estos continuaban con sus estudios.

-¿En dónde he dejado el libro que te quería prestar? Es muy fácil de leer.- pregunto él entre dientes, buscando por todos lados.

-No lo sé, joven.- dijo ella.

-Creo que lo he olvidado en mí habitación, iré a buscarlo, pero solo con una condición...-

-¿Cuál? Joven.- pregunto la chica intrigada.

-Que me llames cristof.- propuso.

-Oh... Yo no podría...- trato de decir ella.

-¿Por qué no? ¿Acaso no somos amigos?- pregunto él y la chica sonrió.

-Está bien, jo... Cristof.- respondió Inés con un poco de pena.

El joven hombre sonrió y luego se marchó.

Inés se quedó parada junto a la biblioteca, hojeando algunos libros, hasta que noto que alguien la observaba desde la puerta. Se dio la vuelta para ver quién era y de repente comenzó a temblar al comprobar que era su tío. Se desesperó al borde del llanto.

-Veo que eres toda una dama de sociedad.- comento el hombre.

Pero ella se quedó inmóvil, no pudo evitar derramar lágrimas. En ese preciso instante, Constanza regreso con su jarra de agua y observo el panorama. Se dio cuenta de inmediato de la verdad.

-¿Qué hace aquí?- pregunto con voz elevada.

-Me llevaré a mí sobrina.- dijo y dio unos pasos hacia Inés.

-¡NO!- grito la joven arrojándose al piso, envuelta en un ataque de nervios.

-¡NO LA TOQUE!- grito Constanza corriendo hacia la chica y agachándose en frente para que el hombre no se acerque -¡ALBERTO! ¡CRISTOF! ¡ALBERTO!- los llamo.

Por esta razón Benavides salió corriendo.

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Comments

Paola Martiz

Paola Martiz

hijo de perra desgraciado que lo quemen vivo 🤬🤬🤬

2024-07-06

4

Maria Elena Maciel Campusano

Maria Elena Maciel Campusano

Infeliz viejo desgraciado 🤬🤬🤬
Y la marquezorra no se queda atrás ella tiene mucho qué ver en la muerte de su esposo y con los bandidos eso nadie me lo quita de la cabeza 🤔🤔🤔

2024-07-05

1

Rosesvanille

Rosesvanille

Entonces fue el tío 😡 es un desgraciado $”@$**

2024-06-30

2

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