capitulo 10: "Madres"

 Al otro día, Constanza estaba paseando por los pasillos del palacio, ya que sus dos fieles guardianes dormían siesta en el jardín. Miraba los cuadros colgados, decorando las paredes, pero freno sus pasos cuando paso frente a un retrato de la antigua Duquesa, la madre de Alberto. Comenzó a observarla detenidamente, era muy parecida a su esposo, mismos ojos y nariz. Con razón era un hombre tan apuesto, ella era muy elegante y de buen porte.

-¿Se le ofrece algo? Excelencia.- pregunto él ama de llaves acercándose.

-Oh, no. Gracias Raquel.- respondió -Solo contemplaba el retrato de la mamá de Alberto... El Duque. Era muy bella.-

-Si, lo era.- reafirmó la mujer, contemplando la pintura también.

-Muy parecida a Alberto.-

-Bueno, digamos que su excelencia es una perfecta mezcla entre ambos padres.-

-Entiendo.- dijo ella con una sonrisa tímida -Me pregunto cómo era ella.-

-Era una mujer admirable, excelencia. Muy fuerte y aguerrida, con algunos defectos... cómo todos, claro.- continuo el ama de llaves.

-Me imagino...-

-Si no se le ofrece nada más, excelencia.-

-Oh, no, Raquel, gracias.- respondió la Duquesa -Me agrado hablar con usted.- la mujer sonrió y se fue.

 Luego continuo con su recorrido, llego hasta el despacho de Alberto y se dio cuenta de que aún no conocía ese lugar, así que golpeó y abrió. El Duque estaba con la cabeza gacha, la miro y sonrió.

-Cariño ¿Necesitas algo?- pregunto.

-No, no.- negó dando pasos por el lugar -Es que recordé que el primer día, cuando hice mi recorrido no conocí tu despacho, pero si estás ocupado...-

-¡Claro que no!- Exclamó él caminando hacia el otro lado del escritorio -Ven.- dijo estirando la mano para que se acerque.

-Allí está la biblioteca.- comento caminando hacia él.

 Alberto se sentó en la orilla del escritorio, le rodeo la cintura con las manos y la atrajo hacia su cuerpo.

-Puedes venir a leer cuántas veces quieras.- le dijo.

-Gracias... Cariño - dijo con una sonrisa mientras le rodeaba el cuello con las manos -Además, quería decirte que ya elegí a mí nueva doncella, lo único que tarde en decirle a la otra porque no me animaba.-

-¡Que bien!- expreso él, apretando cada vez más las caderas de ella contra su cuerpo y despejando un mechón de cabello sobre su hombro con delicadeza.

-La joven Inés es la nueva... Me sorprendió saber que lleva el mismo nombre de tu madre.-

-Sí.- respondió Alberto con una sonrisa -Su mamá trabajo aquí antes de que ella naciera, tal vez es por eso.-

-No me dijo eso...- comento ella frunciendo el ceño.

-¡Excelente elección, cariño!- Exclamó besándola y desconcentrándola.

 La besaba cada vez con más pasión. La tomo entre sus brazos y se giró para sentarla en el escritorio. Le metió la mano por debajo de la falda, mientras la besaba en el cuello, tal como a ella le gustaba. La respiración de Constanza se aceleraba, sujeto las caderas de su esposo y la apretó contra su entre piernas, presionándolo. Sentía como su miembro comenzaba a ponerse firme. Empezó a dar pequeños jadeos con el Roce, el momento estaba cada vez más intenso.

 La puerta de repente se abrió y Alberto se volteó rápido para que no vean su estado.

-Lo siento.- dijo Cristof, mientras la pareja trataba de disimular -Había olvidado que tenías... Esposa.-

-No, no, pasa.- dijo el Duque girando hacía el muchacho, ya en buen estado y Constanza, quien ya había bajado de la mesa se tapaba la boca por la vergüenza.

-Solo quería informarte que en poco tiempo regresaré a Londres.- dijo el joven.

-Pero ¿por qué?- pregunto Alberto compungido.

-¿Por qué no? Estudie allí por años.- respondió.

-Hijo...-

-Eso era todo.- dijo rápidamente Cristof, dando media vuelta y caminando a toda prisa.

-Cristof... Hijo... Cris...- lo llamo el Duque, pero el muchacho solo se marchó.

 Alberto se dio la vuelta y golpeó el escritorio con los puños, haciendo que Constanza se sobre exaltara. Quedó angustiada, se acercó con lentitud, y apoyo la mano en la espalda de su esposo, acariciándola. Luego dejo caer la cabeza sobre su hombro, no sabía cómo evitar ese dolor.

 Por la noche, luego de su momento de pasión. Constanza, quien estaba sobre su esposo, desnuda, se dejó caer a su lado, muy agitada, al igual que él.

-Pensar que quería ser monja...- comento y ambos comenzaron a reír.

-Menos mal que cambiaste de opinión.- respondió Alberto y su esposa volteo hacia él para besar su pecho, luego apoyo la cabeza y comenzó a acariciar su torso con la mano.

-Como me gusta esto...-

-¿mí pecho?- pregunto él.

-Si, los lunares en tu rostro.- respondió contemplándolo y posando sus dedos en cada parte nombrada -Dos de un lado y uno del otro, tus labios finos, el bronceado de tu piel, tu cabello oscuro.- finalizó acariciando tu pelo.

 Luego le apoyo la pera en su pecho para observarlo detenidamente.

-¿Puedo preguntarte algo?- dijo ella y él la miro -Es sobre Cristof...-

-No es mí hijo.- intervino Alberto.

-Y entonces... ¿Qué relación tienen?-

Alberto quedó pensativo por un rato, suspiro y decidió comenzar a hablar.

-Su madre era una mulata, Rosalía, que trabajaba en el castillo de Roth. Allí abusaron de ella.- y su esposa lo miro horrorizada -Ya sabes cómo es, algunos piensan que por tener un título de la nobleza pueden adueñarse de la vida de las personas y hacer con ellas lo que quieran.-

-Pero la esclavitud está abolida ¿Verdad?- pregunto ella.

-Por aquí si, ella no era esclava.- respondió -Rosalía escapó y se refugió en un convento, llevando a Cristof en su vientre. Cuando él nació tuvo algunos problemas que le provocaron infertilidad.-

-¡Pobre Mujer!- Exclamó Constanza.

-Allí, también, se enfermó de los pulmones. Cuando se repuso un poco, la madre superiora le escribió a mí madre y la envío aquí.- Alberto sonrió -En cuánto la vi pensé "Es la mulata más bella que jamás he visto", labios gruesos, ojos almendrados, así como Cristof. Me enamoré como nunca antes... bueno, cómo nunca hasta ahora...- continuo viéndola con una sonrisa.

-Adulador...- sonrió ella.

-Ella también me amo, pero cómo entenderás, era imposible casarnos, así que la traje a vivir aquí arriba, con su hijo, cómo una dama. A mí madre no le agradaba la situación, pero jamás se opuso.- y quedó pensativo por un momento -Al parecer no se repuso por completo de su mal, porque pasado un tiempo, Cristof tendría unos 3 o 4 años, su condición se grabo, se descompensó y... y murió.-

Constanza no sabía que decir, quedó consternada por el relato de su esposo, pero de nuevo él volvió a hablar.

-Cristof no es mí hijo, no lo... "Elabore" yo... Pero lo amo como mío, así lo críe, y por eso lo amo como tal...-

La mirada de su esposa muto de consternación a ternura.

-Cada vez te admiro más...- susurro y lo abrazo fuerte.

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Comments

Maria Elena Maciel Campusano

Maria Elena Maciel Campusano

Yo pienso que tal vez Cristof pensó que el Duque al criarlo como a un hijo haría el compromiso de él con Constanza y se decepcionó cuando supo que él se casaría con ella, por eso mejor decidió irse a Inglaterra y no llenarse de rencor en contra de ellos🤔🤔🤔

2024-07-03

4

Cecilia Lujan Ruiz Diaz

Cecilia Lujan Ruiz Diaz

creí que había contestado, estoy tan perdida con los comentarios que no se a quien le respondí jajaja tal cual lo que decís, es un resentido, me encantó tu comentario. muchas gracias!!!!

2024-06-19

4

Cecilia Lujan Ruiz Diaz

Cecilia Lujan Ruiz Diaz

si, está un poco resentido con la vida, me encantó encantó tu comentario. muchas gracias!!!

2024-06-18

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