Parte 7

Louise

No sé si estaba haciendo lo correcto con decirle eso a Alexander, pero me estaba dejando llevar en exceso por la emoción. No quería ilusionarme, no quería que él me matará de depresión con mi hijo en mi vientre, por eso tomaría todo con calma.

Mis mejores recuerdos con un hombre siempre estuvieron vinculados a Alexander. Nuestra primera cita no prometía mucha química, ya que nuestras conversaciones por chat habían sido bastante limitadas. Decidimos encontrarnos en su apartamento, y la verdad es que no empezamos de la mejor manera, ya que una primera salida generalmente implica hacer algo más convencional.

Lo que hizo diferente a Alexander fue que nunca llevó nuestra relación hacia lo meramente sexual. Siempre se preocupaba por mi bienestar y recuerdo claramente sus palabras: “Eres la persona especial de alguien, y yo te cuidaré”. Fue con estas palabras que me convenció de que podríamos construir algo significativo. No sé exactamente cómo ni cuándo sucedió, pero ambos nos dejamos llevar después de hablar extensamente sobre nuestras vidas.

Descubrí más sobre su pasado, cómo creció en medio de dos hermanas mayores y una menor, siendo el único sostén de su familia, su padre. A pesar de las dificultades, todos lograron convertirse en profesionales, y él era el único con una sobrina. Parecía que ninguno de ellos quería tener hijos, quizás porque habían experimentado las dificultades de la paternidad y entendían el significado detrás de ser padres.

Yo también compartí detalles sobre mi familia con él. Le conté sobre las expectativas que tenían, especialmente mi padre, quien anhelaba que encontrara a una persona perfecta y que no tuviera relaciones con hombres. Mi madre, por otro lado, solo deseaba que me convirtiera en una profesional exitosa. Ella siempre había tenido una buena opinión de Alexander, pero nunca supo que nuestra conexión iba más allá de una simple amistad.

Fue difícil para mí mantener esa dualidad entre las expectativas de mi familia y mi propia vida. Mientras intentaba cumplir con las expectativas impuestas por mi padre, secretamente me entregaba a una conexión que sabía que no sería aceptada por él. Alexander se convirtió en mi refugio, en alguien con quien podía ser auténtica y sincera, a pesar de las expectativas que pesaban sobre mí.

Cada encuentro con Alexander se convertía en un acto de rebelión contra las normas establecidas por mi familia. Aunque mi madre expresaba su deseo de verme con él, no sabía la verdadera profundidad de nuestra relación. Nos entregamos el uno al otro de maneras que iban más allá de las expectativas externas, construyendo una conexión que desafiaba las restricciones impuestas por aquellos que creían saber lo que era mejor para mí.

No podía evitar compartir mis cosas más íntimas con él o emocionarme cada vez que recibía un mensaje suyo. Sin embargo, esa conexión, en realidad, era lo peor del mundo. Sus respuestas eran escuetas, limitadas a un emoji o, como máximo, dos palabras. En raras ocasiones, cuando estábamos discutiendo, había más sustancia en sus respuestas.

A pesar de nuestras conversaciones superficiales, había algo en la forma en que nos entendíamos mutuamente sin palabras, especialmente cuando estábamos en desacuerdo.

Nuestras citas se volvieron con un plazo más largo, porque yo no podía salir en la noche y el único tiempo de él era a esas horas, se volvió una total mierda para mí, una persona que ya se había entregado por completo a intentar algo con él.

—Creo que mi trauma es que contigo no puedo salir —esas palabras resonaron dentro de mí como una melodía triste y persistente.

—¿Eso me baja puntos? —pregunté, enfrentando su mirada un tanto fría. Sus ojos confirmaron lo que ya sabía, y cerré los míos para evitar que las lágrimas que amenazaban con salir se hicieran evidentes.

—Sí.

—Es injusto. Podrías conocer a mis padres y decir que eres mi amigo.

—Me da flojera, porque no debería hacer nada de eso. No debería recogerte ni llevarte a tu casa nuevamente. No es como si fuera tu niñera —sus palabras, desprovistas de empatía, cayeron como un peso en mi corazón.

Esa noche, lloré tanto por esas palabras. Sentí que una brecha se abría entre nosotros, una brecha que estaba marcada por la incapacidad de compartir ciertos aspectos de nuestras vidas. La idea de que nuestra relación estaba limitada, que no podíamos explorar las partes más tradicionales de una conexión, se volvía más evidente y dolorosa.

Creo que eso marcó nuestra relación, al menos desde mi perspectiva. Fue un momento revelador que me hizo comprender que él jamás me vería de manera sería mientras continuara viviendo de este modo. Fue como si una puerta se cerrara ante la posibilidad de que nuestra conexión pudiera evolucionar hacia algo más significativo y comprometido.

Al mismo tiempo, ese episodio fue el principio de mi determinación para poner en marcha la agencia. Fue el catalizador que encendió mi deseo de ser libre, de romper con las restricciones que limitaban nuestra relación. Quería alcanzar eso que tanto anhelaba: la libertad completa.

La semilla de la agencia se plantó como un acto de rebeldía, una afirmación de mi independencia y un paso hacia la creación de mi propio camino. Actualmente, me causaba gracia como esas ganas que comenzaron por Alexander estaba dando frutos incluso a él.

¿Cómo habíamos llegado aquí? A veces, se me olvidaba cómo fue nuestro final, un final que careció de anestesia, como siempre, porque ninguno de los dos la tenía. Ambos éramos tan directos, y esa franqueza era la razón por la que me volvía loca por él. Su manera de decir las cosas, incluso cuando hería, fue lo que me hizo enamorarme.

La realidad se me reveló mientras lloraba por lo que no podía ser. No idealicé a Alexander; me enamoré de lo que él era, de la esencia misma de Alexander Moya. Me enamoré del hombre frío que vivía con el único propósito de jubilarse sin preocupaciones, con la idea de irse a Canadá o Países Bajos para vivir tranquilo, sin nadie, además de su familia.

En ese momento recordé a mi familia, ¿Qué mierda le diría a mi familia? Se volverían locos. Porque la prueba decía positivo.

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Comments

C Matacruz

C Matacruz

si muy directo y por eso no quiso presentarse con los padres 😞😡😠☺️😕😆😐🤪😦🙃😄😵‍💫😏😝😃😁🤔😯😛😉🙂😜🤨😀

2024-11-08

0

Calo

Calo

muy bonita trama

2024-02-05

6

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