Parte 4

Louise

No había parado de tener sexo con Alexander, había sido bastante satisfactorio, porque si no funcionaba una vez, lo haría las demás, le había mentido con qué estaba cuidándome, pero ya mi vida personal, era mía.

—¡Volvió el amor y la gloria de este lugar! —No puedo evitar soltar una carcajada al escucharlo, me acercó para abrazarlo.

—Matt, estuviste perdido demasiado tiempo —Le digo riendo mientras saluda a nuestros otros amigos, los que eran nuevos no conocían al otro socio de la agencia.

—Oh, amor es que estuve tan ocupado —Me dice él riendo —Y tú estabas igual o peor que yo, el próximo trimestre te toca viajar a ti.

—Efectivamente, ¿ya tenemos los destinos?

—Obviamente, ya tenemos más inversionistas de diferentes, los que no pude convencer, irán a tu lista —Me rio, porque ya sabía su insinuación.

—Dios, Matt —Una de nuestras amigas se ríe —Nunca pierdes la oportunidad de conseguirlo un empresario rico para que se case con ella.

—¿Para qué sirven los amigos, si no es para eso? —Dice él mientras se encoge de hombros, luego de unos minutos más de hablar en medio de toda la agencia, habíamos perdido la pena de que escucharán nuestras intimidades en la universidad.

—¿no tienen un evento este fin de semana? —Habla Ámbar, la que prácticamente era mi mejor amiga.

—Sí, pero yo no puedo asistir.

—Iré yo en nombre de los dos —Responde Matt mientras me abraza por la cintura, no me molestaba porque él de lejos se veía que era gay.

—Jamás entiendo como las personas creen que son pareja —Murmura, un amigo de nosotros —Pero bueno, toca seguir trabajando —Todos volvemos a nuestros puestos, sin embargo, yo no voy a mi oficina, iba a la de Matt cuando alguien me detiene, Jaden.

—¿Qué quieres? —Preguntó un poco cortante.

—¿Quién es ese?

—Tu otro jefe, tenemos el mismo rol —Era totalmente cierto, cada trimestre nos dividíamos para buscar en varios países alrededor de reuniones junto con otros inversionistas para conseguir más, ahora no estábamos solamente en nuestro país, estábamos también en una parte de América del norte, América central y América del sur, Europa y Asia era mi meta.

—¿No tienes nada con él? —Me aguantó la carcajada que quería salir de lo profundo de mí, ¿estaba loco? Se veía que Matthew era gay a lo lejos, ¿qué le pasaba?

—Dios, no debería responder esto —Murmuró mientras bajo mi cabeza y luego la subo totalmente enojada —No, no es mi pareja, somos socios y mejores amigos, ha estado siempre conmigo, entonces es más especial que un novio o un esposo —Me suelto bruscamente de su agarre —. Aunque no te debería importar, porque tú y yo no somos nada.

Jaden había irrumpido nuevamente en mi vida, complicándome de una manera que solo él sabía hacerlo. Me insistía, con una tenacidad que rozaba lo desesperado, que nos casáramos. Aseguraba que esta vez haría las cosas correctamente, pero yo no deseaba nada de él, ni siquiera sus genes. A pesar de sus intentos persistentes de conquistarme, con regalos que llegaban con regularidad y almuerzos preparados con esmero, ya no me importaba.

Había cambiado, se mostraba atento de una manera que siempre había anhelado, pero esa llama que alguna vez ardió entre nosotros se había extinguido por completo. Aunque me ofreciera el mundo, ya no quería formar parte de su universo. Cada gesto generoso que él realizaba no hacía más que recordarme la brecha que existía entre su perspectiva y la mía.

Su ego siempre lo cegó y ahora que por fin había madurado, yo sabía que no lo quería en mi vida, porque los hombres no cambian así, no quería tener fe en nada.

—Parece que el nuevo quiere contigo —Me dice mi amigo burlón mientras abre su caja de cigarrillos.

—Bebé, no podrás fumar delante de mí durante un tiempo —Le digo sonriendo, él me mira sorprendido y me abraza.

—¡Dios! ¿Lo conseguiste? —Asiento, me había hecho una prueba que salió positiva, pero debía esperar un poco más —¡Me encanta! Seré tío.

—No está tan confirmado, debo esperar unos días que me debería llegar la menstruación y si no me llega, baby, ¡Seré mamá! —Río totalmente emocionada, Ámbar entra a la oficina.

—Louise, Alexander te necesita —Siento la intensa mirada de Matt.

—Dime por favor que no es Moya.

—Yo también dije lo mismo —Ámbar salió riéndose de la oficina y yo cierro los ojos.

—Es lindo y me dará buenos genes.

—Me fui un mes, ¿qué diablos pasó?

—Lo contraté hace poco, solo fue una coincidencia.

—Sabes que no creo en eso, estás destinada a estar con él.

—También lo estaría con Jaden, y te juro que por mi cabeza no sale casarme con él.

—Linda, ambos sabemos que te mueres por Alexander, que nadie podría comparar ese sentimiento tan fuerte que tienes por él.

—Tenía, en pasado —Le digo con una sonrisa —Él me dejó claro esa vez que jamás me vería como algo serio.

—Error, él dijo que necesitaba tiempo y a ti tampoco te dejaban salir, ¿qué harás si se entera de que estás embarazada?

—Nada, él no quería ser papá.

—¿No se operó? —Niego con la cabeza —¿Le preguntaste?

—Claro, dijo que no lo veía como necesidad, porque la mayoría con la que se metía estaba cuidándose o simplemente evitaba venirse dentro.

—Los hombres y sus tontas excusas.

—Me sirve en ambos casos, ya no me interesa, seré madre soltera, porque tengo las capacidades.

—Siempre he creído que es mejor hacer inseminación.

—Sí, pero yo no quiero decidir a punta de un papel quien compartirá mis genes.

—Tampoco creo que sea buena idea que hayas salido a tantas citas por Tinder o Bumble —Pongo los ojos en blanco —Pero es tu vida y tus decisiones y lo respeto, pequeña —Se acerca para abrazarme —Tendrán unos tíos locos por él, entonces ve con toda.

Tenía razón, mis amigos serían esos tíos chochos por mi hijo o hija, no estaría sola, incluso si mi familia no me apoyaba en este plan, yo lo iba a conseguir, porque así era yo, siempre me trazaba la meta hasta conseguirla.

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