DULCE AMOR.

CAPITULO 20.

Mi mente estaba nublada, Bruno me besaba con vehemencia, había empezado desde mis talones y se detuvo en medio de mir piernas, me devoraba como si de un postre se tratara, si no me estuviera sosteniendo de las piernas ya me habría caído, estaba al límite no aguantaría mucho sin explotar.

- No te cohíbas déjalo salir, por favor, quiero probar tu néctar.

Cerré los ojos y lo dejé salir, todo mi cuerpo temblaba, fue increíble, nunca había tenido un orgasmo como este, David jamás me hizo sentir de esta forma, bruno me tomo en brazos y me llevo a la cama, nos besamos, se me subió encima y sin más entro en mí de una sola estocada, le enterré las uñas en la espalda con fuerza, me levanto la pierna izquierda, me aferre a sus brazos.

Me susurraba cosas al oído y mordió mi cuello, me volvía a sentir al límite, todo mi cuerpo temblaba por los espasmos, no aguanto más le dije a bruno en un susurro, acelero sus movimientos y alcanzamos el clímax juntos de lo intenso que fue termine mareada.

- Te encuentras bien amor, me dijo bruno acomodándome en sus brazos.

- Sí, solo un poco cansada.

- Es una lástima yo apenas estaba calentando, dijo guiñando un ojo.

- Piensas acabar conmigo, le digo e intento levantarme.

— A donde vaz amor, esta noche no te pienso dejar ir.

- Solo voy por agua, me dejaste seca.

Bruno se levantó, trajo agua y comida para ambos, me daba de comer en la boca, no se que hice para tener tanta dicha.

- Porque me miras de esa forma, dijo bruno dándome un bocado de comida.

- Solo trato de descifrar lo que estás pensando.

- Pienso en ti y lo mucho que te amo.

- Estás seguro de eso, apenas me conoces no crees que es apresurado.

- Te amo desde el momento en que te saqué del agua, te vi en mis brazos inconsciente, pensé que eras una sirena, me hechizaste desde ese instante.

- Ajajajaja, sirena yo, sales con cada cosa.

- Pero es la verdad, me has hechizado sirena encantada.

Me beso, me hizo cosquillas, no podía parar de reír, ahora resulta que soy una sirena encantada, entre caricias y besos volvimos hacer el amor, fue la mejor noche que pude haber tenido, cuando apenas estaba asomando el sol me dejo en mi casa, me dejo las llaves del apartamento y una tarjeta para que comprara los muebles quise rechazarlo, pero es más terco que yo y termine cediendo, no dormí mucho y estaba cansada, pero nunca me había sentido tan feliz, tome un baño y llame al despacho para reagendar mis citas, descansaría un poco y luego me iría de compras.

Cuando estaba por dormir me llego un mensaje de Bruno, me decía que estaría trabajando, pero que esta noche quería que comiéramos juntos, acepte encantada y me dispuse a dormir, tenía que reponer fuerzas.

Cuando me desperté ya eran más de la una, me puse algo cómodo para salir, me encontré en la cocina a mis amigos almorzando.

- Donde pasaste la noche Esperanza Medina, dijo Deivis con la mano en la cintura.

- Disculpa papá, pero pase la mejor noche de mi vida, digo riendo de su actitud de padre molesto.

- Se nota, cambiante la blusa se nota lo bueno que la pasaste anoche, dijo Josefa señalando mi espalda.

- Quiero saberlo todo, incluyendo los sucios, dijo Deivis sentándome a su lado.

- Solo les diré que estoy dichosa.

- No seas mala, cuenta algo, dijo Josefa sirviendo mi almuerzo.

Les conté la sorpresa que me tenía Bruno, también del apartamento y les pedí que me acompañaran a decorarlo, seguimos conversando mientras terminábamos de comer, me cambié la blusa que tenía por un suéter, tenía marcas en la espalda y hombros.

Pasamos por mi auto al despacho, visitamos varias tiendas y Deivis encargo varios muebles para su apartamento, que casualmente era en el mismo edificio donde Bruno compro, lo supimos al llegar, los lleve en el ascensor privado y se quedaron con la boca abierta al ver el lugar.

Me ayudaron con las cosas que compramos, después de horas todo quedo en su puesto, solo tendría que traer algunas cosas personales para tener aquí, vi la hora y nos tocó correr, bruno pasaría por mi para llevarme a cenar y estaba con el tiempo justo para poder cambiarme, este era el inicio de mi nueva vida y cada vez me gusta más.

BODA.

El tiempo pasó volando, no puedo creer que hoy se casa mi amigo y llevo tres semanas prácticamente viviendo con Bruno, digo prácticamente por qué dormimos juntos 3 días a la semana y cuando no puede quedarse a dormir pasa a mi despacho y almorzamos, no sé cuanto durara esto, pero espero poder soportar cuando ese momento llegue.

- Te ves muy hermosa, dijo Josefa entrando a mi habitación.

- Tú también, ya todo está listo, pero tu novio no ha llegado.

- Me dijo que vendría, llegara en cualquier momento.

Salimos de la habitación, la casa estaba llena, se colocaron carpas, mesas y muchas flores en la terraza, el arco donde celebraría la ceremonia estaba en la playa, ellos decidieron hacerlo de esa forma, todos caminamos descalzos por la arena, solo éramos 10 personas, los novios, el ministro y un ayudante, 3 amigos de Saul, pues sus padres al igual que los de Deivis lo repudiaron al saberlo.

Josefa y yo éramos las damas de honor, la ceremonia empezó y nada de Bruno, ya estaba impaciente, fue una ceremonia corta, pero muy hermosa, dieron sus botos y el beso sello la unión, pasamos a la terraza para el brindis, no podía dejar de mirar a la puerta, esperaba que llegara, al menos para el banquete.

- Te ves preocupada, pasa algo, dijo Deivis sentándose a mi lado.

- Donde dejaste a tu flamante esposo.

- Con sus amigos, nos iremos en una hora.

- Tan rápido aún no sirven la comida.

- Nuestro vuelo sale en 3 horas y queremos llegar a tiempo, pero tranquila en una semana estaré de vuelta y listo para trabajar, imagínate que Saúl consiguió trabajo en una clínica privada de la isla.

- Eso es estupendo, me alegro mucho por ustedes.

- Gracias, pero deja esa cara, que no se note que tu amado no llego.

Cuando estaba por contestarle Saúl llego, empezaban a servir la comida y ellos partirían el pastel antes de irse, cuando todo termino los lleve a todos al aeropuerto, Josefa también se iría, su madre empeoro y debía volver, despedí a mis amigos, Deivis y Saúl irían de crucero por una semana, pero tenían que volar hasta la ciudad capital para tomarlo.

Regrese a casa y me sentí sola, me había acostumbrado ellos y ahora esta casa silenciosa me abruma, espere que se llevaran todo lo de la boda, me serví un vino y me puse cómoda, miraba me celular a cada instante, pero era inútil, ni una llamada ni un mensaje, escogí una película, pero el no saber de bruno no me dejo mirarla con atención, saque mi computadora y me puse a trabajar es lo único que me distrae, solo espero poder soportar las consecuencias de aceptar ser la otra.

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