CHANTAJE.

CAPITULO 14

Por la insistencia del hombre lo dejé pasar, no me daba buena espina, pero también tenía curiosidad, conocía mi nombre, entramos a la casa y lo invito a sentarse en la sala.

- Muy bien señor, para que me busca.

- Me presento soy Esteban Salcedo, se que usted es la abogada de la madre de mi hijo.

- Es usted el padre de Salomón Rico.

- Así, vengo a ofrecerle un trato.

- No tengo por qué tener tratos con usted, nos veremos esta semana en el juzgado.

- No tenemos que llegar a ese extremo, le puedo pagar la cantidad que pida si deja el caso o me deja obtener la custodia del niño.

A medida que escucho al el sujeto mi ira crece, sería terrible que ese niño creciera con un hombre como este.

- Lo siento señor, pero yo soy una profesional y no acepto chantajes, le pido de favor que se retire de mi casa.

- No se haga la digna, todos tienen un precio, además se va a exponer por una prostituta barata.

- Eso lo debió pensar usted antes de meterse con ella y dejarla con un hijo a su suerte, no me venga con lecciones de morar y váyase de mi casa.

Camino a la entrada y le abro la puerta, odio a los hombres como este, cree que por tener dinero se puede salir con la suya, sale de la casa enojado y la verdad no me importa, no pienso vender mi conciencia y menos a un hombre que se le nota que no será un buen padre.

Por el disgusto se me quito el apetito, recogí todo y me fui a dormir este día no había podido terminar de peor forma.

Me desperté muy temprano para revisar todo lo del caso de Ester, iría más tarde a la oficina, ya que al día siguiente era la primera audiencia de custodia, revisaba mis alegatos cuando sonó el timbre, de inmediato me imagine que el sujeto había regresado así que me pare abrir, lista para decirle un par de cosas, en la puerta estaba un repartidor con un enorme ramo de girasoles.

Lo miré con un signo de interrogación en la cara, yo no pedí flores, le dije que revisara la dirección, pero en efecto eran para mí, tenían una tarjeta con mi nombre, las recibí, pero seguía aun recelosa, cabía la posibilidad de que fueran de ese hombre que vino ayer en un intento más de sobornarme, pero si ese era el caso las tiraría.

Aunque debo admitir que son mis favoritas, siempre me gustaron los girasoles, saco la tarjeta y tenían un mensaje.

“Espero te gusten los girasoles le dije a la florista que eran para la mujer con una sonrisa brillante y me recomendó estas, espero a ver a tinado con tus gustos, son para disculparme por mi comportamiento y para ver si aceptas una invitación a cenar, te dejo a bajo mí número solo envía un mensaje y pasaré por ti esta noche.”

Me quede sorprendida, no esperaba esto de Bruno, me gustaron las flores así que las puse en un jarrón con agua, volví a mi escritorio aún con la tarjeta en la mano, me debatía entre sí aceptar o no, por un lado, me cae muy bien y es una excelente persona, pero por el otro él sigue siendo un hombre casado y no quiero causarle problemas con su esposa, no sé ni por qué estoy pensando tanto ni que me fuera a enamorar del.

Me rio de mis propios pensamientos, jamás me metería con un hombre casado eso es pecado, le envió un mensaje a Bruno aceptando su invitación, creo que es mejor dejar las cosas claras con él y si es en persona mejor, no quiero ningún malentendido de su parte.

Termino de trabajar y me voy a mi oficina, Margarita esta en su puesto como siempre y al verme llegar me sigue.

- Esperanza te llego la información que pediste y la señora Ester vendrá más tarde.

- Gracias, no dejes pasar a nadie hasta que la señora llegué y por favor pídeme algo de comer, desde ayer no como nada y con tanto trabajo ni desayunar pude.

- Enseguida se le antoja algo especial.

- No, pide cualquier cosa, pero que sea rápido.

Me senté a trabajar en los contratos que tenia que entregar, me trajeron la comida y la verdad me gustó mucho, después de comer llego la señora Ester, la había citado para prepararla para el juicio, le conté de la visita de ese hombre, la vi muy molesta y con razón, tal parece que descubrimos por qué no podía conseguir abogado, este hombre estaba jugando sucio, pero no se saldría con la suya de eso me encargaría yo.

Cuando terminamos de hablar note que eran casi las 5, tenia el tiempo justo para volver a casa y prepárame para salir, entre tanto trabajo había olvidado mi cita con Bruno, afortunadamente lo deje agendado y le puse un recordatorio, cuando conducía de regreso a casa se me dio por pasar por una tienda de ropa, hasta donde recuerdo no compre nada para salir de noche, solo tengo ropa de oficina y trajes vestidos cómodos para la playa.

No sé adonde iremos, pero no quiero ir con cualquier ropa, encontré una tienda con vestidos muy lindos y tenían de mi talla, escogí un vestido negro pegado con una abertura en la pierna izquierda, tenia muy poco escote y me pareció perfecto, llegue a la casa con el tiempo justo, tome un baño rápido y acompañe el vestido con unos tacones plateados y accesorios del mismo color de los zapatos.

Me recogí el pelo en un moño alto y dejé dos mechones sueltos, no suelo usar mucho maquillaje así que solo me puse un poco de base y un labial rojo, siempre quise usar este tono de labial, pero a José no le gustaba, decía que ese color no me quedaba bien, pero me mire en el espejo y me pareció que se me veía excelente, desde que llegue a la isla no me arreglaba, me siento cómoda con lo que veo, cuando me ponía perfume sentí el timbre así que tome mi pequeño bolso de mano y fui abrir.

Bruno lucia una camisa blanca y pantalones negros, se veía muy elegante y yo diría que guapo, además tenía un olor muy varonil, me miro de arriba abajo antes de entrar a la casa.

- Gracias por aceptar mi invitación Esperanza.

- Gracias a ti por las flores, son mis favoritas, podemos salir ya estoy lista.

- Te ves preciosa, creo que muchos me envidiaran esta noche, dijo mientras me abría la puerta del auto para que subiera.

- No digas bobadas, adonde vamos, sabes que no conozco toda la isla.

- Te llevará al mejor restaurante de la isla, sirve los mejores mariscos de todo este lugar.

Durante todo camino al restaurante no pare de reír, Bruno no dejaba de contar chistes, no recuerdo la última vez qué reí en mi vida, llegamos al restaurante y por fuera era una cabaña playera enorme, nos llevaron a una mesa en la terraza que tenía una vista al mar increíble, el lugar era lujoso, pero sin perder la esencia de cabaña playera.

- Espero te guste la vista, no es un restaurante de lujo, pero espero que sea de tu agrado.

- Me encanta, simple, pero con carácter y encanto.

Bruno escogió el vino, según dijo era el mejor del lugar, con el vino nos trajeron una entrada, eran camarones fritos, con un apanado delicioso, seguimos conversando y me contó que viene a este lugar cada vez que necesita pensar, que es como su lugar secreto.

Me agrada que quiera compartir estas cosas conmigo, nos trajeron la comida y no mintió cuando dijo que era los mejores mariscos de la isla, fue una cena muy agradable, lo tenía todo, música suave, la brisa fresca del mar y buena compañía, lo que necesitaba para bajar el estrés del trabajo.

- Te gustaría dar un paseo antes de regresar, podemos caminar por la playa.

- Me encantaría, déjame quitar los zapatos o terminare enterada en la arena.

Caminamos por la playa en un silencio muy cómodo, deje que el agua fría tocara mis pies, creo que haber venido a este lugar fue la mejor decisión que puede tomar, pude realizarme como profesional y trabajar en lo que me apasiona y sé que al lado de José no lo hubiera podido hacer, solo me quería para cuidar la casa.

- En que tanto piensas que te pusiste triste.

- Nada, solo recordaba cosas dolorosas, pero gracias a dios quedaron atrás.

- Pero deja la cara triste, esta noche solo quiero verte sonreír, sabes que tu sonrisa me encanta.

Me sonrojé hasta las orejas, me miro con una sonrisa coqueta, creo que este hombre será mi perdición, pues es prohibido para mí, después de un rato me llevo a la casa, lo despedí en la puerta con un beso en la mejilla, lo que lo tomo por sorpresa y me pareció verlo sonrojar, me quede viendo alejarse el auto como tonta.

Entre a la casa, me di un baño antes de dormir, por alguna razón sentía calor, cuando estaba a punto de acostarme llego un mensaje a mi teléfono este decía.

- Gracias por la compañía, hoy descubrí que no solo tienes una sonrisa hermosa, eres especial Esperanza y espero que me dejes conservar tu amistad, dulces sueños.

Sonreí como tonta y le conteste, - buenas noches, que descanses, no entiendo porque un simple mensaje me emociona tanto, solo podemos ser amigos, me repito una y otra vez, me gusta y mucho Bruno, pero él es casado y si sigo sonriendo por cosas como esta terminare enamorada y eso me frustra, no quiero entrar en un triangulo amoroso que solo me traerá problemas.

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Comments

Andrea Barrionuevo

Andrea Barrionuevo

Me parece de mal gusto que ella acepte la invitación a cenar sabiendo que el es casado.
Eso se presta a malos entendidos.
Me parece que se olvido que una de las causas de su separación fue infidelidad.

2025-02-14

0

Karen Fernandez

Karen Fernandez

no le podia poner un hombre soltero y de menos edad ?

2024-09-11

1

Ivonne Aguilar (Lale Eagle)

Ivonne Aguilar (Lale Eagle)

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2024-06-07

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