Atracción...

Toño. – ¡No esta se fue con ese muchachito, yo creo que nuestra Camila se está enamorando…! ¿Pero que te ocurre mujer…?

Ana. – ¡Eduardo y Clarissa son amantes!

Toño. – ¿Que carajos estás diciendo mujer… de dónde diablos sacas semejante cosa…?

Ana. – ¡Toño yo los vi, los vi con estos ojos, los vi besándose abrazados…!

Toño. – ¡Mujer! ¿Estas, segura lo que estás diciendo? ¡Esto es muy delicado…!

Ana. – ¡Tan segura que los confronté, les di de cachetadas a los dos sinvergüenzas traidores!  ¡la muy infeliz le invento a mi niña que se había ido a Paris…!

Toño. – ¡Con un carajo… como pudieron hacerle esta canallada a mi niña…! ¿Y se lo vas a decir…?

Ana. – ¡Tengo miedo decirle y que vuelva a tomar la bebida…!

Toño. – ¿Y entonces? ¡No es algo que podamos esconder, mi niña debe saber la verdad…!

Ana. – ¡Lo sé, lo sé, pero en este momento no es correcto…!

Javier. –  ¡Amor pero que hermosa te ves a dónde vas…!

Salma. – ¿Como que adónde voy? ¡hoy es la noche de los Arieles, estoy nominada como mejor actriz por la película la que más te ha querido…!

Javier. – ¿Pero que los arieles no premian al cine nacional, tu película está considerada una producción estadunidense…?

Salma. – ¡Así es y ella obtuvo varias nominaciones, mejor actriz, mejor película, vestuario fotografía etc.…!

Javier. – ¡Y te llevaste varios, lo sé cariño…!

Salma. – ¡Quieren darme un reconocimiento especial, gracias a esa película… así que ya está listo tu frac…!

Javier. – ¡Amor estoy agotado solo quiero darme un baño e irme a la cama contigo…!

Salma. – ¿Es enserio Javier? ¡No puedes hacerme esto no puedo cancelar a último momento me van a estar esperando…!

Javier. – ¡Déjalos plantados, déjalos que te ruguen… haz lo que ellos te hicieron…!

Salma. – ¡Y es algo que me encanta hacer, pero esta noche es especial…!

Javier. – Entonces ve tu sola, cariño no quiero opacar tu premio, si voy todos se van a volcar por entrevistarme para saber sobre el caso Miranda Castell…

Salma. – Son medios de espectáculos no tendrían porque…

Javier. – ¡Aquí lo que siempre ocurre es que desean la nota que sea, se trata de rating y lo sabes…!

Salma. – ¡Siento que en este momento te estoy odiando Javier San Román…!

Camila. – ¿Conseguiste algo…?

Ángel. –  ¡Bueno me acerque a la chica de limpieza… y use mi encanto…!

Camila. –   ¡Eres un vanidoso de primera… he!

Ángel. – ¡Que pero le pones a este muñeco…!

Camila. –  ¡Y modesto para rematar vaya, vaya tan seriecito que te ves…!

Ángel. – Bueno el punto es que le inventé un rollo, le ofrecí una lana y va estar espiando al doctor Aguirre… es nada, pero bueno…

Camila. – Espero que encontremos algo…

Ángel. – Así sea, oye Donato y yo saldremos al rato quieres ir con nosotros…

Camila. – ¿De reventón?

Ángel. – Iremos al cine, a cenar, soy malísimo para desvelarme y Donato la verdad es que se ha calmado mucho… el si era de reventón, pero su madre sufría mucho al verlo como se perdía en el desmadre y el inmenso amor que él le tiene lo hizo entrar en razón, ahora está muy comprometido con su trabajo, y esta vuelto loco de trabajar de la mano de mi hermano

Camila. – Está bien, pero yo escojo la película…

Ángel. – Bueno nos arriesgaremos a ver que escoges…

En la parroquia de San Cayetano en avenida monte video. Justo en el altar mayor se encontraba de rodillas, Gabriel, buscando ante Dios, tal vez su aprobación pues si bien su corazón siempre había estado seguro de lo que sentía, por lo que nunca dejo de sentir, pero su madre había sido más fuerte que el…

Gabriel. – ¡Señor mío Dios mío, sabes que siempre he estado aquí contigo que siempre te he pedido que no me sueltes de tu mano! que me sigas guiando, para seguir siendo tu siervo, pero también sabes lo que mi corazón siente, que jamás ha dejado de sentir, que renuncie a todo por ti… que nunca imagine volver a estar frente de ella, que no puedo pretender que no pasa nada…

Felipe. – ¿Orando en voz alta, Que te ocurre Gabriel porque estas tan mortificado, has pecado acaso…? siempre vienes a mi buscando consejo cuando algo te preocupa, pero hoy te noto angustiado temeroso diría yo

Gabriel. – Es usted con el único que puedo hablar, usted sabe cómo llegue aquí, usted sabe todo lo que paso, usted fue testigo de eso… usted siempre ha sido el confesor de mi madre…

Felipe. – ¡Eso ni deberías de mencionarlo, aún sigue siendo tan vergonzoso, tan pecaminoso, tan asqueroso y aberrante! que ya deberías haberlo olvidado…

Gabriel. – ¿Y porque el amor es pecaminoso, porqué asqueroso, aberrante? ¡Si Dios es amor o no padre…!

Felipe. – ¡Esa aberración no era amor, era un insulto a Dios nuestro señor en contra de la naturaleza era algo impío… a los ojos de Dios…!

Gabriel. – ¡Mucho tiempo renegué de mi padre! ¡Usted y mi madre me inculcaron odio hacia él, me hicieron repudiarlo, y yo era un imbécil!  No podía ver, ni entender que el amor, es amor en todas sus formas, que el amor es tan grande y maravilloso que es capaz de transformarse, de adecuarse, que el amor es perdón… ¿Dónde estaba el perdón donde lo dejaron usted y mi madre… donde…?

Felipe. – ¡Por Dios padre Gabriel será mejor que pare con todo esto no sé qué pretende con sus reproches, a estas alturas de la vida, era una aberración algo imperdonable…!

Gabriel. – ¿Entonces donde queda lo que pregona, donde queda el amor de Dios? ¡Como se atreve a decir en nombre de Dios que él es incapaz de perdonar…! ¡Si tan solo era un hombre enamorado…!

Felipe. – ¡Por Dios eso no era amor, el tan solo era un enviado de Satanás para corromper la santa iglesia, para corromper la familia que tenía, no solo le hizo daño a la iglesia le hizo daño a tu madre te hizo daño a ti…!

Gabriel. – ¡Mi padre y el padre Fermín tan solo se amaban, se amaban…!

Felipe. – ¡Baja la voz… que pretendes con todo esto… cállate es lo que deberías hacer…!

Gabriel. – ¿Entonces cree que debían seguir fingiendo algo que no eran, que debían matar ese amor…?

Felipe. – ¡Estas blasfemando, ya se te olvido lo que él te hizo vivir que tuvieron que huir de la vergüenza tú y tu madre…!

Gabriel. – ¡Usted cree que puedo olvidar ese día… la verdad fue brutal cruel vaya que lo fue, vaya que usted y mi madre se encargaron de que así fuera! ¡Usted no solo se encargó de que ellos desaparecieran! si no de manipular a mi madre para que yo fuera sacerdote…

Felipe. – ¿Que pretende con esto padre Gabriel… porque ahora…?

Gabriel. – ¡Aún recuerdo cuando mi madre me dijo que la única forma de salvar el alma de mi padre era esta…! ¡y usted lo reforzó tenía que pagarle a Dios que mi padre hubiera corrompido al padre Fermín…!

Felipe. – ¡Padre Gabriel, basta, está usted en pecado, está cometiendo blasfemia…!

Gabriel. – ¿Blasfemia como mi padre según usted….? ¿Desde cuándo el amor es una blasfemia padre…?

Felipe. – ¿Que te está pasando que ganas con todo esto… que pretendes…?

Gabriel. – ¡Que entiendo a mi padre! que no puedo seguir callando, que quiero gritar a los cuatro vientos que la amo, que mi corazón no ha dejado de amarla ni un instante que la amo con todas mis fuerzas… ¡Alexa Miranda es el amor de mi vida…!

Felipe. – ¡Quieres callarte alguien puede escucharte…!

Gabriel. – ¡Nadie sabe que soy sacerdote, no traigo puesta mi sotana despreocúpese padre Felipe…!

Felipe. – ¡El demonio se apoderado de ti, tu único amo deber ser Dios nuestro señor…!

Gabriel. – ¡Amo a Dios sobre todas cosas padre! ¡Pero no puedo engañarlo, no puedo engañar a mis feligreses, no puedo seguir engañándome a mí…!

Felipe. – ¡Eso no es amor! ¿Cómo puedes estar enamorado de esa mujer si hace años dejaron de verse? ¡Abre los ojos es el demonio es quien te tienta el mismo que tentó a Jesús en el desierto… abre los ojos…!

Gabriel. – ¿Usted alguna vez estuvo enamorado…?

Felipe. – ¡Jamás... mi vida y pensamientos siempre han sido para Dios nuestro señor…!

Gabriel. – ¡Voy a dejar el sacerdocio…!

Nada es antes o después, Dios es muy exacto en sus tiempos. Donato tenía en sus manos el permiso para la exhumación de mi familia. Había sido un infierno todos esos meses dentro del reclusorio, de ser aquella princesita envuelta en un cuento de hadas, a una mujer fuerte una guerrera una sobreviviente al dolor a la perdida, en mucho al amor de Gabriel a la confianza que había depositado en mí Javier, habíamos conectado tanto como si nos conociéramos de toda la vida, su carisma, su sonrisa su encanto era difícil no mirarlo, no ver lo guapo y atractivo que era, me sentía entre la espada y la pared porque por un lado amaba a Gabriel pero había algo me empujaba a Javier.

Esperaba solo la sentencia del juez para quedar totalmente divorciada de Eduardo, el solo firmo sin decir ni pelear nada,  yo no quería nada absolutamente nada de lo que habíamos hecho como matrimonio. ¿Si dolía?  Claro que dolía, la decepción era más grande que el amor que algún día le había tenido, habíamos tenido un noviazgo de telenovela, una boda de cuento y siempre me imagine que llegaríamos a viejos juntos, que seriamos los abuelos de un montón de chiquillos, pero es claro que nada está escrito, que el pasado no tiene solución, y que el futuro no existe lo único real es el presente el hoy.

Javier. – ¿Cómo te sientes…?

Alexa. – Nerviosa, muy ansiosa…

Javier. – Tienes que tratar de estar lo más tranquila…

Alexa. – ¿Ya te entregaron el resultado de la exhumación?

Javier.  – Mañana nos entregan los resultados. No he querido dar declaraciones hasta después de la audiencia, lo que te traigo es la sentencia de tu divorcio legalmente eres una mujer soltera…

Alexa. – Se acabó… jamás pensé que así terminaríamos así… pensé que realmente estaríamos juntos hasta que la muerte nos separara…

Javier. – Bueno ya no puedes pensar en lo que fue o lo que no fue, que tienes pensado hacer cuando salgas de aquí…

Alexa. – Pienso seguir con la fundación levantarla, buscar trabajo, pero también necesito seguir buscando la verdad, ¿Quién está detrás de todo eso? ¡no voy a descansar hasta dar con o los culpables…!

Javier. – ¿Y Gabriel…?

Alexa. – ¿Que hay con el…?

Javier. – He visto como lo ves…

Alexa. – ¿Celoso acaso…?

Javier. – ¡Si…! ¿No has visto cómo te veo yo…? ¡Pero he visto como me ves…!

Alexa. – ¿Javier que me estas insinuando…?

Javier. – No te estoy insinuando, he pasado tanto tiempo contigo preparando tu defensa…que me haces sentir cosas, dime que no sientes nada que no te gusto…

Alexa. – Claro que me gustas, estaría estúpida si no te viera, no soy de piedra, claro que siento algo, por ti, pero no sé qué es, pero amo a Gabriel…

Javier. – ¡Pero él y tú no pueden estar juntos…!

Alexa. – ¡Javier tu eres un casado! ¿Donde dejas a Salma… no la amas?

Javier. – ¡Ya no sé qué es lo que realmente siento por ella! nunca habíamos estado tan distanciados, ella con tantos proyectos no quiere volver a darme un hijo…

Alexa. – No sé qué decirte, yo y Eduardo moríamos por un hijo, teníamos mucho tiempo buscándolo, ¡Cuando llego… lo perdí con toda mi familia…!

Javier. – ¡Me gustas Alexa…!

Alexa. – ¡Por Dios mírame estoy horrible, demacrada!

Javier.  – ¡Eres muy linda…!

Alexa. -  ¡Javier no me confundas más…primero déjame salir de aquí…!

Carlos. – Sé que debes de estar muy ocupado con el desmadre de anoche, tratando de justificar tu desvío de recursos con el supuesto sabotaje Jajaja

Andrés. – ¿Y no estás tú detrás de los accidentes del metro…?

Carlos. – Mi intención no es desacreditar al gobierno de Manuel, de eso se encarga solo, ¿Que pasa con el resultado de la nueva exhumación de, los Miranda Castell…?

Andrés. – ¡Javier ha estado encima todo el tiempo, tú sabes perfectamente, que ese resultado va a desestimar el anterior, eso nos pone en peligro…!

Carlos. – ¡No Rey, te pone en peligro a ti! tu dijiste que podrías manipular a tu yerno y tú sabes cómo son las cosas, yo y la organización no nos vamos a poner en juego por ti ni por nadie, busca, fabrica culpables, has que la de declaración de Lorca la hunda, haz lo que tengas que hacer, pero hazlo… has pensado en mandar de vacaciones a tu yerno sería una solución, esta ciudad es muy peligrosa la violencia ha crecido muchísimo…

Andrés. – Eso sería muy riesgoso, los medios están encima del caso Miranda sería ponernos en el ojo del huracán, sería hacer más evidente, los hechos…

Carlos. – ¡Espero todo salga como lo tienes planeado, como lo espero, recuerda tu cabeza está en juego…!

Andrés. – ¿Mi cabeza…?

Carlos. – ¡Solo tu cabeza, tu sabes que aquí eres solo un Peón! que por mucho que te hagas apodar el Rey, hay reyes que no solo ´pierden la corona si no la cabeza…

Clarissa. –  ¿Que haces aquí…?

Eduardo. – ¡No contestas mis mensajes, ni llamadas, devuelves mis flores…!

Clarissa. –  ¡Porque no quiero verte, no quiero saber de ti, no somos nada!

Eduardo. – ¿Y lo que hubo entre nosotros… donde lo dejas…?

Clarissa. – ¡Lo que hubo fue un acostón y es y será el peor error de mi vida…! no tienes idea de lo arrepentida que estoy, no sé cómo voy a enfrentar a Alexa…

Eduardo. –  ¡No tiene por qué enterase, y que ya estamos divorciados…!

Clarissa. – ¡Cuando paso aun no lo estaban, no sé cómo voy hacerlo, pero lo hare…!

Eduardo. –  ¡Entonces lo haremos juntos…!

Clarissa. – ¡Entiende no hay un nosotros, no quiero verte… no suéltame déjame en paz no me busques!

Eduardo. – ¡Pero yo te amo…!

Clarissa. – ¡Largarte de una vez… vete…!

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