A Tada a Nada...

Camila. – ¡Y esos malditos que no pueden darme mi cedula…!

Toño. – ¡No se la compliquen por que no hablan con don Andrés, para que el directamente hable con su yerno, es el dueño del despacho!

Ana. – Directamente con tu padrino

Camila. – Lo ideal es buscar al tal Javier, voy a darle en garantía las escrituras de la casa que nos cobre, que le quede claro que nada es gratis, que cobre con tal de que nos ponga un buen abogado, uno con el que pueda darme su firma para ayudarlo en tu defensa…

Alexa. – ¡Hermanita es la casa de nuestros padres…!

Camila. – Lo sé ahí esta nuestra infancia, nuestros recuerdos, pero ellos no están, de que nos sirve si ellos ya no están, no podemos atarnos a algo material cuando acabamos de perder a nuestro Daniel, a nuestros padres, cuando tu estas aquí… todo sea como una casa…

Alexa. – Tienes razón con casa o sin ella, Daniel nuestros padres están aquí dentro de nuestro corazón y los llevaremos hasta el último de nuestro suspiro….

Camila. – ¡Juntas hasta el final…!

Alexa. – ¡Juntas…!

. – ¡La visita termino, señores arriba vamos que por hoy fue todo…!

Muñeca. – ¡Hola princesita! ¿Como estas…?

Alexa. – ¡Suéltame… que quieres!

Muñeca. – ¡Tranquila princesa si no muerdo…! Jajaja a menos que quieras puedo hacerte mi reinita…

Alexa. – ¡Déjame tranquila…!

Muñeca. – ¡Chale que huraña eres, yo vengo en son de paz, yo solo quiero ser tu amiga! aquí eres muy solitaria, yo solo quiero ser tu amiga mira hasta te traje un regalito…

Alexa. – ¿Que es eso..?.

Muñeca. – ¡Un pajarito me dijo que te encanta e coñac! ¡Mira y es de los buenos toma es todo para ti dale un traguito, brindemos por nuestra amistad!

Tome la botella la destape percibir el aroma del coñac era glorioso, era mucha la tentación mi mano temblaba de nervios de tenerla en ella, mi paladar moría por un trago, tan solo por un trago, aunado con las palabras de la tal muñeca, animándome a darle un solo trago, mi yo interior también me alentaba a que diera solo un trago, me lleve la botella para darle ese trago, estuve a milésimas de caer, si no ha sido por la reina que de un manotazo tiro la botella de coñac, la cual se hizo pedazos…

Reina.  – ¿Pero que carajos haces, quieres mandar todo al diablo…?

Muñeca. – ¡Tranquila reina, solo era un trago, quería ser amable con la princesita…!

Reina. – ¡A mí no me vengas con jaladas que no nací ayer, más vale que te largues!

Muñeca. – ¡Está bien reina, ya me voy tranquila…!

Alexa. – ¡No te enojes no es para tanto… estoy bien…!

Reina. – ¿No es para tanto…? si hubieras dado ese trago, habías terminado tomándote toda la botella, es evidente que quieren que estés toda a pendejada, tienes que tener cuidado, esa va a seguir insistiendo, ella es una hiena, no es de confiar no es buena persona, ella se está llevando una buena tajada por darte ese coñac que no vale tres pesos.

Alexa. – ¡Voy hablar con ella, que me diga quien le está pagando…!

Reina. – ¡No seas ingenua, estas en el reclusorio princesita, ya te lo dije aquí somos, la mayoría mujeres peligrosas, mujeres que nada tenemos que perder…! la diferencia entre esa y yo, que no traicionó, como las leonas ataco de frente… y esa es capaz de vender a su propia madre por 100 pesos aléjate de ella, si te sigue buscando dime ¡A las leonas nos encanta comer hienas…!

Los días pasaban, días que en ocasiones eran eternos o al menos eso me parecía, días en los que perdía la noción del tiempo y se iban como agua, Ana y Camila no habían podido hablar con Javier, según había tenido que salir del país, la verdad es que la recepcionista era algo altanera y difícil, y el tal Enrique, mi abogado siempre tenía una excusa un pretexto para darme la cara, hasta Clarissa sentía que me estaba evadiendo, pero supongo que su remordimiento al final la hizo ir a verme.

Alexa. – ¡Clarisa, estaba tan preocupada por ti, me haces falta te necesito…! ¿Estás bien?

Clarissa. – ¡Perdóname… he tenido muchísimo trabajo, problemas con Patricio! anda de un humor que no tienes idea la campaña no es lo que se esperaba… no te preocupes por mí no lo merezco… aquí la que importa eres tú que te dice el abogado.

Alexa. – No sé nada de él, se ha estado escondiendo, Camila le ha dejado mensajes y nada incluso han tratado de hablar con Javier San Román, para ver por qué nos mandó al peor de sus abogados, pero según esta fuera del país.

Clarissa. – Parece que colabora con el gobierno de los ángeles, algo salió en las noticias, no preste mucha atención, Salma está aquí en México, parece va a producir una serie, así que Javier no debe tardar mucho en regresar, y Camila ya arreglo lo d su cedula…

Alexa. – No, ya sabes como es este país referente a burocracia, que si falta la firma que si ahora acá, que haya en fin ¿No has visto a Eduardo…?

Clarissa. – ¡No…! ¿Pasa algo no ha venido a verte?

Alexa. – Si, pero no he querido recibirlo, no cree en mi inocencia, pareciera que no me conoce, yo jamás hubiera dudado de él…

Clarissa. – Trata de entenderlo, tal vez le está costando trabajo asimilar todo esto.

Alexa. – ¿Entenderlo…? ¡Por Dios Clarissa, la que está en el reclusorio soy yo! es él quien debería entenderme, de creer en mí, he perdido muchas cosas, no solo mi libertad solo lo tenía a él, a ti, mi hermana, mi Ana a mi Toño… tal vez hasta tiene otra mujer…

Clarissa. – ¡No digas eso, él te ama, es el amor de tu vida…! sé que estar aquí no es fácil, estar aquí representa una lucha constante, eres fuerte amiga… has sobrevivido a la perdida de tus padres, de Daniel de tu hijo… esto no es nada… yo… no voy a poder seguir viniendo…

Alexa. – ¿Me abandona, tú también me crees culpable?

Clarissa. – ¡De ninguna manera, sé que eres inocente! pero vivimos en un país, lleno de corrupción donde nuestro gobierno lo único que hace es en llenar sus arcas, donde es más fácil ir por los buenos que por los malos… como te dije tengo mucho trabajo, entre Patricio y Valeria Sanmillán, están organizando un homenaje en honor de su madre, quien salto a la fama siendo la primera modelo mexicana en triunfar en Paris, tengo que viajar allá y no sé cuánto tiempo tenga que estar fuera…

Alexa. – ¡No te preocupes entiendo es tu trabajo…!

Clarissa. – Aun así, voy a estar al pendiente, voy a dejarles un dinerito para lo que se ofrezca…

Alexa. – ¡No es necesario lo del dinero…!

Clarissa. – ¿Somos hermanas recuerdas? bueno, llegara el día en que puedas regresármelo

Alexa. – Gracias, te juro que así será, ¿Pero seguro que solo es trabajo lo que te tiene así…? ¡Clarissa mírame a los ojos sabes que puedes confiar en mí, nos conocemos de toda la vida y siento que algo más te pasa que algo me ocultas…!

Clarissa. – ¡No pasa nada, solo ten presente lo mucho que te quiero que eres la hermana que nunca tuve…!

Justo en ese momento entro la, custodio, informando que el tiempo de visita se había terminado y ella no medio más oportunidad de nada, como es que se puede querer a alguien y al mismo tiempo darle la puñalada por la espalda.

Eduardo. – ¡Te he estado llamando! ¿Por qué no me contestas, de dónde vienes?

Clarissa. – ¡No me toques, que quieres…!

Eduardo. – ¿Dónde estabas…?

Clarissa. –  ¡Fui al reclusorio…!

Eduardo. – ¿Le contaste lo que paso…?

Clarissa. – ¡No, y no por ti, no pude, no pude ni verla a la cara, me sentí como una basura… ella te necesita!

Eduardo. – ¡Es ella la que no quiere verme…!

Clarissa. – ¿Por qué dudas de ella…? ¡Deberías saber que es inocente…!

Eduardo. – ¡Por Dios por más que la quieras no puedes tapar el sol con un dedo, se volvió una alcohólica… ya se te olvido que le encontraron cocaína…!

Clarissa. – ¿En donde crees que vivimos? ¡Tenemos un gobierno que es capaz de sembrar osamentas, capaces de sembrar droga… tienes que sacarla de ahí…!

Eduardo. – ¡Eso estoy tratando, pero todo, la culpa, te has puesto a pensar que si sale de ahí que va a pasar con lo nuestro…!

Clarissa. – ¡Estas, loco no hay un lo nuestro…!

Eduardo. – ¡No contaba con esto con lo que estoy sintiendo, no he dejado de pensar en ti desde esa noche…!

Clarissa. – ¡No me digas eso no… debes estar confundió, recuerdas solo fue un acostón palabras tuyas incluso un maldito acostón que no debió pasar nunca…!

Eduardo. – ¡Eso pensaba, pero no he dejado de pensar en ti, estoy sintiendo algo especial por ti… dime no has pensado en mi…!

Clarissa. – ¡Estás loco, esto no puede ser, no puedes estar diciéndome todo esto!

Eduardo. – ¡Dime que no fue especial, dime que no te gustaron mis besos, mis caricias!

Clarissa. – ¡Cállate por favor cállate…!

Eduardo. – ¡Ven mírame a los ojos, dime que no sientes nada por mi… que no mueres por volver hacer el amor conmigo…!

Lo que sobraban ya en ese momento eran las palabras, para darle paso a los besos y más besos, que más daba ya, era evidente que lo que era un acostón era algo más que solo eso, amor no lo sé, pero si mucha pasión, y mientras ellos se revolcaban en la cama, yo iba para mi celda que estaba enfrente de la de la reina, ella veía la televisión, era uno de los tantos privilegios con los que contaba, algo me llamo la atención esa voz la conocía, al asomarme era Eduardo a quien lo estaban entrevistando.

. – Licenciado Álvarez podría regalarnos una entrevista para el noticiero de las 10pm con Mónica Castro.

Eduardo. – Si claro…

. – ¿Licenciado cómo va la defensa de la señora Alexa Miranda? ¿Que le dice el abogado tenemos entendido que es un abogado de oficio, tan mal está la situación económica de la señora Miranda, para no poder pagar un abogado?

Eduardo. – No he podido hablar con ella he estado trabajando de la mano del abogado que lleva su defensa…

. – ¿Por qué un abogado de oficio? considerando que usted es abogado…

. – No queremos más malos entendidos, fue un gravé error aceptar la fiscalía del caso Miranda Castell, lo que queremos es llevar un caso en total transparencia… que no haya conflictos de interés de por medio…

. – Por ello fue que renuncio a la fiscalía, eso quedo claro de acuerdo al comunicado de prensa que envió su despacho, pero no tendría nada de raro que usted como abogado y marido de la señora Miranda llevara su defensa, o bien por medio de algún otro bufete de abogados, ¿por qué un abogado de oficio, considerando que las acusaciones que enfrenta son muy graves, porque no un especialista en materia…?

Eduardo. – ¡Por favor, entiendan, ser abogado de oficio no demerita el trabajo son tan profesionales como cualquier abogado de prestigio, la ley no se fija de donde se graduó el abogado…!

Alexa. – ¿Que piensa al respecto la señora Alexa, sabe que su defensa está en manos de un abogado de oficio…?

Eduardo. – Entienda estamos viviendo cosas muy difíciles, sobre todo mi esposa, no ha sido fácil para ella afrontar esta perdida, enfrentar su alcoholismo, su adicción a la cocaína no es fácil su representante, es un abogado muy competente él está trabajando en su defensa, su labor es buscar una sentencia justa…

. – ¿Está a firmando que Alexa Miranda es culpable licenciado Álvarez?

Eduardo. – Sin comentarios con permiso…

Mónica. – Esta fue la entrevista que el licenciado Eduardo Álvarez, le brindo hoy en la mañana a nuestra reportera, lo único cierto es que deja son más dudas respecto a todo lo que envuelve el caso Miranda Castell, este señor literal acaba de decir que Alexa Miranda es culpable de todos los cargos que se le imputan. Pero no se deje engañar aquí hay cosas muy turbias, pero no hay duda en eso de que hay amores que matan… habrá que seguir de cerca este asunto… pero por lo pronto vamos a un corte de nuestros patrocinadores, ya volvemos…

No daba crédito a todo lo que acababa de escuchar, no solo era el hecho de señalarme culpable, era el hecho que había sido engañada, no era un abogado por parte de San Román, era un burdo defensor de oficio y sumado a que todo mundo se enteraba de mi enfermedad como alcohólica, quería matarlo… quería despellejarlo vivo, no sabía quién era realmente Eduardo, en ese momento, como no me había dado cuenta quien era en realidad como había podido estar atada a nada por tanto tiempo.

Trate de comunicarme con Camila o con Ana, pero la reina me dijo que no que lo más probable es que el teléfono de la casa como sus móviles estuvieran intervenidos, sería mejor esperar a que fueran a verme, pero él quien fue a verme era Eduardo, no podía dejar pasar la oportunidad de verlo a la cara, solo para darme cuenta que aquel amor de final de cuento se había terminado o si nunca nos habíamos amado como creíamos.

Eduardo. – ¡Amor que gusto me da verte! que por fin hayas aceptado verme te he extrañado tanto, pero mírate estas muy demacrada ¿si estas comiendo bien amor…?

¡Era un imbécil! ¿Demacrada? Que pensaba que estaba en un hotel de cinco estrellas, que estaba de vacaciones, con los mejores tratamientos de belleza… verlo sentí que el estómago se me revolvió quiso abrazarme, pero di un paso atrás…

Alexa. –  ¿Te parece extraño verme así demacrada ojerosa? ¡Estoy en el maldito reclusorio! ¡Pero que vas a entender si no tienes la puta idea de lo que es estar aquí encerrada, tener que comer la bazofia que te sirven como comida…!

Eduardo. – ¡Amor tranquilízate, no es para que te pongas así…!

Definitivamente ese no era el Eduardo que había conocido, del cual me había enamorado aquel hombre que mil veces pensé era el hombre de mi vida, no podía creer que me hablara con esa desfachatez, con ese cinismo, cuantas veces habría hecho lo mismo y yo de estúpida jamás me percate, el paso que retrocedí lo avance y en lugar de darle ese abrazo que buscaba le solté una bofetada…

Alexa. – ¿Eres un imbécil o que carajos te pasa crees que, porque estoy aquí encerrada, no me iba a dar cuenta? ¡Porque de pronto eres un extraño o tan solo es que fui tan estúpida para no darme cuenta que en realidad siempre has sido eso un extraño!

Eduardo. – ¿Que te pasa? ¡Eres tú la extraña! pero yo si te entiendo este lugar debe haberte cambiado… ¡yo que no dejo de pensarte de amarte de tomarte de la mano y afrontar esto, pero me has alejado…!

Alexa. – ¡Así tomarme de la mano y enfrentar esto! ¿Crees en mi inocencia he crees en mi…?

Eduardo. – ¿A qué viene todo esto? lo importante es que aquí estoy! ¿O no? ¡lo que importa es el amor que nos tenemos…¡

Alexa. – ¡Eso no responde mi pregunta! ¿Con un maldito carajo Eduardo crees en mi inocencia o no…?

Eduardo. – ¡Por Dios Alexa! ¿Porque te haces esto, porque nos haces esto…? ¡Eres el amor de mi vida…!

Alexa. – ¿Tan difícil era decir si creo en tu inocencia? ¡Claro que fue difícil porque no crees en mi inocencia! ¡Si fuera el amor de tu vida, no dudarías de mi, sin pensar habías dicho sí creo en mi!, ¡sin embargo, declaraste que solo soy culpable, si no que soy alcohólica y cocainómana vi la entrevista que te hicieron…!

Eduardo. – ¡Debieron editarla, así son los medios todo lo que quieren es vender, hacer notas amarillistas…!

Alexa. –  ¿Y también es error de edición el saber que ni un para pagarme un pu-to abogado tienes? ¡que tú y mi padrino, me engañaron que es un maldito abogado de oficio el que lleva mi defensa! ahora entiendo por qué el hijo de pu ta jamás se ha parado aquí…!

Eduardo. – ¡Se trata de un error, una mal interpretación de mis palabras yo…!

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