El Desprestigio...

Ana. – ¡Mi niña te traje un té, te ayudara a calmar eses nervios, más que la bebida…!

Alexa. – ¿Tu también nana…?

Ana. – Yo lo que quiero es que tu estés bien, claro que entendemos por lo que estás pasando, porque todos estamos viviendo esa misma tragedia… Camila no ha podido llorar a tus padres a Daniel… esta tan angustiada por ti… por todo lo que ha desatado esta tragedia…

Alexa. – No puedo nana simplemente no puedo es demasiado para mi… no quiero, solo deseo morirme irme detrás de ellos… no hay momento que no le pida a Dios que me lleve con ellos… o que me los regrese él puede hacerlo… ¡Es el todo poderoso, puede resucitar a los muertos…!

Ana. – ¡Mi niña no seas insolente con Dios! él sabe cuál es tu sufrimiento, no fue él quien te los arrebato, Dios no es culpable de la muerte de tu bebé…

Alexa. – ¡Pero el todo lo ve, porque no hizo nada, porque lo permitió…!

Ana. – ¡Dios es tan maravilloso, tan bondadoso, que nos ha hecho libres en todos los aspectos, nos dio la libertad de amar, la libertad de vivir como queramos, libres de tomar decisiones… y ellos esos hombres decidieron desviar su camino no solo de los ojos del señor de esta sociedad, ellos son los únicos responsables de esta tragedia…

Alexa. – ¡Entonces debo sentarme, cruzarme de brazos y así de fácil aceptar que hay gente mala y así de simple resignarme…!

Ana. – ¡Hija la vida no es fácil a veces es cruel, hay hombres crueles, no va hacer fácil salir de todo esto, pero esa es decisión tuya no de Dios…!

Alexa. – ¡Sabes le marque a Rodrigo mi editor en el periódico y la revista y también acaba de darme la espalda crees…!

Ana. – ¡Mi niña, mi niña…! tienes que tener en cuenta, que se vienen días difíciles, que muchos otros van a darte la espalda… que muchos van a dudar de la familia Miranda Castell, pero quienes sabemos quiénes eran aquí vamos a estar al pie del cañón…

Alexa. – ¡Nanita…!

Ana. – ¡Mi niña morirte no es la solución! ¿Tú piensas abandonar a tu marido… a tu hermana? solo están las dos para enfrentar lo que venga, para limpiar el nombre de tus padres de tu familia…

Mi nana era una mujer fuerte, hecha a la antigua, como un roble que pareciera que nada los dobla, cuánta razón tenía en sus palabras, tan solo era una llovizna, la verdadera tormenta estaba por azotar tierra un huracán devastador el que estaba por arrasarnos y yo aún no estaba preparada, el alcohol, dominaba mi razón, pero aun debía seguir cayendo hasta tocar fondo, aun con todo lo vivido aun no llegaba al fondo, para patalear y manotear para salir a flote…

Mi nana dejo el té sobre la mesita de noche, le di un sorbo, pero no medio aquella tranquilidad que me brindaba el coñac… debajo de la cama saqué una botella y le vertí un trago al té de azares, hasta que realmente calmo mis ansias, no me di cuenta si Eduardo llego, quería una explicación de cómo es que había aceptado la fiscalía, pero con aquellos tragos del té con coñac me tumbaron hasta el amanecer.

Eduardo. – ¡Camila buenos días! ¿donde esta Ana…?

Camila. – Salió muy temprano…  ¿y Alexa…?

Eduardo. – Sigue dormida, a noche preferí dejarla sola había estado bebiendo…

Camila. – Espero que Ana encuentre a quien tal vez pueda ayudarla…

Eduardo. – Yo ya no sé qué hacer…

Camila. – Lo sé, yo tan poco sé cómo ayudarla, ni siquiera he podido llorarles a mis padres a mi hermano… quieres algo de almorzar…

Eduardo. – Solo fruta y jugo, por favor…

Camila. – Espero que Ana no tarde, no quisiera dejarla sola… necesito ir a ver lo de mi cedula…

Eduardo. – Espero que todo se resuelva pronto, si tienes que irte vete yo me quedo espero a que llegue Ana…

Camila. – Te tomo la palabra, como quiera ya no debe tardar Clarissa…

 

Ana. – ¡Gabriel hijo…!

Gabriel. – ¡Doña Ana, pero que gusto volver a verla después de tanto tiempo…!

Ana. – ¡Pensé que no te acordarías de esta vieja…!

Gabriel. – Pero si usted está igualita, por usted no pasan los años…

Ana. – ¡Tan adulador como siempre muchacho…! ¡Perdón tal vez debo llamarte de otra forma…!

Gabriel. – Hábleme como siempre, usted sabe cuánto la aprecio y lo agradecido que estamos con usted y Toño… por cierto donde esta…

Ana. – Y sabes que eres correspondido hijo… está afuera no había donde estacionarse ¿y tu madre como esta…?

Gabriel. – ¡Como siempre de la tosa doña Ana, pero qué más puedo hacer es mi sacrosanta madre…!

Ana. – Espero poder saludarla…

Gabriel. – Le aseguro que a ella también le dará gusto saludarla.

Ana. – Hijo si estoy aquí, si me atreví a buscarte es porque necesito de tu ayuda, porque Alexa necesita de tu ayuda…

Gabriel. -  Doña Ana no por favor hasta un cosquilleo en el estómago sentí tan solo de oír su nombre, pero…

Ana. – ¿Hijo no te enteraste, no viste las noticias?

Gabriel. – ¡No soy amante de la televisión, y cuando llego a verla prefiero programas de vida salvaje, de lugares extraordinarios! y redes sociales no uso, prefiero siempre un buen libro, y usted sabe lo doloroso que fue enterarme de la peor noticia de mi vida por un periódico así que evito leerlos, ¿que ocurre…?

Ana. – ¡Alexa…!

Gabriel. –  ¡Cristo, ve aún se me eriza la piel solo de escuchar su nombre! hace tanto que no se de ella y prefiero no saber doña Ana… ese pasado está más que enterrado prefiero que siga así…

Ana. –  ¡Soy testigo lo difícil que fue sacarla de tu vida hijo, pero… en verdad te necesita…!

Gabriel. – Doña Ana no siga por favor no…

Ana. – ¡Hijo en verdad no sabes que don Claudio, doña Mercedes y Daniel murieron en un atentado…!

Gabriel. – ¿Qué, como que murieron… Dios cuando…?

Ana. – ¡Si hijo los mataron… todo fue tan fuerte que ella perdió a su bebé…!

Gabriel. – ¡Dios santo! ¿Cómo esta…?

Ana. – ¡Está destrozada, hijo le ha dado por beber día y noche…!

Gabriel. – ¡No sabía… no sabía se lo juro, de saber había salido corriendo a buscarla lléveme con ella tengo que hacer algo por ella…!

Clara. – ¡Buenas días…!

Gabriel. – ¡Mamá…!

Ana. – ¡Doña Clara buenos días que gusto verla…!

Clara. – ¡Buenos días Ana, aunque no puedo decir lo mismo, no sé qué haces aquí importunando a mi hijo con dramas ajenos…!

Ana. – ¡Discúlpeme doña Clara, estamos tan desesperados, pensé que Gabriel podía ayudarla…!

Clara. – ¿Gabriel?  ¡Por Dios Ana no seas igualada para ti es el…!

Gabriel. – ¡Madre basta! deja de comportarte de esa manera, no seas grosera, con doña Ana, ¿Ya se te olvidó lo que ella y don Toño hicieron por nosotros…?

Clara. – Por supuesto que no, no soy una mal agradecida, siempre tengo presente lo que hicieron por nosotros, jamás voy a saber cómo pagarles, pero no por eso voy a permitir que te importune…con tonterías no debes distraerte…

Gabriel. – ¿Tú sabias lo que le ocurrió a la familia de Alexa….?

Clara. – Si, y han estado en mis oraciones, cada día que rezo mi rosario, pido por ellos, Mercedes no solo era mi vecina era mi amiga y cada que podía ayudaba en su fundación…

Gabriel. – ¡Porque no me habías dicho nada…!

Clara. – ¡Tú no puedes, ni debes acercarte a ella! Ana haga el favor de retirarse y no buscar más a mi hijo…

Ana. – Discúlpeme doña Clara, Gabriel perdóname con permiso…

Gabriel. – ¡Doña Ana espéreme…!

Clara. - ¡Tú no vas a ningún lado compórtate… ya no eres un niño y menos un adolecente…!

Gabriel. – ¡Tú lo has dicho madre ya no soy aquel enclenque adolecente al cual podías manipular…!

Clara. – ¡Pero Dios santo como te atreves soy tu madre…! ¡Padre mío perdónalo no sabe lo que hace…!

Gabriel. – ¡Hazte a un lado madre… por que no respondo…!

Clara. – ¡Gabriel ven acá, Gabriel…!

Para Clara siempre fui la bruja del cuento, siempre fui una amenaza para sus planes, y su promesa hecha a Dios, siempre fue más importante que cualquier otra cosa, aun cuando había tenido que pasar por encima de lo que Gabriel pensara, creyera o sintiera, para Clara no había nada ni nadie más importante que cumplir con aquel juramentó… pero él era un hombre y sin importar nada en ese momento hizo a un lado a su madre y salió corriendo a buscar a mi querida nana, pero ya no la encontró…

Clarissa. – ¡Hola buenos días…

Eduardo. – ¡Hola pasa, estás en tu casa te sirvo fruta, o…!

Clarissa. – Ya desayune… no sé qué haría si no tuviera a Lupita… a mí se me quema el agua… pero no te desprecio la fruta… ahí estas bien yo me sirvo…. ¿Y Alexa…?

Eduardo. – Sigue dormida a noche no sé hasta qué hora siguió bebiendo… no sé qué hacer me siento tan harto de todo esto… tan mal, ella ni siquiera se ha tomado la molestia de preguntar como estoy yo…

Clarissa. – Lo sé… para todos esto ha sido un golpe terrible aun no lo creo…

Eduardo. – ¡Yo también perdí un hijo era mío carajo…! tantas ilusiones que ambos teníamos con ese hijo… pero ella ni siquiera me ha preguntado cómo estoy, yo también necesito consuelo… también era mi familia…

Clarissa. – Hay Eduardo, perdóname, yo solo me he enfocado en Alexa y si tú también debes estar destrozado… ven… perdóname…

No sé si ahí en ese abrazo que le dio mi mejor amiga, casi mi hermana, fue el detonante para que Eduardo no solo la viera de forma distinta, la sintiera de forma distinta, como lo que era una mujer hermosa llena de vida, si en ese preciso momento la comparo conmigo.

Yo que solo era la sombra de lo que había sido días pasados, siempre fodonga, desaliñada siempre a la defensiva, llorando por los rincones mis perdidas, siempre con aliento alcohólico, y ella Clarissa impecable, hermosa como siempre, y como ser de otra manera si era la responsable de la imagen y publicidad del grupo textil más importante no solo de la ciudad de México sino a nivel internacional  de Velarde´s que aun después del escándalo de tráfico de drogas en el que se vio envuelto años atrás por su antigua propietaria Susana Alcántara, su nueva dueña Valeria Sanmillán había logrado levantarlo y posicionarlo por encima de muchas casas de modas o marcas famosas  como el número uno.

Iba entrando a la cocina cuando los vi a brazados, pero por que iba a desconfiar era el hombre que me amaba, el que me decía que era el hombre más afortunado de este mundo por estar con el amor de su vida… el que me había jurado lealtad y fidelidad hasta que la muerte nos separara, porque iba a desconfiar si era mi mejor amiga casi mi hermana, teníamos años de conocernos de vivir muchas cosas juntas de ser cómplices de guardarnos secretos… que no me percate de aquel brillo en los ojos de Eduardo al mirarla,  yo solo sentía que la cabeza me iba a estallar, lo único que deseaba en ese momento era reclamarle a Eduardo sobre su nuevo cargo. Salude a Clarissa como si nada…

Clarissa. – Te sirvo de desayunar hay fruta jugo yogurt…

Alexa. – ¡No, que asco aparte no tengo hambre…!

Eduardo. – deberías desayunar algo…

Alexa. – No tengo hambre… tengo el estómago revuelto…

Eduardo. – Debe ser de tanto alcohol… por eso debes desayunar amor…

Alexa. – No quiero. Mejor dime hasta cuando pensabas darme la cara, ¿Te estás escondiendo de mi Eduardo…?

Eduardo. – ¿De que carajos estás hablando…?

Alexa. – ¡Estúpida no soy Eduardo…! ¡De tu cargo como fiscal… como has podido venderte de esa manera he…! ¿Quién está detrás de todo esto?

Eduardo. – ¡Las cosas no son como crees, yo no tengo nada que ver con esa decisión yo solo quiero esclarecer la muerte de tu familia, de nuestro hijo…!

Alexa. – ¡Ahora hasta de tráfico de influencias me están acusando no has visto las noticias…!

Eduardo. – ¡Como carajos quieres que te dé una explicación si te la pasas borracha y dormida…!

Alexa. – ¡Como te atreves…!

Eduardo. – ¡Dándome de bofetadas no vas a evadir la realidad Alexa…! no hay una conspiración si eso piensas, pero si te hace feliz voy a renunciar al cargo… solo queremos evitar que vayan a inventar cosas, ¡sabes como es este pinche país… como es la justicia en México…!

Alexa. – ¡Mi padre siempre fue un hombre íntegro y mi madre no se diga, tu sabes quién era Daniel la verdad tiene que salir….!

Eduardo. – ¡No hay nada de qué preocuparse entonces…! ¿O sí?

Alexa. – ¡Como puedes dudar de mi familia, dudar de ellos es dudar de mi…!

Eduardo. -  ¡Amor yo… te amo…!

Alexa.  – ¡Júrame que todo va a salir bien…!

Eduardo. – ¡Si… tú también debes hacerme un juramento…!

Alexa. – ¿Yo? ¡Que…!

Eduardo. – ¡Tienes que buscar ayuda una tanatólogo y con AA dile Clarissa…!

Clarissa. – ¡Yo no te voy a dejar yo puedo acompañarte a AA sabes que no voy a dejarte sola…!

Alexa. – ¡No tengo problemas con el alcohol, yo puedo dejarlo cuando yo quiera…!

Eduardo. – ¡Entonces es hora que lo dejes… júrame…!

Alexa. – ¡Voy a dejarlo, solo un trago más…!

Clarissa. – ¡No Alexa ni uno trago más…! vamos a tu recamar yo te ayudo a que te cambies y te pongas bonita… ven

Eduardo. – Clarissa gracias, te la encargo debo irme… en cuanto venga Ana dile que se deshaga de todo el alcohol que haya en esta casa…

Alexa. –  ¿No confías en mi…?

Eduardo. – ¡Solo es para que no tengas tentación no debes preocuparte! ¿Tú puedes dejarlo no?

Clarissa. – Yo me hago cargo…

Fue una lucha a muerte conmigo misma, mi razón me decía que no debía beber más, pero la ansiedad, la desesperación por un trago fue más fuerte que mi voluntad.

Revolví toda la casa esperando encontrar que beber, pero nada ni siquiera alcohol etílico de haberlo encontrado no había dudado en tomármelo con tal de que pudiera calmarme. Por lo que tome el teléfono, sabía que él no me iba a fallar y si estaba más que dispuesto a ayudarme o a terminar de hundirme…

Alexa. – ¿Trajiste la botella?

Andrés. – ¡Claro ahijada no solo una te traje dos botellas de coñac tienes que esconderlas muy bien anda ve aquí te espero….!

Sin pensar le arrebaté las botellas como desesperada una de ellas la abrí sin esperar más y bebí directamente de la botella, en cuanto el coñac entro en mi cuerpo aquellas ansias desaparecieron…

Andrés. – ¿El pichón ya está a dentro…?

. – Afirmativo Rey… en cuanto salga del nido la princesa pichón dejará el huevo en el nido… y saldrá  cómo se tiene previsto…

Andrés. – Perfecto…

Cuando regrese mi padrino ya no estaba, no le tome importancia pensé que tal vez se le había presentado algo de trabajo, me senté en la sala a esperar a Ana y a Camila quien llego decepcionada, cansada, había sido una mañana más perdida, si no era una cosa era otra le seguían dando pretextos para entregarle su cedula, Clarissa, se había ausentado un poco por cuestiones de trabajo en Velarde’s trabajando para la nueva campaña sobre la nueva imagen aunque Romina  no era una modelo fácil de trabajar, pero no había día que no me llamara para saber cómo estaba.

Esa tarde Eduardo no llego, ni siquiera a dormir, pero no le preste atención, mi única preocupación era darle de tragos a la botella de coñac y que no me descubrieran, aun seguida dormida cuando entro Camila abruptamente a mi habitación.

Camila. – ¡Alexa despierta Eduardo esta en cadena nacional…!

Alexa. – ¿Que ocurre…?

Camila. – ¡Ve Eduardo esta en conferencia…!

Eduardo. – Señores buenos días gracias por estar aquí…

. – ¿Ya hay un avance en la investigación?

. – ¿Se confirmó los resultados de las necropsias?

. – ¡Esto es un caso más de tráfico de influencias…!

Eduardo. – Antes que nada, quiero aclarar que aquí no hay tráfico de influencia, mi compromiso siempre ha sido llegar a la verdad, tenía que confirmar que esos resultados no hubieran sido alterados…

. – ¡Señor fiscal, no será que usted ha querido esconder información por le vinculo que lo une a la familia Miranda Castell…!

 

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Comments

Alicia Steiner

Alicia Steiner

En la novela anterior la comandante Daniela tampoco hizo y dudo que lo haga ahora...

2024-06-02

1

Martha Padilla

Martha Padilla

Y qué pasa con la Comandante Daniela, no ha investigado nada.???

2024-05-13

1

Tomasa Aguirre

Tomasa Aguirre

desdichado vendido así dise amar a su esposa

2023-11-20

1

Total
Capítulos
1 Prólogo...
2 El Cargo...
3 Las Pruebas...
4 El Atentado...
5 Un Cabo Suelto...
6 La Fuga del Hospital...
7 Una Salida Falsa...
8 El Nuevo Fiscal...
9 El Análisis Forense...
10 El Desprestigio...
11 El Arresto...
12 El Sabor de la Traición...
13 A Tada a Nada...
14 Miradas...
15 La Defensa...
16 Deslealtad...
17 Atracción...
18 La Audiencia...
19 La Violaciòn...
20 El Sacrilegio...
21 En Quiebra...
22 El Paciente x...
23 La Condición...
24 El Encuentro...
25 El Origen de Andrés Verastegui...
26 La Rebeldia de Gabriel...
27 La FIesta de Salma Yazbeck
28 El Embarazo...
29 La Nueva imagen de Velarde's...
30 Alexa & Clarissa...
31 El Plan B...
32 La Fotografía...
33 El Aniversario de Velarde's...
34 El Amor No es Suficiente...
35 El Amor No es Suficiente...
36 La Bestia...
37 Un Revés para Eduardo...
38 El Encuentro de Dos Almas...
39 La Amenaza...
40 De Mujer a Mujer...
41 La Conferencia de Prensa...
42 La Testigo...
43 La Despedida...
44 Remontando el Vuelo...
45 Más allá de la vida...
46 Más allá de los Sueños...
47 La Denuncia de María...
48 Hasta Que La Muerte Los Separe...
49 El Presentimiento...
50 La Tragedia...
51 En Espera de un Milagro...
52 En el Umbral de la Gloria...
53 La Confesión...
54 El Anzuelo...
55 El Testamento...
56 ¿Conmigo o en mi Contra...?
57 El escándalo...
58 El Claustro...
59 La Confesión de Clara...
60 El Principio del Fin...
61 La Entrevista...
62 La Bienvenida...
63 Fuera Máscaras...
64 El Relicario...
65 La Cacería de Brujas...
66 El Secuestro de Max...
67 Cara a Cara... Todo O Nada...
68 París... El Final...
Capítulos

Updated 68 Episodes

1
Prólogo...
2
El Cargo...
3
Las Pruebas...
4
El Atentado...
5
Un Cabo Suelto...
6
La Fuga del Hospital...
7
Una Salida Falsa...
8
El Nuevo Fiscal...
9
El Análisis Forense...
10
El Desprestigio...
11
El Arresto...
12
El Sabor de la Traición...
13
A Tada a Nada...
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La Defensa...
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La Audiencia...
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En Quiebra...
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El Encuentro...
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El Origen de Andrés Verastegui...
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La Rebeldia de Gabriel...
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La FIesta de Salma Yazbeck
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El Embarazo...
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La Nueva imagen de Velarde's...
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Alexa & Clarissa...
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El Plan B...
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El Aniversario de Velarde's...
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El Amor No es Suficiente...
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La Bestia...
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Un Revés para Eduardo...
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La Amenaza...
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De Mujer a Mujer...
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La Tragedia...
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La Confesión...
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El Testamento...
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¿Conmigo o en mi Contra...?
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El escándalo...
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El Claustro...
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El Principio del Fin...
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La Entrevista...
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La Bienvenida...
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