El Atentado...

Alexa. – Señor Miranda pensé que ya no vendrían a comer... padrino que bueno que también estas aquí...

Andrés. – Tenía muchas ganas de verte, de lo contrario te olvidas de mí...

Claudio. – Voy a ver a tu madre, Eduardo ya no debe tardar hija...

Alexa. – Bueno sé que desde que eres el secretario de relaciones exteriores, eres un hombre muy ocupado.

Andrés. – Vaya que lo estoy, pero siempre voy a estar para ti princesa, de hecho, quería darte un pequeño presente...

Alexa. – ¡Padrino no era necesario...!

Andrés. – Claro que lo es, eres mi única ahijada, mi princesa consentida, tan solo es un detalle toma ábrelo hija...

Alexa. – ¡Padrino...! ¿El collar de perlas de mi madrina Bárbara...?

Andrés. – Era su preferido, recuerdo que alguna vez dijo que sería tuyo...

Alexa. – Lo sé... pero ella se fue, y lo ideal es que le pertenezca a Salma o a tu esposa Ángela...

Andrés. – Ciertamente hay un lote de joyas que heredo Salma, en cuanto Ángela no tiene derecho a nada de esto...

Alexa. – ¿Y cuando regresa...?

Andrés. – Pronto princesa...

Alexa. – ¿Y Salma como esta...?

Andrés. – Bien hablamos por teléfono la otra noche, en cuanto termine de rodar la película en la cual participa vendrá a México...

Alexa. – Me da gusto por ti... te ofrezco algo de beber

Andrés. – Un coñac está bien princesa...

Alexa. – Ten padrino deja voy a buscar a mis hermanos...

Andrés. – Adelante princesa, yo aquí espero... en lo que realizo una llamada... vaya hasta que contestas... no sé hasta dónde sabe Miranda, pero hay que actuar rápido, hay que registrar la casa... hablo de tener pruebas... su pongo es una USB

Sergio. – Me hago cargo, esta noche pueden sufrir un asalto...

Andrés. – Eso es muy riesgoso, entre menos testigos mejor, en dos días la casa estará sola seguramente la servidumbre estará en el rancho, para la fiesta de aniversario, es cuando deben registrar la casa, encontrar las pruebas que llevan al Rey, nadie debe saber que yo soy el Rey....

Sergio. – ¿Qué es lo que debemos buscar en concreto...?

Andrés. – ¡Carajo...no insultes mi inteligencia! así tengas que voltear la casa al revés, encuentra esas malditas pruebas... te acabo de decir que supongo es una USB

Sergio. – ¿Y si ya sospecha de ti? Y solo te acaba de poner una trampa...

Andrés. – No soy estúpido, claro que pensé en esa posibilidad, y si tal vez sospecha que soy el Rey, ¡Repito voltea la maldita casa, levanta los malditos cimientos si es necesario, que al cabo no regresaran a ella...!

Sergio. – Pensé que solo sería un boleto de viaje...

Andrés. – ¡Siempre existe la posibilidad de un daño colateral, qué más da si toda la familia, tiene que viajar...! ¡Sergio no quiero fallas ni testigos...!

Sergio. – ¡Me hago cargo de que todos vuelen en primera clase...!

Claudio. – ¿Compadre porque te quedaste solo...?

Andrés. – Alexa fue a buscar a los muchachos...

Mercedes. – Compadre, que bueno que estas aquí, por favor pasen a la mesa, Ana ve por los muchachos...

Ana. – Si señora...

    Nos sentamos a la mesa justo cuando Eduardo marco que había salido algo de emergencia por lo que pasaría por mi más tarde, la verdad es que me encantaba comer en casa, sentirme en familia, recordar los tiempos de cuando vivía con ellos, antes de conocer a Eduardo en la universidad, cuando aún cursaba la preparatoria,  después de realizar las tareas jugábamos en la casa, turista y otros juegos de mesa en compañía de nuestros padres, de Gabriel quien aun cuando era mayor que Daniel eran muy amigos eran inseparables, hasta que un día falleció su padre y se mudaron de casa, jamás volvimos a saber de él.

     Qué tiempos aquellos, en los que tenía todo, sin imaginar como un acontecimiento, alrededor de nuestra familia, como la muerte del padre de Gabriel, cambio todo nuestro entorno, porque no solo cambio la vida de nuestro amigo si no la de nosotros, jamás sabré como se hubieran dado las cosas, mi vida, si Gabriel, no hubiera desaparecido de nuestras vidas.

    Después de aquella tarde, al despedirme de mis padres me aferré a ellos como nunca, eran mi todo, no quería soltarlos, algo en mi interior me decía no lo sueltes, pensé solo es la nostalgia de volver a ese pasado, donde nada te preocupa, porque están tus padres, porque eres inmensamente feliz sin saberlo.

    Aún faltaban algunos detalles con la fiesta de nuestro aniversario, así que con el permiso de doña Mercedes, le pedí a Camila que se fuera, conmigo, ya que a la mañana siguiente nos adelantaríamos a la hacienda para tener la certeza que todo estaba como lo quería, aquellos dos días se fueron rapidísimo...

Ana. – Doña Mercedes, el desayuno ya está listo...

Mercedes. – Mi querida Ana no era necesario, yo podía ocuparme, tú y Toño deberían estar saliendo a la hacienda...

Ana. – Lo sé mi señora, pero los demás muchachos se fueron desde ayer en la tarde a la hacienda, solo se queda María, la podre está muy mal, anoche estuvo ardiendo en fiebre...

Mercedes. – ¡Santo Dios y ya la reviso Daniel...!

Ana. – Si mi señora, a noche tuve que despertarlo para que me hiciera el favor de revisar a María, es tan noble, es un gran muchacho un gran medico al igual que usted señora...

Mercedes. – Me quedo más tranquila dile a María que no se preocupe por nada, que descanse y tome los medicamentos que le receto Daniel, supongo ya surtieron la receta...

Ana. – Si mi señora hace un momento fue Toño, señora no quiera dejarla sola...

Claudio. – Mi querida Ana tu siempre tan preocupona, nada nos va a pasar prefiero estén con Alexa, por cierto, ayer de plano se me olvido, ten este relicario era de mi madre, es hora que lo tenga ella entrégaselo por favor...

Ana. – Mi señor, pero por que no se lo da usted al rato...

Claudio. – Porque quiero que lo luzca hoy en su aniversario... nosotros llegamos más tarde...

Ana. – Esta bien mi señor, entonces si no se ofrece nada más, Toño y yo salimos para la hacienda...

Claudio. – Ana espera... Mercedes, amor te das cuenta que nunca le hemos dado las gracias a Ana... que nos haya ayudado con la crianza de esos tres...

Mercedes. – Cielo yo todos los días le doy las gracias, por quererlos tanto, Ana y Toño son parte de esta familia, y no tienes idea de cuánto le he pedido que deje de llamarnos señores, pero amor mejor me canse...

Claudio. – Efectivamente, Ana, tú y tu marido son parte de esta familia, mil gracias por estar con nosotros...

Ana. – ¡Hay mi señor me van hacer llorar...!

Claudio. – Cariño deberás que esta mujer es necia, con llamarnos señores...

Mercedes. – Te lo dije cielo... aunque hoy estas muy melancólico, solo es el aniversario de bodas de Alexa y Eduardo, no quiero imaginar cómo vas aponerte cuando Camila o Daniel se casen...

Claudio. – Mi vida no hablemos de esas cosas, no sé qué haríamos cuando estos bribones se nos casen...

Mercedes. – ¡Exigirles nietos... llenar esta casa de nietos...!

Claudio. – Bueno ya viene el primero en camino...

Mercedes. – Si mi cielo, estoy vuelta loca por tenerlo en mis brazos...

Ana. – Yo tan bien mi señora...

Toño. – Mujer el coche ya está listo, don Claudio si no disponen otra cosa nos vamos

Claudio. – Nada mi querido Toño, bueno nada más cuida a nuestras hijas...

     La hacienda estaba llena de rosas blancas, Ana se hacía cargo de la cocina junto con Toño, Camila me ayudaba, que los invitados nada les faltara, Eduardo y yo recibíamos a nuestras amistades, todo estaba saliendo como lo habíamos planeado, todo era hermoso, la orquesta tocaba, todos brindaban y nos felicitaban.

Eduardo. – ¡Amor ya te dije hoy que te ves hermosa...!

Alexa. – No.… dímelo

Eduardo. – ¡Pues te ves hermosa! amor ese relicario no lo te lo había visto...

Alexa. – Era de mi abuela materna, hoy me lo regalo mi padre y estas perlas me las dio mi padrino...

Eduardo. – Bueno lo que yo tengo aquí no tiene una historia como ese relicario y no vale lo que esas perlas... pero ábrelo...

Alexa. – ¿Que es...? ¡Dos boletos de avión a parís... amor... no es cierto...!

Eduardo. – Claro que es verdad amor nos merecemos este viaje, sé que lo prometí de luna de miel, esa era la intención, mas no la luna de miel que pasamos en Acapulco...

Alexa. – ¡Mi amor... fue la mejor luna de miel que pudimos tener...! pero ir a parís de tu mano que lindo... bueno yo también te tengo algo que no se si pueda con esa nueva luna de miel que nos espera... ten...

Eduardo. – ¿Otro sobre he...? hoy es el día de los sobres por lo que veo... a ver... ¡Dios mío! ¿Es verdad mi vida...? ¡Dime que no es una broma...!

Alexa. –  No amor, no es broma ¡estoy embarazada, vamos a tener un bebe...!

Eduardo. – ¡Señores pongan atención! ante todo quiero agradecer que hoy estén con nosotros festejando nuestro aniversario, nuestra felicidad, ¡quiero que brinden con nosotros porque vamos a tener un hijo...!

   Nuestros amigos brindaron con nosotros, se acercaron a felicitarnos a desearnos lo mejor, no podía sentirme más feliz, pensando que como toda princesa este era mi final de cuento, la realidad es que nadie nos cuenta que hay más allá de esos finales, si en realidad cenicienta era feliz, si la bella durmiente tal vez hubiera preferido seguir durmiendo, no, nadie habla de eso y yo estaba lejos de un final feliz, estaba a minutos de vivir el peor cuento de terror, donde la oscuridad estaba por cubrir toda la luz y la felicidad que teníamos.

    Mis padres acababan de cruzar la caseta de cobro cuando el chofer tuvo que frenar de golpe al menos eso decía el informe pericial, de acuerdo a los tallones que se encontraron en el asfalto de las llantas.

Claudio. – ¡Mercedes, Daniel al suelo...!

Mercedes. – ¿Cariño por qué...?

Claudio. – ¡Dame esa arma, dispara Pedro...!

Pedro. – ¡Don Claudio cúbrase...!

Daniel. – ¡Papá...!

Claudio. – ¡Hijo cúbrete protege a tu madre...! ¡Hijo de mi alma perdóname, Mercedes amor te amo... los amo... ¡

Mercedes. – ¡Te amo Claudio...! ¡Juntos en las buenas y en las malas, hijo te amo!

Daniel. – ¡Los amo...!

   De pronto el clima cambio creo que tan solo era un aviso de la tormenta que se nos avecinaba, me sentí algo mareada, inquieta, y hasta desesperada, aun no tenía la menor idea del porqué del giro que daría mi vida.

Alexa. – ¡Amor estoy muy preocupada mis padres ya deberían de estar aquí...!

Eduardo. – ¡Es cierto amor es algo tarde...! ¿Ya les marcaste...?

Alexa. – En la casa no hay nadie el servicio está aquí, en sus teléfonos no contestan ninguno de los tres, Camila no ha dejado de marcarles.

Clarisa. - ¿Todo bien pasa algo...?

Alexa. – ¡Mis padres no han llegado es muy tarde, no contestan el teléfono!

Eduardo. – Tranquilízate amor, sabes que don Claudio es muy responsable con el trabajo tal vez algo salió de emergencia...

Alexa. – ¡Lo sé, pero por que no contesta mi madre o Daniel...!

Eduardo. – ¡Amor no debes angustiarte en tu estado...!

Clarisa. – Eduardo tiene razón, vamos a la cocina con Ana para que te de un té y te tranquilices ya verás que todo está bien que no deben de tardar...

Eduardo. – Anda amor ve con Clarisa, voy a buscar a Camila para ver si ya pudo comunicarse con ellos...

    Llegamos a la cocina, mi querida nana puedo ver toda mi  angustia, por lo que de inmediato  puso agua para prepárame ese té, mientras el brebaje estaba, platicábamos de mi bebé, sobre nombres, claro no había duda de ser niño se llamaría Eduardo, aunque también deseaba que se llamara como mi padre, pero reíamos con aquella combinación, Claudio Eduardo, que realmente sonaba bastante tele novelesca. Cuando algo en la televisión, robaba nuestra atención.

. – Buena tardes querido televidente lamentamos interrumpir la transmisión de la exitosísima telenovela La otra cara del Amor, hará escasas unas horas que el procurador Claudio Miranda acaba de sufrir un atentado, nos enlazamos hasta el lugar de los hechos, Diana que nos puedes informar.

Diana. – Como veras la zona ya está acordonada se está a la espera del Ministerio Publico para el levantamiento de los cuerpos, ya que tanto el chofer como la familia Miranda no sobrevivieron al a tentado...

Alexa. – ¡No es cierto eso no puede ser cierto no.…!

Clarisa. – ¡Trata de calmarte...!

Ana. – ¡Santo Cristo, debe ser una falsa noticia...!

Alexa. – ¡Eduardo, Eduardo...!

Eduardo. – ¿Amor que pasa porque vienes así? ¡Cálmate...! ¿Clarisa que ocurre...?

Andrés. – ¡Princesa pareciera que acabas de ver un fantasma...!

Alexa. – ¡No puede ser, Eduardo me voy a volver loca...!

Clarisa. – ¡En las noticias dicen que sufrieron un atentado...!

Eduardo. – ¿Atentado, Quienes...?

Alexa. – ¡Mis padres, Daniel dicen que están muertos...!

Camila. – ¿Que estás diciendo Alexa...? ¡No es cierto dime que no.…!

Andrés. – ¡Todo debe tratarse de un mal entendido, hay que calmarnos dejen hago una llamada...!

Eduardo. – ¡Ven debe tratarse de una confusión...!

Andrés. – Sí, claro entiendo.... ¡hijas deben ser fuertes! ¡Lamentablemente es cierto, Dios mis compadres están muertos, Daniel está muerto...!

Alexa. – ¡No Dios no… no dime que no padrino, por lo que más quieras dime que no.…!

Camila. – ¡No.… puede ser, Alexa que vamos hacer... no, no.…!

Andrés. – Voy al lugar de los hechos están a unos kilómetros de aquí... están esperando al Ministerio... ¿Eduardo me acompañas...?

Eduardo. – ¡Claro... vamos...! Clarisa te encargo a Alexa y a Camila...

Alexa. – ¡De ninguna manera, yo voy...!

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