Prólogo...

Todo o Nada

     Siempre creí en los cuentos de hadas, donde la princesa espera a su príncipe azul, creyendo que la vida es color de rosa, como no creer en eso, si mis padres se adoraban, se amaban aun a pesar del tiempo, como no creer, si a mi lado siempre había estado mi príncipe azul, como toda princesa tenía un castillo, un castillo que terminaría siendo mi mazmorra, donde aprendería a ver la vida de otra manera, a sufrir en carne propia el dolor en toda su expresión.

     Crecí en un mundo donde mis padres, nos dieron todo a mí y mis hermanos, nunca sufrimos carencia de nada, la posición de mi padre siempre fue privilegiada, un excelente abogado, de firmes convicciones, amante de la justicia, luchador constante contra la injusticia hacia los que menos tienen, un hombre ejemplar y que decir como padre, el mejor del mundo.

    Mi madre doctora de profesión, velando siempre por los que menos tienen, no podía ser diferente a mi padre, tenía las mismas convicciones, juntos habían creado una familia sólida, si nos habían consentido demasiado, nos habían dado todo a manos llenas, pero jamás dejaron que nuestros pies despegaran del suelo

   Estaba por cumplir 29 años, tenía la vida resuelta, la vida con la que sueña toda mujer, la vida de una princesa, la cual solo basta mover un dedo o decir una palabra para tenerlo todo a mis pies, no podía quejarme de nada, ejercía mi profesión, como economista, lo que me daba la oportunidad de tener una columna en uno de los periódicos de más renombre en el país, así como impartir clases en una universidad privada, en una casa de valores donde mi padre era socio, una vida estable en lo laboral como en lo personal.

   Tenía la dicha, la fortuna de gritar a los cuatro vientos que estaba casada con el hombre de mi vida, teníamos alrededor de 8 años de conocernos, estábamos por celebrar el aniversario número 5 de nuestro matrimonio, justo cuando nada podía ser mejor había llegado la bendición que habíamos estado buscando mucho tiempo atrás.

    Pero nada es seguro en esta vida, nada es para siempre, nada es lo que parece, hay que pagar por la felicidad, cuando la vida te llena de motivos para el llanto y la tristeza, cuando amas lo que nunca debió ser para ti, cuando tu amigo resulta tu enemigo, si así es la vida, aun cuando el amor es el eje que mueve el mundo, cuando es la razón de la cordura, aquel hilo que te ata a la locura, aun cuando puedas perderlo o ganarlo todo, que sea por amor...

    Pero hoy no tengo más opción que cobrarle a la vida, como cerrar tantas heridas, como rogarle al destino piedad, si la sangre no para de brotar, como explicarle a Dios que mi búsqueda contigo termino, que no se en que momento nuestros caminos tan distintos, la vida los volvió a unir voy a exigirle a Dios que me pague contigo, que es Todo o Nada aun cuando amarte sea mi mayor pecado.

     Era una mañana hermosa como muchas terminaba de dar mi clase en la universidad, había salido volando, para mi cita con el ginecólogo, hacía más de cuatros años que Eduardo y yo habíamos intentado concebir, pero no habíamos podido embarazarnos, estuve a punto de tirar la toalla había sido frustrante y doloroso.

No podía dejar de sentir emoción y mucho miedo, tenía que ir corriendo a casa de mis padres a darles la noticia, tenía tan solo tres semanas, dejaría las clases en la universidad, mi sección en el periódico podría hacerla desde casa, seguiría las recomendaciones de mi doctor al pie de la letra aun cuando todo estaba bien.

Ana. – ¡Mi niña! ¿Cómo estás que te dijo el médico? anda no me tengas en ascuas

Alexa. – ¡Nanita estoy embarazada! dice que es muy pronto para afirmar que todo está bien que es de rigor esperar los primeros tres meses, pero el embrión, está en la posición correcta, no está en la trompa, ¡estoy feliz...!

Ana. – ¡Bendito sea nuestro señor misericordioso... que gusto me da...!

Alexa. – ¡Es un hecho que me vas ayudar con mi bebé...!

Ana. – ¡Por supuesto hija...! ¿Eduardo ya lo sabe...?

Alexa. –  No, aun no le doy la sorpresa, estoy pensando cómo dársela, no quiero ilusionarlo, aunque yo ya lo estoy nana... ¿Dónde están mis padres...?

Ana. – Te entiendo mi niña, pero con el favor de Dios todo va a salir bien,  ¡recuerda mi niña que la hoja de un árbol no se mueve si no es a voluntad de Dios...!

Alexa. – ¡Pide mucho por mí y mi bebé...!

Ana. – ¡Tú y tus hermanos siempre están en mis oraciones...! tus padres están en el estudio se van a volver locos mi niña...

Alexa. – Gracias nanita, voy a verlos... hola se puede...

Claudio. – ¡Mi princesa! claro pasa ¿cómo has estado...?

Mercedes. – ¿Hija vienes del doctor...?

Alexa. – Si, ¡van hacer abuelos! Luis dice que está en buena posición, con las reservas de lo que implica un embarazo de tres semanas... ¡estoy feliz...!

Claudio. – Dímelo a mí, me hace mucha ilusión tener un nieto ¿verdad mi vida...?

Mercedes. – ¡Claro! ¿Que más podíamos pedirle a la vida...?

Alexa. – ¿Y mis hermanos...?

Mercedes. – Daniel en la universidad,  tu hermana se fue de fin de semana, con unas compañeras de la facultad...

Claudio. – Mi amor te das cuenta lo dichoso que somos... Una hija economista, uno a punto de ser doctor... Camila abogada…

Mercedes. – Camila igualita a ti, amante del derecho ya lo sabemos, Dios ha sido muy bondadoso con nosotros mi amor...

Alexa. – Como no hacerlo si tienen un corazón que vale oro, si nos han enseñado siempre a ayudar sin esperar nada a cambio...

Claudio. – Hija la vida no es fácil, yo nunca tuve la dicha de tener lo que tu madre y yo nos hemos esforzado por darles...

Mercedes. - Sabemos lo cruel y lo injusto que es la vida y en medida de nosotros podemos ayudar lo seguiremos haciendo hija...

Alexa. – Y a veces me siento culpable por no ayudarlos, pero sé que Danny es un corazón con patas que te ayuda mucho en la fundación mamá y bueno que decir de Camila que le encanta el pleito  es como tu sombra papá ya por favor díganme si soy a adoptada... Jajaja

Claudio. – Mi princesa, debo confesarte algo...

Mercedes. – ¡Amor no.…!

Claudio. – ¡Lamentamos decepcionarte, pero no eres adoptada...!

Alexa. – ¡Claudio Miranda ya me estabas asustando! Jajaja

Mercedes. – Hija, Eduardo ya lo sabe...

Claudio. – Esto debemos celebrarlo...

Mercedes. – De hecho, hay mucho que celebrar... a tu padre acaban de ofrecerle el cargo de procurador

Alexa. – ¿Te das cuenta, todo lo que vas a poder hacer...?

Claudio. – Hija se dónde me estoy metiendo, es luchar contra corriente, contra el propio sistema, pero tan solo es un paso para seguir subiendo, mi sueño sería ser presidente y si bien sé que 6 años serian insuficiente, pero serian lo suficiente para hacer valer la justicia...

Alexa. – ¿Y mi padrino ya lo sabe?

Claudio. – No aun no, no sé cómo vaya a tomarlo, ni como se vayan a dar las cosas, él como secretario de relaciones exteriores, hay cosas con las que no estoy de acuerdo, ni con los resultados de Claudia, pero me he mantenido al margen... no sé cómo vaya a resultar con mi querido yerno.

Alexa. – Eduardo comparte tu ideología, siempre ha sido un ferviente admirador tuyo

Claudio. – Adoro a mi yerno porque hace feliz a mi princesa, pero la política no es fácil de manejar, cuando se tiene hambre de poder... y has de reconocer que tiene mucha hambre de poder Eduardo.

Alexa. – ¿Es malo querer superarse papá?

Claudio. – Por supuesto que no hija, lo malo...

Mercedes. – ¡Por Dios! es muy temprano para hablar de esos temas, mejor dime que vamos hacer para celebrar tu aniversario de bodas...

Alexa. – Quiero algo muy campirano, estoy pensando que sea en la hacienda.

Mercedes. –  Me agrada la idea...

Alexa. – ¿Que te parce papá...?

Claudio. – Mi princesa esa casa es de ustedes, puedes disponer de ella, también creo que es buena idea celebrar allá.

Mercedes. – Sé que Ana estará feliz de ayudarnos con la comida...

Claudio. – Bueno pues las dejo, tengo una cita con el señor presidente, mi vida nos vemos al rato, princesa no sabes lo feliz que soy al pensar que seré abuelo...

Alexa. – Si es niño quiero que lleve tu nombre...

Claudio. – Sería un honor princesa, pero tienes que tener en cuenta a Eduardo, tal vez quiera que su primogénito se llame como el...

Alexa. – No te preocupes por eso cuídate mucho...

Claudio. – Bueno nos vemos, Antonio ya debe estarme esperando en el coche...

 Había muchas cosas que organizar para la celebración de nuestro aniversario, todo tenía que salir perfecto inolvidable y vaya que lo seria, tan solo era la punta del iceberg, la pequeña bola de nieve que estaba por desatar una avalancha.

Sergio. – Señor me informan que a su compadre lo acaba de recibir el señor presidente, todo parece indicar...

Andrés. – Es un hecho su nombramiento como procurador... esta tan desesperado Manuel, que por eso busco a Claudio Miranda, eso puede ser un peligro...

Sergio. – Tal vez el señor presidente crea que será más fácil controlar al señor Miranda...

Andrés. – Por favor, Manuel tan solo es un títere, para la organización, si va a nombrar a Claudio como procurador es por los hechos de hace unas semanas...

Sergio. – Sandra no es la primera procuradora en morir en un atentado...

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