Deseo de cortejo

-Gracias por aceptar una reunión conmigo.

Alonso había insistido por muchas semanas salir conmigo, fue bastante amable, aquella insistencia fue bastante halagadora, pues, este había enviado flores al menos dos veces a la semana a mi oficina, también había comenzado a visitarme con más frecuencia en la empresa por cuestiones de “trabajo”.

Por primera vez en mi vida estaba siendo cortejada, además de que ambos contábamos con una posición social y laboral alta, pero lo importante de esto era que Alonso me respetaba, sin embargo, debía admitir que yo estaba un poco cerrada a la idea de aceptar porque sigo sin estar lista para abordar una relación.

-Es agradable salir a divertirse, últimamente mi vida gira en torno a Pete y al trabajo, no me malentiendas, adoro a Pete y me gusta trabajar, pero es demasiado a veces -sonreí.

-Lo entiendo, por un tiempo desarrollé una adicción al trabajo, fue una etapa estresante, no puedo comprarme contigo, pero te entiendo un poco.

Estábamos en una cafetería bastante agradable, el diseño de esta era rústico, también había una buena cantidad de plantas en la entrada y parte de la misma cafetería en sí, el uniforme de los meseros había juego con el lugar, combinando diferentes tonos de café con blanco y crema.

-Jamás había venido a esta cafetería -dije mientras paseaba mis ojos por todo el lugar.

-Realmente me gusta que te agrade este lugar, si soy sincero no sé mucho sobre tus gustos, por eso opté por una opción sencilla, te gusta mucho el café por lo que una cafetería era lo más seguro -la pesadez en su voz revelo la vergüenza que sentía.

-Con plena franqueza, puedo decir que el lugar al que hubiésemos ido en cualquier ocasión es lo menos notable, acepté porque me agradas y después de pensarlo no se siente fastidioso pasar tiempo contigo, además en pocas ocasiones se puede decir que momento es más esencial que el lugar.

-Eres una mujer bastante simple, al parecer no has cambiado, en realidad parece que tú pasaras por los años y no al revés -sonrió-. Me alegra mucho ser uno de tus socios.

El amargo aroma de café estaba distrayéndome un poco, casi podía saborear el café pasándose por mis papilas gustativas, Alonso había notado mi mirada fija en la taza de café que estaba solo en una mesa un poco lejana, por lo que sonrió levemente y llamo a un mesero. Al escuchar la voz de Alonso lo miré al notar que lo estaba ignorando.

-¿Qué deseas pedir? -Alonso me entrego una pequeña carta con todas las opciones de café y postres mientras se acercaba el mesero.

-Un bombón y un brownie de castañas

-Bien yo pediré un Caramel Macchiato.

El mesero recibió nuestra orden, el pedido llego bastante rápido, por lo que no había ninguna queja sobre el servicio, el café tenía un sabor espectacular, por lo que estaba más que agradecida por haber aceptado la invitación de Alonso.

-Gala… -Alonso llamo mi atención-. Sé que tu vida personal no debería interesarme, pero hay algo que quiero preguntarte.

-Puedes preguntar lo que desees -respondí con tranquilidad, aunque debía admitir que tenía curiosidad, Alonso se caracterizaba por mantener su rostro serio con expresiones neutrales, eso hacía difícil el poder descifrar que pensamientos pasaban por su mente.

-Esto será incómodo para ti y me disculpo con anticipación -dijo este recalcando la severidad de sus palabras-. Ahora, debes saber en este punto que estoy cortejándote, respeto tu postura al no desear una relación, acabas de terminar un matrimonio problemático, pero… deseo saber algo. ¿Sigues amando a Peter?.

Ahora entendía la razón por la que Alonso parecía un poco dudoso sobre si preguntar o no. Eso era un poco ridículo para mí, no por la pregunta, sino por mis sentimientos en sí, a pesar de todo seguía amando a Peter, pero simplemente porque olvidar a una persona con la se tuvo un matrimonio por tantos años no era tan sencillo. Amaba a Peter porque logré desarrollar sentimientos por muchos años y obviamente me dolió el divorcio, seguía doliendo, pero Peter ya no podía formar parte de mi vida, él fue el que decidió cometer tantos errores y tratarme como basura, por lo que ya era tarde para recuperar esa relación.

-Si debo ser sincera, sí, todavía tengo sentimientos por Peter, él es el padre de Pete, estuvimos casados por muchos años, pero… él fue una basura conmigo, poco a poco he estado olvidándolo. Me parece hipócrita pedirte esperarme, mereces algo mejor, no niego que me guste tu compañía, pero en sí prefiero mantenerme como tu amiga, eres atractivo, carismático y sobre todo, tienes una personalidad más que sobresaliente, por eso mereces una mujer que te ame completamente.

Alonso sonrió a medio lado y bebió un sorbo de su café, sus ojos grisáceos brillaron de forma un poco extraña y cautivadora mientras me miraba fijamente, al parecer mis palabras no lo habían afectado en lo más mínimo, después de poner su taza de café sobre la mesa sujeto mi mano libre y se dispuso a hablar.

-Eres el tipo de mujer que siempre ha llamado mi atención, incluso en la universidad, pero en aquel entonces ya estabas comprometida, pero ahora estás libre, no soy el tipo de hombre que se rinde fácilmente, por lo que no diré que te esperaré, claro que no, lo que te prometeré en este momento es que intentaré conquistarte.

Alonso soltó mi mano para evitar que me sintiera incómoda, pero sus palabras me habían dejado en blanco, ¿qué podía decir?, jamás había recibido tales palabras, era bastante impactante para mí.

-No pido que respondas, solamente estoy dejando en claro mis intenciones, no me gusta estar con rodeos, aunque tampoco seré intenso, ni tampoco deseo incomodarte -dijo Alonso con una sonrisa.

-Vaya… es, simplemente estoy sin palabras, es un poco impactante escuchar algo así -tartamudee un poco con un leve sonrojo.

-Bueno, me alegra ser el primero que te halaga de tal forma, me parece un poco extraño.

-Es solo que estuve en solo dos relaciones antes de mi matrimonio y no fueron la gran cosa.

Alonso puso una expresión con cierto disgusto, sin embargo, continuamos una conversación tranquila por un largo rato, después de un rato decidimos retirarnos, pues, Pete estaba esperándome en casa.

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