Deberías olvidar

Al entrar al bar fue imposible para mí evitar notar algunas miradas un tanto desagradables.

Al preguntar por Peter no quisieron guiarme hasta él, por lo que supuse que estaba en la zona VIP, después de un rato charlando con un empleado fui llevada hasta Peter.

Era simplemente lamentable, Peter estaba totalmente alcoholizado entre sus “amigos” mientras estos bebían tranquilamente. Estas parecían estar bastante tranquilos mientras Peter ni siquiera podía mantenerse en pie. Peter estaba sentado mientras su cara estaba plasmada en la mesa.

Cuando los ojos color esmeralda de Peter me miraron, estos tomaron un brillo repentino y este se levantó a duras penas hasta donde estaba. A penas este se acercó un poco, fui azotada por un fuerte olor a alcohol.

-Gala…

-¿Por qué estás en este estado tan deplorable? -pregunte con un tono neutral-. Ni siquiera es media noche, ¿desde qué hora estás bebiendo?

Peter se tropezó y lo sujete rápidamente, mire con desagrado a sus “amigos”, algunos de estos desviaron la mirada, pero, en cambio, uno de ellos mantuvo su mirada fija en Gala.

-¿Por qué si está en este estado, ustedes no hacen nada? -pregunte con un tono severo.

-Él nos invitó, solo lo estamos acompañando, él mismo bebió como si no hubiese un mañana, ¿qué se supone que hagamos? -respondió aquel hombre de apariencia extravagante

-Como mínimo llevarlo a su casa, bueno, no importa, me lo llevaré -dije mientras hacía que Peter se sostuviera en mi hombro.

-Espera… -dijo aquel hombre intentando llamar mi atención-. Peter dijo que pagar hoy, pero no lo ha hecho.

-Tampoco lo hará, ustedes solo lo están acompañando, ¿o no? -dije para después alejarme con una sonrisa.

Peter caminaba lentamente y con mucha dificultad, antes de salir pagué lo que él había consumido por su cuenta. Lo miré sorprendida al pagar tres botellas, una de vodka y dos de tequila. ¿Realmente había bebido todo eso?

Al subirlo a mi auto tuve que parar en medio del camino para que Peter pudiese vomitar. Lamentablemente, no pude impedir que este vomitará en su propia ropa, cosa que solo hizo que mi auto apestará.

En ese punto tan incómodo e irritante me pregunté a mí misma. ¿Por qué estaba haciendo tanto por una basura como Peter? Dios, debí dejarlo tirado en el bar con ese grupo de idiotas. Era evidente que esos idiotas solo querían sacarle dinero a Peter, seguramente él lo sabía, pero le daba igual.

A veces odiaba mi corazón tan fácil de doblegar y mi amabilidad. También sentía una gran impotencia al ver a un hombre tan imponente como Peter con una apariencia tan lamentable como la que estaba viendo actualmente.

Al llegar al departamento de Peter noté que seguía manteniendo las mismas llaves y la misma clave en su cerradura, aquello trajo algunos recuerdos, pero los ignoré totalmente al ser consciente de nuevo del repugnante olor proveniente de Peter.

Antes de que Peter estuviera consciente otra vez lo obligue a meterse en la tina con todo y ropa, prefería lavar ropa a seguir tolerando aquel asqueroso olor a borracho.

Al parecer, el agua hizo que Peter estuviera más consciente, pues, solo después de que lo ayudará a bañarse, abrió con total claridad sus ojos y camino por sí mismo hasta su habitación.

-¿Qué ocurrió? -preguntó Peter con total confusión.

-Parece que ya estás más consciente.

Peter estaba sentado en la orilla de su cama con una toalla cubriendo la parte inferior de su cuerpo, su cabello goteaba y este solo miraba al suelo fijamente. Yo estaba parada frente a él con los brazos cruzados. Tenía muchas cosas en mente, pero preferí esperar alguna palabra de parte de Peter.

-Solo recuerdo ir al bar -Peter pasó sus manos por su cabello mojado y alzó la mirada hasta mí. Me miró con tal intensidad que sentí mi cuerpo estremecerse.

-Pues, lo escucharás por primera vez en toda tu vida. Pero realmente fuiste a hacer el ridículo. Te veías totalmente miserable. ¿Por qué bebiste tanto? Además, esos idiotas con los que fuiste solo estaban esperando porque pagarás. Ni siquiera les importo verte en medio de un estado inconsciente.

-¿Cómo llegaste al bar?

-Me llamaste, revisa tu historial de llamadas. Agradece el que hubiese ido por ti. También te recomiendo borrar mi nombre -dije con seriedad.

-Gracias… Lamento molestarte -dijo para después desviar su mirada.

Peter seguía bajo los efectos del alcohol, apenas podía mantenerse sentado y se tambaleaba levemente de un lado a otro. Al menos ya estaba lo suficientemente consciente como para hablar de forma entendible.

-No es nada -suspiré-. Ahora me iré.

-¡Espera! -exclamó Peter intentando detenerme, sin embargo, cuando se levantó de la cama cayó al suelo y tuve que ayudarlo a levantarse.

-No hagas nada estúpido -dije mientras ayudaba a Peter a cubrirse con la toalla, pues, esta se había caído cuando esté cayó al suelo.

-Te extraño, Gala… Realmente te extraño mucho, ya no puedo continuar sin ti.

-Basta, Peter, debemos parar, debes olvidar todo, lo nuestro ya está en el pasado. Jamás volveremos a ser lo que fuimos.

-Gala…

-No. Peter no puedes seguir actuando así, somos adultos. Actualmente, te comportas como un mocoso prepotente. Jamás te habías alcoholizado al punto de perder la conciencia. Si te sientes mal debes recordar que todo esto es solo tu culpa. Fuiste el único en querer abandonarme. Fuiste el único en pedir el divorcio. Ya no puedes retroceder.

-Me siento solo, siempre pensé que nuestro matrimonio era una farsa. Pero no es así, jamás fue así. Al menos puedo decir que soy un imbécil. Fui el único que hizo que todo terminará. Te abandoné y después intenté molestarte. Pero mi arrepentimiento es genuino. Gala, ¿qué hago si no puedo dejar las cosas atrás? ¿De qué manera puedo olvidar todo nuestro matrimonio y dejarlo en el pasado?

-No lo sé, debiste reflexionar sobre eso antes del divorcio. Me iré ahora, deje a Pete dormido. No necesitas pagarme nada, tu ropa sucia está tirada en el baño, te recomiendo lavarla. Ah, por cierto, deberías buscar amigos reales o al menos una persona a la cual acudir en momentos así.

Tras decir todo aquello, simplemente salí de aquel departamento cargado de recuerdos. Ya no podía soportar el dolor en mi pecho, mucho menos quería seguir escuchando aquellas palabras tan vacías. Peter no sabía todo lo que yo sufrí. Yo lloré tanto por él, que me dolía escuchar sus disculpas. ¿Cómo podía darle mi perdón?

Yo fui la única que tuvo que verlo junto a alguien más. Lloré hasta no poder más. Todo aquello mientras cuidaba a un niño recién nacido. ¿Cómo era capaz de siquiera pedir perdón de manera tan tranquila? No lo entendía.

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