Vida cotidiana: colegio

Ese domingo los tres estaban desayunando juntos, era algo extraordinario ya que casi siempre sólo estaban los dos Sandra y Luciano, ese día ambos estaban discutiendo porque ella le dijo que iniciaría clases en el colegio, el chico gritó y vociferó mostrando abiertamente su descontento, ella en contraste le dijo tranquilamente que no estaba abierto a negociaciones y que asistiría, miró a su padre solicitando apoyo esperaba que le pusiera como antes profesores personales como antes le ofreció, el padre se frotó la cabeza inseguro, no sabía cómo reaccionar a sus conversaciones tan cercanas, pero pensándolo bien; necesitaba hablar con ella a solas, aclarar sus razones para acercarse a ellos así que uso esto como una buena excusa. El chico salió a jugar suponiendo que su padre cedería como siempre lo hacía.

Estaban de nuevo en la oficina, ella comenzaba a sentirse como algunos le comentaban cuando los ponían frente a los directores en una escuela, ella nunca lo vivió, pero no era tan aterrador como cuando enfrentaba a Ronaldo. El hombre prefirió mirar unos papeles se veía hermosa con un pantalón negro y blusa naranja brillante esa imagen le dificultaba lo que intentaba hacer.

-          ¿por qué desea que Luciano vaya a una escuela privada? – preguntó para abrir el tema el padre suspirando sin comprender las acciones de la mujer

-          Lo necesita – replicó ella, así como siempre concisa sin darle pauta a una conversación larga, enarcó una ceja esta vez se trataba de su hijo y sus necesidades

-          Usted lo cree así – completó él mismo

-          Lo sé, no lo creo – y ella dándose cuenta de que debía explicar continuó – está solo, no tiene amigos, necesita desarrollarse con chicos de su edad – ella incluso había tenido a Mateo y sus hermanos para crecer, estaba segura de que sin ellos hubiese muerto en la calle, un burdel o algo peor, esto la llevó a recordar los besos de su esposo su rostro estaba rojo por recordar estas cosas, eso le gustó a él que no sabía en quien pensaba

-          No veo porque necesita amigos, todos simplemente están para servirle, este chico incluso me supera a veces – reconoció el padre orgulloso sosteniendo un vaso de jugo, era temprano para beber vino, al menos hoy se

contuvo pensó ella, recordando que así inició Mateo con su cambio de personalidad, sin desviarse del tema ella contraatacó

-          Lo necesita para relacionarse, ¿usted no fue a un colegio? – preguntó ella, el negó con la cabeza – eso explica mucho – murmuró ella comprendiendo su comportamiento, dinero a raudales y una inexistente relación infantil no era una buena combinación

-          ¿Qué significa eso? - reclamó el hombre, normalmente las mujeres le pedían perdón

-          Usted no pregunta, sólo toma, no escucha, sólo manda, no puede esperar que las personas normales se queden junto a usted sólo porque le agradan y tirarlas si ya no lo hacen, no puede obligar a otros a hacer lo que desee eso está mal

-          Está enfadada por el beso – estaba comenzando a enojarse recordándole algo que ella no deseaba pero él anhelaba desesperadamente

-          Claro que no, estaba ebrio – minimizó ella, vaya casi cae en la trampa del hombre que era experto en desviar conversaciones y manipular personas – en fin, yo no recibí una educación normal – intentó poner en palabras lo que quería decir sin exponerse, cerró sus ojos y ahí estaban los cinco hombres de su vida, el hombre de negocios se hizo ligeramente al frente sin percatarse pocas veces ella revelaba su vida pasada  – nunca fui al colegio y sé que eso me dañó, me faltó algo por así decir, usted no se ha dado cuenta porque nunca ha salido de su burbuja – señaló la habitación – su poder le permite no hacerlo, pero nada le indica que Luciano sea como usted, él es más sensible

-          ¿Usted no fue a la escuela? – preguntó el hombre emocionado por este descubrimiento

-          No – contestó ella, por eso no pudieron encontrarla, se metieron en la base de datos de muchas instituciones sólo para encontrarla, había perdido el tiempo inútilmente otra vez, buscaría un modo de encontrar información

-          ¿Cómo fue su educación? – preguntó por curiosidad todo sobre ella le fascinaba

-          Es mejor que no lo sepa – replicó ella con evasivas, si le contaba nada le aseguraba que le permitiera seguir viendo a Luciano o que él estuviera a salvo

-          Necesito saberlo, no hay ninguna información sobre usted, en este tiempo sólo apareció hace casi dos años en Trana, - esto no la sorprendió, ella esperaba que la investigara

-          No lo sabrá – replicó ella con calma, se acercó a él y por primera vez se sintió amenazado – deje las cosas como están; tiene mi palabra de que protegeré a Luciano con todo mi ser, lo educaré como a mi propio hijo – repitió su promesa, el hombre tragó saliva, no sabía si tenía temor, atracción o algo más, ella apartó sus ojos color café tratando de contenerse habló

-          Está bien, le creo – no le sacaría información estaba claro, se estaba dejando influenciar – Luciano puede ir al instituto - ella lo miró felizmente, ¿qué le pasaba que cedía tan fácilmente? le gustó su reacción.  Se alejó después de agradecerle, debía poner espacio o ella terminaría dominándolo aún más que su ex y sin siquiera contacto físico.

Inicio un largo viaje que le llevaría a visitar varias partes del mundo, entre ellos el país de Mirra, ahí sin quererlo se provocó un mal entendido, una de las amantes de un mafioso llamado Andro intentó seducir al magnate, este la rechazó tres veces seguidas, pero el hombre no lo hizo de manera amable por lo que la mujer le dijo a su amante que había sido al revés, gracias a los hombres de seguridad de Sebastián logró salir del país, pero sabía que nunca podría volver a ese lugar.

Poco entendía este hombre que en realidad meterse con la mujer de un mafioso o mirarla siquiera fuera tan grave. Al final Andro no quería tanto a esta mujer por lo que la botó poco después, pero en la disputa con Sebastián su hermano a quien adoraba resultó herido por un guardaespaldas del millonario y le dejó con una cojera de por vida, así que esto tendría consecuencias graves.

El magnate revisó el resto de sus empresas, tenía un poco de todo, minería, construcción, tecnología incluida IA (inteligencia artificial), joyerías, moda, entretenimiento y comunicaciones, algunos de sus hombres estaban en redes del bajo mundo, pero él nunca se involucraba directamente, siete meses después regresó a Trana y observó su casa, le sorprendió escuchar la risa de varios niños, su hijo cumplió ocho años en su ausencia hicieron una

llamada telefónica gracias a que Sandra se lo recordó en repetidas ocasiones evitando que lo olvidara, ahí estaba ella sonriendo mientras los chicos jugaban en la piscina.

-          Mamá – grito Luciano – mira como me echo por lo más alto del trampolín - ella le replicó que tuviera cuidado, el hombre tuvo sentimientos encontrados ¿desde cuándo la llamaba mamá?

-          Mamá Sandra mírame a mí también – dijo un chico rubio con dulce voz ella le repitió lo mismo, al parecer los cuatro chicos la llamaban mamá, el viejo Jacobo se lo confirmó esa tarde, un día su hijo la llamó mamá, salió corriendo creyendo que ella se enfadaría, lo encontraron cuatro horas después escondido, ella le permitió llamarla así desde entonces, poco después los otros chicos le imitaron incorporando su nombre

Parecían muy cercanos, los cuatro chicos eran de edades similares y Jacobo confirmó sus estatus, ella se lo pidió cuando mostraron interés en el joven amo.

Desde entonces los chicos comenzaron a cimentar su amistad, hasta que tenían 12 años, Alejandro un chico de cabello obscuro le pidió a Luciano hacer una locura y este la hizo sin pensarlo por la confianza que le tenía a su amigo, afortunadamente no hubo consecuencias graves, ese día Sandra le prohibió que le volviera a contactar, muy apenado el chico se disculpó pero ella fue tajante y no permitió el contacto entre ellos, Sebastián se  sorprendió pero no dijo nada más, en todo ese tiempo ella jamás había pedido días de vacaciones, no se separaba del niño, era en todo sentido la madre del pequeño, la armonía familiar se vió interrumpida por decirlo así una tarde que llegó una visita inesperada, se trataba de una mujer que llevaba de la mano a una pequeña de cinco años, Sandra fue avisada por Jacobo quien era, le pedían mantener al niño alejado a toda costa, el mayordomo les hizo pasar a la oficina e informaron a Sebastián que canceló sus reuniones, su hijo pronto regresaría de la escuela y no deseaba que le dañara de nuevo o peor que confiara en su madre de nuevo.

-          Lucía que estás haciendo exactamente, ¿qué quieres? – fue lo primero que dijo en un tono de voz gélido

-          Querido necesito que apoyes a industrias Alameda – dijo sin ningún titubeo

-          Jajaja ¿y qué más? De paso les transfiero todo mi dinero – replicó sarcásticamente Sebastián ante la ridícula petición

-          Están en un bache económico y Andrés dijo que no deseas la cooperación en el proyecto que presentó, era muy lucrativa la propuesta

-          No la necesito – le cortó - ¿Por qué ayudaría al hombre por el cual me abandonaste?, ¿estás loca?

-          Hazlo por mi hija – replicó la mujer mostrándole a la pequeña que era una réplica de ella cuando niña, se conocían desde niños estaba tratando de manipularlo de nuevo

-          No lo haré, ahora sal de la casa – le ordenó de mala gana, jamás había vuelto o buscado a Luciano, ni siquiera le preguntó por él, si lo hubiese hecho quizá habría aceptado, que estúpido

-          Quiero custodia compartida con Luciano – anunció la mujer amenazante

-          ¡Qué! Ni loco, me cediste la custodia por todo lo que pagué por el divorcio, no merecías ni un centavo, ¿qué hiciste con ese dinero?, podrías invertir en el negocio de Andrés cincuenta veces con él – replicó fuera de sí

-          Ese dinero ya me lo gasté – no podía creer lo que escuchaba, el dinero que le dio durante el divorcio por la custodia de un hijo que no amaba podría comprar un país entero, y esta mujer lo gastó en menos de seis años

-          Ese no es mi asunto – suspiró incrédulo de haber estado tan ciego alguna vez

-          El chiquillo no me importa, pero – amenazó – si no me das el dinero, juró que le diré que fuiste tú quien me hizo irme de ese modo y que me alejas de su lado

-          Haz lo que quieras Luciano es mi hijo y de aquí no sale – lo que no imaginaban los dos es que Luciano ya había llegado del instituto y que Sandra lo había puesto a escuchar a propósito, el chico tenía lágrimas en los ojos, ella también era por su bien se dijo a sí misma aguantando las ganas de romperle el cuello a la mujer que parió a su amado niño, él debe entender que no puede dejarse manipular por su madre, escuchar una verdad tan cruel era terrible

-          No me provoques Sebastián, juró que te quitaré la custodia, Luciano siempre me ha querido más que a ti

-          Mentira – gritó la voz del chico incapaz de seguir callando, la niña que  le había acompañado se encontraba sentada en uno de los sofá llorando escuchando todo, Sandra la miró y llamó a Jacobo para que la sacara de ahí era obvio que a esa mujer no le importaban sus hijos – yo sólo tengo una madre y esa es Sandra – señaló a la mujer tras él – tú dejaste de ser mi madre cuando no cumpliste tu palabra el día de mi cumpleaños, tú moriste cuando te separaste de mi padre – sin esperar a nada más corrió a su habitación visiblemente enfadado, por su parte Sebastián no estaba contento miró fijamente a Sandra que le devolvió la mirada desafiante, estaba a cargo de su educación y eso haría no le endulzaría las cosas eso aprendió ella en su dura vida

-          ¡Maldita zorra!, Mónica ya me había advertido que te metiste en la cama de mi esposo y ahora te metes con mi hijo – quiso darle una cachetada, pero Sandra la esquivó con facilidad y la mujer resbaló - ¿cómo te atreves? – rugió como una bestia herida

-          Usted, es una madre desvergonzada, yo no tengo nada que ocultar, el señor Sebastián y yo jamás hemos dormido en la misma cama y nunca ha pasado de una relación de trabajo, mi conciencia está más limpia que la suya, pero ya que estamos le diré, merece lo peor del mundo por dejar a un niño tan dulce como Luciano, por destrozar una y otra vez su corazón, sepa que yo lo voy a defender, si vuelve a insinuar acercarse a mi HIJO, se arrepentirá de haber nacido – la furia en los ojos de Sandra no podía ocultarse, incluso Sebastián supo que ella hablaba en serio y que no hablaba de arruinar a la mujer, sino de algo más peligroso

-          ¿Qué puede hacerme una chacha como tú? – se burló la mujer provocándola

-          Veinticinco por ciento ¿no?, las acciones que su esposo no ha podido adquirir – sonrió la mujer – no las tendrán nunca – sentenció dando vuelta, pero no contaba que la otra mujer metería el pie y la hiciera caer golpeándose con la esquina de un mueble perdiendo el conocimiento mientras pensaba que era irónico perder contra esa mujer de un modo tan patético, en ese momento se golpeó contra la cómoda que estaba a la salida por segunda ocasión.

El pánico invadió a Sebastián, mandó sacar a Lucía y ordenó que el medico fuera traído de inmediato, el hombre ya era de edad madura, trató la herida en la cabeza y dejaron a la mujer en su cama, necesitaría reposo, el chico salió al cuarto de la mujer que llamaba mamá llorando visiblemente triste y se quedó con ella hasta la madrugada cuando su padre lo halló en el lateral de la cama, lo levantó sin esfuerzo y eso que ya era alto para su edad y lo dejó en la cama, volvió al cuarto de la “niñera”, ella estaba llorando y en susurros decía “señor Ronaldo, no por favor, haré lo que sea menos eso, amo a Mateo, es mi esposo, por favor”, después sólo la respiración entrecortada de la mujer envolvió la habitación, la miró con el rostro confundido, ella continuó “Mateo, mi amor” y sus lágrimas llenaron el rostro, después escuchó un “ya no puedo más, si me quedo me volveré loca, te amo”, el hombre tenía sentimientos encontrados, esa mujer le gustaba, demasiado llevaban años conviviendo y como nunca había visto al supuesto esposo pensó que era una excusa que ella inventó para mantenerlo alejado, después notó su alianza matrimonial, la llevaba al cuello, supuso que había muerto, se trataba de un anillo caro por lo que intuía que no le faltaba dinero, con esto entendía que ella no había superado al hombre que era su esposo, no quería darle más tiempo, pero tampoco podía hacer nada cerró la puerta tras de sí apesadumbrado entendiendo que no había oportunidades para él.

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