20. Una noticia inesperada.

MÉRIDA.

Cada segundo, minuto y horas que avanzaban mi agonía era lenta por no tener a mi lado a Mikhail, cada noche era una cruel tortura, me sentía sola a pesar de que Danil y Valery estaban a mi lado.

Por recomendación de Colton nadie salía, ni entraba a la casa, quería que las aguas regresaran a su cause, así que la mayor parte estaba solo en la habitación viendo por horas el anillo de compromiso y culpándome por lo que pude hacer y no lo hice.

Hasta que a la tercer semana llegó Dennis al verlo volví a quebrarme ante sus ojos, donde el solo me repetía que me calmara y que estaba listo todo en la bodega, pero en este mismo momento no me importaba ni la vida de Izael.

Pero en un lapso corto de lucidez recordé que por él es que estaba en esta situación y por su culpa nuevamente estábamos separados.

Me levanté dejandolo en el jardín y subí a toda prisa hasta mi habitación, me cambié y sin esperar a Danil, me fui junto a Dennis, llevando a más de cinco hombres para qué cuidarán mi espalda.

Entre más avanzaba más mis ganas de acabar con su asquerosa vida crecían, estacionó la camioneta e iba a bajar cuando la mano de Dennis agarro mi brazo.

- ¿estás lista? - sonreí hasta asentir

- más lista que nunca Dennis - bajamos y entramos a la bodega.

Caminamos por un largo pasillo hasta que salimos al patio y en medio de este estaba Izael estaba parado encadenado de las manos y del cuello impidiendo que se sentará.

Él al verme su expresión fue de total sorpresa, me acerque a él desenfunde mi arma y solo le dispare a la pierna escuchando su grito de dolor.

- eres un hijo de puta, lamentarás haber cruzado tu camino en el mío - lo golpee con el arma varias veces hasta que le saque la sangre.

- ojalá hubiera sido cierto tu muerte, tú no sirves ni para la mafia - reí como desquiciada hasta que guarde silencio, Dennis me dio un cuchillo y sin pensarla lo clave en su entrepierna.

- hoy te mostraré el infierno y en carne propia lo vivirás, Smith - me alejé de él mientras solo me observaba.

Comencé a torturarlo, lo amordace para no escuchar sus gritos, lo golpee a puño limpio hasta que me canse, queme varias partes de su cuerpo junto a sutiles heridas, pero profundas.

Pase electricidad por su cuerpo, rompí costillas y disloque sus hombros, el estaba en un grito por el dolor que le causaba, pero para mi sorpresa todo lo que le hacía lo disfrutaba como nunca imagine.

Me acerqué a él pasando una navaja cerca de su rostro.

- nunca confíes en las personas que según tú son débiles - acerque más la navaja a su mejilla - porque créeme te llevaras una gran sorpresa.

Él no tenía ánimos de hablar solo jadeaba y hacía sonidos guturales, había pasado más de tres horas y mi estómago se sentía indispuesto.

Y decidí terminar todo esto para irme, le arrebate la escopeta a uno de los hombres apunte hacia mi objetivo y solo jale el gatillo.

Viendo su cabeza literal hacerse pedazos y al solo ver esa escena tan sangrienta mi estómago se revolvió y vomité en frente de todos los hombres que presenciaron la muerte de esa escoria.

- corrió hacía mi Dennis sosteniéndome de la cintura - ¿te encuentras bien? - solo negué y todo comenzó a dar vueltas perdiendo el sentido...

Al abrir los ojos estaba en mi habitación, me incorporé y frente a mí se encontraba Valery sentada en la orilla de la cama junto a Danil y Dennis, quienes al verme sonrieron.

- ¿cuánto e dormido? - se acercó Valery abrazándome

- lo suficiente para recuperarte - la vi confundida por sus palabras - felicidades.

- ¿por qué?, Valery contéstame - ella se levantó alejándose y en su lugar se acercó Danil junto a un sobre.

- aquí esta la respuesta - asentí tomando ese sobre.

Todos me observaban esperando que sacara la hoja del sobre y así lo hice comencé a leer palabras muy complicadas y solo con letras negras, grandes y muy llamativas, decían "POSITIVO", abrí mis ojos volviendo a releer cada palabra y ahí entendí que era una prueba de embarazo.

Ahora entendía por qué me comenzaba a sentir extraña, los vómitos matutinos, los olores exagerados y desagradables, todo cobraba sentido.

Era una noticia inesperada el tener en mi vientre el fruto del amor de mi vida, toque mi vientre sonriendo, me veían felices y solo rompí en llanto.

Porque era maravilloso saber que tendré un hijo de Mikhail, pero duele el no tenerlo a mi lado, estaba desconsolada completamente hasta que los brazos de Danil me contuvieron y él solo me susurro.

- tranquila Mérida, pronto estará con nosotros - me separé de él, viéndolo sorprendida - sé donde lo tienen.

Me levanté al escuchar esas cuatro palabras que añoraba oír, me vieron extraño, pero él único que entendía mi reaccionar era Danil quien se acercó a mí.

- necesito que me digas todo y lo que haremos - el asintió, pero Valery se acercó a mí negando.

- Mérida, ¿te estás escuchando?, no puedes arriesgarte, estás embarazada, deja que Danil y Dennis se encarguen - negué poniéndome un pantalón frente a ellos olvidándome de la vergüenza y el pudor.

- no puedo y tampoco espero que me entiendas Valery, esto es por lo nuestro - toque mi vientre sonriendo - y por mi hijo, él cuál no permitiré que nazca y crezca alejado de su padre. - vi por un corto tiempo a Danil quien solo asintió - vamos Danil.

Salimos y fuimos directo al despacho donde estaba Colton esperándonos quien también me felicito y de inmediato extendió un mapa sobre la mesa.

Era una cárcel de máxima seguridad, pero como en todo lugar tiene sus puntos débiles y por esos lugares entraríamos para sacar de ese lugar a Mikhail.

Nadie de los que estábamos reunidos en esa habitación se opuso a que yo fuera a la misión, sabían que aunque me lo impidieran haría lo que fuera para ir por mi hombre.

- a las once en punto partiremos hacia quintana - sonreí porque pronto lo vería.

Cuando iba a salir, Colton tomo mi brazo para que me detuviera.

- ¿que sucede? - sonrió y me dio un arma.

- Mikahil es afortunado en tenerte, eres valiente - asentí zafándome de su agarre - el estará feliz al enterarse de tu embarazo.

- lo sé, es algo que los dos queríamos a futuro - salí del despacho y subí las escaleras.

Hasta mi habitación donde me di una ducha y al salir me recosté por un momento, toque mi vientre por encima de la bata de baño y solo sonreía.

Me sentía feliz por mi embarazo y porque estábamos a horas de ir por él y poder irnos de este país para regresar a Rusia donde esperaríamos con ansias la llegada de nuestro hijo.

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