10. Nunca e dejado de amarte.

MÉRIDA.

Nunca tuve el conocimiento de que Mikhail tuviera un hermano, pero en realidad el era un poco reservado con el tema de su familia.

La cuestión aquí es, ¿por qué él está aquí?, no entiendo ¿cómo es que yo?, ¿que el?, estaba intentando responder a millones de preguntas que desfilaban en mi cabeza hasta que la voz de Danil me atrae a la realidad.

- Mérida, ¿gustas otra copa?- negué caminando junto a el- o un vaso de ¿whisky o vodka?.

- gracias, pero así estoy bien Danil- el asintió, seguimos caminando hasta entrar a un salón- ¿dónde estamos?.

- en el área de fumadores, disculpa si te traje aquí, pero créeme mi hermano me mataría si se entera que te e dejo sola- sonreí hasta sentarme en una banca.

Mientras lo observaba, el solo veía por la ventana, pero me di cuenta que al momento que movió su saco para acomodarse la cinturilla de su pantalón pude ver que traía un arma con el.

Me levanté porque no entendía, pero él de inmediato me tomó del brazo sonriéndome y mostrando su arma golpeando suavemente.

- Mérida, no sé lo que te imaginas o piensas, pero créeme que con nosotros estas a salvo- iba a contestarle cuando sentí una exquisita fragancia inundar el área hasta que unos brazos me rodearon.

- Danil, ¿por qué no me dijiste que vendrían aquí?- solo vi que palmeo su hombro, tiro la colilla pisándola con su zapato de charol.

- pensé que tardarías más, bueno, tortolos los dejo- me volteó a ver se acercó hasta besar mi mejilla- un gusto conocerte querida- paso por un costado de su hermano para despedirse- solo disfruten.

Se fue y Mikhail me giro hasta abrazarme durando así unos minutos, me alejó de él acariciando mi mejilla.

- ¿nos vamos?- asentí sonriendo.

- ¿a dónde iremos?- tomó mi mano y caminamos entre la gente, observando nuevamente a cada persona por donde pasábamos.

- a donde tú quieras ir, mi vida- sonreí abrazando su brazo, me encantaba escucharlo decirme así, en verdad lo extrañaba.

Al salir del casino, nos esperaba una camioneta a la cual abordamos y comenzó a moverse con velocidad, iba distraída viendo por la ventanilla que de un solo movimiento estaba a horcajadas sobre sus piernas.

Me sonroje por lo que hizo y por inercia baje mi cabeza, pero él con delicadeza posó sus dedos sobre mi mentón e hizo que levantara mi cabeza para poder verlo a los ojos, quito algunos mechones rebeldes que estaban en mi rostro, llevándolos atrás de mi oreja, y con sus dos manos acuso mi rostro hasta que estampó sus labios en los míos.

- no sabes cuanto me has hecho falta, Malyshka- hablo entre mis labios y solo sentí una corriente recorrer por todo mi cuerpo.

- también te extrañé mucho, Mikhail en verdad me hiciste mucha falta- beso mis labios luego mi frente.

- pero desde hoy seremos solo uno- asentí con una sonrisa hasta que sentí que la camioneta se detuvo- ¿tienes hambre?.

- si, mucha- el asintió, me baje de sus piernas y lo vi bajar extendiéndome su mano- en donde est…- me quede en silencio al ver el sitio- no lo has olvidado.

- no, Merida todo lo que se trate de ti jamás lo olvidaria- sonreí caminando hacia el restaurante con niña pequeña.

Entramos y de inmediato fuimos a hacer nuestro pedido donde me di cuenta que el siempre me a tenido presente, ya que pidió el platillo que a mi siempre me a gustado en esta línea de comida rápida.

Después de esperar y comer bajo miradas juguetonas entre nosotros, era como sentirme viva nuevamente, donde todo cobraba sentido, solo al estar a su lado, al terminar caminamos tomados de la mano hasta la camioneta.

Al subir le di mi dirección, entre más avanzaba la camioneta menos quería que esta noche terminará, me rehusaba, hasta que estacionó frente al edificio y solo nos quedamos viéndonos y nos volvimos a besar con más pasión, necesidad y con miles de sentimientos entre nosotros.

Cuando nos separamos tomó mi rostro dejando un pequeño beso en mis labios.

- Merida Ek,- no paraba de verlo, quería dejar plasmada su imagen en mi mente- te amo.

- suspiré por las dos palabras que me encantaba escuchar- yo, yo también te amo demasiado Mikhail y no quiero que la noche termine aún.

- me sonrió besando mis labios y dejando un camino de pequeños besos hasta mi oído donde al susurrarme mi piel se erizó por completo- esta noche puede ser mágica si tú me lo pides, mi vida.

Y solo asentí a sus palabras, el abrió la puerta extendió su mano ayudándome a salir, habló con unas personas y entramos al ascensor en donde nos comimos a besos, esas cuatro paredes eran testigo de nuestra necesidad.

Al abrirse el ascensor prácticamente corrí para abrir la puerta, pero él me acorralo teniéndome contra la puerta, su aliento golpeaba en mi cuello, sus manos acariciaban tan suavemente mi piel que me hacían derretirme poco a poco.

- tranquila mi vida, esta noche será larga donde te haré recordar el porqué nunca e dejo de amarte- beso mis labios tan ferozmente que hizo poner a mi mente totalmente en blanco.

MIKHAIL.

La seguí besando hasta que abrí la puerta, la tome de la cintura hasta cargarla donde ella entrelazó sus piernas en mis caderas, cerré la puerta y no perdí tiempo desatando los cordones que sujetaban la parte de adelante de su vestido.

Fui directo a mi habitación recostándola sin más sobre la cama, verla semidesnuda me encantaba, sus pupilas se notaban dilatadas, deshice el nudo de mi corbata quitándola de un jalón.

- me acerqué a ella besándola de nuevo- ¿lista?- ella asintió mostrándome una enorme y hermosa sonrisa.

- siempre he estado lista para ti- sonreí ladeando mis labios.

Ate sus manos con mi corbata recostándola de nuevo, me levante y quite el resto de mi ropa, volví acercarme quite sus zapatillas y comencé a tocar su pie deslizando lentamente mis manos por sus piernas hasta quitar el resto del vestido.

Viéndola nuevamente como a mí me gustaba, me subía la cama deslizando por sus piernas mis dedos, solo sentía el movimiento de sus piernas y escuchaba sus jadeos.

Bese su vientre subiendo poco a poco hasta llegar a sus labios en donde lleve sus manos hacia la cabecera amarrando mi corbata entre los barrotes.

Ella solo reía y era como la primera vez al hacerle el amor, recorrí con mi lengua cada centímetro, cada rincón de su bello cuerpo en donde conocía muy bien sus puntos débiles y muy sensibles haciéndola gritar escuchando nuevamente mi nombre salir de su boca provocando que me excitara aún más.

Me posicione entre sus piernas, pero antes de entrar en ella, devore sus labios hasta que termine besando la punta de su nariz.

- siempre serás mía- ella asintió con una sonrisa que cambio por un gemido, el cual yo provoque por entrar lentamente.

- siempre e sido tuya mi vida- al escucharle sus palabras aumenté mi ritmo donde mis oídos se deleitaban al escuchar sus dulces y escandalosos gemidos.

Desate el nudo levantándola la sostuve mientras no perdía el ritmo, sus jadeos en mi oído me invitaban a continuar, hasta que ella de un movimiento me tumbo sobre la cama tomando ella el mando.

Sus movimientos era sutiles, pero perfectos donde los dos jadeábamos por el momento tan placentero, la tome de la cintura para profundizar más sus movimientos, la vista que me regalaba era tan hermosa que siempre la llevaría tatuada en mi mente.

Estaba por terminar que cambie de posición y seguimos entregándonos al dulce placer, donde solo sentí su cuerpo contraerse entre mis brazos, su rostro estaba pegado a mi cuello, pero era lo suficiente cerca para sentir su vibración y escuchar un gemido ahogándolo en mi piel.

Su respiración era agitada igual a la mía, aún no caceaba mi sed de ella, aumente mis movimientos hasta que pude llegar a la cúspide del placer.

Me recosté a su lado atrayéndola hacia mí, mientras su pequeña mano acariciaba mi pecho y yo entrelazaba mis dedos entre su cabello y cada vez que hacia eso de sus labios solo salían suspiros muy profundos.

- esto fue fantástico- sonreí a su comentario.

- fue mucho más que magnífico, mi vida; Mérida- solo hizo un ruido con su voz indicándome que prestaba toda su atención- desde hoy no, nos separaremos, te lo prometo.

- levantó su cabeza mirándome fijamente, con una pequeña sonrisa- lo prometes- asentí tomándola de su cabeza para besarla y entre sus labios hablé- te amo, no lo olvides.

- yo también te amo- volvió a recostarse entre mi pecho y mi brazo.

Seguí acariciándola hasta que sentí el peso de su cuerpo indicándome que se había quedado dormida, por un instante cerré mis ojos estaba en calma y en total paz, hasta que mi teléfono vibro, llegando una alerta de mi gente que tenía que salir rápido para no exponer a Mérida.

Y con todo el dolor de mi corazón tenía que hacerlo, me levante con todo el cuidado para que no se despertara, me cambié de inmediato, camine a su lado de la cama sentándome junto a ella, acomode su cabello y solo deje un beso en su mejilla.

- pronto nos veremos y esta vez te llevaré conmigo, te lo prometo mi amor, descansa- volví a besar su mejilla.

Me levanté cobijándola, camine a la puerta y antes de cerrar nuevamente la vi suspirando, cerré y de inmediato salí de mi departamento activando el circuito anti ruido y para que nadie pudiera entrar.

Baje las escaleras rápido, hasta salir del edificio donde estaba mi hermano Danil esperándome con toda nuestra gente.

- ¿quién es?- me entregó una carpeta, mientras caminábamos hacia la camioneta, pero antes de subir me gire viendo a mis hombres- sus vidas desde este momento están en juego ustedes serán los responsables de la seguridad de su patrona.

- no se preocupe patrón, ella estará bien- asentí y subí a la camioneta.

Mientras avanzábamos veía la carpeta dándome cuenta de quien se trataba y en automático fruncí el ceño, hasta que mi hermano interrumpió mis pensamientos.

- ¿cómo te fue?- lo voltee a ver con cara de pocos amigos, el solo levanto sus manos en son de paz- ya, tranquilo.

- Danil eso no te incumbe, mejor piensa tenemos que deshacernos del maldito italiano- asintió y de inmediato hizo llamadas.

Presiento que esto a de ser obra también de la C.I.A., Franco Marveggio a sido la perra soplona número uno para traicionar a las grandes mafias, tengo que pensar rápido porque sé que volverán a exponerla con tal de atraparnos y ese hijo de puta tener el perdón.

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Comments

GiovannaXchelMayaCejudo

GiovannaXchelMayaCejudo

ese hombre perdió a la madre de Mérida y a los bebés porque nunca los mereció y la vida se encargará de demostrárselo

2024-11-26

1

Lily Henao

Lily Henao

Saciaba....

2024-02-04

3

Maritza Emperatriz Avila Vernimen

Maritza Emperatriz Avila Vernimen

Tu novela está muy interesante 👍 es muy buena, ojalá no le pase nada a ellos y puedan juntarse y ser felices, y muera el padrastro, felicidades 👏 😊 autora está buenísima tu novela y muy interesante. Bendiciones ♥️ 😘 ♥️

2023-08-10

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