MIKAHIL.
Al llegar a la bodega de inmediato bajamos para entrar e ir directo a la habitación donde ya lo tenían, camine hasta entrar quite mi saco dándoselo a Danil quien solo tenía una sonrisa.
- ¿y esa sonrisa? - hizo una mueca indicando su despreocupación.
- no es nada hermanito, solo que gozaré al acabar con la vida de Franco - sonreí ante sus afirmaciones.
Al entrar fije mi vista en dirección a Marveggio, quien estaba atado y amordazado, sus ojos me indicaban su maldita tranquilidad, pero sé que en breves minutos eso se esfumara.
Sin decir una sola palabra me acerqué y a puño cerrado lo golpeé varias veces en el rostro, donde no emitía ni un maldito sonido, eso provocaba más rabia en mi interior.
- camine a la mesa de tortura viendo con que empezaré - así que la rata se rehúsa a chillar, veamos pues.
Me acerqué por detrás metiendo su cabeza en una bolsa, al principio no se movía, pero conforme el oxígeno escaseaba el se retorcía.
- me acerqué a su oído susurrándole - ahora sí, que empiece la fiesta.
Sonreí al igual mi hermano, tome de la mesa un cuchillo, le hice señas a Danil y fue a directo a destrozar su camisa, me acerque a él jugando el cuchillo en mi dedo.
- ¿te gustan los tatuajes? - lo escuché reírse.
- deja tus idioteces Vasilev y si vas a matarme hazlo ya - negué enterrando en su pecho el cuchillo.
- aún no es tu momento Franco, será tan lento que me rogaras que me detenga y termine con tu vida - volvió a reír y solo comencé a mover el cuchillo haciendo cada vez más larga la herida mientras él solo fruncía el ceño.
- un Marveggio nunca se doblega y jamas ruega por su vida ni en las peores circunstancias - sonreí sacando el cuchillo y clavándolo en su costado ejerciendo fuerza para profundizar.
- eso esta por verse - me aleje de el tomando otro instrumento.
Desasiéndome de cada uno de sus dedos, el piso comenzaba a encharcarse y aun así el muy hijo de puta no gritaba, Danil lo baño con agua y le aplique los pasa corrientes, viéndolo solo poner sus ojos en blanco.
Tome un taladro haciendo hoyos en las piernas y en algunas partes de los brazos, Danil también entró al juego quitando unos cuantos incisivos, tome un bate y lo golpee en la nuca.
Y después de horas de tortura por fin había escuchado un chillido, seguí golpeándolo soltando toda mi furia hasta que el maldito bate de mierda se rompió, pero era tanta mi adrenalina junto con mi rabia que le encaje en el abdomen el resto del bate.
Hasta que saque mi encendedor para poder fumarme un cigarrillo y solo con encenderlo pude notar su nerviosismo, teniendo en mis manos la debilidad de el gran Marveggio, sonreí asiendo señas para qué lo bañaran con gasolina.
- esto te causa miedo, ¿es enserió? - volví a encender el fuego y escuché un bello grito.
- detente, Mikhail - al escucharlo que se había atrevido a llamarme por mi nombre de inmediato Danil me dio un machete.
- a ti no te daré el privilegio de llamarme así, imbécil - y con rapidez se lo enterré en su entrepierna, gritando con desesperación.
Seguí torturándolo provocándole más dolor y viendo su sangre salpicada en mi ropa, hasta que me acerqué a él susurrándole al oído.
- tu tienes las palabras mágicas en tus manos y créeme que lo cumplire - solo asintió y con una voz débil intentaba hablarme.
- Va, Va, Vasilev, solo matame por piedad, te, te lo ruego - sonreí jalándolo del cabello.
- te lo dije Franco tú terminarías rogándome por tu asquerosa vida - saque una navaja y con rapidez la pase por su cuello - moriste por una buena causa.
Me alejé de el e hice señas y Danil aventó su encendedor, caminamos hasta la salida de la habitación y solo sus gritos se escuchaban.
Subimos las escaleras hasta el despacho donde me daría un baño, no llegaría así a casa porque no quería que ella me viera de esta manera, me di un baño y me cambié rápido, Danil solo se había cambiado la camisa y salimos sin perder más tiempo.
Dejando la orden de que el cuerpo se lo dieran de comer a los lobos hambrientos que hay en el bosque, subimos a la camioneta y nos fuimos directo a la casa.
Contaba los minutos para llegar y poder abrazarla, cuando aparcó la camioneta baje y entre a la casa, subí las escaleras hasta mi habitación, ya era de madrugada, al entrar ella estaba en la cama leyendo un libro.
Pero no se dio cuenta de mi presencia, entre con sigilo, pero al oler esa dulce fragancia mi cuerpo la pedía a gritos, me acerque a la orilla de la cama y solo la jale de los pies atrayéndola a mí.
Al darse cuenta que era yo se avalanzo a mis brazos dándome besos cortos por todo mi rostro.
- Ya estoy aquí mi vida- me abrazo hasta que se separó de mí observándome.
- mi amor, estaba tan preocupada por ti, me hiciste mucha falta- asentí quitándome el saco, pero sin dejar de abrazarla.
- desde hoy estaremos siempre juntos - sonrió hasta asentir dándome un beso.
Donde no resistí más, sabía que ella sería mi talón de Aquiles y mi hermosa debilidad, pero por ella estaría dispuesto a todo y defender la de todo el mundo, pase mi mano tras su nuca y profundizando el beso lleno de necesidad.
La cargue hasta ponerla contra la pared, besaba su cuello y el contorno de sus senos, toda ella me excitaba.
Sus jadeos cerca de mi oído eran la dulce melodía que me encantaba escuchar estando a su lado, mientras besaba su cuello escuché su voz entrecortada.
- mi amor, te necesito - y solo necesite escuchar esas cuatro palabras para moverme con destreza para entrar lentamente en ella.
- escuchando un muy ruidoso gemido, con mi mano tape su boca y solo le susurre - mi amor, te prometo que muy pronto podrás gritar todo lo que quieras.
Solo asintió entre estocadas y gemidos, hundiendo su rostro en mi cuello, siendo el lugar perfecto para sentir su cálido aliento y su dulce voz chocar con mi piel para que nadie escuchara.
Seguí a ritmo despacio para que nuestras sensaciones fueran exquisitas, mi mujer me pedía más y solo seguí dando estocadas fuertes y certeras hasta que al mismo tiempo alcanzamos a tocar las mieles del placer y el amor.
Cansados y sudorosos fuimos al baño y mientras nos dábamos una ducha para poder ir a descansar, mi mente trabajaba en buscar las palabras adecuadas para lo que le tenía que decir, sé que ella tiene sospechas o miles de preguntas buscando sus respuestas, pero ella tiene que saber la verdad y lo que hay detrás de todo este problema llamado Izael Smith.
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Comments
Socorro Ramirez
ya estarán por fin juntos. y empezará su venganza. me encantan las venganzas. jajaja
2024-11-28
1
GiovannaXchelMayaCejudo
nada ni nadie los podrá separar nunca jamás...
2024-11-26
1
Delfina Del Carmen Henriquez Ruiz
Muy bien, cuéntale todo no mas
2024-09-24
1