Parte de mi infancia fue más que bonita, mis padres y yo estábamos a la espera de mis hermanos, en donde me encantaba siempre tocar el vientre de mamá para sentir los movimientos de mis hermanitos, era tanta mi felicidad solo de pensar que yo sería la hermana mayor donde mi deber lo tenía más que claro y era protegerlos a ellos de todo y de todos.
Y solo a pocos meses de poder conocerlos mi mamá tuvo complicaciones, los médicos intentaron salvarlos e hicieron de todo, pero lamentablemente no soportaron y ni mi madre, ni mis hermanos lograron sobrevivir, mi papá se deprimió demasiado ante tan devastadora noticia dejándome a mí de lado, sin importarle, ni detenerse a pensar el cómo me sentía yo, al saber que jamás vería de nuevo a mi mamá quien cada noche me cantaba con su dulce voz para que pudiera conciliar el sueño y dejara de temerle a la oscuridad.
Sufrí su ausencia las primeras semanas en donde tuve ansiedad, nerviosismo y los primeros síntomas de depresión, ya que me hacía falta mucho mi madre y no solo porque ella me ayudaba a dormir, sino porque aún a mi corta edad dependía mucho de su presencia, de sus abrazos, sus besos y sus cálidas palabras que siempre reconfortaban mi corazón, así que a pesar de todo esto pude aprender a sobrellevarlo a mi manera, junto a mi soledad y mi melancolía.
Pero también gracias a mi entorno, los buenos vecinos, mis compañeros y los maestros de mi escuela me ayudaban de cierta manera a sanar un poco mi dolido corazón y poder olvidarme por un momento de que estaba sola en esta vida.
Hasta que un día mi padre tomó la decisión de que era hora de irnos de México, él decía que ya nada nos ataba a este lugar y nos fuimos dejando todo atrás para comenzar de nuevo en su país natal, ahora viviríamos en Estados Unidos a pretender tener una vida un poco diferente, afortunadamente papá pudo encontrar trabajo de lo que él amaba y se dedicaba cuando éramos una familia feliz y completa.
Él siempre fue detective, pero al estar aquí en Estados Unidos se dedicó en cuerpo y alma a su corporación hasta que logró escalar mucho más arriba y se unió a las filas de la C.I.A., donde todo cambiaría más aún nuestras vidas, su nuevo trabajo era demandante provocando que sus ausencias fueran por más tiempo, en donde claramente él nunca pensó en mí en cada decisión que él tomaba tanto en su carrera como en su vida.
Así que cada que pasaba un día, una semana, un mes y más años, me pesaban cada vez más por la gran indiferencia de papá, el desamor desde que nos dejó mamá y la prioridad que deje de ser para el hace bastante tiempo.
Pero aunque sus acciones hablaran por si solas, seguía admirándolo por la fascinante dedicación y devoción a su trabajo, siendo un gran héroe para mí, aunque el distanciamiento entre nosotros seguía, él siempre seguiría siendo mi héroe aunque pasar los años.
Y a si como él pudo moverse con facilidad y destreza en el país que lo vio nacer, yo, por otra parte, tardé un poco en adaptarme, no era fácil vivir gran parte de tu niñez en otro país, donde toda la gente era cálida, amable y sonriente.
Y de la noche a la mañana perder a tus seres queridos, dejar todo en el pasado y prácticamente en el olvido para viajar miles de kilómetros a un nuevo lugar donde el idioma era una gran barrera para mí, las costumbres eran distintas y la calidez en la que siempre estuve rodeada, aquí jamás la sentiría.
Pero después de todo pude hacerlo por mi misma y comencé a estudiar, terminé la primaria y los demás grados, tratando de ser optimista aunque mi vida, mi mente y mi corazón en ocasiones sintieran que esto no mejoraba, ni avanzaba y cada día soleado siempre para mí era gris o hasta oscuro porque lo pesimista terminaba ganando en mi cabeza y en mi día a día.
Donde la tristeza, depresión y la melancolía jamás se apartaron de mí, pero aunque por dentro estuviera rota y desecha, yo tenía que seguir dándole una buena cara a la vida, continúe avanzando donde decidí estudiar la universidad, la carrera que cursaría no era de mi total agradó, pero sería el escape perfecto para evadir y olvidar mis sentimientos por algunas horas.
Aunque sabía muy bien que al llegar a casa después de cada clase la depresión me abrazaría junto a la tristeza y la melancolía donde la ausencia, el desamor y desinterés por parte de mi padre nuevamente harían estragos en mí, donde la soledad volvía a tocar mi puerta y jurando jamás irse de mi lado.
Mérida Smith Ek.
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Updated 28 Episodes
Comments
GiovannaXchelMayaCejudo
que triste es saberse sola a tan corta edad y aún así no perder el rumbo...
eso se reconoce, se admira, se respeta y es digno de sentir orgullo...
2024-11-23
1
Delfina Del Carmen Henriquez Ruiz
A de ser muy triste vivir prácticamente sola
2024-09-23
1
✨💛Isyuris🇻🇪🌻✨
Que triste q su padre prácticamente la olvidara😥
2024-03-09
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