7. Carnada perfecta.

IZAEL.

Al llegar a México por trabajo después de unos meses de haber finalizado decidí quedarme y fue cuando conocí a Itzel Ek, ella era una chica hermosa y sin dudarlo le pedí matrimonio a pesar de que ella estaba embarazada, pero era mucho el amor que sentía por ella que yo estaba dispuesto a reconocer a ese hijo como mío.

Y al nacer Mérida al verla por primera vez no sentí nada, pero con los meses solo la comencé a querer, pero no la amaba como pensé que lo lograria, fue avanzando el tiempo y jamas sentí conexión con ella, a pesar de que Merida se desvivia por demostrarme que me amaba y que yo era su héroe.

Pero la segunda vez que fui inmensamente feliz fue al enterarme que Itzel estaba embarazada y esperaba a mis hijos, mi sangre, era el anhelo y deseo que espere por años cumplir.

Y a solo unos cuantos meses para llevar a término su embarazo Itzel se enfermo y tuvo complicaciones que la mantenían a ella y a mis hijos tan delicados que su diagnóstico era recervado, se que los médicos y enfermeros hicieron lo que estaban en sus manos y hasta lo imposible por salvarlos, pero ya no había vuelta atrás y solo estábamos a la espera de que mi amada Itzel dejara de sufrir y dejara ese inmenso hueco en mi corazón porque sabía que cuando llegara la hora de su partida ella se llevaría una parte de mí con ellos.

Pero antes de que partiera me hizo prometerle que cuidaría de Mérida y me hizo jurarle que le daría el amor que ella aún necesitaba, solo le dije que sí, pero sabía que no lo cumpliría.

Y despues que perdí a mi esposa y a mis hijos, todo cambio en mí, aunque estuviera a mi lado Merida me sentía vacio y solo al verle el rostro siempre me hacia recordarla más, provocando que me alejara de ella, solo necesitaba estar solo y curar mis heridas y el dolor de no volver a ver a mi esposa, pero mi agonía aumentaba solo por no haber podido conocer a mis hijos.

Las pocas veces que cruzaba mi camino con Mérida sabía que sufria, pero mi dolor y su rostro no me permitían acercarme y aunque sea ofrecerle un abrazo para que se calmara.

Y mi mejor opción fue cambiar de ambiente llevandomela a mi país donde tardo mucho en adaptarse hasta que lo logro, yo por mi parte pude entrar a la C.I.A., y el mayor del tiempo siempre estaba sola o al cuidado de otra persona.

Por el trabajo estaba alejado y ausente, pero siendo real solo la evitaba, ella aun seguía estando bajo mi protección por que se lo prometí a mi difunta esposa, pero en verdad solo eso podía ofrecerle.

Cuando ella entró a la universidad iba bien porque aunque estuviera a distancia sabia sus pasos y movimientos y solamente tenía un año de haber comenzado su carrera cuando un escolta me informó de que tenía una relación con un chico cuatro años mayor que ella, hice lo que tenía que hacer como cualquier tutor, yo no quería que cualquier hombre la desgraciara.

Porque yo sabía que más adelante ella me serviría para algo así que lo amenacé infinidad de veces para que se alejara de ella, porque al investigarlo sabía que él quería llevársela lejos y eso nunca lo permitiría, pero cuando por fin pude quitarlo del camino Mérida entró en depresión, yo nunca pensé que le iba a afectar tanto alejarse de ese hombre, la saque de estudiar y decidí que se fuera a Italia para que la hicieran una mujer de bien, con principios y el único propósito era, de servir a nuestra nación.

Al irse ella, yo me fui a una misión a Rusia donde pudimos tumbar a la mafia Rusa, asesinando a su líder, pensamos que todo había terminado, ya que no había indicios de una nueva mafia, bajamos guardia y solo fue para que recobrara más fuerza y ahora quienes estaban al frente eran los hijos.

Estaba toda la agencia investigándolos para conocer los nuevos rostros de la mafia Rusa y al llegar el boletín me quedé sorprendido, ese rostro lo reconocería en cualquier lugar y a donde fuera, era el hijo de puta que quería llevarse a Merida.

Intentamos infiltrarnos, pero tenían un sistema tan seguro que era impenetrable, todas las agentes que se postularon para la misión después de meses perdíamos contacto con ellas y solamente aparecían a las orillas de las carreteras.

Yo era la única persona que tenía el As bajo la maga, con Mérida en medio de la guerra era la eficaz manera de entrar a su organización sin obstáculos y daríamos el golpe desde la raíz y más porque sabía que aún seguía buscándola aunque hace tiempo había bloqueado el indicio de donde se encontraba ella.

Al comentarle a mi superior me explico de los riesgos que conllevaba la misión y que ella aún no estaba lista para una misión de ese tamaño, ya que en las misiones en las que había participado eran mafias pequeñas donde era fácil hacerlas caer; hicieron una junta extraordinaria donde los jefes de todas las cedes debatieron la posibilidad de que ella sería la siguiente infiltrada en esta misión hasta que llegaron a un acuerdo que sería la agente Ek la elegida para esta misión de riesgo.

Claro eso le dirán los superiores, pero la realidad era otra ella solo sería la carnada perfecta y la debilidad del maldito Mikhail; sabíamos que los hermanos Vasilev, estaban en Londres y era la ocasión perfecta para qué se reencontraran.

Y de inmediato mandaron la información a Italia, sabía que sería un riesgo, pero era más que necesario, Mérida en verdad nunca tuvo vocación en nada y si pasa lo inevitable de que muriera en el intento yo Izael Smith siempre estaría orgulloso de ella porque daría su vida solo por nuestra nación.

Izael Smith.

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