LUNA FLORES
Llegó el fin de semana. Adrián me llevó un vestido color perla, adornado de flores bordadas con hilos dorados, los zapatos parecían de cristal y los accesorios eran igual de hermosos. Me sentía como una princesa en un cuento de hadas, solo que en este cuento yo soy una hada.
— Lorem te llevará en el auto. Yo me adelanto Con Albert. Antes que se me olvidé, con la piedra de tu anillo pude hacer ese collar, se juntaron las dos partes y ahora parece uno.
Solo sonreí. Me sentía alegre. Me arreglé y me puse todo. Me puse el collar.
Salí a la sala y estaba Lorem esperando. No sé si todos los Hombres lobos tienen ese don de parecer actores de telenovela, pero Lorem se veía genial.
Condujo hasta una quinta. Todo estaba adornado con rosas rojas y en el altar estaba Adrián, junto a un señor que vestía un traje negro.
Caminé hasta donde Adrián. Él tomó mi mano. El abogado nos casó. Aunque solo estábamos 5 personas en todo ese lugar, me sentía feliz y para mí eso era suficiente.
— Ahora eres mi esposa ante la ley de los humanos.
— Eres genial.
Ese fin de semana nuestro cuarto fue como una bomba de feromonas en el aire.
El lunes regresamos al trabajo y yo empecé a organizar la cena para los trabajadores. Solo tenía 20 días. Entre llamadas, idas y venidas pasaron los días.
Día de la cena...
Vestía un vestido de noche color azul rey, la verdad este es mi color favorito.
Adrián se paró al frente, tomó el micrófono.
— Bienvenidas y Bienvenidos a esta noche en celebración a cada uno de ustedes. Se realiza con el fin de agradecer que sean nuestros colaboradores. Disfruten de la noche me retiro de este lugar, pero antes quiero agradecer por la organización a Luna Flores, mi esposa.
Tenía todas las miradas encima. Yo solo saludé con una sonrisa. Adrián bajó del escenario y se acercó con una copa de champán. Hicimos el brindis.
— Adrián, unos de los inversionistas quiere saludarte— Albert le decía a Adrián.
Adrián se retiró un momento dejándome sola. Momento que aprovechó Larry. Después de lo que me había dicho Adrián sobre él, siempre lo evitaba. Nunca averiguaron que jodido es.
— Luna hermosa, no sabía que Adrián y tú eran marido y mujer. Me alegra que seas feliz. Te lo digo sinceramente.
— Gracias.
Di la media vuelta y caminé buscando a Adrián. Un mesero se acercó.
— Una copa más.
Puse mi copa vacía y tomé la que estaba ahí.
Me tomé la copa de champán.
Mucho licor por hoy. Necesito ir al baño de inmediato. Mientras caminaba me sentía un poquito mareada, mareo que se lo atribuía a las dos copas de champán.
Entré al baño. Mis ojos me ardían y miraba borroso.
— Ahora eres mía. No sabes cuanto he esperado por esto.
— ¿Larry?
Sentía mis piernas temblar. Él puso sus manos en mis brazos. Me sentía sin fuerza.
— Maldito.
Me besó a la fuerza mientras tomaba una selfie. Chasqueó sus dedos y desaparecimos del baño.
— Llegamos al castillo de los duques, preciosa.
Me tiró a la cama. Ana entró a la habitación.
— Gracias, primo— le decía Ana a Larry.
— ¿Primo?
— Sí. Larry es mi primo. Ni Adrián pudo darse cuenta de nada. Todo fue tan fácil.
— Ana, ya que cumplí, puedo cobrar a como yo quiero. ¿Verdad?
— Ah, claro. Encadénala y haz con ella lo que desees, solo no la mates. Quiero probar su sangre, dicen que la sangre de hada es un manjar— Ana salió de la habitación.
Sentía mi lengua entumecida. Larry me encadenó a la cama. No puedo creer que esto esté pasando. Únicamente bebí dos copas, algo tenía una de ellas. He sido muy confiada.
Quería gritar y moverme, pero me sentía muy mareada y mi voz no salía. Me amordazó la boca, tenía una especie de bola, mis salivas salía de mi boca.
— Sí que eres sexi. Quiero poseer tu cuerpo y probar tu sangre.
Movía suavemente mi cabeza diciendo no. Larry destrozó mi vestido con sus uñas. Él se había transformado en un vampiro. Sus dientes eran grandes y afilados.
Pasó su lengua por mis pechos. Mis lágrimas salieron. Cerré mis ojos. Quería que mis dedos salieran esas llamas de fuegos, así como cuando estaba en el entrenamiento en Grecia, pero era imposible, lo único que salían era una flamita azul de menos de 1 centímetro.
Mis párpados pesaban. Larry besaba mi abdomen e iba bajando a mi zona sur. La amordaza impedía que gritara.
— Y si clavó mis dientes aquí— tocó con sus dedos mi zona íntima.
No puedo creer que este maldito me vaya a chupar mi sangre ahí. Mis lágrimas parecían torrente de aguas.
Larry se detuvo.
— Te voy a contar un secreto. El día que nos conocimos tenía la misión de atraparte y traerte aquí, pero me sentí atraído, era como amor a primera vista, así que solo te observaba y te juro que si tú te hubieras enamorado de mí, te hubiese defendido a capa y espada, pero cuando Ana me dijo que eras el mate de ese egocéntrico me olvidé de esto que los humanos llaman amor. Ahora estás aquí conmigo a punto de ser mía. Los vampiros también tenemos deseos sexuales y más si es con hadas hermosas donde se les puede succionar un poco de sangre.
Mi mente llamaba a Adrián. ¿Por qué estás tardando? No quiero que este vampiro inmundo me viole y chupe mi sangre.
Larry clavó sus colmillos en mi pierna y succionó un poco de mi sangre. Era demasiado doloroso. Volteé mi cara a un lado, apretaba mis ojos y gritaba con todas mis fuerzas, solo que mis gritos terminaban ahogados en mi garganta.
— Delicioso— pasaba su lengua por sus labios. Tenía una mirada asquerosa— suficiente por hoy. Regreso de aquí a un rato.
Larry salió del cuarto.
Estaba completamente desnuda, mostrando hasta el último centímetro de mi piel.
Me sentía sin fuerza, mis poderes estan ausentes.
No sé que me dolía más, si mi pierna o mi orgullo. No quiero que nadie me toque, mi cuerpo es solo para Adrián, solo para él.
Entró Ana. Se tiró una carcajada en mi cara.
— ¿Dónde está tu lobo defendiéndote? No sabes cuanto te odio maldita energúmena. Me quitaste el amor de Adrián. Toda mi vida esperando por él y aparece tú y cambias todo nuestro destino.
Ana se acercó a mi cuello y clavó sus dientes en el. Lloraba y trataba de gritar. Ella succionó un poco de sangre.
— Deliciosa. Nunca había probado la Sangre de las hadas, pero ahora si puedo decir que es la mejor. Vamos a ver cuanto vives en esta rutina.
Ana salió y puso llave en la puerta. No quiero ser comida para estos desgraciados. ¿Qué hago? Adrian Ayúdame.
Mi corazon se sentía triste. Lo único que deseo es que Adrián venga a rescatarme. ¿Por qué tengo la misma suerte de mi madre? ¿Por qué todas las hadas tenemos este miserable fin?
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 52 Episodes
Comments
Mary Alcocer
y entonces? dónde quedo el entrenamiento? donde quedo toda la sabiduría que te dieron esos lobos legendarios, sólo eres una niña chiquiada que quieres que todo hagan por ti, tú debes sacar a flote las enseñanzas y el carácter para sali de situaciones difíciles.
2025-02-05
1
Luciana Vargas
Que mal esa proragonista ni se defiende ENTRENADA Y NO SIRVE. QUE MAL ESTA PARTE ESCRITORA MAS CARACTER DE LAS PROTAGONISTAS.
2025-01-18
2
Mignelbis Garcés Borrero
la verdad una protagonista así de débil y tonta siendo la reina de las hadas, ni ganas de seguir leyendo
2024-11-26
0