ORÍGENES

ADRIÁN SANTANDER

Muchos piensan que mi vida es fácil, pero no es así. Mi árbol genealógico es algo especial. Siempre me he sentido que no pertenezco a ningún lado. Nací como un humano, soy hijo de una mujer Vampira y un hombre lobo, no de cualquier mujer Vampira y hombre lobo, sino de los líderes de sus clanes.

No tuve mi despertar como vampiro a la edad de 5 años, así que estoy en espera del despertar mi lobo cuando cumpla 18 años. Dado que mis padres creían que iba a ser un vampiro, me comprometieron desde que nací con Ana, hija de los duques Archer.

Siempre me ha quedado la duda, porque nunca cancelaron el compromiso, si saben muy bien que si un lobo encuentra a su mate y no la marca o este la desprecia, podría morir. Y con Ana no siento atracción, ni amor, ni necesidad de poseerla. Mis padres suponen que cuando sea el momento de mi despertar pueda ser que se despierte ese instinto sexual y la marque.

Al conocer a Luna no se ha creado ningún vínculo amoroso mutuo, pero siento que es la primera vez que alguien me atrae. Solo me quedan 3 lunas llenas para lograr que mi compromiso se anule y conquistar a Luna, como lo haría cualquier humano. ¿Qué pasaría si ella se resiste? Pienso que eso no debería ser una probabilidad.

Iba a la facultad de Medicina en mi Ferrari de color Negro cuando ese olor a vainilla caló mis sentidos. Era el mismo aroma de Luna. La busqué entre todas las personas que iban caminando y ahí estaba ella. Detuve el auto justo cuando ella iba a cruzar la calle.

— Ey Luna, sube te voy a dar un aventón a la universidad.

— No. Gracias. Voy a caminar.

— No dejaré que una linda jovencita vaya a pie.

Ella me miró con sus hermosos ojos que parecía un par de gemas. En ese instante mi corazón sobresaltó.

— Vamos Luna, sube. No voy a comerte.

— Está bien— se subió al auto.

— ¿Vives cerca?

— No tanto.

— Te parece que te recoja y así no caminas. Llegarías temprano a clase.

— No te preocupes. No quiero darte molestias. Ayer a tu novia no le gustó que me hablaras.

— Es verdad— Guardé silencio. Ana es un repelente para conquistar a mi mate, porque estoy segura de que ella es mi mate.

— ¿Puedes bajarme aquí?

— Pero faltan como unas 5 calles para llegar. No quiero que camines.

— No debí subir. Tu novia se va a molestar.

— Ya deja de mencionar a mi novia— me sentía irritado— Ella es mi novia, si lo es. Pero es un compromiso obligado. Yo sé que no estás preguntando, pero esa es la verdad. Por primera vez me gusta alguien y esa eres tú.

Luna abrió tanto sus ojos que parecía unos platos redondos.

— Perdón Luna, no quise asustarte con eso.

— Pero ella es tu novia y le debes respeto. Para el auto, por favor.

Detuve el auto. Ella bajó.

— Muchas gracias por traerme hasta acá. Gracias a ti pude caminar un poco menos— ella acomodó sus cabellos y sonrió.

Jodidamente, Luna es irresistible para mí. Dejé que ella caminara y me quedé parado observando como su silueta avanzaba.

Tengo que convencer a mis padres y Ana en romper el compromiso.

Llegando al parqueo de la facultad, ahí esta Ana, esperándome.

— Hola mi amor— ella me sujeta el brazo.

— ¿Qué haces? Suéltame. No quiero ser grosero contigo Ana.

— ¿Qué hago? Le tomo el brazo a mi novio, mi prometido.

— No estoy para esto Ana. Si tanto me amas como dices, rompe el compromiso. Sabes bien que encontré a mi destinada. También sabes que me sucederá si mi mate me rechaza.

— Perfecto. Prefiero eso a tener que romper el compromiso.

— ¿Y dices que me amas? — le quité sus manos de encima— No vuelvas a tocarme. Te juro que nuestro compromiso pronto se anulará.

— Eres un idiota.

Ana se retiró a su aula de clase. Yo quedé ahí con una tristeza en mi corazón. Si algo tienen los hombre lobos que esperan que la destinada por la diosa los acepte tal cual son.

LUNA FLORES

Bajé del auto de Adrián y empecé a caminar a mi salón de clase. Esta vez no entré a clases y me fui a dar una vuelta por el campus. Me encantaba sentir el césped entré mis dedos de mis pies. Sentir esa conexión con la tierra, con la naturaleza me daba cierta tranquilidad, calmaba este sentimiento que estaba aflorando por Adrián. Él era un chico extremadamente atractivo, su voz, sus ojos, sus labios, todo de él era lindo. Era la primera vez que me siento así de esta manera.

Me acosté en el césped y me puse a ver el azul celeste del cielo.

— Coincidencia— Adrián se acostó a mi lado.

—¿Qué haces aquí? — Me levanté del césped. Adrián tomó mi mano.

— No te vayas. Siéntate. Hablemos un rato.

Yo volteé a ver a todos los lados.

— No quiero que tu novia nos vea y crea cosas que no son.

— Estoy enamorado de ti— abrí la boca tratando de tragar un poco de aire— Fue amor a primera vista.

— ¿Cómo puedes enamorarte así por así?

— Tú eres mi destinada.

— Estás loco. Suelta mi mano. ¿De que hablas?

— No. Hasta que te sientes a mi lado.

Me senté nuevamente el césped.

— Luna, tu nombre es muy bonito.

— Gracias, pero no deberías hacer esto.

— Voy a romper mi compromiso con Ana. Y cuando eso suceda espera que aceptes ser mi novia.

Volteé mi cara a él, miré sus ojos, esos ojos que cautivan. Solo el hecho de verlos era como si el tiempo y el espacio se detuvieran. Sentí su mano en mi mejilla. El tacto de su caricia me hizo volver en sí.

— Me voy a clases. No quiero pecar más. Estás comprometido.

— ¿No quieres pecar? Eso significa que te gusto— Adrián sonrió mordiéndose sus sensuales labios— me gusta tu inocencia.

Me levanté y Adrián se levantó.

— No entremos a clases y demos un paseo. La playa está cerca, bueno, no tan cerca, pero podemos ir.

— ¿La playa?

Adrián me cogió de la mano y me llevó a su auto.

— Está decidido. Vamos a dar un paseo. — Entré sin rehusarme, solo sonreí— Tienes una bonita sonrisa.

— Voy contigo a conocer la playa, pero no me digas cosas extrañas.

— Lo que diga mi destinada.

Adrián dio marcha a su auto. Llegamos como a las 10 de la mañana, el sol estaba que quemaba. Aunque la verdad eso no me importaba, era la primera vez que podía ver el mar. El color del cielo y del mar parecía que se juntaban al final. Me quité mis zapatos y caminé a la orilla de la playa.

—¿Es hermoso, verdad?

— Si— suspiré— es hermoso.

— Tan hermoso como tú, Luna. — Lo miré y sin pensarlo le contesté.

— No tanto como tú. El color de tus ojos es como— callé.

Él se acercó a mis labios sin quitar su mirada de mis ojos.

— Pido permiso para besarte — Mordí mis labios, Adrián se acercó un poco más y me besó.

Mi primer beso, era lo único que mi cerebro procesaba. Sentí sus manos en mi cintura, mi corazón estaba a punto de estallar, la temperatura corporal de mi cuerpo cambió.

— Tu olor me produce— Adrián en ese momento guardó silencio.

— Perdón, me dejé llevar por todo. Espero me perdones.

— Luna, cálmate. Este sentimiento es mutuo. Podemos ir a comer algo, algunos restaurantes están abiertos.

— Mmm no ando dinero suficiente.

— No te preocupes por eso.

Nos sentamos a tomar unos refrescos. Juro que en mi corazón sentía que hacia lo correcto a pesar de que Adrián es un hombre comprometido.

Estuvimos platicando horas y horas de todo.

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Comments

Olga L. Rozo

Olga L. Rozo

yo creo que ella es loba, solo que no lo sabe, eso de estar descalza y sentirse feliz....

2024-12-29

3

Ana Leticia Morales

Ana Leticia Morales

creo que era ada ella

2025-02-11

1

Karime

Karime

Primero lo primero escapar

2025-01-06

0

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