Cap.10

Cap. 10

Lira

—¿Dónde carajos estabas? — el sonido gutural de la voz de Lucas me exaltó, dejándome estática un par de segundos

—Ordené que no podían salir ¿por qué simplemente no obedeciste? — el hombre está enojado, su tono gutural me eriza la piel

—Eso no es asunto tuyo… y ya estoy aquí— avanzó de dos zancadas hacia mí y me tomó de la muñeca y me acercó a su cuerpo, la imagen de él sentado en su cama con Rita entre sus piernas me golpeó, provocando que estomago se hundiera haciéndome sentir como en una montaña rusa.

—Es mi casa. Soy el jefe. Y aquí se hace lo que yo digo. No estamos en un lugar seguro ¿Qué pasaría con tus hijos si a ti te pasa algo? — susurró más enojado.

—No te preocupes, no me pasó nada, y mañana nos iremos a primera hora— me solté bruscamente de su agarre, pude sentir su mirada iracunda hasta que desaparecí por el pasillo que me lleva al dormitorio de invitados.

Los acontecimientos de los últimos días se arremolinan en mi cabeza causando un dolor que se acrecienta con el pasar de los minutos, muchas preguntas que no tienen respuesta en este momento y en algún momento tendré que encontrarlas.

—Nada de esto tiene sentido—

El resto de la noche pasó lento, entre pensar en lo que vi en mi paseo nocturno y querer salir lo antes posible de aquí, las ansias se dispararon dentro de mi provocando que no durmiera.

Al amanecer, camino silenciosamente al dormitorio donde están mis pequeños, he tenido la costumbre desde que nacieron de mirarlos mientras duermen, hoy esta rutina es distinta, los observo con pesar mezclado con miedo… miedo de que algo malo les pueda suceder, miedo al futuro incierto que nos espera al salir de este lugar.

—Deja de mirarlos como si fueran a desaparecer— Julieta acaricia mi espalda y se para justo a mi lado.

—no puedo dejar de hacerlo, es mi rutina, y hoy más que nunca necesito estos minutos…

—Los cambios que están por venir no les harán daño, son niños fuertes, son amados, ellos lo saben —

Confirmo con un asentimiento de cabeza y me acerco a mis cachorros que se encuentran dormidos juntos en la misma cama, abrazados como si fueran una tabla de salvación.

—Alelí… Camilo… amores, es hora de despertar, debemos regresar a casa —

Mi pequeña es la primera en abrir sus ojos.

—Mamá… por favor no le digas a este mocoso que me descubriste abrazándolo mientras dormíamos, no quiero que se convierta en una lapa— habla soñolienta mientras suelta a Camilo y se estira para luego salir de un salto de la cama.

—jajaja… lo prometo, aun que déjame decirte que esa fachada de chica ruda me gusta, me encanta mucho más que seas tan protectora con tu hermanito —

—Es nuestro secreto — susurra y hace un gesto de boca cerrada y lanza una llave imaginaria tras de ella.

Juli se acerca a Alelí para ayudarla con sus cosas mientras yo me encargo de Camilo que es como un oso invernando cada vez que hay tormentas.

Al cabo de media hora estamos listos, con nuestras pertenencias junto a la puerta de entrada de la gran casa.

—Buenos días, veo que ya están listos para partir… ¿comieron algo antes de irse? — la potente voz de Lucas nos intercepta.

Los ojos de mi pequeño glotón van de Lucas hasta a mí y de vuelta a él, soltando un gran suspiro para dirigirse otra vez a mí.

—Mami… ¿podemos comer algo antes de irnos? — con ojitos de cachorro triste se dirige a mí y me da unos ligeros apretones en la mano.

—Estoy seguro de que María tiene algunos pasteles listos para ustedes —

—Eso suena bien, Lira, es bueno que comamos algo antes de irnos — agrega Juli dándome pequeños empujoncitos para hacerme caminar, y como la noche anterior, no alcanzo a llegar al lugar cuando lucas toma mi brazo y me aparta del grupo

—Vayan ustedes niños, necesito hablar unos minutos con su madre— asiento hacia los niños y Juli y me dejan con Lucas en el pasillo.

—¿Cómo puedo hacerte cambiar de opinión en cuanto a que se queden en la manada? — insiste.

—No hay nada que puedas hacer o decir, que haga que traiga a mis hijos a vivir aquí, no creo que sea más seguro que mi hogar en este momento, y por el bien estar emocional de ellos no me moveré

Elan: Dile lo que viste anoche

—Tu Luna no nos quiere aquí, no le simpatizamos, y ella a mí tampoco, no confío en ella… tu tampoco deberías…

—¿Por qué no debería confiar en mi esposa? — vi como su barbilla se tensaba y el fuego en sus ojos me hizo retroceder un paso.

—Sé que no soy nadie, no valgo nada para nadie más que mis hijos…— suspiro… —Anoche cuando volvía de mi paseo vi… a tu mujer con un hombre en… Mira quizás no es nada y yo estoy mal interpretando lo que vi …

—¿Puedes hablar claro? — gruñó, casi perdiendo la paciencia conmigo

—Tu Luna estaba anoche en esa caseta sin ventanas, entré ahí… donde Manuel fue asesinado… ella estaba ahí con alguien, hablaron sobre mi Manu, intercambiaron un sobre amarillo —

—Eso es imposible Lira… Rita anoche estuvo conmigo, eso deberías saberlo puesto que nos viste mientras te escabullías hacia el bosque.

Elan: UF… Lobo idiota

Lira: Sí que lo es… ¿cierto?

—¿Sabes qué Lucas?, ya no importa, nada de eso importa, mi Manu ya está enterrado y no confío en que encuentres a quien lo asesinó. No estoy mintiendo y tampoco lo imaginé...

Este hombre me mira como si estuviera loca.

—¿Interrumpo? — resonó la voz de Luna Rita detrás de Lucas, con el porte del espécimen frente a mí, no la vi venir.

—No deberías hablarle así... —eres una mujer insolente — habló con sorna —¿no sabes acaso a quién te estás dirigiendo? —

Verla de frente evocó todo lo que sucedió anoche, enroscándose como una serpiente en mi garganta —Necesito salir de aquí— susurré.

Sin querer mostrar mi inquietud, apreté lo que más pude mis puños y giré en dirección de la perra.

—Luna, que bueno verla, justo estaba preguntando por usted para despedirme— dije en tono neutro —Es hora de volver a nuestra casa, para poder descansar, han sido unos días difíciles — hice caso omiso a su pregunta, sé a quién me dirijo, lo tengo muy claro, sin embargo, eso no quiere decir que agache la cabeza ante la persona que tenía en sus manos la seguridad de mi compañero.

—con permiso, iré a buscar a los niños y nos iremos—

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Mil perdones por desaparecer mas de un año, fue un termino de embarazo complicado, emocionalmente, pasando por situaciones que ninguna embarazada merece pasar

Estoy vuelta loca con mi niña, es una dulzura pero también es un torbellino que no para de moverse

voy a estar actualizando día por medio o cada 2 días dependiendo de mi tiempo libre.

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