Por mi culpa

— ¡SUFICIENTE! — grito el rey demonio con una voz casi bestial hecho una furia

El rey demonio entró a la alcoba seguida por Juliana quien usaba un vestido celeste casual. Aunque su rostro de cráneo no mostrará expresión, cualquiera podría sentir que el rey de los demonios no estaba de buen humor

La chica se quedó helada, apenas era capaz de voltear su cabeza solo para ver al gran demonio mirándola con sus profundos ojos rojos capaces de ver a través de ella.

— ¡lamento haber entrado en su recámara! — se disculpó inmediatamente la chica haciendo una reverencia tratando de hacer un esfuerzo y no desmayarse del miedo

Juliana notó como esa chica comenzaba a palidecer del terror y también como el rey demonio parecía que en cualquier momento se lanzaría sobre esa chica y le arrancaría la cabeza, así que decidió intervenir.

— gran rey demonio, esta joven se ve muy arrepentida por lo que hizo, que tal si ordena que la lleven de regreso al calabozo — sugirió Juliana

La chica se alivió un poco, si la mandarían de regreso no tendría mucho de que preocuparse. Pero no podría estar más equivocada.

— no — le respondió el rey demonio a Juliana aún con su mirada fija en la asustada chica, listo para sugerir algo. — a esta humana le encanta decir estupideces, así que mejor me encargo de silenciarla cortándole esa ruidosa lengua que tiene.

Al escuchar su amenaza, la chica se arrodillo inmediatamente mientras lloraba por el perdón de algo de lo que no se arrepentía del todo.

— ¡Lo siento mucho! ¡POR FAVOR PERDÓNEME! — suplico la chica entre llantos

Azalea, quien todo el tiempo estuvo viendo la situación en silencio mientras pensaba en lo que esa chica le había dicho, sintió que no era su culpa estar enojada por ella y que sus acciones estaban completamente justificadas. A pesar de haberle tirado la avena encima, cortarle la lengua era demasiado.

— rey demonio, espere un momento — lo detuvo Azalea

Y justo a tiempo, porque el rey demonio ya estaba agarrando del cuello a aquella chica y su garra a unos centímetros de su lengua.

— ¿como?— el rey demonio parecía confundido

No entendía el porque Azalea no quería castigar a esa patética chica por insultarla.

— ella no ha hecho algo tan malo para merecer esto. —

— ¿qué no hizo nada malo?— repitio el rey demonio incrédulo pero sin soltar del cuello a la chica. — ¿no te importa ser insultada por esta criatura inferior?

— no es que no me moleste, es solo que en la mayoría de sus palabras hay verdad— respondió Azalea bajando la mirada

El rey demonio la miro sin comprender pero Juliana la miro con lastima pues la comprendía en parte.

Azalea levantó su mirada para ver fijamente al rey demonio a los ojos de forma suplicante. Algo que el rey demonio no quería ver en ella.

— bien...— suspiro el rey demonio soltando de frente el cuello de la chica dejandola caer al suelo.

La chica rápidamente se agarro el cuello que aún le dolía por el fuerte agarre del rey demonio, respirando agitadamente alzó su mirada para ver el rey demonio y solo lo vio haciendo contacto visual con sus lagrimosos ojos.

— ¡largate!— ordenó el rey demonio con una voz profunda y severa

La chica no lo pensó dos veces y salió corriendo de la habitación.

— tu también deberías irte. — le dijo el rey demonio a Juliana.

Dudo al principio, pero Azalea le asintió para darle a entender que ella estará bien. Así, Juliana abandono la alcoba dejando únicamente a Azalea y él rey demonio, y también Mury que se hallaba en los brazos de Azalea en esos momentos.

El silencio duró unos segundos pero para ellos se sintieron como minutos hasta que el rey demonio decidió romperlo.

— eres muy amable...—

— algunos dicen que es mi debilidad —

— lo es si lo eres con las personas equivocadas, como por ejemplo las que te hacen daño. —

— ya te dije que ella no hizo nada malo. —

El rey demonio le señaló la mancha de avena en su vestido.

— a parte de eso, solo me ha dicho verdades que debia saber, como por ejemplo, el estado actual de las prisioneras — dijo Azalea con dureza mirando con seriedad al rey demonio

El rey demonio suspiro.

— es todo lo que podía hacer por ellas —

— me habías asegurado que a todas ellas no les faltaría lo necesario —

— ¿por qué te preocupas tanto por ellas si nisiquiera las conoces? —

— ¡por qué estan aquí por mi culpa! — grito Azalea mientras de sus ojos brotaban lágrimas dejándo atónito al rey demonio. — ¡cada una de ellas perdió a su familia por venir hasta aquí en contra de su voluntad! todo esto para encontrarme y yo ya estoy aquí así que no necesitas a ninguna de ellas, entonces dejalas ir

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