Escape

Después de dar instrucciones a todos los demonios del castillo, el rey demonio fue de regreso a su habitación para disfrutar de la compañía de su "prisionera".

Sin embargo, frente a su puerta...

— por favor señorita, si no come estaré en problemas. — suplico una humana de cabello corto violeta desaliñado.

Aquella joven era una de las humanas esclavas que el rey demonio trajo hace tiempo a juzgar de su cuerpo delgado y sucio al igual que su vestido rasgado. A su lado estaba cargando una bandeja con pan y leche.

— ¿qué está sucediendo? — pregunto el rey demonio detrás de la sirvienta

La chica se estremeció al escuchar esa voz, temblorosa volteo a ver al demonio más temido detrás de ella clavándole esa mirada asesina.

— te pregunté ¿qué está sucediendo? —

— la señorita se rehúsa a comer y a trabado la puerta. — respondió la sirvienta

— largate de aquí — dijo el rey demonio pasando a su lado

la sirvienta sin dudarlo obedeció.

El rey demonio tocó tres veces la puerta pero nadie contestaba. él suspiró y de un golpe destruyó por completo la puerta.

Una vez destruida la puerta, el rey demonio se dio cuenta de que en la habitación no se hallaba Azalea, se fijó que la puerta había sido trabada con otros muebles y que la ventana se encontraba abierta.

Rápidamente, se acercó notando que habían usado las sábanas y cortinas para hacer una cuerda, muy posible que Azalea la usará para escapar, aunque con todas las sábanas y telas en la habitación jamás llegaría ilesa al suelo.

— je, je, je, ¿así que quieres jugar? — dijo el rey demonio. — agradece de que esté de buen humor

Azalea llevaba un buen rato corriendo a pesar de haber tenido un accidente que le torció el tobillo.

Apenas el rey demonio había abandonado su recámara, vio la oportunidad para escapar: usando cada tela que encontró para crear una cuerda que fuera lo suficientemente larga para tener un aterrizaje seguro, sin embargo, la única ventana daba a un precipicio donde al final daban árboles.

Ella comenzó a dudar de su plan de escape... ¡No! Debía huir, si se quedaba solo sería el juguete del rey demonio y sería asesinada cuando él se aburriera de ella, además tenía que conseguir ayuda para sacar a todas esas jóvenes que fueron traídas hasta aquí. Por eso tenía que escapar de una forma u otra.

Ato un extremo de la cuerda improvisada a un mueble que fuera capaz de resistir su peso, entonces se le vino otro pensamiento a la mente.

< es posible que el rey demonio llegue en cualquier momento, por eso necesito algo que me de más tiempo...>

Se quedó mirando la puerta hasta que se le ocurrió bloquearla con muebles. Después de mucho esfuerzo coloco algunos muebles que ella apenas podía mover para obstruir la puerta, luego se aseguró de que la cuerda estuviera bien atada y fue a la ventana donde vio que la cuerda no llegaba al suelo, pero si estaba a la altura de un árbol que sobresalía de su tamaño del resto.

< podría impulsarme y llegar a ese árbol, luego me bajaría y podría escapar. > pensó Azalea.

Pero en ese momento.

toc toc.

— disculpe, me ordenaron traerle el desayuno. — dijo una voz femenina.

— no quiero nada.— respondió Azalea inmediatamente mientras se preparaba para descender

Así Azalea comenzó a bajar con cuidado mientras que la chica seguía insistiendo en que le abriera la puerta y comiera su desayuno.

Azalea se sujetaba con fuerza de la cuerda de telas procurando no caerse, cuando llego al final, agarro impulso de la pared para llegar al árbol. Una vez que se impulsó lo suficientemente fuerte como para llegar a la copa del árbol, se soltó y se aferró con fuerza de la primera rama.

Ya en la rama del árbol, forzó a sus brazos cansados para que no se soltaran y con mucho esfuerzo comenzó a acercarse al tronco con éxito donde se detuvo a descansar un rato hasta que decidió seguir, ya que no tenía idea de a qué hora el rey demonio regresaría. Comenzó a bajar con cuidado apoyándose de las ramas hasta que una rama en la que se apoyaba se rompió provocando que Azalea cayera, por suerte ya estaba cerca del suelo así que no tendría demasiadas lesiones, pero si hubo consecuencias: se torció su tobillo.

Aun así, decidió seguir avanzando. Las Santas eran capaces de curar a otros pero era imposible que ellas mismas se curaran las heridas, en esos casos otra Santa tenían que curarlas y así mutuamente, por tal motivo Azalea no podía ayudarse a sí misma con su poder.

Aguantando el dolor, Azalea comenzó a avanzar con dificultad.

Ya había avanzado una gran cantidad, aunque aún se podía ver el castillo desde su distancia se hallaba lejos de ahí. Azalea siguió avanzando, cada paso que daba sentía que el dolor de su tobillo iba en aumento.

Cuando se detuvo a descansar miró el camino que le tocaba recorrer... tenía que seguir bajando más la maldita montaña. Por suerte no se había topado con un demonio.

Los arbustos detrás de ella comenzaron a agitarse. Azalea se alejó sin quitarle los ojos de encima, si era un demonio entonces podía debilitaron con su poder sagrado.

Sin embargo, lo que salió no fue un demonio sino...

— ¡Mury! —

El bebé grifo fue directo a donde estaba su dueña y está lo cargo para luego abrazarlo.

— Mury, te eche mucho de menos mi bebe.— dijo Azalea frotando su cabeza contra la del grifo.

Después de unos segundos separo su cabeza y miró fijamente a Mury.

— ¿como llegaste hasta aquí? — pregunto Azalea curiosa, pero no le dio mucha importancia.— no importa, lo mejor será irnos antes de...

— ¿antes de que? — pregunto una nueva voz

Frente a ellos apareció el rey demonio con sus brazos cruzados mirando fijamente a Azalea.

***Este trabajo esta bajo contratado con NovelToon y la piratería, como la reimpresión sin permiso, están estrictamente prohibidas.***

***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***