Trago en seco y palmo mi cuerpo tratando de encontrar algo con que defenderme, pero es en vano, no traje nada con que defenderme; otro descuido más. Es error tras error Nefertari tienes que cambiar eso, miro al enorme animal una vez más y sé que me dejara con algunas cicatrices.
Como diría mi tío Rudolf “Al mal tiempo darle prisa”, así que me acerco al enorme rottweiler y cuando creo que saltara escucho la voz de la última persona a la cual quiero ver.
—Lilit no puedes morder a la señora. —Me giro en dirección a la voz y veo a Belucci con una sonrisa engreída, se acerca a mí.
La rottweiler Lilit se acerca hacia él y Belucci acaricia su cabeza haciendo que la perrita se tranquilice y ahora sea amigable.
Mientras la palabra señora resuena en mi cabeza.
—Cualquiera pensaría que después de matar a dos hombres con un tiro, lo primero que harías sería ir por Lilit y matarla. —Me quedo sin hacer ningún gesto o movimiento que confirme su teoría. —Eres rara Nefertari, aunque creo que por ello eres perfecta para ser la señora de la casa.
Otra vez esa palabra “Señora”, se siente tan rara y definitivamente no soy la señora de nada y tampoco quiero serlo, solo es un papel temporal.
—¿Por qué Marcello se casó conmigo si mate a dos de sus hombres? ¿No tuvo miedo de que lo matara mientras duerme? —Otra cosa de la que me había olvidado es esa, no entiendo por qué Marcello me trata como a una mujer indefensa si mate a dos de sus hombres y herí a Belucci.
Él está jugando su juego y yo no debo olvidarlo.
Belucci se ríe.
—Créeme que no podrías matarlo mientras duerme y con respecto a tu pregunta es porque él no lo sabe. —Lo miro extrañada.
—¿Por qué no lo sabría? —Eso no tiene sentido, él es el jefe y si escape fue porque mate a sus hombres , herí a belucci y hui.
Señala mi labio.
—Porque jamás en mi vida había lastimado a una mujer y no es algo de lo que me sienta orgulloso. —Sonrió ante sus palabras, esto es una ventaja, nunca es bueno que un subordinado oculte información.
Y si lo hace es porque las consecuencias serian malas para la persona, lo que me lleva a que si Marcello se mostró tan protector conmigo en el incidente del campo lo más probable es que pasaría lo mismo si se entera de que Belucci me lastimo.
—Entonces soy la indefensa esposa del heredero de los vinos Greco y tú nunca has golpeado a ninguna mujer. —La sonrisa se le borra, querido Belucci te tengo en mis manos.
—Ambos tenemos mucho que perder si es que se descubre la verdad. —Yo sonrío.
—Te equivocas querido Belucci, yo no tengo nada que perder. Yo no mentí a mi jefe, pero por mí está bien que nadie lo sepa. —Doy unos pasos cerca a Belucci. —Aunque te olvidas de los testigos, nunca es bueno tener más de dos testigos.
—Ellos no hablarán. —Me agacho a acariciar la cabeza de Lilit y ella mueve la cola.
—¿Cómo estás tan seguro? —Me inclino y Lilit me lame la mano, al parecer no le caigo tan mal como a su dueño.
—Cristiano ni Antonio me traicionarían. —Me memorizo sus nombres aunque no sé quien es quien.
—¿Antonio es el que me secuestro? —No olvido al despistado secuestrador del tatuaje de rosa en el rostro que salvo a Luisa del destino que le esperaba.
—No, él es Cristiano. —Sonrío y agradezco a Cristiano. Ahora ya tengo nombres y rostros por si las cosas no salen bien. —Y Antonio es el que te salvo de que te dé un tiro.
Ahora soy yo la que ríe, fue por soberbia que los deje vivir a los tres. Quería que Belucci quedara humillado y que hubiera testigos de ello.
Rasco las orejas de Lilit y me levanto.
—Es tu decisión si le dices la verdad a Marcello, si tú que eres de su confianza le mentiste no me quiero imaginar que podrían decir o hacer Cristiano y Antonio para salvarse. —El rostro de Belucci se queda serio.
—No me traicionarán. —Le doy una mirada más y camino en dirección a donde Marcello se retiró hace unos minutos.
Sé que he sembrado la duda en Belicci aunque por ahora me conviene que Marcello no sepa que no soy la chica indefensa que piensa, comino por el pasillo hasta que llego a una enorme piscina. Miro en todas las direcciones y no veo a Marcello por ningún lugar.
Debo tener cuidado nadie es de confianza, si Belucci esta más preocupado por Antonio y Cristiano que por Marcello significa que uno no puede confiar en nadie, mamá se reiría de la situación. El mundo de los negocios es como estar en casa, cruel y despiadado.
Un sonido me distrae y de una puerta sale la mucha a la cual fui a defender hacer unos minutos, solo que ahora está peinada y con una ropa de servicio que la hacer ver completamente diferente.
Sus ojos caramelos me miran vacilantes mientras una sonrisa se extiende por su rostro.
—Señora mi nombre es Melania Barbieri Milano y quiero agradecerlo por lo de hoy. —De todo lo que dijo la muchacha lo único que resuena en mi cabeza es la palabra “Señora” que hace que se me escarapela el cuerpo.
Suficiente tengo con estas extrañas sensaciones cuando Marcello está cerca , peor aún después del beso y sumándole sus palabras de hace unos minutos … por ahora tengo suficiente de Marcello Greco.
Muevo mis hombros intentando que esa sensación abandone mi cuerpo y me centro en ella, en casa el uniforme es negro, el personal de servicio solo usa ropa distintiva cuando hay eventos y después tienen la libertad de ir como desean, pero por lo visto aquí es diferente.
—Mucho gusto Melania, me alegra que estés bien. —Melania se acerca a mi sonriente.
—Señora—Mierda, esa palabra otra vez. —También quiero agradecerle por hacer que trabaje para usted, en verdad muchas gracias. Si no fuera por usted no tendría como ayudar a mi mamá.
—Está bien Melania me alegra que fuera de ayuda, espero que tu mamá se mejore. —Melania me toma las manos haciendo que pegue un respingo por su efusividad.
—Disculpe señora me pase. —Se muestra apenada y yo culpable.
—No Tienes de que disculparte Melania, solo que no estoy acostumbrada a estas muestras de cariño. —No de personas extrañas, la única que viene y me llena de besos es mamá y papá, porque mis hermanos son unos descarriados. El recuerdo de mi familia hace que sonría y vea con cariño a Melania.
—Lo tendré en cuenta señora. —No puedo dejar que me siga llamando así, es tan incómodo.
—¿Melania te puedo pedir un favor? —Se para firme y se muestra su rostro serio.
—El que usted quiera señora. —Ella es una buena chica.
—No me digas señora. —Su rostro muestra confusión.
—Pero…—Pongo una mano en su hombro.
—Solo dime…—Ahora soy yo la que se queda callada, se supone que finjo ser Luisa.
—Nefertari. —Escucho la voz de Marcello diciendo mi nombre y me giro a verlo, ahora está sin el traje y viste completamente de blanco al igual que yo. Da unos pasos cerca. —Melania, mientras estés en casa con la señora llámala Nefertari. Si hubiera un tercero llámala Luisa.
—Si señor como usted ordene. —Melania pareciera nerviosa por la presencia de Marcello y no la culpo, yo misma me siento inquieta y nerviosa por la presencia de Marcello.
—Puedes retirarte Melania. —Melania sale casi corriendo y yo escondo una sonrisa, quisiera hacer lo mismo, salir corriendo y evitar estar a solas con Marcello.
—Este será tu nuevo hogar Nefertari. —Miro en dirección a Marcello aunque evito mirarlo a los ojos, mis ojos bagan por su camisa blanca perfectamente planchada, abotonada y por sus pantalones pegados a sus caderas y…—Mírame Nefertari.
Su voz me sobresalta y me obligo a mirarlo.
—Eres mi esposa. —Se acerca a mí y toma todo de mí no dar un paso atrás y mantenerme firme en mi lugar.
—Tu falsa esposa. —Su mirada baga por mis labios y mis ojos, haciendo que el ambiente se sienta cada vez más pesado.
Siento que no puedo respirar.
Marcello toma mi mano y mi cuerpo se estremece al sentir la extraña corriente cada vez que su piel rosa la mía, guia mi mano y la coloca sobre su corazón sin dejar de mirarme.
—Los latidos dicen lo que callan las palabras Nefertari. —Se acerca más a mí y yo retrocedo dejando caer su mano y corriendo en dirección a donde se fue Melania.
Cuando estoy lo suficientemente lejos de Marcello me apoyo en la pared y llevo mi mano a mi corazón que late con fuerza. Miro al cielo y me doy una reprimenda mental.
¿Qué estás haciendo Nefertari? No puedes ser tan cobarde y huir de esa manera, eres la princesa de la mafia Alemana una Schulz. ¿Qué te sucede?
...…...
Personajes:
Recuerden que las imágenes son referenciales, cada uno crea al personaje en su imaginación.
CRISTIANO FUSCO FRANCESCO
ANTONIO SALERNO CIRILLO
MELANIA BARBIERI MILANO
...…...
NOTA :📌📝
Estoy agradecida con tod@s por leer mi novela, espero que cada capítulo que publique les guste.
🚨🚨RECUERDEN LAS ADVERTENCIAS🚨🚨
Ahora subiré capítulos dos veces por semana, no les pongo el día porque a veces estoy ocupada, espero que los capítulos que suba sean de su agrado.
✨Los invito a leer mis novelas NEFELIBATA y SUEÑA ✨
Gracias por leer mi novela, si te gusto dale al corazoncito, regálame un me gusta y un comentario.
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Updated 84 Episodes
Comments
Maria Gonzalez Gonzalez
muy buena e interesante historia.
2023-06-28
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