VEINTINUEVE DÍAS

La mañana llega con razpidez, cuando abro los ojos Marcello esta junto a mí , aún duerme y me tiene abrazada, me gusta despertar asi. Abre los ojos perezozamente y en cuanto me mira sonríe .

—Buenos días mi hermosa futura esposa Nefertari. —Ahora yo sonrío .

—Buenos días futuro esposo. —Se acerca y deja un casto beso en mis labios, aunque ayer descubrí la solución para poder regresar a casa con Marcello y que lo acepten, quiero hacerlo todo con calma.

No quiero que algo falle y signifique no poder estar juntos, lo quiero demasiado.

—Me ire a alistar para nuestra cita. —Sin más se levanta y sale de la habitación dejandome mi espacio, creo que Marcello sabe que yo aún no quiero estar intimamente con él , desde que casi tuvimos sexo me ha dado mi espacio y no a intentado nada más.

Salgo de la cama y me doy un baño rápido , me pongo un vestido largo ligero de un rosa suave y me peino el cabello en ondas dejando un sutil maquillaje, lo acompaño con un par de las zapatillas blancas que compre, porque definitivamente no usaré tacones, pero lo bueno es que tampoco compré nada de tacones.

Antes de salir de la habitación pongo mi celular en una cartera, es lo único valiosa para mi.

Salgo de la habitación en dirección al comedor y veo a nana cargando una gran fuente, me aproximo a ayudarla y llevo la fuente a la mesa.

—Gracias mi niña. —Me sonrie con amabilidad. —Te robe a la mucha Melania y ni asi me ayuda, ahora debe estar en la otra cocina haciendo el desayuno para los trabajadores. Son muchos y el trabajo se acumula en esta epoca.

—No hay problema nana, yo puedo atenderme de ser necesario que Melania la siga ayudando. Si es mucho trabajo tal vez puedo hablar con Marcello para que contrate más personas. —No me he involucrado con la casa y como funciona, pero creo que Marcello tendrá la mejor solución para que nana no tenga mucho trabajo.

—Con tu permiso entonces la ocupare por una semana más y por el personal no te preocupes, nos las arreglamos aquí.—Le sonrio hasta que siento la presencia de Marcello, ¿Cómo lo sé? Porque siento ese hormigueo en mi nuca y mi piel erizarce, Marcello esta cerca. Y antes de que lo vea escucho su voz.

—Buenos diás bellas damas. —Me giro a verlo y Marcello viste un traje negro con su camisa blanca y sin corbata como ya es costumbre. Al verlo inmediatamente se me seca la garganta, el olor a Marcello invade toda la cocina y todo mi sistema, el me gusta y me gusta mucho, su sola presencia hace estragos en mi, mientras mi cuerpo reacciona por si solo.

Se acerca a mi cerrando el espacio entre ambos y me da un suave beso en los labios.

—Te ves hermosa. —Le sonrio.

—Y tu muy guapo.

—Ambos se ven bien, ya vayan a desayunar. —Nana nos interrumpe y yo siento como el rubor se expande por mis mejillas.

—No quise incomodarla nana. —Nana levanta la mano restandole importancia.

—Esta bien, son dos enamorados asi debe de ser. Los dejo solos ire por Melania para que me ayude a llevar esto a la otra cocina. —Nana se retira y nos deja solos en la cocina.

—Le agradas a nana. —Marcello toma mi mano.

—Es bueno que le agrade. —Entrelaza nuestros dedos.

—Muy bueno, no es común pero dado que eres tú supongo que esta bien que pasen cosas poco comunes.

—¿Eso que quiere decir? —Le pregunto con mucha curiosidad.

—Que eres especial Nefertari, que tu haces que todo tenga un brillo diferente. —Se acerca una vez más a mi y me besa, pero esta vez es más exigente. Cuando termina de besarme siento mis labios hinchados y respiro con dificultad. —No se que me hiciste Nefertari pero te quiero siempre junto a mi.

Suelto mi mano de su agarre y alzo mis brazos para atraer sus labios a los míos. Vuelve a besarme y a recorrer mi cuerpo, siento que la temperatura subio unos grados y me que quemo lentamente desde mi interior.

Pero Marcello se aparta y suelta un suspiro.

—Quiero hacer las cosas bien contigo Nefertari. —Y sin decir más se que no me tocara, no hasta que solucionemos esta situación. No se si tenga idea de que soy virgen o simplemente me va a respetar hasta que nos casemos. Y aunque me grada que me respete la parte de mi que lo desea esta enojada porque quiero a Marcello, quiero que me haga suya por completo.

—Siento que te quiero y te odio. —Marcello sonrie.

—Tengo el mismo sentimiento de odio hacia mi, pero me prometi hacerlo bien Nefertari y lo hare, tu te lo mereces. —Lo quiero y lo odio, pero cada día me convenso de que es el correcto.

Deja un beso en mi frente y me guia hacia la salida.

Subimos a un enorme auto negro que subo con sierta agilidad ya que en casa tenemos unos iguales, lo que me llama la atención es que estos tambien son blindados. Supongo que siempre debe estar prevenido por si intentan atacarlo, secuestrarlo y demás.

Mientras Marcello maneja me pregunto si de alguna manera su infacia se parecio a la mía, siempre alertas, por si nos quisieran secuestrar, sin confiar en nadie que no fuera solo la familia.

Aunque algo en mi interior me dice que de cierta manera si fueron iguales.

—¿Por qué tan pensativa ? —Lo miro atentamente.

—¿Cómo fue tu infancia? —Se pone un poco pensativo y la arruga en su frente se marca.

—Nada comun. —Suspira. —Mi familia tiene dinero, siempre hubieron guarda espaldas, gente cuidando cada uno de nuestros movimientos, no escuelas , no salidas con amigos, una vida que no le deseo a nadie.

Me da una mirada tierna.

Claro que entiendo, mi vida tambien fue asi.

—Te entiendo. —Es lo único que digo, siento que no puedo decir aun mucha informacion de mi familia, ellos estan en peligro y es mejor mantener un bajo perfil.

Le dire la verdad, solo necesito tiempo y no poner en riesgo a nadie.

Marcello me lleva a un lugar campestre muy lujoso, pero en completa armonia con la naturaleza. Me gusta este lugar, en casa la mayor parte del tiempo la paso de salon en salon de reunión en reunión y cuando estoy ejerciendo de juzgado en juzgado.No puedo evitar suspirar al recordar cuando ejercia mi carrera, extraño esos días , pero lo deje de lado por ayudar a Frederick con lagunos negocios.

Negocios que implicaban matar y hacer honor a mi tutor, el tío Rudolf. Claro eso nadie lo sabe, solo mamá lo sospecha y no pienso aclararle nada.

—¿Por qué tan pensativa otra vez? —La voz de Marcello me trae de regreso.

Lo miro frente a mi, tan guapo e imponente que me cuesta imaginar que este hombre me quiere y que aprendera a amar solo para amarme a mi, pero la verdad es que aprenderemos ambos.

—Nunca habia estado en un lugar asi de bonito, con tanta naturaleza y tranquilidad. —Sobre todo ttranquilidad, sin pensar en un tiro en mi cabeza o una emboscada.

Toma mi mano por sobre la mesa.

—De ahora en adelante siempre estaras en lugares dignos de ti. —No puedo evitar sonreír , el lujo no me importa, la tranquilidad y la compañía de Marcello es lo que más me gusta.

—Siempre y cuando estes junto a mi, cualquier lugar es un lugar digno de mi. —Marcello me mira y aprieta un poco mi mano.

—Definitivamente eres la mujer perfecta para mi Nefertari. —Ahora sonrio con más ímpetu. —Hermosa, inteligente, perspicaz , eres el paquete completo. Me hace feliz el hecho de tu sola existencia y verte sonreir me da mil años de vida.

—Marcello —Es lo único que puedo pronunciar ya que correspondo a cada palabra y sentimiento, Marcello se a metido en cada célula de mi cuerpo. —Eres como un virus que ha invadido cada parte de mi cuerpo, uno que no puedo dejar porque si lo hago siento que moriria.

Marcello se pone en pie y se acerca mi, casi leyendo sus pensameinto me aparto un poco de la mesa a tiempo para que tome mi rostro en sus manos y me bese con intensidad. Quiero a Marcello, cada parte de el.

Cuando nuestras lenguas terminan sus caricias , nuestras respiraciones son erraticas. Nos quedamos mirandonos el uno al otro durante mucho tiempo, perdidos en nuetros sentimientos y la intensidad de ellos.

—Me has robado la voluntad Nefertari. —Lo miro mientras pareciera que una batalla interna se desata en su interior.

—Planeo quedarme con tu corazón. —Suelto de golpe, sintiendo la adrenalina correr por mis venas, es la primera vez que menciono su corazón y más para mi.

Por un momento logro ver sorpresa, aunque desaparece con rapidez.

—Estas por buen camino. —Me dedica una sonrisa que me desarma por completo y me impulsa a ser un poco más atrevida en cuanto a lo que estoy sintiendo por el.

Desayunamos la mejor pasta que he probado en mi vida y antes de subir al auto veo una pequeña tienda de helados en cono, eso es comun en el pais de mamá me quedo mirando la tienda extrañando a horrores a mamá, sus consejos y sus abrazos.

—Tierra llamando a Nefertari. —Me giro sonriendo a ver a Marcello.

—No se que embrujo tiene tu sonrisa Nefertari que he hecho de ella un refugio. —Me acerco y dejo un beso en sus labios.

—Sonrio por ti. —Rodea mi cintura con sus brazos.

—¿Quieres un helado? —Siento como una sonrisa se forma en mi rostro con más intensidad, claro que quiero un helado.

No hace falta que le de una respuesta ya que al siguiente segundo nos encontramos yendo a pedir helados.

Yo pido de cholate con menta chips y Marcello pide uno de vainilla. Tomo la mano de Marcello y vamos caminando por los alrededores. Como con tanto entusiasmo mi helado que no me fijo cuando me mancho, hasta que Marcello se acerca a mi y me limpia la mejilla con sus dedos para despues llevarselos a los labios.

Ese simple gesto hace que una parte se encienda dentro de mi, Marcello es demasido atractivo y yo quiero sentirlo, quiero saber que se esconde detrás de cada centímetro de su piel, quiero conocer su alma, quieto saberlo todo de él . Me acerco con la clara intencion de sentir otras partes de su cuerpo, pero me detengo en seco cuando recuerdo que no debo hacerlo, podria significar su muerte y la mía si hago esto antes del matrimonio.

Aunque una vocecita inoportuna me dice que nadie lo sabra si me caso con el, pero aun asi ceso en mi atrevido avance. Y aunque Marcello no hico ningun gesto, nota mi cambio de actitud.

—¿Qué paso? —Me pregunta de lo más relajado mientras yo acababo de tener una batalla interna entre lo que deseo y debo hacer.

Me siento demasiado encimismada en él y todo lo que siento, necesito pensar con la cabeza fría .

En un arrebato saco un poco de helado y lo hunto en su nariz, Marcello se queda en shock por unos segundos y despues ríe, yo también y me sigue por toda la propiedad intentando huntar el helado en mi en medio de risas.

Cuando siento que ya no puedo correr más me detengo a respirar y Marcello me atrapa entre sus brazos y me da un beso en los labios.

—No crei verte aquí. —La voz grave de un hombre hace que Marcello se ponga rígido y me susurra en mis labios.

—No digas nada. —Trago seco por su cambio de actitud ¿Podría se su padre? Eso significaria el final de todo, no veria a Marcello.

No puedo dejarlo, no puedo hacerlo, no dejaré a Marcello.

La sola idea de no poder verlo o sentirlo me aterra.

...…...

NOTA :📌📝

Estoy agradecida con tod@s por leer mi novela, espero que cada capítulo que publique les guste.

🚨🚨RECUERDEN LAS ADVERTENCIAS🚨🚨

Nos vemos en la semana, no les pongo el día porque a veces estoy ocupada, espero que los capitulos que suba sean de su agarado.

✨Los invito a leer mis novelas NEFELIBATA y SUEÑA ✨

Gracias por leer mi novela, si te gusto dale al corazoncito, regálame un me gusta y un comentario.

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