Hasta que se estaciona en un centro comercial, me giro a verlo.
—No tengo nada de ropa de mujer así que será mejor que compres todo lo necesario ahora—Sale del auto y yo hago lo mismo, me intento cubrir lo máximo con el saco de Marcello. Hasta que llega junto a mí y vuelve a tomarme en brazos.
—No dejaré que camines descalza. —Su cercanía y el hecho de que sepa que no tengo ropa interior hace que este aun más nerviosa y sienta que mi cuerpo tiembla. Intento respirar con normalidad, pero pareciera que mi cerebro olvido como hacerlo.
—Esto no es cómodo. —Siento que su pecho se mueve y sin ver su rostro sé que ríe.
No dice nada y me guía hacia una tienda de una reconocida marca, suspiro inconscientemente. Porque sé que espera que sea la esposa de un millonario heredero del imperio del vino, pero no sé cómo haré eso, vestir con tacones y vestidos no es lo mio. Mamá siempre se encargó de hacerlo, ya que yo soy un desastre para esto.
Lo primero que compro con emoción son un par de zapatillas con medias y ropa interior que al verificar que es nueva y tras retirar el protector me la pongo inmediatamente.
Cuando salgo del vestidor Marcello está al teléfono y se aleja un poco mientras habla. Se acerca a mí una señorita.
—El día de hoy yo la atenderé ¿Qué estilo le gustaría probar? —El mío.
—Hola. —La saludo con una sonrisa. —Uno donde no tenga que usar tacones, pero que diga ella tiene dinero y está casada.
La señorita sonríe y le da una mirada a Marcello, es guapo y causa extrañas reacciones en mi cuerpo. Debo mantenerme tranquila y ser racional.
Pasamos los siguientes treinta minutos armando atuendos, porque soy muy mala para ello, me llevo pantalones de vestir y blusas recatadas con sacos o chompas ligeras. También zapatos planos y unos pares de zapatillas blancas.
Cuando tengo todo listo en bolsas busco a Marcello porque definitivamente yo no pagaré tanto por ropa que no es de mi estilo, yo estaría feliz con un par de jeans unas camisetas, un par de cuchillos y un arma.
La señorita me pasa la cuenta y Marcello no aparece, me giro esperando por él pero nada. Lo que me faltaba, que sea un estafador, sonrió y saco mi tarjeta.
La señorita la toma y cuando está por pasarla una enorme mano la detiene, me giro y veo a Marcello que aún tiene el teléfono en el oído. Me pasa mi tarjeta mientras sigue escuchando a quien sea que lo llama y saca una American Express Centurion, con una sonrisa engreída se la pasa a la señorita que pasa la tarjeta mientras lo mira embobada.
Le resto importancia y tomo las cuatro bolsas con mis compras, es demasiada ropa y siento que un desperdicio, ya que cuando este teatro acabe no me llevaré nada de esto.
Marcello se acerca a mí mirando con el ceño fruncido la cuenta.
—Tienes una American Express Centurion, creí que no importaría la cuenta. —Cuelga la llamada y me mira.
—Exactamente, lo que me sorprende es que gastaste lo que yo normalmente ocupo en un desayuno. —Ruedo los ojos y avanzo negando hacia su auto.
Se parece a Frederick , despilfarrador.
—¿Es necesario ostentar tanto? —Me abre la puerta de la maletera y toma las bolsas de mis manos.
—Lo es. —Vamos el resto del camino en silencio, por un momento creo que me llevara a su casa, pero me tranquilizo cuando estaciona frente a un hotel.
El ballet sale y Marcello retira las bolsas de la maletera.
Me quedo en silencio y lo sigo dentro al hotel cinco estrellas al que me trajo, cuando vamos a recepción la señorita me mira un poco sorprendida y luego a Marcello.
—Quiero la suite principal por esta noche. —La señorita se aguanta las ganas de llorar, pero su labio tiembla mientras torpemente digita la reservación. Es obvio que tuvo algo con Marcello, odio ver a una mujer rebajarse por un hombre.
—¿Dónde dormirás tú? —Marcello y la chica me miran como si tuviera dos cabezas, es obvio que no dejaré que Marcello duerma conmigo.
—Planeaba dormir en la suite. —Levanta una ceja insinuando algo que jamás pasara.
—No está bien dormir con la novia antes del matrimonio, así que busca otra habitación o yo me voy a dormir a otro lado. —El rostro de Marcello se vuelve serio y toma la tarjeta de las manos de la chica con un poco más de fuerza de la necesaria.
—Quédate a dormir aquí, enviaré a Belucci para que te cuide. —Carajo porque Belucci, lo está haciendo para molestarme.
—Gracias por tu preocupación, estaré encantada de que el querido Belucci me cuide. —Marcello me regala una sonrisa y se marcha de recepción.
La señorita me mira un poco sorprendida.
—¿Por qué estabas a punto de llorar? —Intenta disimilar parpadeando.
—No se a que se refiere señorita, puede tomar el ascensor 1 y con la tarjeta la llevara directo a su suite. —Si claro y yo nací ayer, se nota que Marcello tiene mucha cola que le pisen.
Y una vocecita dentro de mi cabeza me dice que tengo celos de que él se acostara con otra.
—¿Tuviste una relación romántica o solo se acostaron? —Los ojos de la señorita se salen de sus órbitas y luce muy sorprendida.
Como punto a favor de ella, ni yo sé que me paso para preguntar eso.
—No jamás, yo nunca…—Se pone pálida y sé que dice la verdad, aunque aún no entiendo su reacción. Y el evidente alivio que siento me molesta ¿Qué me pasa? —El señor y yo nunca , por favor nunca le vaya a insinuar algo así , yo…
La señorita está tan nerviosa que decido darle un respiro, ya me dijo lo único que importaba.
—No te preocupes y gracias. —Le doy una sonrisa y voy con mis compras directo a la suite.
La verdad no sé si Belucii vino o no, pero me quedo profundamente dormida, cuando despierto la luz del día se filtra por las cortinas y yo sigo con la ropa de ayer.
Me levanto y me doy un baño que me termina por despertar, cuando salgo me coloco una bata y una toalla al cabello , me pongo a buscar en las bolsas ropa para poder usar y tocan la puerta.
—Señorita venimos a dejarle el encargo del señor Marcello Greco. —Me levanto y cuando abro la puerta veo a dos señoritas con dos cajas y bolsas, junto a la puerta también veo a Belucci y sonrío al verlo. El corte de mi labio casi desapareció por completo, pero el suyo permanece.
—Buen día querido Belucci. —Belucci niega y mientras las señoritas dejan las cajas aprovecha para sacar su arma y rascarse la barbilla con ella.
—Lindo juguete, cuidado no te vayas a lastimar otra vez. —Me lanza una mirada asesina al tiempo que guarda su arma y las señoritas salen.
Cierro la puerta sintiéndome feliz por haberlo hecho enojar y voy a ver que es lo que envío Marcello.
Cuando abro la caja más grande, veo un vestido de novia y siento como se forma un nudo en mi garganta, hoy es 5 de enero.
...…...
NOTA :📌📝
Estoy agradecida con tod@s por leer mi novela, espero que cada capítulo que publique les guste.
🚨🚨RECUERDEN LAS ADVERTENCIAS🚨🚨
✨Mientras llega la próxima los invito a leer mis novelas NEFELIBATA y SUEÑA ✨
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Updated 84 Episodes
Comments
Francisca Corpas
muy buena novela me gusta mucho
2025-02-25
2
Nat.Kari22🌹☺️
Gracias por leer mi novela
2025-02-25
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