No soy un juguete!

Justo en ese momento, Larios hizo un anuncio importante, el cual dejó impresionados a los dos.

"Este fin de semana festejaremos el compromiso, y a petición de mi madre será con un baile de máscaras, las invitaciones serán entregadas esta tarde".

Con esto, Larios se despidió de la prensa y sujetó la mano de Tamara para entrar al edificio.

Mientras tanto, en la oficina, Mónica se sobresaltó por el grito de Raúl.

"¡Oh, por Dios, un baile de máscaras! Qué romántica es la Sra. Teresa. Lástima que no pueda bailar con ese triple papacito. ¿Te imaginas qué romántico sería?", dijo Raúl mientras danzaba en la oficina imaginando ese momento. Pero Mónica hizo una mueca y espetó con desagrado:

"¡Larios no tiene nada de papacito! Es más, se puede ir al infierno con todo y su engreída prometida".

De inmediato, Mónica abrió su carpeta de trabajo y se podía escuchar cómo golpeaba las teclas con sus dedos.

"¡Uy, qué genio!", añadió Raúl en un tono muy varonil, debido a que escuchó que el ascensor del presidente se abría.

"Raúl, atiende a tu jefe. Olvidé que tenía que ir a la costa y me hacen falta algunas mediciones del terreno. Si Larios pregunta por mí, dile que me tragó la tierra".

Sin darse cuenta de que estaba escapando, la joven se puso de pie, recogió un plano con la izquierda, debajo de ese mismo brazo metió su maletín y con la derecha agarró las llaves del auto de Agustín, su móvil y su computadora como pudo.

Pero al llegar frente al ascensor, inclinó la cabeza de lado y se sintió avergonzada. "¿Cómo demonios haré para abrirlo?", pensó. En ese momento, miró a su alrededor y no había nadie en el pasillo. "Genial, y Raúl fue a la oficina del tonto del jefe. ¡Quizás si coloco algunas cosas en el suelo puedo abrirlo!".

En el instante en que se agachó, el ascensor se abrió y de este salió un apuesto joven con ciertos rasgos de Enrique. No obstante, el joven no se fijó y tropezó con Mónica, por lo que cayó sobre ella y sus caras quedaron casi unidas.

Esto provocó que Thomas esbozara una linda sonrisa y no perdiera la oportunidad para coquetear con ella.

¡Hace tiempo que no veía tan cerca tus lindos ojos!

Mónica intentó quitárselo de encima, pero él tenía más fuerza, por lo que le era imposible.

Por otro lado, el ruido atrajo la atención de Enrique y al asomarse al pasillo, frunció el ceño por el disgusto y rechinó la mandíbula.

"¿Thomas, qué demonios haces aquí y encima de la Directora Foster?"

El CEO se apresuró, y a la mitad del camino se detuvo petrificado.

Ya que el descarado de Thomas la besó frente a Larios.

-¡Thomas!

El grito de Larios se escuchó en todo el lugar. Pero lo que siguió a continuación le bajó un poco el enojo.

En ese momento, Mónica lo empujó con todas sus fuerzas y al levantarse lo abofeteó, el golpe fue tan duro que le volteó la cara, y un lado, Raúl se cubrió la boca después de decir.

-¡A la madre, qué putazo le pusieron!

Mientras que Mónica moría del coraje, y más del asco que sintió por el beso, por ende dejó salir sus furiosas palabras.

-¡No sé quién te crees, ni qué haces aquí, pero no soy un juguete!

A Thomas le encantó verla enojada, y aunque se frotaba la mejilla, sonrió al contestar. ¡Acaso no eres la amante de mi tío, conmigo también te puedes divertir un rato!

Esas palabras disgustaron a Larios, no obstante, antes de intervenir, Mónica descargó su ira en ambos.

"No tolero que me vean como un objeto sexual, no soy una más de las que entran aquí, nadie toca mi cuerpo sin mi consentimiento, fue un error poner un pie aquí, por eso me largo, renuncio.

-Dicho esto se inclinó y recogió sus pertenencias, a excepción de la computadora y los planos, luego bajó con apuro las escaleras, mientras que Larios oscureció la mirada, también se había enojado por la acción de Thomas, pero Mónica la agarró en contra de él.

-¡Thomas, ¿por qué lo hiciste? "Mónica es una excelente empleada, otra como ella no voy a encontrar"

En ese momento Tamara, que había permanecido en silencio, añadió: "Enrique, mi vida, una buena empleada no le gritaría a su jefe como ella lo hizo, en mi opinión es mejor que se fuera por su propia cuenta".

Enrique no la volteó a ver, pero le respondió con un grito.

-¡Tu opinión no cuenta! Ninguno de ustedes pertenece aquí y tampoco conocen a mis empleados. Yo estaba muy contento con el trabajo que hacía Mónica y ahora que tengo que empezar de nuevo...

En ese momento, Thomas se burló por dentro, debido a que sus padres también quieren el terreno a la orilla de la costa.

-¡Tío, te juro que fue un accidente! Salí del ascensor y tropecé con ella, y al tenerla tan cerca me dejé llevar por ese labial, y la verdad fue un beso muy dulce, así debe de ser en otras cosas.

Esas palabras bastaron para que Enrique lo arrastrara del cuello y lo prensara contra la pared.

"Respétala, ella es una mujer, al igual que tu madre. ¿O acaso te parió una perra?" refutó Enrique con molestia, tanto así que después hizo a Thomas rodar escaleras abajo y lo guió hasta la salida.

-¡No quiero verte por aquí! Sabes que tienes prohibida la entrada. El CEO enfatizó en cada una de sus palabras y lo escoltó hasta la salida. Nunca antes se había enojado tanto con Thomas, ni siquiera cuando robó uno de sus proyectos.

Pese a todo, Thomas se ajustó la camisa y refutó. -¡Tío, mi padre también trabaja en este edificio! Además, mis abuelos todavía tienen acciones en el grupo Larios. ¿Qué pensaría mi bisabuelo Eliot si le digo que me corriste como un ladrón?

"Ja, ja... ¡Thomas, no me hagas reír! Si quieres te pago el vuelo. Mi abuelo está a mi favor, él sabe que tu padre no es más que un parásito y que tiene un mes exacto de no poner un pie por aquí. ¡En realidad no sé si ya murió o está agonizando, y no me importa!" Larios disfrutaba cuando su cuñado se perdía por tanto tiempo, así no tenía que preocuparse porque sus proyectos se vieran truncados.

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