El CEO Y LA MARIPOSA. EL Final Del Invierno

La niña necesita una madre.

En ese momento, Tamara sonrió al escuchar a la elocuente niña y de inmediato contestó: "¡Cariño, esa decisión es de tu papi y solo de él! Quizás algún día sí nos casaremos, pero no lo presiones".

La mujer entrecerró los ojos y pensó en sus planes a futuro. Se prometió a sí misma que en cuanto lograra casarse con él, se desharía de la niña. Durante años había fingido que le agradaba cuando en realidad la odiaba. Su odio se dio cuando descubrió que Mariana era la hija de la mujer que pasó la noche con Enrique en el hotel colonial.

Ese día ellos se presentarían a la fiesta de compromiso de Thomas, pero horas antes habían peleado. Todo porque Tamara descubrió la debilidad de Enrique hacia las mujeres y que le ponía el cuerno con cuanta mujer le pasaba al frente. Por lo que ella quiso ver hasta dónde la amaba y decidió ponerle fin a su relación. Jamás imaginó que esa noche él iría a desahogar sus penas en brazos de alguien más.

Sí, fue Tamara quien vertió el ácido en el rostro de Mónica. Hace casi siete años, Tamara se había sentido feliz al descubrir que en cuanto terminó su relación con el joven, Enrique salió a ahogar sus penas en alcohol y lo hizo con su amigo Gustavo. Quizás Enrique sí la quería, pero a su manera, y por eso le dolió que Tamara lo dejara.

Ese día ella lo siguió y quería comprobar si de verdad Enrique sentía algo por ella. Cuando el joven entró al hotel, ella pretendía caerle de sorpresa. Sin embargo, la sorprendida fue ella, ya que al abrir la puerta escuchó los gemidos que hacía la pareja que se encontraba en el interior de la habitación. En ese momento, Tamara apretó los puños y decidió volver a cerrar la puerta. La desilusión que sintió no le permitió intervenir, así que salió del hotel y en la entrada se encontró con Thomas, el sobrino de Enrique.

Thomas fue en busca del hombre que se llevó a Mónica, pero no lo encontró. Tenía un plan hecho, no obstante, no encontró a Mónica. Y cuando estaba por salir del hotel, vio a Tamara hecha un mar de lágrimas y le aconsejó que se vengara de Enrique. Con una sonrisa malvada, le entregó una botella que contenía el ácido.

El ácido estaba destinado para Mónica, y se salvó de que fuera Thomas quien le destrozara el rostro.

Esa noche, al parecer, cambió a última hora la víctima del ácido, puesto que Thomas se lo entregó a Tamara para que se lo arrojara a Enrique. Y Mónica tuvo la mala suerte de salir primero. Todo sucedió tan rápido que Tamara no la vio, los nervios la traicionaron y, en cuanto la puerta se abrió, ella cerró los ojos y lanzó el ácido que terminó con la belleza de la mariposa.

Cuando Thomas le entregó el ácido, Tamara y él planearon lanzárselo a Enrique con el fin de que se volviera feo y que solamente ella pudiera estar con él. Bueno, eso era la intención de Tamara, mientras que Thomas lo hizo porque así podía quitarlo del camino y quedarse con todo. Sin embargo, todo le salió mal y Mónica fue la víctima. Aunque después, Tamara se sintió feliz por haber destruido el rostro de la que pensaba era una de las amantes de su novio. A la mañana siguiente, ella fingió e hizo como si nada pasara y volvió sumisa al lado del CEO.

Desde entonces, decidió estar con él sin importar con quién se acueste. De todos modos, Enrique siempre vuelve a su lado, por lo que cree que tiene un espacio importante en el corazón del empresario. El día en que se enteró de la existencia de Mariana, Tamara lloró por mucho tiempo. Pero al enterarse de que la madre de la niña había muerto, juró deshacerse de ella. No obstante, ya han pasado seis años desde que Enrique está junto a Mariana, y cada día que pasa se le complica más llevar a cabo su plan. Y cómo no, si los abuelos de la niña, Teresa y Antonio, la cuidan y la atesoran. La niña prácticamente es intocable y no permitirán que nadie, absolutamente nadie, la aparte de la Familia Larios. Cada vez que intenta algo contra la niña, su plan fracasa. Por esa razón, decidió convertirse en amiga de Mariana y así utilizarla para que presione al empresario a casarse con ella.

La niña necesita el afecto y cariño de una madre, y la malvada mujer lo sabía. Por eso, ha estado con la niña. Mariana la ha llegado a apreciar mucho y se dejó convencer por Tamara para que pronto sea ella quien se case con el mayor accionista del grupo Larios.

Volviendo al cumpleaños de Mariana, después de decir cuál fue el deseo que pidió, la niña esperó a que su padre cortara el pastel. De pronto, John el Chófer se acercó cargando un gran paquete.

"¡Señor, hoy es el cumpleaños de la niña y como todos los años volvió a llegar otro paquete sin nombre! ¿Quieres que haga lo mismo?", dijo John.

Al escucharlo, la mirada de Enrique se tornó fría y oscura. Antes de contestar, rechinó sus dientes. Esta era una señal de que estaba por perder los estribos.

"¡Tíralo a la basura!", gritó disgustado y refutó. "¡Mi hija no necesita nada de ese hombre!" Enrique odiaba con todas sus fuerzas a Carlos Duarte, no por haberle entregado a la niña, sino porque sintió que nunca la quiso. Él se la entregó como si se tratara de una muñeca, lo hizo firmar un documento y sintió que solamente quería deshacerse de la pequeña. Año tras año, la niña recibía un paquete sin remitente y a Enrique no le fue difícil investigar de donde provenía.

En su primer año, buscó la manera para que la pequeña se acercara a su abuelo materno y que le hablara acerca de su madre, ya que él no sabía nada de ella. Este CEO ha vivido en el engaño, nadie le dijo que esa mujer era la prometida de su sobrino.

El empresario de la aerolínea se negó a ver a la niña y le dijo que no quería ninguna relación con la pequeña. Lo que dejó a Enrique confundido, no comprende el porqué Carlos sigue enviando regalos si no quiso nada con su nieta.

Carlos también se negó a entregar algún retrato de Mónica y, como es muy poderoso, borró todo acerca de su hija. En otras palabras, es como si Mónica jamás hubiese existido. Además, el dueño de la aerolínea ofreció una gran suma por cada revista en donde salía la mariposa. Así se dio a conocer Mónica en el mundo de la farándula. En Internet ya no queda ni un solo rastro de la tan afamada Mariposa.