¿Se comprometió?

"Tamara, tranquilízate. Sé que te preocupa Mariana, pero Enrique es su padre. Él la cuida más que nadie. Tuvo que ser un accidente o un pequeño descuido. Ya sabes cómo son los niños", instó Teresa, consolándola.

En ese instante, se abrió la puerta de la habitación de Mariana y Enrique salió mostrando una mirada llena de dolor. De repente, fijó los ojos en su novia y con desánimo le dijo: "Tamara, has ganado. Fija la fecha de la boda". ¿Qué acaba de pasar? ¿Por qué Enrique tomó esta decisión tan de repente?

La respuesta es obvia: Mónica le atrajo desde el momento en que la vio y siempre la respetó. Sintió que podía entablar una relación con ella, por eso la invitó a compartir con su hija, pero le costó muy caro y ahora su hija ha caído de vuelta al hospital. Tamara conoce muy bien a la niña y siempre la ha cuidado bien. Enrique pensó en sacrificarse por el bienestar de su hija.

"Hijo, ¿qué clase de propuesta es esa? Tamara se merece una gran celebración", cuestionó Teresa enseguida. No le pareció prudente la manera en que lo hizo. Piensa que el sacrificio que ha hecho Tamara es muy grande.

Al escucharla, el empresario se detuvo y, apretando los puños, dejó salir sus rabiosas palabras: "Madre, mira bien quién está detrás de esa puerta. Es mi hija la que está allí. ¿Tú crees que ahora mismo pueda descorchar una botella de champán? Que Tamara agradezca que le estoy dando un papel muy importante en nuestras vidas". El CEO miraba fríamente a Tamara mientras continuaba diciendo: "Ser mi esposa es un título que muchas quisieran tener y ella lo sabe muy bien".

Se nota que Enrique no la quiere. Le acaba de restregar en la cara sus amoríos. Y la única culpable es Tamara. Ella se lo ha buscado por haberlo perdonado una y otra vez.

"Teresa, por favor, déjalo así. Enrique está sufriendo por la niña. Yo lo comprendo y espero que usted también lo haga", contestó Tamara con indignación.

Una vez más, la mujer ha quedado en grande con su suegra.

En ese momento, Tamara le mostró una mirada sumisa a Larios, y de igual manera respondió.

¡Mi amor, no te preocupes, te comprendo, Mariana siempre será nuestra prioridad!

A Tamara no le importó que Enrique le hablara como lo hizo. Al final, obtuvo la palabra del empresario y el matrimonio será un hecho para ella.

Esa tarde, Mónica salió temprano del edificio y se dirigió a la costa, cerca del terreno baldío. En ese lugar, el sonido de las olas del mar le ayudaba a tranquilizarse y a concentrarse en el proyecto de la isla. Quedaban dos semanas para entregar el proyecto y tenía que darse prisa.

Ese día no se atrevió a volver al grupo Larios, ya que Raúl le informó que Enrique había vuelto.

Al volver a su apartamento, se sentó en el sofá pensando en lo que había sucedido con su pequeña. Era muy difícil para ella no poder estar con Mariana.

En varias ocasiones sintió el impulso de ir y gritarle a Larios que ella es la joven del hotel, la madre de la niña. Pero la detuvo la razón. Si ella le decía que era la madre de Mariana, ¿y si Enrique la alejaba?

El pasado no es su culpa, pero no tiene pruebas de ello. Carlos puede mentir otra vez y culparla de abandono. Todavía siente miedo de los alcances que tiene Duarte. Por ahora, el panorama es muy confuso. Tiene que analizar bien antes de actuar.

Horas más tarde, cuando Mónica se disponía a irse a la cama, Agustín llegó y le platicó todo lo sucedido con la niña. Esto la puso muy triste.

Pero Agustín le dijo que la niña no tuvo más fiebre y que logró hacerle todos los análisis. Como tardan en salir, decidió darla de alta.

También le entregó unas fotografías que logró tomarle a la pequeña, esto para que Mónica le creyera que ya estaba mejor.

Esa noche, Mónica no durmió bien. Daba vueltas y vueltas en la cama. Le era imposible conciliar el sueño. Tardaba en quedarse dormida cuando escuchaba a su hija llamándola en sus sueños.

No fue hasta la madrugada que el cansancio le ganó y logró dormir un poco.

Al día siguiente, salió de su apartamento. El sol ya había calentado y el viento le dio justo en el rostro. "Es un nuevo día y espero que sea mejor que ayer", se dijo antes de subirse al auto. Ella condujo hasta el grupo Larios y al llegar, observó que en la entrada había un sinfín de reporteros.

"¿Qué sucede?", se preguntó frunciendo el ceño. Desconocía la razón por la cual la entrada estaba repleta de reporteros. Al bajarse y acercarse un poco más, escuchó a una de las reporteras decir: "¡Larios no saldrá y esta nota es muy importante! ¡No todos los días se compromete el CEO del grupo Larios!".

"¿Se comprometió?", por alguna extraña razón, Mónica sintió una punzada en su corazón. El sentimiento aumentó cuando vio el auto de Larios. El presidente rodeó el vehículo y, al abrir la puerta del pasajero, estiró la mano hacia Tamara. La joven se bajó erguida, mostrando su arrogancia.

Los reporteros estaban ahí por Teresa, quien convenció a Larios para que el compromiso se anuncie por todo lo alto. Ella quería que todas sus amistades vieran que su hijo por fin se comprometía con Tamara. En ese momento, Tamara fingió tropezar y cayó justo en los brazos de Enrique. Sin perder tiempo, le rodeó el cuello con los brazos y luego lo besó.

Pero ese beso iba con otras intenciones. Puesto que no cerró los ojos, mientras lo besaba, miraba a Mónica. Resulta que la directora se encontraba detrás de Larios y Tamara le estaba restregando en la cara su relación con Larios. Mónica es la mujer que aparece en las fotografías junto a Larios y, como una perra, tenía que marcar su territorio. La ocasión se prestó para hacerlo.

Por su parte, Mónica apartó la mirada y dejó que ellos continuaran con su espectáculo. Al subir al ascensor de cristal, se volteó y los observó acercarse a los reporteros. "En tus sueños serán una familia feliz. Mi hija vivirá conmigo, cómo tiene que ser". ¿Fueron celos los que sintió Mónica los que hablaron?

Ni ella comprendía ese sentimiento que le agobiaba el corazón. Lo cierto es que al llegar al último piso del edificio, salió sin querer saber nada más sobre su jefe. Sin embargo, todos sus compañeros de trabajo se habían reunido en su oficina y desde su computadora estaban sufriendo la transmisión en vivo.

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