"Es una pena que el Sr. Santamaría se haya ido de esta manera", lamentó Alejandra al escuchar esto. Se le oscureció el rostro y cayeron lágrimas de dolor y confusión. Intentó correr a ver a su padre, pero no podía moverse del mismo lugar. "No tú, papá, por favor..."
Alejandra sobresaltó de la cama, estaba sudando y miró todo a su alrededor confundida. Solo era un mal sueño, necesitaba relajar su mente del estrés que le causaba ver el estado de su padre. Sintió golpes en la puerta. "Señorita, debemos ir al hospital", dijo Ronaldo desde el otro lado de la puerta. Se levantó y trató de animarse. "Todo va a estar bien, papá es fuerte, tú eres fuerte", se dijo mirándose al espejo. Mientras se alistaba, Ronaldo volvió a llamar a la puerta, entró con todo tipo de frutas en un tazón y un vaso de té. Alejandra comió de manera pausada mientras le echaba un vistazo a su correo. Vio rápidamente una notificación de Gzgamers, donde anunciaban la fecha de colaboración entre el famoso Neil Pérez y Queen Blue. Le salió una media sonrisa, que se intensificó cuando vio el mensaje de su dios de los videojuegos: "Ya hay fecha, no puedo esperar para hacerlo ;) Neil Pérez". Se le aceleró el corazón solo de pensar en él. "Ya es hora", dijo Ronaldo, sacándola de sus pensamientos. Tomó sus cosas y salieron al hospital. "Hola mamá, voy camino a ver a papá, hay esperanzas. Te amo", le escribió a su madre para mantenerla informada y no tan preocupada.
Alejandra fue directo a la habitación de su padre y notó que estaba levemente movido. Al ver esto, se le llenaron los ojos de ilusión pensando que había despertado ya. "Señorita Santamaría, me alegra verla", dijo el doctor. "¿Despertó papá?", preguntó apresuradamente y con mucha curiosidad. "No, aún no". "¿Entonces quién lo movió?", preguntó confundida. "No se preocupe, a los pacientes debemos asearlos periódicamente y también cambiar sus posiciones para que la sangre pueda oxigenarse", dijo amablemente el médico, tranquilizando a Alejandra.
Sin embargo, ella se sintió un poco decepcionada.
"Le agradezco mucho", dijo el doctor mientras sonreía amablemente y salía.
Alejandra se acercó a su padre y le tomó la mano. "Papá, te necesito, te estoy esperando, te amo", se inclinó y le plantó un beso en la mejilla. Luego se sentó a su lado en silencio. A veces solo quería verlo y estar cerca de él.
Escuchó dos golpes en la puerta.
"Ronaldo, necesito que me ha..." dijo Alejandra mientras levantaba la mirada. Se quedó atónita al darse cuenta de que quien estaba en la puerta no era Ronaldo.
"Hola preciosa", dijo Antonio guiñándole un ojo a Alejandra.
"¿Qué haces aquí?" preguntó Alejandra un poco incrédula. No se imaginó que en algún momento Antonio estaría aquí.
"Me enteré por medio de mis padres sobre el accidente. Me preocupa saber cómo estás tú, además de que será mi futuro suegro", dijo Antonio mirando fijamente a Alejandra y acercándose a la camilla donde reposaba inconsciente Ricardo.
"¿Tú? ¿Preocupándote por alguien más? ¡Vaya! Eso sí que es una novedad", dijo Alejandra con sarcasmo y burla.
Antonio puso los ojos en blanco pero decidió no decir nada. Tomó la mano de Ricardo mientras lo analizaba con preocupación. "Nunca lo había visto así y mucho menos por alguien que no fuera él", pensó Alejandra mientras veía el semblante preocupado de Antonio.
Le ofreció un poco de té y se sentaron junto a la ventana a hablar sobre su padre y negocios.
"Espero de todo corazón que tu padre se recupere pronto. Nos vemos", dijo Antonio mientras se marchaba.
Alejandra no había notado lo tarde que era, así que decidió pedirle a Ronaldo que la llevara a casa.
Se desvistió y se recostó en la bañera, cerró los ojos y pidió a Dios por la salud de su padre. Se puso el pijama, se metió bajo las sábanas y tomó el móvil para ojear comentarios sobre la fecha de la colaboración.
Al cabo de unos minutos, se plasmaba en la pantalla una videollamada iniciada por Neil. De inmediato, saltó de la cama y tambaleó hasta casi caerse para ir por la máscara. Se apresuró lo más que pudo y respondió.
"Hola, Queen ¿Estás bien? Te veo agitada", dijo Neil desde el otro lado de la pantalla.
Alejandra se tomó el pecho como si quisiera desacelerarlo de inmediato. "No, estoy bien, solo estaba haciendo ejercicios de respiración, ya sabes, para las transmisiones", explicó.
"¿Qué acabo de decir? No seas tonta", pensó.
Neil soltó una risita.
"Oh, bien, comprendo", dijo con una sonrisa burlona. "Debí haberte avisado".
Alejandra abrió los ojos de par en par al ver que Neil pudo adivinar sus pensamientos.
"No te preocupes, me alegra hablarte ahora, fue otro largo día", dijo Alejandra en un suspiro.
"Por cierto, ¿cuándo vuelves?", preguntó Neil con curiosidad, mirando la máscara y deseando verla de cerca.
"Aún no lo sé, es incierto, puede que sea esta semana o en un mes", dijo mientras bajaba la mirada, se sentía intranquila al pensar en ello.
"Está bien, aquí estamos esperándote el tiempo que quieras", dijo Neil, brindándole una sonrisa abrasadora.
Alejandra solo sonrió. Fueron hablando de cosas triviales y vagas, sin embargo, ninguno de los dos quería cortar la llamada. Hablaron hasta que el móvil de Alejandra pidió batería. Ya eran las 3:27 am hora de España. De repente, le dio sueño al ver el reloj.
"Debo irme, pero quiero que me llames mañana", dijo Alejandra con una sonrisa.
"Por supuesto, señorita, cómo usted mande", dijo Neil sonriendo ampliamente.
Eran ya más de las 9:30 de la mañana de ese mismo día. Los rayos de luz que entraban por la ventana fueron a parar en la dulce cara de Alejandra, despertándola. Trató de cubrirse la cara con las manos y vio a su lado la máscara de Gata. Sonrió por el recuerdo de Neil. La volvía loca, le ponía los pelos de punta. ¿Cómo podía causarle todo esto sin siquiera estar cerca?
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