Tomando el control

Inició el stream y todo iba de maravilla. Alejandra estaba encantada de compartir pantalla con este hombre tan atractivo. Aunque no estaban en la misma habitación, sí se sentía la tensión.

Al finalizar el stream, Alejandra estaba preparándose para despedirse. Cuando Neil le dice: "Oye, no te vayas tan rápido, quédate un poco más y hablemos para conocernos mejor, después de todo tendremos que trabajar juntos en el futuro".

Alejandra sonríe y asiente: "Tienes razón, debemos sentirnos cómodos".

"¿Alguna vez podré verte sin esa máscara, Queen?"

"Quizá", respondió rápidamente Alejandra. "Pero no será hoy", continuó diciendo en un tono burlón.

"Vale, pero me intriga muchísimo verte sin ella puesta", dijo Neil con una sonrisa coqueta. "Me han dicho todos que nunca te han visto sin ella, que misteriosa eres Queen", dijo sarcásticamente.

Alejandra solo se reía, le parecían graciosas todas las preguntas curiosas que Neil le estaba haciendo, se sentía cómoda con él.

Ya estaba bastante tarde en la noche y ella aún no quería irse a dormir, estaba demasiado entretenida viendo a este guapo a través de la cámara. De repente, vio cómo Neil se iba quitando la camisa, se sorprendió pero no dijo nada.

En ese silencio, Neil se apresuró en disculparse: "Lo siento, pero acá hace mucho calor, mi aire acondicionado acaba de averiarse", dijo mientras se giraba a tomar una camiseta con mangas más cortas.

Alejandra solo lo miraba detenidamente mientras se cambiaba, no apartó la vista de esos pectorales tan bien formados, los bendijo en silencio.

Neil miró brevemente el reloj diciendo: "Qué pena haberte quitado tanto tiempo de sueño, deberíamos ir a la cama".

Esta última frase no le sonó a Alejandra como debería, en cambio, se imaginó otro tipo de escena donde se iban juntos a la cama, tomándola y atrayéndola a su ancho pecho.

Se quedó boquiabierta, dándole gracias una vez más por tener la máscara puesta. No podía dejar en evidencia, así no era Alejandra, ella era quien siempre llevaba el control de todo.

En contra de su propia voluntad, asintió y se despidió justo antes de cerrar la sesión. Se abalanzó hasta su cama y cerró los ojos con un largo suspiro. "Este hombre me pone mal", susurró. A la mañana siguiente no dudó en vestirse e ir corriendo a la panadería a desayunar, quería comprobar al menos de lejos todo lo que estaba sintiendo... Miró y miró, pero Neil no estaba allí. Se marchó un poco decepcionada. Caminando por la acera, enfrascada en su móvil, vio cómo una motocicleta se aparcó cerca de ella. Era él, tan apuesto y tan imponente que se veía. "Hola, no esperaba encontrarte por aquí, es bastante temprano", dijo Neil dándole una enorme sonrisa. "Estaba buscándote", respondió Alejandra con picardía. "Sube, demos un paseo". "Debe ser breve, debo ir a la oficina más tarde", dijo ella mientras subía. Al rato llegaron a un complejo de oficinas. Era el mismo complejo donde firmaron el acuerdo de colaboración. En ese momento ella no era Alejandra, así que actuó como si nunca hubiera estado allí. "Ven, subamos", dijo Neil mientras la halaba levemente del brazo. Ella simplemente se dejó llevar por él. Resulta que detrás del escritorio donde habían firmado el acuerdo, había una especie de cuarto secreto. "Aquí me la paso en mis días libres", dijo Neil mostrando el espacio. Había una pequeña cama, una pantalla gigante con luces LED, un escritorio pequeño con un minibar. Era una especie de cueva para gamers, justo como era su cuarto. Alejandra se sorprendió y sonrió. "Todo esto se ve genial", dijo mientras admiraba cada rincón. "Puedes estar cómoda aquí, aquí me relajo", dijo Neil mientras encendía la pantalla y ponía música suave. Se sentó al lado de Alejandra y la miró. Ella le devolvió la mirada mientras se acercaba lentamente. "Gracias por mostrarme esto", susurró mientras se acercaba aún más. Ya cuando la tensión estaba al tope, no dudó en plantarle un beso, algo que ella ansiaba desde la última vez que estuvo en su casa. Quería poseer sus labios con tantas ganas que alargó el beso hasta quedar sin aliento.

Se apartó por un segundo para ver su reacción, él suspiró como si recordara que debía respirar.

Ella subió a sus piernas rápidamente, Neil intentó tomarla de la cintura, pero ella fue más rápida en sujetarle las manos a su espalda, inmovilizándolo. Le encantaba tener el control. Él obedeció felizmente y siguió el beso. Se inclinó hacia atrás, haciendo que Alejandra quedara encima de él completamente.

Ella se apartó por un segundo y Neil la miró, rogándole más.

Ella se quitó la blusa mirándolo directamente a los ojos, se quitó el sujetador y él no pudo apartar la vista, boquiabierto.

"Tienes unos pechos increíbles", dijo en un susurro.

Alejandra se inclinó rápidamente, él no dudó en encajar sus pechos en su boca. Quedaban a la perfección. Los succionó como si fuera una comida afrodisíaca. Alejandra no pudo evitar gemir de placer. Neil la agarró muy fuerte de la cintura tratando de desajustar el botón que sujetaba el pantalón. Pero en ese preciso momento, sonó el teléfono de Alejandra, interrumpiendo toda la escena.

Al ver la pantalla, no pudo ignorarlo. Era su padre.

"Hola papá, ya estoy yendo", dijo rápidamente y con una mirada de decepción.

"Debo irme", dijo mientras se arreglaba para salir. Mientras se giraba, Neil la tomó del brazo, acercándola y plantándole un beso en la mejilla.

"¿Nos vemos luego?", le preguntó con curiosidad.

"Sí, te busco", respondió Alejandra con un guiño.

Se arregló el cabello y salió.

Suspiró mientras sonreía por lo que acababa de pasar. Estaba atónita, pero a la vez, llena todavía de lujuria. Ese hombre la volvía loca.

Tomó un taxi y se fue deprisa a casa. Se cambió para salir a la oficina. Mientras se subía al coche, no se percató de que alguien más la miraba desde la otra calle. Solo condujo.

"Hola papá, ya llegué. Estaré en mi oficina", dijo Alejandra con desdén. No quería estar allí.

"En un rato paso por allá. Debo darte algunas indicaciones de lo que vamos a hacer antes del viernes", respondió Ricardo.

"Ok", dijo ella, mientras cerraba la puerta para irse.

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