Neil posó su mirada en la sonrisa burlona de Alejandra, pero al mismo tiempo no pudo evitar recorrer las curvas que se veían bien enmarcadas con ese vestido. Al darse cuenta de que estaba siendo tan evidente, apartó su mirada y le indicó a Alejandra a dónde debían ir.
"No conozco ese barrio, debes guiarme ¿De acuerdo?" dijo Alejandra confundida. Era la primera vez que iría al sur de la ciudad y estaba bastante lejos de la élite a la que estaba tan acostumbrada. Sin embargo, no le importó, se centró en el hombre que tenía a su lado y el aroma que emanaba de él. Era delicioso y poderoso, combinaba demasiado bien con sus rasgos faciales y su musculoso cuerpo, tan agradable.
Neil se limitó a mirar a la calle. Se sentía completamente intimidado por Alejandra. No había visto a una chica con tanta seguridad. La verdad es que eso es lo que ella quería mostrar, pues también se sentía intimidada por él, pero su padre le enseñó a llevar el control de cada situación y eso le daba un aire satisfactorio.
Después de un buen rato conduciendo, Neil por fin habló. "Es por aquí, cruza y te aparcas en la casa de esquina", le indicó él.
"Gracias por traerme, te invitaré a una malteada la próxima vez", dijo Neil con una sonrisa.
"¿Por qué no me invitas a pasar y me agradeces de una vez?" dijo Alejandra clavándole la mirada a Neil, esperando su reacción.
Él se quedó perplejo, pero luego de unos segundos aceptó. "Adelante, ponte cómoda".
Alejandra reparó el lugar cuidadosamente. Nunca había estado en un lugar tan descuidado y pequeño. Su vida había estado rodeada de lujos y casas que parecían hoteles, pero eso luego no le importó. Solo quería conocer a profundidad al hombre que tenía en frente.
"Disculpa el desorden, es que casi nunca estoy en casa", dijo Neil en modo de disculpa.
Alejandra se acercó a él diciéndole: "No te preocupes, mi habitación también es un desastre", mintió para consolarle con una sonrisa.
Por supuesto, que su ama de llaves no permitiría que su habitación fuera un desastre, aunque el desastre era ella.
Alejandra se acomodó en el sofá mientras Neil le brindaba una bebida.
"Gracias, ven y siéntate", dijo Alejandra dando una palmadita al asiento que tenía a su lado.
Neil negó levemente con la cabeza antes de decir que primero se daría una ducha.
"¿Quieres que ponga música, encienda la TV o algo?", le preguntó Neil con algo de ansiedad por atenderla bien.
Alejandra negó con la cabeza, así que Neil solo entró a su habitación.
Alejandra siguió repasando el lugar donde notó que tenía pósters de "Liga de Dragones", unos trofeos que había ganado por competencia. Los reparó con una sonrisa porque sabía cómo había conseguido cada uno, recordando que él no tenía ni idea de quién era ella sin usar su máscara.
Le resultó excitante la idea de tener doble vida y que en ambas este hombre tenga roles tan diferentes.
Sentía a Alejandra y Neil trabajando en el mostrador de su panadería favorita o siendo Queen Blue y Neil uno de sus colaboradores en el juego.
Se estaba divirtiendo mucho.
Luego de un rato, vuelve Neil y ve que ella estaba admirando sus pósters. "¿Conoces ese juego?", preguntó con curiosidad.
Alejandra solo negó con la cabeza y mantuvo una mirada seria.
"Es el mejor juego de MOBA que puede existir y no es por presumir, pero soy muy bueno en ello", dijo Neil con una expresión de satisfacción.
Alejandra soltó una pequeña risita y dijo: "Apuesto a que lo eres, sino, no tendrías tantos trofeos. Quisiera verte jugar", dijo ella, aún sabiendo que ya lo había visto jugar y ganar, pero trataba de confundirlo claramente.
"Pronto haré una colaboración con una de las empresas más grandes del e-sport. Espero que puedas venir", dijo Neil encantado.
"Lo intentaré", respondió Alejandra queriendo sonar desinteresada.
Se acercó a Neil, mirándolo directamente a los ojos y rozó sus dedos en su fuerte brazo. "Me gustaría saber un poco más, pero hoy se me acabó el tiempo. Debo volver", dijo con un tono frío y suave.
Neil aclaró su garganta y se despidió de ella.
Al cruzar la puerta, pudo oír con claridad el suspiro reprimido de Neil y no pudo evitar sonreír con satisfacción. Subió al coche con rumbo a casa.
A la mañana siguiente, Alejandra se preparaba para salir. Neil le había enviado la hora y la ubicación del encuentro para discutir cosas de la competencia. No podía estar más entusiasmada luego de poner en evidencia todo lo que lograba causar en este hombre que le gustaba tanto. Se puso su máscara y le pidió a Ronaldo, el chófer de su padre, que la llevara esta vez, ya que no se sentía bien para manejar.
Después de 20 minutos, llegó a un complejo de oficinas cerca de la 5ta avenida. Le dijo a Ronaldo que no la esperara, ya que al salir ella pediría un taxi aunque tuviera que ir con esa estúpida máscara. Al entrar en la recepción, ya estaba Neil esperándola sentado en un sillón junto a la ventana. Ella se acercó y justo cuando iba a sentarse, él la detuvo.
"No es necesario, no hablaremos aquí, acompáñame", indicó Neil, dirigiéndose al ascensor.
Estando dentro, no pudo evitar mirarle y notar que hoy él llevaba una camiseta un tanto ajustada que resaltaba a simple vista sus pectorales y abdominales bien marcados. Tragó saliva y se limitó a respirar por la nariz, contando mentalmente para calmarse. Dio media vuelta para evitar contacto visual con él y, por el contrario, le dio la espalda. Él no pudo resistir no mirarla. Su pantalón y blusa ajustada dejaban ver a plenitud sus caderas anchas y cintura delgada. Inconscientemente, imaginó una escena donde la tuviera de espaldas desnuda y sin esa máscara, pero no podía imaginar cómo era ella. Nadie lo sabía.
Cuando por fin el ascensor se detuvo, Neil sacudió su cabeza para sacar esas ideas perversas de su mente y dirigió a Alejandra a una pequeña oficina al final del pasillo. Intentaron entrar en ella al mismo tiempo y fue inevitable el contacto entre ellos. Ella hacía rato lo ansiaba y sabía que él sentía cosas por Alejandra, pero aún no sabía qué sentía por Queen. Quería averiguarlo, así que no se apartó.
Neil se disculpó de inmediato y le permitió pasar primero. Alejandra se sentó y esperó a que Neil tomara la palabra, pero se quedó helado solo mirándola, tratando de descifrar lo que había debajo de la máscara.
No pudo evitar sonreír con satisfacción, eso era lo que buscaba, no podía ser mejor.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 29 Episodes
Comments