Los días en el refugio pasaron lentamente, mientras Zero y los demás trataban de sobrevivir y encontrar una forma de luchar contra el gobierno y las fuerzas de los robots. Pero la situación en la ciudad de Cyferworld empeoró de manera drástica a medida que pasaba el tiempo.
Después de unos días, la ciudad se convirtió en un lugar peligroso y sombrío, donde los ciudadanos eran perseguidos y cazados por los androides. El gobierno impuso un toque de queda estricto, y aquellos que se encontraban fuera de sus hogares eran considerados rebeldes y podían ser ejecutados en el acto.
Con el paso de los meses, la situación empeoró aún más. Las calles estaban vacías y los ciudadanos fueron reducidos a la esclavitud y el trabajo forzado en las empresas de robots X. La compañía se expandió y se convirtió en un monopolio, controlando la ciudad y sus recursos.
Un año después de la noche en que Zero y los demás huyeron al bosque, la ciudad de Cyferworld era un lugar irreconocible. El gobierno y las fuerzas de robots X se habían apoderado de todo, sentados en sus sillas mientras llenaban sus estómagos de riqueza y bienestar.
Nadie se acordaba de Zero y sus compañeros, solo eran rumores y fantasmas en el bosque. Nadie sabía nada y nadie esperaba nada. La ciudad estaba en un estado de oscuridad, y la esperanza parecía haber desaparecido por completo.
Después de un año desde que Zero y su equipo escaparon de la ciudad de Cyferworld, el bosque se había convertido en un lugar misterioso y peligroso. La niebla cubría el paisaje y rugidos de animales salvajes se escuchaban a lo lejos. Nadie sabía que un grupo de hacktivistas había establecido su base en medio del bosque, utilizando la naturaleza como su aliada y su escondite.
La base estaba construida con materiales naturales, utilizando árboles y piedras como estructuras de soporte. Había una pequeña cabaña donde el equipo almacenaba sus suministros y una zona de entrenamiento donde los miembros se preparaban para cazar o defenderse de los peligros del bosque.
Hydra y su equipo se habían convertido en expertos cazadores, proporcionando carne fresca y pieles para fabricar sus propias ropas y materiales. Otros miembros se dedicaban a sembrar y cosechar trigo y otros alimentos, mientras que algunos programaban y construían herramientas y armas para defenderse de los androides y otros peligros.
Zero se había convertido en el cerebro de la operación, estudiando cada movimiento del gobierno y de la empresa de robots X. Pasaba horas programando y diseñando planes para derrotar a sus enemigos y liberar a los ciudadanos de Cyferworld de su esclavitud.
Mientras tanto, los habitantes de la ciudad habían sido reducidos a la esclavitud, trabajando en las empresas de robots X y siendo controlados por el gobierno. Nadie parecía recordar a Zero y su equipo, que se habían convertido en fantasmas en la noche, trabajando en secreto para derrotar al sistema que los había traicionado.
A pesar de la difícil situación en la que se encontraban, el equipo de Zero se mantenía unido y enfocado en su objetivo. Sabían que la lucha no sería fácil, pero estaban dispuestos a arriesgarlo todo por la libertad de su pueblo y por un futuro mejor.
Cuando Zero salió de su habitación, el aire fresco del bosque inundó sus pulmones. Sus ojos se abrieron de par en par al ver a Mike, el herrero, trabajando en la forja. Se acercó a él con paso firme y le preguntó: "¿Tienes lo que te pedí, Mike?".
Mike dejó de trabajar, giró y sonrió ampliamente al ver a Zero. "¡Claro que sí! Espero que te sean útiles, pasé mucho tiempo trabajando en esas preciosuras", dijo mientras sacaba una maleta de debajo de la mesa.
Zero la abrió y quedó boquiabierto al ver dos pistolas hechas de una tecnología impresionante. Eran livianas pero potentes, y parecían estar diseñadas para abatir o destruir al enemigo. El joven hacker estaba emocionado por ponerlas a prueba, así que agradeció a Mike y se dirigió al campo de tiro.
Al llegar al campo de tiro, Zero se detuvo para observar el entorno. La vegetación era densa y exuberante, con árboles altos y ramas retorcidas. En el aire se respiraba un aroma fresco y natural que le recordaba a su infancia. Zero inhaló profundamente y exhaló lentamente antes de sacar las pistolas y apuntar hacia los objetivos.
Los disparos resonaron en el bosque, y el sonido de los casquillos caídos al suelo se mezcló con el canto de los pájaros. Zero estaba impresionado con la precisión y la potencia de las pistolas. Sabía que estas armas serían cruciales para su equipo en su lucha contra el gobierno y los robots X.
Mientras se enfocaba en el tiro, Zero se dio cuenta de que estaba en su elemento. La emoción de la acción, el sonido de los disparos y la tensión de la batalla lo habían mantenido con vida en el bosque. Ahora, con estas pistolas en sus manos, estaba más listo que nunca para enfrentar cualquier amenaza que pudiera surgir.
Zero se tomó un momento para disfrutar de la belleza del bosque, antes de guardar las pistolas. Después de un rato se determinó a regresar a la base, no podía perder más tiempo. Ana lo observó de lejos y lo saludó con una sonrisa. Ambos se miraron por un momento, había una chispa de conexión entre ellos que era difícil de ignorar. Pero Zero sabía que no era el momento ni el lugar para el romanticismo.
"¿Practicando?" preguntó Ana al notar las dos pistolas en las manos de Zero.
"Sí, ambas pistolas están muy bien hechas", respondió Zero, girando el arma en su mano.
En ese momento, Alfred detectó en Ana las mismas condiciones de ansiedad y nervios que experimentó hace un año cuando estaba sentada al lado de Zero.
"Zero, Ana está experimentando un leve cambio corporal, parece que está a punto de entrar en un estado de ansiedad".
Zero miró a Ana y le preguntó: "¿Estás bien?"
Ella asintió y le dijo que tenía que ir a su habitación para hacer algo. Zero la dejó ir y luego se volvió hacia Alfred.
"¿Lograste conseguir la información de Ana y su historial médico?" preguntó Zero.
"Aun no, Zero. La seguridad de la Ciudad de Metasplot es muy estricta, pero seguiré intentando acceder", respondió Alfred.
"Vale, cuento contigo".
Zero estaba absorto en sus pensamientos cuando la voz de Hydra lo sacó de su ensimismamiento. Había regresado de cazar con su equipo, el Escuadrón Sombra, cuyas armaduras siniestras infundían temor incluso entre los más valientes.
"¡Hey, Zero!", exclamó Hydra con su tono ronco y profundo. "¿Qué piensas de las nuevas armas que te ha fabricado Mike?"
Zero levantó la vista y se encontró con la mirada fría y penetrante de Hydra. Sabía que su compañero no se andaba con rodeos y que siempre iba al grano.
"Las acabo de probar en el campo de tiro", respondió Zero, encogiéndose de hombros. "Son muy potentes y precisas. Mike ha hecho un excelente trabajo".
Hydra asintió con aprobación. "Me alegro de que sean útiles", dijo con una sonrisa satisfecha. "Pero, qué hay de ti? ¿Qué piensas hacer ahora?"
Zero frunció el ceño, reflexionando sobre la pregunta de Hydra. No estaba seguro de lo que quería hacer a continuación. Había estado trabajando en la base de los hacktivistas durante tanto tiempo que se había vuelto su hogar, pero también sabía que había un mundo allá fuera que lo estaba esperando.
"Estoy pensando en dar un paseo", respondió finalmente. "Quiero ver cómo ha cambiado desde la última vez que estuve allí".
Hydra asintió en silencio, leyendo en la mirada de Zero que necesitaba un tiempo para reflexionar y estar solo. "Muy bien", dijo. "Pero ten cuidado. Ya sabes lo peligroso que puede ser el bosque".
Zero asintió con seriedad. Sabía muy bien lo que le esperaba allí fuera, pero también sabía que necesitaba alejarse de la base por un tiempo y poner sus pensamientos en orden.
Con una última mirada hacia Hydra y el Escuadrón Sombra, Zero se dirigió hacia la entrada de la base, con la esperanza de encontrar las respuestas que estaba buscando.
Zero se adentraba cada vez más en el bosque, con la capa que lo ocultaba y el sonido de los motores de los androides resonando en su cabeza. Mientras tanto, su mirada se dirigía hacia la ciudad de Cyferworld, que se alzaba a lo lejos. Los árboles eran imponentes y altos, y la luz del sol se filtraba por entre las hojas, creando un efecto mágico en el ambiente. Pero el ruido de los androides era inquietante, y Zero sabía que no podía bajar la guardia.
De repente, Zero escuchó un ruido a su alrededor, y supo que debía ocultarse de inmediato. Se cubrió con la capa, que estaba diseñada con una tecnología de camuflaje, y se movió sigilosamente entre los árboles. Podía ver a los androides explorando la zona, moviéndose con una eficiencia robótica que daba escalofríos.
"Alfred, ponme en contacto con todos", ordenó Zero por el intercomunicador en su oído. "Recibido, Zero", respondió su IA. Zero sabía que era momento de actuar, así que activó el estado de emergencia y pidió la aniquilación de los objetivos.
"Aquí equipo sombra, el equipo de exploradores está cerca de tu ubicación, Zero", habló Hydra por el intercomunicador. "Nosotros llegamos en cuestión de minutos, mantente al tanto".
Zero asintió y le ordenó a Alfred que activara la neblina artificial para cegar la visión de los androides. La neblina comenzó a extenderse por el bosque, reduciendo la visibilidad de los androides. Zero se movió sigilosamente, preparado para actuar en cualquier momento.
Después de unos minutos, el equipo de exploración y el equipo sombra llegaron, diciendo "Zero, estamos en posición a tu señal". Zero analizó al objetivo, que era un equipo de androides y oficiales. Entonces dijo "Rápido y sencillo". Zero apuntó su arma, activando una función de electricidad que dejaría a los androides sin funcionamiento, mientras que el resto apuntaba a los oficiales. En cuestión de segundos, dispararon al mismo tiempo, dejando todo en un simple y rotundo silencio.
Moviendo rápidamente, el equipo de exploración tomó los cuerpos y los escondió, mientras que el equipo sombra se encargó de revisar la zona en busca de cualquier otro peligro. Zero se quedó en el lugar, observando la escena, pensando en lo peligroso que era Cyferworld, una ciudad que parecía estar llena de amenazas en cada esquina.
Finalmente, Zero se comunicó con Alfred, diciendo "Alfred, necesito que revises los registros de la ciudad de Cyferworld. Hay algo extraño sucediendo aquí, y necesito saber más". Alfred respondió, "Entendido, Zero. Comenzaré a recopilar información de inmediato".
Zero y el equipo que lo acompañaba trabajaban rápidamente para desmantelar los androides y borrar cualquier registro de su ubicación en la zona. Sabían que cada segundo que pasaba aumentaba el riesgo de ser descubiertos por algún oficial de Cyferworld que patrullaba la zona.
Mientras tanto, el equipo encargado de desaparecer los cuerpos y recoger cualquier objeto de valor trabajaba en silencio, con precisión y cuidado. Sabían que cualquier error podía poner en riesgo toda la operación y, por ende, sus vidas.
De repente, uno de los miembros del equipo que recogía objetos de valor se detuvo en seco y levantó la cabeza, como si hubiera escuchado algo. Todos se quedaron en silencio, tratando de escuchar lo mismo que él. Pero el bosque estaba en calma, excepto por el sonido de las hojas movidas por el viento.
"Debemos irnos de aquí ahora", dijo el miembro del equipo, su voz temblorosa. "Siento que algo malo está por pasar".
Zero se acercó a él, tratando de mantener la calma. "No hay nada aquí, solo tu imaginación te está jugando una mala pasada", dijo mientras le daba unas palmadas en el hombro.
Pero justo en ese momento, un ruido se escuchó en la lejanía, el sonido de un motor acercándose. Todos se pusieron alerta, sus armas preparadas para cualquier eventualidad.
"¿Qué es eso?", preguntó uno de los miembros del equipo de Zero.
"No lo sé", respondió Zero, "pero es hora de retirarnos y desaparecer".
Se movieron en silencio, como sombras en el bosque, sin dejar rastro...
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 22 Episodes
Comments