Zero estaba sentado en su escritorio, tratando de procesar toda la información que Ana le había traído. Su mentor, Cisco, parecía saber mucho más de lo que él había imaginado, y estaba impresionado por lo que le había contado. En ese momento, Ana lo interrumpió con una pregunta intrigante.
"¿Recuerdas esa joven que encontraste en tu suelo muerta?" preguntó Ana.
Zero estaba sorprendido por su pregunta, "¿Cómo sabes eso?" preguntó con curiosidad.
"Bueno, Cisco sabe mucho", respondió Ana, "pero ahora la pregunta es la siguiente: ¿quién crees que tiene la capacidad de entrar al piso de alguien y poner un cuerpo como si nada?"
Zero pensó por un momento y luego respondió, "robots X".
Ana asintió con la cabeza, "correcto. Parece que alguien filtró la información sobre tu infiltración en la empresa, y la pregunta es, ¿quién?"
Zero se quedó pensando por un momento, tratando de descifrar quién podría ser el responsable de la filtración. Entonces, hablando en voz alta, dijo: "¿Será cosa de Hydra?"
Ana pareció sorprendida al escuchar ese nombre. "¿Hydra?" preguntó ella.
Zero explicó que se trataba de un hombre misterioso que le había pedido que buscara a alguien que ponía en peligro la ciudad. Resultó ser Simon Baker, el CEO de la empresa Robots X.
Ana frunció el ceño y se inclinó hacia adelante en su silla. "Eso no suena bien", dijo. "Tenemos que ser cuidadosos con lo que hacemos a continuación. No podemos permitir que Robots X se salga con la suya". pero "¿esa joven que encontré en mi piso, ¿Quién era?" dijo Zero y esta respondió "Susana Flower"
Zero se quedó en silencio por un momento, asimilando la información que Ana le había dado. "Susana Flower... ¿habías oído hablar de ella antes?", preguntó Zero.
Ana asintió. "Sí, era una miembro activa de una organización de hackers llamada Flor Oscura.la organización fue desmantelada por androides y oficiales de policía hace dos semanas. La mayoría de los miembros fueron capturados o asesinados en el proceso, y nadie sabía qué había pasado con Susana hasta que encontraste su cuerpo en tu piso".
Zero frunció el ceño. "¿Y su familia?"
Ana negó con la cabeza. "También desaparecieron. No hemos podido encontrar ninguna información sobre ellos desde que la organización fue desmantelada".
Zero se levantó de su silla con una determinación palpable en su rostro. Se movía de un lado a otro, pensando en voz alta y murmurando para sí mismo. Ana lo observaba con curiosidad, preguntándose qué ideas revoloteaban por su cabeza.
Finalmente, Zero se detuvo y encendió el bombillo. Sus ojos brillaron con una luz intensa, mientras su mente maquinaba una estrategia. "Lo tengo", dijo en voz baja.
Ana se acercó a él y preguntó con cierta inquietud, "¿Y ahora qué haces?"
Zero la miró con determinación. "Estoy pensando, Ana. Necesito concentración total".
Sin decir una palabra más, Zero se dirigió a su computadora y le ordenó a Alfred, su IA, que hiciera un escaneo del perímetro para identificar los androides que estaban patrullando la ciudad. Después de unos segundos, Alfred mostró una lista de los androides más cercanos.
"Perfecto", dijo Zero. "Ahora necesito infectar a uno de ellos para poder crear un túnel de gusano".
Ana parecía confundida. "¿Un túnel de qué?"
Zero la miró con una sonrisa. "Un túnel de gusano, en otras palabras, voy a hackear a los androides. Primero infectaré a uno para poder infiltrarme en su sistema y, una vez dentro, crearé un túnel que me permitirá acceder a todos los androides que están conectados en el servidor de la sucursal correspondiente".
Ana asintió con una mezcla de asombro y temor. "¿Eso es posible?"
Zero le respondió con seguridad. "Es muy difícil, pero no imposible. Solo necesitamos un punto de acceso, y ese punto de acceso es el androide que vamos a infectar".
Con un rápido movimiento, Zero se puso en acción. Comenzó a buscar en su código el virus adecuado para infectar al androide seleccionado y, una vez que lo encontró, lo cargó en su dispositivo de transmisión.
Zero sostuvo el dispositivo en sus manos, observando cómo la luz roja parpadeaba frenéticamente. Sabía que tenía que actuar rápido si quería evitar una catástrofe.
"Ahora viene lo difícil", susurró Zero para sí mismo, su voz apenas audible en la habitación. "Necesitaré acercarme a un androide y insertar este dispositivo en algún puerto que el androide tenga disponible."
Ana frunció el ceño, claramente preocupada. "Estás loco", dijo ella. "Se te olvidó que los androides van de dos en dos. Es complicado luchar contra dos androides sin dispararles."
Pero la sonrisa de Zero se encendió con vigor, mostrando una determinación que Ana nunca antes había visto. "Ahí está el asunto", dijo Zero. "Alfred mandará una señal de desvío, la cual desviará a uno de los androides compañeros por unos minutos. Y yo me acercaré para injertar el dispositivo. Ya que mi identidad no puede ser identificada, será difícil para el androide identificarla. Seguramente su programación se tornará algo confusa
hasta que pase a un respaldo de investigación y verme como una amenaza no existente".
Zero salió del lugar donde se encontraba con Ana, dejándola a cargo de la vigilancia. Mientras se alejaba, pudo sentir la tensión creciendo en su cuerpo. Sabía que esta era una misión crucial, y no podía permitirse ningún error.
El puerto estaba en medio de una zona industrial, rodeado de enormes contenedores de metal y grandes edificios de cristal. Las luces parpadeantes de las máquinas y la oscuridad de la noche le daban al lugar un aspecto ominoso.
Zero esperó pacientemente a que la primera patrulla de androides pasara cerca del puerto. Mientras tanto, examinó el entorno con detalle, asegurándose de que no hubiera ninguna trampa o amenaza oculta.
Finalmente, la patrulla apareció en el horizonte, avanzando con precisión y velocidad. Los androides eran máquinas perfectas, con cuerpos de metal y ojos de luz roja que parecían mirar todo a su alrededor.
Zero tomó su dispositivo de transmisión y se acercó cautelosamente a uno de los androides. Su corazón latía con fuerza mientras se preparaba para su siguiente movimiento.
"Alfred, ¿todo listo?", susurró Zero a través del micrófono.
"Todo listo, Zero. A tu señal", respondió Alfred.
Zero observó cómo la patrulla se acercaba cada vez más. Esperó a que estuvieran lo suficientemente cerca, y luego, con un movimiento rápido, Alfred envió la señal de desvío a uno de los androides, que se desvió de su trayectoria original y se acercó a Zero.
El androide lo miró fijamente, apuntando su arma láser hacia él mientras intentaba identificarlo en su base de datos. Pero no había registro de Zero en sus sistemas.
"Sin identificar. Recalculando. Reinicio de sistema. Activando respaldo... Amenaza desconocida", dijo el androide, mientras comenzaba a reiniciar su programa.
Aprovechando la confusión momentánea del androide, Zero se acercó rápidamente y conectó el dispositivo de transmisión al puerto disponible en su cuerpo mecánico. Luego, se alejó a la sombra y esperó pacientemente mientras el virus se cargaba en el sistema del androide.
Pasaron diez largos segundos antes de que el androide terminara de cargar sus sistemas. Cuando finalmente se dio cuenta de su entorno, había desaparecido sin dejar rastro.
"Misión cumplida", susurró para sí mismo mientras se alejaba sigilosamente en la oscuridad.
Zero entra en la base con una sonrisa en el rostro. Ana lo saluda con entusiasmo. "Buen trabajo, chico fantasma", dice ella, mientras se acerca para abrazarlo.
Alfred interrumpe su momento de felicidad con una actualización. "Zero, el dispositivo ha logrado infectar exitosamente al androide. Su número de serie es el 199923, protocolo Arcana. Dentro de tres horas, regresará a la sucursal correspondiente, la cual se encuentra en el centro de la ciudad. Es una pequeña sucursal que trabaja junto a la oficina de la policía de Cyferworld".
Zero asiente con aprobación. "Esperemos que todo salga bien sin ningún percance".
Ana, preocupada, interviene. "Y dime, ¿qué planeas hacer? Estás infectando toda una sucursal de androides. Sabes que hay muchas sucursales alrededor de la ciudad y en las afueras, ¿no?"
Zero se toma un momento antes de responder. "Tranquila, un paso a la vez", dice él, tratando de calmarla.
Mientras Zero se acomodaba en la silla, Ana se mostraba inquieta y nerviosa. Alfred, la IA, notó la ansiedad en ella y lo mencionó en voz alta. Zero, al percatarse del comentario de Alfred, se volteó para mirar a Ana y le preguntó si se encontraba bien.
Ana pareció esquivar la pregunta de Zero y respondió con un tono casual, "tengo algo de hambre, ¿quieren que les traiga algo?" Zero aceptó la oferta y le dijo, "Está bien, cualquier cosa está bien." Pero mientras Ana se alejaba, Zero la observaba con sospecha.
Después de unos minutos de silencio, Zero se volteó hacia Alfred y le preguntó, "¿Qué patrones de ansiedad has notado en Ana?" Alfred respondió con su voz robotizada, "He notado un aumento en la frecuencia cardíaca, cambios en la temperatura corporal y sudoración excesiva en las palmas de las manos. Estos patrones sugieren que Ana se encuentra en un estado de ansiedad elevada."
Zero frunció el ceño y dijo, "¿Algo en particular que pueda estar causando su ansiedad?" Alfred respondió, "No tengo suficiente información para determinar la causa exacta de su ansiedad. Sin embargo, puedo acceder al historial medico de la ciudad de Metasplot y realizar una búsqueda en su historial de datos para ver si hay algún evento reciente que pueda estar relacionado." "quiero que lo hagas y seas muy sigiloso" dijo Zero mientras se frotaba la barbilla.
Zero no podía evitar sentir que algo no estaba bien con Ana. Aunque ella había sido una valiosa aliada y parecía tener buenas intenciones. Sin embargo, el hecho de que ella conociera a Cisco, le hacía dudar de sus sospechas. No quería saltar a conclusiones sin pruebas concretas, pero tampoco quería dejar nada al azar. Esta vez, Zero estaba decidido a mantenerse alerta y evitar ser tomado por sorpresa por cualquier eventualidad.
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