Capitulo 8 El Sacudimiento

Zero y Ana observaron con incredulidad cómo Hydra, aquel hombre que les había contratado para un trabajo en el pasado, se sentaba en la barra con una confianza abrumadora. Zero dio la señal a su IA, Alfred, para cerrar las rejas del bar y asegurarse de que nadie pudiera entrar o salir sin su permiso.

"Si eres Hydra, entonces me dirás la información clave que estaba en el dispositivo que te di de la empresa Robots X", dijo Zero con un tono firme y desconfiado.

Hydra suspiró y pareció pensativo por un momento. "Que desconfiado era chico", dijo con una sonrisa socarrona. "La información, o mejor dicho, el virus que infectó todos los servidores de Robots X fue anulado. Al parecer, alguien se nos adelantó y eliminó cualquier rastro de la operación".

con una mirada de disgusto pregunto. "Entonces, ¿que hay de la información sobre el jefe Simon Baker?"

Hydra se encogió de hombros. "Ya sabía quién era Baker y lo que hacía. Pero necesitaba saber si estabas a la altura del trabajo".

Ana, quien había estado observando silenciosamente, finalmente habló. "¿Por qué contrataste a zero si ya sabías todo eso?"

Hydra se volvió hacia ella con una sonrisa astuta. "Quería ver si eras capaz de completar el trabajo de todos modos. Y, por supuesto, para asegurarme de que no hablarías si algo salía mal".

Zero apretó los dientes con frustración. "No sabía que estabas planeando eso".

Hydra se encogió de hombros. "Era solo una precaución. Pero no te preocupes, Zero, estoy porque tenemos objetivos en comunes".

Zero frunció el ceño, pero decidió escuchar lo que Hydra tenía que decir. "¿Qué quieres decir con eso?" preguntó.

Hydra sonrió misteriosamente. "la empresa Robots X es una empresa que trabaja de manera sutil por ordenes del gobieno, lo cual ya sabras, el asunto es que sus planes son tan turbios que no me puedo quedar de brazos cruzados, quiero decir es malo para el negoció".

Zero se puso en alerta. "¿De que estás hablando?"

Hydra tomó un sorbo de su bebida y dijo con una voz grave y amenazadora: "Robots X estan planeando controlar la ciudad entera".

Zero frunció el ceño, desconfiado. "¿Por qué debería confiar en ti, Hydra? ¿Cómo sé que no estás jugando un juego más grande aquí?"

Hydra se encogió de hombros con indiferencia. "Entiendo que puedas estar preocupado, pero no tienes muchas opciones, ¿verdad? Si Robots X tiene la intención de controlar la ciudad, entonces necesitarás toda la ayuda que puedas obtener".

Zero se quedó en silencio, considerando las palabras de Hydra. Si lo que decía era cierto, entonces estaban frente a una amenaza mucho más grande de lo que habían imaginado. No podía permitirse el lujo de ser demasiado desconfiado.

Finalmente, suspiró. "Muy bien. ¿Qué necesitas que hagamos?"

Hydra sonrió. "Muy simple. Necesito que me ayuden a descubrir lo que está sucediendo en Robots X. Necesito que entren en sus servidores y descubran lo que están planeando".

Zero y Ana intercambiaron una mirada, y Zero asintió. "Lo haremos. Pero necesitamos más información".

Hydra asintió con la cabeza. "Por supuesto. Tengo algunos contactos dentro de Robots X que pueden ayudarlos. Pero necesitamos actuar rápido. El tiempo se está acabando".

Con eso, Hydra se levantó de su asiento y se dirigió hacia la salida del bar. "Los contactaré pronto", dijo antes de desaparecer por la puerta.

Zero y Ana se quedaron sentados en silencio, contemplando lo que acababa de suceder. Sabían que habían entrado en un territorio peligroso, pero también sabían que no había vuelta atrás ahora.

mientras Zero parecía estar absorto en sus propios pensamientos. Ana lo miró preocupada y le preguntó: "¿Estás bien, Zero? Pareces distante".

Zero sacudió la cabeza y miró a Ana. "La verdad, no estoy seguro. Todo esto es demasiado grande para nosotros, Ana. Si lo que Hydra está diciendo es cierto, entonces Robots X está tratando de controlar la ciudad. No sé cómo vamos a lidiar con eso".

Ana asintió, entendiendo la preocupación de su amigo. "Pero no podemos dejar que eso suceda, Zero. Tenemos que hacer algo al respecto".

Zero la miró con agradecimiento. "Lo sé, Ana. Pero primero tenemos que llegar a la base y evaluar la situación. Quiero que te adelantes, yo iré enseguida".

Ana asintió y se dirigió rápidamente hacia la base, mientras Zero se quedó en el bar con Hydra, tratando de procesar toda la información que acababa de recibir.

Zero caminaba por las calles desiertas de la ciudad, la luz de los faroles hacía que su sombra se estirara por el suelo oscuro. El ambiente era tétrico, con un viento frío que cortaba la piel. En su camino, pudo observar cómo un grupo de androides arrestaba a unos chicos en una esquina oscura, mientras los registraban en busca de objetos ilegales.

Zero no pudo evitar sentir una sensación de impotencia ante el sistema de justicia que se estaba aplicando en la ciudad. Sin embargo, su atención fue capturada por unos ruidos que venían de una calle cercana. Se acercó con sigilo y pudo ver cómo dos oficiales de policía estaban arrastrando a una joven hacia un callejón.

La joven gritaba y pedía ayuda mientras los oficiales le decían cosas horribles. "Apresúrate, los de Robots X quieren experimentar con un cuerpo joven", dijo uno de ellos con una sonrisa malévola en su rostro.

La ira se apoderó de Zero y, sin pensarlo dos veces, sacó su arma en modo silencio y se colocó su capucha oscura. Con rapidez, disparó a ambos oficiales en la cabeza, dejándolos inconscientes. "Escoria", dijo en voz baja mientras se acercaba a la joven indefensa.

"Ve a casa y escóndete", le dijo a la joven, quien le agradeció entre lágrimas. Zero la observó alejarse antes de seguir su camino hacia la base. El incidente que acababa de presenciar lo dejó pensativo, cuestionando el verdadero propósito de los androides y la justicia en la ciudad.

Zero tomó un camino distinto para llegar a la base, optando por callejones más oscuros y poco transitados. A pesar de la oscuridad, podía ver lo suficiente gracias a sus sentidos agudos y la tecnología de sus implantes. Los sonidos de la lluvia y los relámpagos le daban un toque de tensión al ambiente.

Caminó con paso rápido y firme, siempre atento.

Zero llegó finalmente a la base, donde Ana lo recibió con una mezcla de alivio y preocupación en su rostro. "Por fin llegas, Zero", dijo Ana. "Tenemos un asunto... Alfred, ¿puedes informarle?". La IA Alfred respondió de inmediato: "Zero... tenemos problemas, será mejor que eches un vistazo". La tensión en la habitación se podía cortar con un cuchillo. a su alrededor.

Zero miró la pantalla con incredulidad, sus ojos clavados en la escena que se desarrollaba frente a él. La tensión en el ambiente era palpable, y Ana y Alfred parecían igualmente perturbados. Las imágenes en la pantalla mostraban a un grupo de oficiales que parecían estar llevando a cabo una verificación de identidad, pero de repente uno de ellos se llevó la mano al oído y comenzó a dar órdenes a sus compañeros. En un abrir y cerrar de ojos, los oficiales sacaron sus armas y comenzaron a disparar indiscriminadamente a los jóvenes que estaban siendo interrogados.

Zero sintió un nudo en el estómago y su mandíbula se tensó. La pantalla mostraba la escena de los jóvenes siendo cargados en un camión con el logo de Robots X. "Maldición", murmuró Zero, "esto es peor de lo que pensé". Ana y Alfred asintieron en silencio, sabiendo que la situación era grave.

"Tenemos que actuar rápido", dijo Zero con voz grave, "tenemos que averiguar más sobre lo que está pasando y detenerlos antes de que hagan más daño".

Ana asintió, "sabemos que Robots X está detrás de esto, tenemos que investigar más a fondo y encontrar pruebas".

El ambiente se llenó de tensión mientras el equipo discutía su siguiente movimiento. Zero sabía que tenían que actuar con cautela y rapidez, pero también sabía que estaban en una situación peligrosa. La pantalla mostraba la imagen de los jóvenes inocentes siendo asesinados a sangre fría, y Zero sabía que tenía que hacer todo lo posible para evitar que se repitiera.

Zero se levantó de su silla, la mirada fija y decidida. Ana lo observó con sorpresa y curiosidad mientras él hablaba con determinación.

"Al diablo con las pruebas", dijo Zero con un tono firme. "Esta vez haremos algo diferente".

Ana frunció el ceño, preguntando con voz suave: "¿Qué tienes en mente?"

Zero respiró profundamente antes de responder, sus ojos clavados en los de Ana. "Vamos a subir todo lo que tengamos, vamos a hackear los hologramas de toda la ciudad y mostrar todo este contenido. Crearemos una voz falsa, para dar la alerta. La ciudad necesita saber todo".

Ana asintió en silencio, sabiendo que Zero tenía razón. La situación era desesperada y necesitaban actuar con rapidez y determinación.

Zero comenzó a teclear frenéticamente en su computadora, su mente enfocada en el objetivo de exponer a los responsables de los asesinatos. Mientras tanto, la tensión en la habitación se hacía cada vez más palpable, los dedos de Ana tamborileando sobre la mesa mientras observaba la pantalla.

Zero sudaba profusamente mientras tecleaba con rapidez en su computadora. Sabía que si algo salía mal, podrían rastrear su ubicación y acabar con ellos. Pero no podía permitir que los ciudadanos de Cyferworld siguieran siendo víctimas de las maquinaciones de Robots X.

Finalmente, después de varios minutos de intensa concentración, Zero logró saltar todas las brechas de seguridad y llegó al momento de cargar los videos. "Alfred, ¿estás listo?", preguntó con voz tensa.

"Sí, a tu señal, Zero", respondió la IA.

Zero presionó Enter con decisión, y la pantalla de todos los hologramas en la ciudad comenzó a mostrar las imágenes de los videos que habían recuperado. Los nombres de la empresa Robots X aparecieron en cada pantalla, y una voz distorsionada comenzó a hablar.

"¡Ciudadanos de Cyferworld!", gritó la voz, llena de rabia y desesperación. "Escuchen atentamente. La empresa Robots X ha estado planeando y ejecutando planes malvados contra todos ustedes. Han estado recopilando sus datos personales y utilizando la información para su beneficio. Han estado manipulando los sistemas para controlar sus vidas. ¡Esto tiene que detenerse!"

Zero observaba con satisfacción cómo la voz falsa informaba a la ciudadanía sobre las maquinaciones de la empresa malvada. Sabía que estaban poniendo su vida en peligro, pero no podía quedarse de brazos cruzados mientras los ciudadanos de Cyferworld seguían siendo oprimidos.

La tensión en la habitación era palpable mientras observaban cómo los hologramas llenaban la ciudad con la información que habían obtenido. Sabían que Robots X no se quedaría de brazos cruzados y que tendrían que estar preparados para cualquier cosa que viniera después.

Mientras el holograma terminaba de exponer todas las terribles acciones de Robots X, los ciudadanos de Cyferworld se quedaron en shock y comenzaron a quejarse y a montar huelga. De repente, varias explosiones sacudieron la ciudad en distintos puntos, creando una sensación de caos y destrucción.

Zero frunció el ceño mientras observaba la escena desde la pantalla de su ordenador. "¿Qué demonios está pasando?" preguntó, más para sí mismo que para los demás.

Ana miró a Alfred, que estaba tecleando frenéticamente en su ordenador. "Están atacando la ciudad", dijo Alfred con voz tensa. "Hay explosiones en varios puntos, parece que están coordinadas".

"Tenemos que hacer algo", dijo Ana decidida. "No podemos dejar que destruyan la ciudad".

"Estoy de acuerdo", dijo Zero. "Pero primero tenemos que asegurarnos de que todos están a salvo".

Los tres se levantaron de sus asientos y se dirigieron hacia la salida. Zero sabía que tenían que actuar rápido si querían minimizar los daños y descubrir quién estaba detrás de los ataques.

Mientras se dirigían hacia la puerta de la base, otra explosión resonó en la distancia, sacudiendo el suelo debajo de ellos. Zero apretó los dientes y aceleró el paso. "Vamos", dijo, "no tenemos tiempo que perder".

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