capitulo 4 Reubicacion

Después de la explosión en el piso de Zero, su mente estaba en un torbellino de pensamientos confusos y preocupantes. La joven muerta y el escenario parecían estar diseñados para incriminarlo, y se preguntaba quién podría estar detrás de todo eso. Pero lo que más lo desconcertaba era cómo había pasado desapercibido por Alfred, su fiel sistema de seguridad.

Zero caminaba por las calles desiertas hacia un puerto cercano, tratando de mantenerse en las sombras para no llamar la atención. Su mente seguía divagando en todas las posibilidades, mientras que la sensación de misterio y peligro se intensificaba con cada paso que daba.

Finalmente, llegó a un almacén abandonado y abrió una reja oxidada. Al entrar, se encontró con una habitación oscura y polvorienta. Pero conforme se adentraba en ella, las luces se encendían automáticamente, revelando varias computadoras y portátiles ordenados sobre una mesa. Todo estaba listo para una emergencia.

Zero se quedó sorprendido, y una sonrisa deslizó en su rostro. "Tenía este lugar reservado por si algo sucedía", murmuró para sí mismo. "Y parece que me vino de maravilla".

Se sentó frente a una de las computadoras y comenzó a teclear rápidamente. En la pantalla, aparecieron varias imágenes de cámaras de seguridad en tiempo real, mostrando la ciudad en diferentes ángulos. Pero también había algo extraño. En cada pantalla, una frase extraña parpadeaba: "No eres tan astuto como crees".

Zero sintió un escalofrío recorrer su espalda. Todo parecía estar conectado, pero ¿cómo? ¿Y quién estaba detrás de todo esto? Zero sabía que tenía que ser cuidadoso si quería sobrevivir a esta conspiración. Sus enemigos eran más astutos y peligrosos de lo que había pensado, y tendría que poner en práctica todo su ingenio para salir victorioso.

Mientras tanto, las sombras se agitaban fuera del almacén, y un susurro inquietante parecía flotar en el aire. Zero cerró los ojos y se concentró en sus pensamientos, planeando su próxima jugada.

Zero se sentó frente a las computadoras, mirando fijamente la pantalla mientras conectaba su dispositivo USB. Tomó una respiración profunda antes de hablar: "Alfred, ¿estás ahí?"

Hubo una pausa antes de que Alfred respondiera: "Sí, Zero, estoy aquí. Me estaba preocupando. ¿Qué pasó?"

Zero tomó otra respiración profunda antes de explicar todo lo que había sucedido: la chica muerta en el piso de su departamento, la policía y cómo tuvo que quemar su propia casa para borrar sus huellas. Alfred estaba atónito: "No puede ser. No detecté ninguna intrusión y nadie estuvo en el departamento esa noche".

La mente de Zero se aceleró mientras trataba de entender todo. ¿Cómo alguien pudo entrar sin que Alfred lo detectara? ¿Fue todo un plan? Sabía que tenía que actuar rápido: "Alfred, necesitamos desaparecer. Quiero que borres todas las huellas de nuestra existencia. Quiero que reprogrames todo desde cero. No quiero que nadie sepa dónde estamos o qué estamos haciendo".

Alfred pausó por un momento antes de responder: "Entendido, Zero. Me pondré a trabajar de inmediato. Pero, ¿qué pasa con tu plan para derribar a los funcionarios corruptos del gobierno?"

La mandíbula de Zero se tensó al responder: "Tendremos que posponer eso por ahora. Tenemos que centrarnos en sobrevivir. No sabemos quién nos persigue ni qué quieren. No podemos arriesgar nada"

"Entendido zero"

Zero estaba sentado en su silla de trabajo, concentrado en la pantalla de su ordenador mientras su IA inteligente, Alfred, comenzaba a procesar una enorme cantidad de datos. La habitación estaba sumida en un silencio casi absoluto, interrumpido solo por el ligero zumbido de los ventiladores de los equipos.

De repente, un ruido llamó la atención de Zero. La puerta de su despacho se abrió repentinamente y sin previo aviso. Como un rayo, Zero extendió su mano sobre la prótesis de su pierna y sacó su pistola, apuntando hacia la puerta. La adrenalina corrió por sus venas mientras examinaba rápidamente la figura que había entrado en la habitación.

¿Quién eres? ¿Qué haces aquí? - preguntó Zero en un tono firme y decidido.

De repente, una voz femenina resonó en la habitación, interrumpiendo la tensión del momento.

Tranquilo chaval, menudo lío has montado. Al parecer, Cisco tuvo razón al enviarme para saber cómo estás - dijo la joven con una sonrisa en su rostro.

La figura femenina, de pelo negro corto y con una actitud segura y desafiante, entró en la habitación. Vestía de una manera casual y llevaba una pequeña bolsa colgando de su hombro. Zero la observó detenidamente mientras bajaba su arma y relajaba su postura.

La joven tenía una belleza única y un carisma especial. Sus ojos azules eran penetrantes y su mirada desafiante. Su cabello estaba cortado en un estilo asimétrico y rebelde, lo que la hacía destacar en la habitación.

Zero la observó con curiosidad mientras la joven se acercaba a él con una sonrisa amistosa. Parecía conocerlo de antes, pero no podía recordar su nombre.

Me alegro de que estés bien, Zero. Pensé que nunca te encontraría - dijo la joven mientras sostenía una bolsa.

Cuando Zero escuchó el nombre de Cisco, un peso se levantó de sus hombros. Sabía que su viejo mentor nunca le haría daño, por lo que si la joven frente a él conocía el nombre de Cisco, debía estar allí para ayudar.

"¿Qué hay en la bolsa?" preguntó Zero, con una mezcla de curiosidad y temor.

La joven lo miró con una sonrisa enigmática antes de responder: "Información que Cisco quiso que te entregara". Sacó la bolsa de su bolso y la colocó en el escritorio frente a Zero.

Zero miró la bolsa con curiosidad, pero antes de que pudiera preguntar más, la joven le respondió a todas sus preguntas.

"Me llamo Ana", dijo ella. "Y en cuanto a cómo encontré este lugar, digamos que Cisco me proporcionó toda la información necesaria".

Zero frunció el ceño. No sabía qué tipo de información Cisco le había dado a Ana, pero eso no le importaba en ese momento. Lo que realmente le importaba era la información que había dentro de la bolsa.

"¿Qué tipo de información es?" preguntó Zero, con voz tensa.

La joven sonrió de nuevo, esta vez con una mezcla de malicia y diversión.

"Oh, nada que puedas imaginar", dijo ella, con voz suave pero amenazante. "Solo algo que podría cambiar tu vida por completo".

Zero tragó saliva. Sabía que no podía confiar en Ana por completo, pero también sabía que necesitaba su ayuda. Tenía que saber qué había dentro de la bolsa.

"¿Puedo ver la información?" preguntó Zero.

Ana asintió y abrió la bolsa. Sacó un sobre y se lo entregó a Zero.

Zero tomó el sobre con manos temblorosas. Dentro había una llave encriptada que contenía información valiosa, pero lo que descubrió al conectarla a su ordenador lo dejó sin aliento. Las pantallas se iluminaron con una imagen macabra: la empresa Robots X estaba eliminando ciudadanos de la ciudad de Cyferworld. Seleccionaban a sus víctimas según la información proporcionada por los chips de ubicación, que incluían detalles sobre el estado económico, el estatus social y cualquier otra información delicada. Los más pobres y vulnerables eran los objetivos principales.

Zero se quedó paralizado, sin poder creer lo que estaba viendo. ¿Cómo podía ser posible que una empresa pudiera decidir quién vivía y quién moría? Pero al mirar más de cerca la información en las pantallas, comenzó a ver patrones y conexiones que antes no había notado. Era como si las piezas de un rompecabezas se estuvieran uniendo ante sus ojos.

Entonces se dio cuenta de que la empresa Robots X no actuaba sola. El gobierno estaba detrás de todo esto, proporcionando información delicada para ayudar a la empresa a elegir sus víctimas. Zero sintió una ola de ira y desesperación al pensar en la injusticia de todo esto. ¿Cómo podía el gobierno permitir algo así?

Decidió que tenía que hacer algo al respecto. Sabía que estaba en peligro, pero no podía quedarse de brazos cruzados mientras la gente estaba siendo asesinada por una empresa despiadada.

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