El bote seguía avanzando en silencio, apenas dejando una estela de agua en su camino. La neblina densa que rodeaba el río ocultaba todo a su alrededor, lo que les daba un poco de alivio al grupo. Hydra, el miembro más impaciente del equipo, no podía evitar preguntar a Zero qué harían a continuación.
"Chico, ahora que haremos?" inquirió Hydra, tratando de no perder la paciencia.
Zero mantuvo su calma y le respondió en un tono sereno "Hay una base secreta en el bosque que establecí hace años en el peor de las circunstancias".
Ana asintió con la cabeza, agradecida por tener un plan. "Es bueno saber que Cisco te proporcionó todo lo que necesitarías" dijo Ana, reconociendo la previsión de Zero.
Zero giró hacia Ana y le preguntó "¿Estás bien Ana?"
"Todo es tan confuso" confesó Ana, "no pensaba que las cosas terminarían así".
"Ni yo tampoco" admitió Zero.
El bote continuó su camino en la neblina, llevando consigo a un grupo de rebeldes que buscaban un nuevo comienzo, un lugar donde pudieran estar a salvo de las garras del gobierno. La base secreta en el bosque podría ser su mejor oportunidad para lograrlo.
El bote se detuvo en la orilla del río, dejando a Hydra, Ana, Zero y su equipo en medio de un bosque frondoso y oscuro. La neblina persistía en el ambiente, otorgando un aspecto enigmático al lugar. Los árboles se alzaban altos, sus ramas se extendían como dedos hacia el cielo, mientras que el follaje creaba un techo tupido que ocultaba la luz del sol, dejando sólo un resplandor débil a su alrededor.
Zero lideró el camino, seguido de cerca por Ana y Hydra, avanzando hacia lo profundo del bosque. Cada paso que daban era acompasado por el crujido de hojas secas y ramas rotas. El silencio que los rodeaba sólo se veía interrumpido por los sonidos de los animales nocturnos y el susurro del viento.
Mientras caminaban, Zero sacó su dispositivo de comunicación y contactó con Alfred, la inteligencia artificial que estaba controlando el lugar seguro. "Alfred, desactiva las trampas hasta que lleguemos al refugio, después de eso actívalas de nuevo", le dijo en un susurro. Alfred, respondiendo desde el dispositivo, asintió y dijo: "Entendido, Zero. Desactivaré temporalmente las trampas de seguridad".
Después de unos minutos de caminar, llegaron a un claro en el bosque donde se encontraba el refugio de Zero. Era un edificio oculto por la vegetación que lo rodeaba, con un diseño minimalista, pero suficiente para satisfacer las necesidades de aquellos que buscaban refugio. Zero abrió la puerta y encendió la luz. El interior estaba iluminado por paneles solares, que proporcionaban una luz tenue pero suficiente para ver lo que había adentro.
El refugio estaba equipado con todo lo que necesitaban: suministros de alimentos, agua y medicinas. La zona de descanso estaba equipada con camas, mantas y almohadas, todo ello cuidadosamente organizado. Zero encendió la computadora principal, y comenzó a trabajar en un plan para su próximo movimiento mientras que Hydra y Ana se aseguraban de que todo estuviera en orden.
Desde que Zero, Ana, Hydra y los ciudadanos lograron llegar a la base, Zero aprovechó para alejarse por un momento de su ordenador y verificar que todo estuviera en correcto funcionamiento. Fue entonces cuando decidió hablar con Hydra.
"Ahora que estamos todos aquí, hemos logrado evadir al enemigo. Seguramente ahora mismo nos den por muertos o perdidos. Los chips de ubicación los localizará muy lejos de aquí, pero ahora tengo que pedir tu confianza, Hydra, y que me digas quién eres y cómo es que no hay datos de ti ni de tu equipo. Necesitaré honestidad, si a partir de ahora estamos en esto juntos o no?", dijo Zero.
Hydra miró al chico y a Ana, quienes estaban escuchando atentamente, y les dijo: "Muy bien chico, te has ganado mi confianza. Yo soy el líder de un equipo activista que trabaja en el bajo mundo. Quizás te sonará el nombre 'La Mafia de Grindel'. Yo soy el líder y primer opositor entre el gobierno y su sistema corrupto. Verás chico, aunque nuestro nombre de algo de miedo, no vendemos drogas ni dañamos a nadie. Nos encargamos de hacer justicia desde las sombras".
Zero y Ana se quedaron sorprendidos, ya que el nombre de la Mafia era muy conocido por ser peligrosos y también por el hecho de que no se sabía nada de ellos ni de su equipo. La conversación continuó entre ellos mientras los ciudadanos se preparaban para descansar y recuperar fuerzas para lo que vendría a continuación.
Después de la presentación de Hydra y su equipo, Zero no podía evitar sentir una mezcla de emoción y preocupación. Por un lado, había ganado una alianza importante en su lucha contra el gobierno corrupto, pero por otro lado, no sabía exactamente qué eran capaces de hacer.
Mientras los ciudadanos se instalaban en la base, Zero aprovechó un momento de calma para hablar con Hydra. Se sentaron juntos en una esquina de la sala principal y comenzaron a discutir sus planes futuros.
Zero se sorprendió al descubrir que Hydra y su equipo habían estado trabajando en la lucha contra el gobierno corrupto durante años, y que habían desarrollado una gran cantidad de habilidades y recursos que podrían ser útiles en su lucha.
Pero mientras hablaban, Zero no podía evitar sentir una sensación de urgencia. Sabía que los suministros se agotarían con el tiempo, y que tendrían que encontrar una manera de sobrevivir por sí mismos.
Después de un rato, Ana y Zero se retiraron a la habitación donde estaban las computadoras y los ordenadores. Allí, Ana preguntó a Zero sobre su plan para el futuro, y le preguntó qué harían cuando se les acabaran los suministros.
Zero se quedó pensativo por un momento, y luego respondió con una sonrisa irónica: "Tienes razón, Ana. No tendremos más remedio que cazar nuestro propio alimento y fabricar nuestras propias armas y municiones. Pero no te preocupes, tenemos todo lo que necesitamos aquí para hacerlo".
Mientras hablaban, Zero miraba hacia las pantallas de las computadoras, pensando en los desafíos que tendrían que enfrentar en los días venideros. Pero también sentía una sensación de determinación, sabiendo que estaban juntos en esto y que no se rendirían hasta que la justicia prevaleciera
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