Capítulo 20: Deseo

Max regresó hacia la parte en la que el se encontraba escondido, esté lugar lo encontró cuando era un niño, nadie ingresaba a ese lugar, ni siquiera los sirvientes, al llegar a ese lugar una persona estaba ahí.

- Majestad no es momento de ser débiles y lo sabe muy bien, he encontrado varios candidatos de la nobleza que podrían ayudarnos a derrocar al rey de una vez - *Dijo Aquel hombre serio*

Ese hombre era el heredero del Marquesado Blankchertt, esto fue porque el Emperador despojo a su familia de sus riquezas, por una supuesta mina de diamantes que el quería, destrozó todo el legado que sus antepasados habían construido, aquel Marquesado tan próspero no es más que un lugar desértico sin vida alrededor.

- Lo sé Emiliano, pero no puedo evitar preocuparme por ella, sé que ella también quiere cambiar las cosas, solo que... - *Dijo Max pero fue interrumpido*

- Entonces porque no le dices la verdad, ella podría ayudarnos con el plan y ser un apoyo porque ella será la heredera del Condado Novak, sería una herramienta importante para nosotros - *Dijo Emiliano convencido en sus palabras*

- ¡¡¿Qué?!!, eso no, no pienso utilizarla, suficiente daño ha vivido, no pienso involucrarla de esa manera - *Dijo Max algo molesto*

- Entonces no te involucres con ella, necesitamos tu atención absoluta aquí y ahora, si ella no será de ayuda no hagas que se mata en algo que puede ser peligroso - *Dijo Emiliana bastante serio*

Max suspiró y comenzó a leer la lista de candidatos para ayudarlo en su rebelión, no tomara el trono, el se lo dará a alguien que sea digno de este por ello una vez todo acabe se marchara del Imperio como siempre deseo.

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Amarilis llegó hasta su hogar, ya no quería estar más en ese palacio, subió a su habitación y comenzó a quitarse la ropa para poder darse un baño, empezó a tallar su cuerpo muy fuerte y utilizar agua helada para limpiar su cuerpo, hasta que terminó, al verse al espejo y ver su boca comenzó a lavarse la boca, una y otra vez.

El Conde Magnus llegó a la mansión, estaba muy preocupado por Amarilis quien salió asustada del palacio y quería saber que había ocurrido, Annabelle también quería ir con ella, solo que trataría un poco en llegar debido a que vendrá con el Duque Alejandro, así que Magnus fue hasta la habitación de Amarilis, pidió pasar, pero no había respuesta, así que lo siguió intentando, hasta que abrió la puerta a la fuerza, busco a su hija por la habitación, hasta llegar al baño.

La puerta estaba entreabierta así que miro y lo que vio lo asustó mucho, Amarilis estaba lavando su boca, solo que está ya tenía sangre por la forma de brusca de tallarse los dientes, el pequeño lavamanos estaba con grandes manchas de sangré.

Magnus fue hasta ella y le quito las cosas, al intentar hablarle, noto su mirada perdida, así que la abrazo y la llevo hasta su cama, llamo de manera urgente al doctor mientras seguía abrazando a su hija quien también lloraba con unos ojos tan tristes y sin brillo.

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...Días Después...

En todo el Reino ya sabían quién sería la futura princesa heredera, muchas damas estaban sorprendidas y otras enojadas, Amarilis había sido seleccionada como la prometida del príncipe Augustus por lo que muchas propuestas por parte del Emperador eran llegadas al Conde Magnus, el no estaba nada feliz con eso.

- Padre yo lo siento, todo esto es mi culpa - *Dijo Amarilis de rodillas pidiendo perdón*

- Ah hija no es tu culpa, tu cómo sabrías que es poco hombre te besaría en frente de todos y que su padre se prestará para ello - *Dijo el Conde Magnus muy molesto*

Para muchas personas el que su hija sea seleccionada para ser una princesa o incluso la futura gobernante era todo un honor, pero Magnus no lo veía así, al contrario, era toda una deshonra para sus hijas, el Emperador y su hijo se viven diciendo que son justos y apoyan a los más débiles, cundo en realidad son los seres más corruptos y a los plebeyos ni un centavo le dan.

Esto ha hecho que el Imperio poco a poco entre en una crisis económica, mucha gente plebeya muere por desnutrición, agua o enfermedad y el Emperador no ha hecho otra cosa más que culpar a los mercenarios y criminales que rondan en los pueblos, esto le molesta mucho y no puede hacer nada.

- Amarilis por favor, te pido, te suplico que no cambies tus ideales en ayudar a la gente, los tiempos que vienen serán muy duros para la gente y posiblemente muchos mueran, así que tú tendrás que ayudarlos si es posible, entendido - *Dijo Magnus mirando fijamente a su hija*

- Por supuesto, yo ayudaré a las personas, cuánto más pueda - *Dijo Amarilis haciendo una reverencia a su padre*

Ella finalmente salió del estudio de su padre y mientras caminaba sabe que su padre se refiere a los problemas económicos del país, pero en tres años vendrá una helada y se extenderá por todo el Imperio ocasionando hambre y muerte entre los plebeyos, incluso los nobles eran afectados gravemente por la helada...

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